DOCE
La mañana está nublada, sin embargo, ligeros rayos de sol entraban por la ventana, la cortina delgada azul marino entre abierta, daba un toque relajante en la habitación de Jungkook.
El híbrido al estirarse, y sacar un quejido de relajación abrió un poco los ojos, sintiendo la otra mitad de la cama un poco helada.
Seguramente se acaba de levantar.
Se sentó en la cama y se le quedó viendo a las pantuflas negras, se restregó la cara y con flojera se levantó para ir en busca de su humano.
Cuando salió de la habitación escuchó a volumen bajo música clásica y vio a Jungkook de espaldas, con solo unos pantalones grises flojos puestos. Habían pasado unos pocos días desde que fue su celo, y por ende, su primera vez con su amo... o su "algo" como dijo Jimin; Jeon tenía notoriamente los rasguños de Tae en su espalda.
Creo que fui un poco brusco...
—Buenos días, Kookie. —soltó con su voz ronca mañanera.
Jeon al escuchar la voz de su híbrido recién despierto, sonrió feliz.
Le bajó a la lumbre de la estufa para acercarse a Tae y abrazarlo, tomó al híbrido de la cintura y lo acercó a él, el humano se recargó en la barra y juntó ambas frentes; Tae puso sus manos en el cuello ajeno.
No sabían qué pasaba esa mañana, pero ambos despertaron felices y tranquilos.
Jungkook no asistiría ese día a la escuela ni al trabajo, pues era un día festivo, no sabían cuál, pero lo importante es que estarían todo el día juntos, lo mejor, es que era viernes.
—¿Dormiste bien, gatito? —susurró y se acercó al cuello acanalada del híbrido, haciéndole cosquillas con su respiración.
—Muy bien. —sonrió. —¿Qué haremos hoy?
—Parece que hoy lloverá, ¿no te gustaría salir a mojarnos en la lluvia?
—¿Y si me enfermo? Soy muy sensible ante ese aspecto.
—Te cuidaré mucho. No será un problema. —contestó y le dio un beso corto en los labios.
—¡No me gustan los besos mañaneros! —se quejó el híbrido con un puchero.
—A mi si, te aguantas, pequeño. —le empieza a dar besos en toda la cara, para finalizar le dio uno en los labios mordiéndole el labio inferior, cuando escuchó que el híbrido se había quejado se separó —Si llueve... quiero que esta noche vayamos a un parque que se pone hermoso después de llover... o mientras eso.
Taehyung sonrió, le gustaba la idea de salir del departamento, casi no salía porque tenía miedo salir del lugar sin su humano.
—Por supuesto, Kookie.
—Ahora... comamos.
—Los huevos.
—¿Los tuyos?
—No, idiota. Para el desayuno.
—¿Cuál de los dos?
—¡Los de la gallina, imbécil! —Yoongi alza la voz desesperado, pero aún así sacando una risa nasal.
Jimin empieza a reír a carcajadas, cayendo al suelo, para después tomar la caja de huevos. Estaban en el supermercado haciendo las compras.
Era divertido ir con Yoongi, al principio a Jimin le daba inseguridad, no quería que nadie supiera acerca de que tenía un híbrido, ya que, los que casi no estaban de acuerdo con su existencia, eran los de la tercera edad.
—Prima, necesitas saber más sobre el híbrido que Jungkook oppa había llevado a la escuela. Abuela Min no para de estar inquieta e insistente.
—Yoongi, ¿escuchaste eso? —susurra Jimin.
—Si. Orejas de vieja chismosa, activadas. —soltó en broma, pero no tanto, pues sus orejas se pararon, haciendo que parecieran puntiagudas, puso atención a las voces femeninas del otro lado del pasillo.
—No he hablado con Jungkook desde hace mucho. —se escucha un quejido de decepción. —Ni siquiera me ha llamado para tener intimidad como lo hacíamos antes.
—Creí que tenían algo serio. —se escuchó la primera voz.
—Así era, o eso creo... pero ahora hasta me evade.
—Debes hablar con él, necesitamos información acerca de los híbridos esos. El chico nuevo también traía uno.
Jimin y Yoongi se miraron como si hubieran visto un fantasma. Demonios.
—Creo que están hablando de nosotros. —susurra Yoongi.
Jimin sólo asintió para volver a ponerle atención a las voces.
—Iré al departamento de Jungkook oppa, quizá después de la plática tengamos algo, o antes. —se escuchan risas de parte de ellas.
—Oh no... ¿es lo que creo que es? —pregunta preocupado Yoongi.
—Hay que apresurarnos a comprar las cosas e ir a decirle a Jungkook.
Se pusieron de pie de nuevo y comenzaron a buscar apresuradamente lo que faltaba de la lista.
Pero Yoongi se quedó pensando... ¿abuela Min? Vaya, al parecer las 'Min' tenían un serio problema con híbridos.
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——— 🐈⬛ ———
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—JUNGKOOK, LA PELINEGRA E-ELLA...
—¿Qué pantuflas está pasando aquí? —pregunta con gracia Yoongi.
Sin haber tocado, habían abierto la puerta de la vivienda de los pelinegros.
Y digamos que no habían llegado en un momento adecuado.
Jungkook estaba encima de Taehyung, el cual estaba recostado en el sofá, rodeaba con sus piernas la cintura del menor y estaban abrazados dándose besos un tanto subidas de tono. Ambos traían la pijama aún, por lo que, Tae solo traía su bóxer y la playera dos veces más grande que él y Jungkook su pantalón flojo. Sus labios estaban rojos e hinchados y ambos cabellos despeinados. No había intenciones de segunda, sólo les gustaba calentarse y después bañarse con agua fría para salir a ese lugar que Jungkook le había mencionado en la mañana.
—Que buena forma de tomarse el puente. —se burló Yoongi.
—¿Por qué mierda están aquí y entran sin tocar? Mi híbrido necesita de su amor a cada rato y vienen a interrumpir. —refunfuñó Jungkook, notoriamente molesto. Se separa del cuerpo de Tae, no sin antes de dejarle un beso en la frente. El híbrido sonrió sonrojado. Su cola moviéndose ligeramente y sus orejas cayendo suave y tiernamente.
—Lo siento... pero, ¿podemos hablar? Escuchamos a alguien hace un rato en el supermercado. —dijo Jimin.
Jungkook alzó una ceja extrañado, pero asintió. Fueron directo a la habitación dejando a Tae en la sala, aún mimado y sonrojado.
—Bien, rápido. No tengo toda la tarde, saldré con Tae mas al rato.
—Estábamos haciendo las compras y escuchamos a unas chicas hablar sobre nuestros híbridos. Al parecer son de nuestra universidad. —comenzó Jimin.
—Y si no mal recuerdo, ellas sólo están acatando órdenes de su abuela, la mencionaron en una ocasión. —continuó Yoongi.
—Y creo que las conoces, porque una de ellas dijo "Iré a la casa de Jungkook oppa, quizá después de la plática tengamos algo" —imitó Jimin con una voz aguda —, lo cual, creo que se refería a sexo.
—Ji-Eun... —susurró molesto Jungkook. —carajo, ¿vendrá hoy?
—No sabemos, si gustas, quédate tranquilo, puedes salir con Tae y estaremos aquí a ver si viene y le diremos que no te encuentras.
—Dile que me mudé a Canadá. —dijo Jungkook, como si fuera la idea del año.
—No seas idiota, asisten a la misma universidad. —dice con obviedad.
Ah, si, es verdad.
—Está bien, pero aún no nos vamos, y quiero estar otro rato dándole cariños a mi híbrido, ¿se pueden ir y les llamo cuando estemos a punto de salir?
La pareja asintió y los 3 salieron de la habitación, escuchó como la pareja dijo al unísono 'nos vemos luego, Tae', este solo les sonrió, acariciaba su cola para darse cariños así mismo. Ese día estaba muy feliz, definitivamente.
Los pelinegros se voltearon a ver, Jungkook se acercó de nuevo al sillón y se sentó, golpeó sus muslos y Tae sonrió. Gateó y soltó un pequeño maullido, al sentir las ligeras caricias en su lomo comenzó a ronronear.
—Que lindo ronroneas, gatito.
—¿Lo crees, Kookie? —conectan miradas. Jungkook vio los ojos claros de Tae, estaban dilatados, se veía tan tierno.
Jeon asintió, acercando más a su cuerpo al híbrido. Duraron 20 minutos dándose cariños, diciéndose cosas lindas.
—Ah... no, Tae, eso no.
Taehyung restregaba su trasero en el pene de Jeon, que estaba oculto.
—Anda, Kookie. Un poco... ¿un rapidín? —preguntó tímido.
—¿Y tú cómo sabes lo que es un rapidín? —pregunta extrañado.
—Yoongi y– —su boca fue tapada con la mano del menor.
—Mejor no me digas. —rodó los ojos —Ve a bañarte y ponte muchísimo más precioso, pero abrígate, la lluvia aún estará presente por un rato.
—¿Y por qué no vamos mañana? No creo que llueva.
—Por esa razón, vayamos hoy. Desde hace meses no llovía, básicamente desde que te conozco. —sonríe.
Antes de que Tae se levantara le dio un beso en la mejilla a Jungkook y salió corriendo al baño.
Jungkook quedó paralizado, sintió 'garras en el estómago'.
¿Acaso él es real? Es una preciosura.
Pasando los minutos, Tae salió del baño ya cambiado, el aroma a jabón y shampoo de vainilla se impregnaba en el departamento.
—Es lo más lindo que pude estar ahorita. No hay tanta ropa para mi... aún no le pones hoyos a mis bóxers y pantalones. —hizo un puchero.
—Estas precioso, mi gatito. Ahora espera aquí, iré a bañarme.
Asintió y mientras esperaba fue a acomodar el desorden que había en el cuarto que compartía con Jungkook, ropa sucia y platos por doquier, obviamente lo hacía con tranquilidad para que no se agotara y se pusiera a sudar.
Taehyung llamó con el teléfono de la casa al departamento de Jimin. El híbrido le contestó.
—¿Si, diga?
—Hyung, ya nos estamos alistando, ¿podría venir en unos 10 minutos?
—Claro que si, sólo terminaremos de... comer.
Taehyung le hubiera creído de no ser porque escuchó quejidos.
—¿Y la comida es Jimin? —se burló Tae con una sonrisa pícara.
—No, es el postre. Nos vemos en un rato.
Colgó.
Pasaron 6 minutos y Jungkook salió cambiado del baño.
—¿Estoy guapo?
Taehyung lo vio y se sintió nervioso, su amo era el más sexy de todo el mundo, juraría que es el número 1.
—Ah... ¿eh? —lo miró a los ojos.
—Que si estoy guapo, pregunté.
—C-claro que si... llamé a Yoongi, ya llegarán.
La puerta sonó.
—Son ellos. —dijo con una sonrisa Tae.
Mientras abría, Jungkook tomaba las llaves de su moto, el paraguas y lo necesario para esa noche.
—¿A donde vamos y por qué me ocultas los ojos, Kookie?
—Shh... —pone su dedo índice en los labios de Tae —es una sorpresita. Sólo espero que te guste... porque yo aquí venía de pequeño cuando me sentía solo. No te vayas a burlar de mi.
Jungkook le destapó los ojos del híbrido y éste abrió los ojos lentamente, acostumbrándose a la visión.
(Plox, ignoren que esté soleado, imagínenlo nublado)
—Oh... Jungkookie, esta casita es muy hermosa. —dijo sorprendido, realmente fascinado con la vista.
Todo era color verde, la naturaleza era algo excepcional, los árboles al rededor eran grandes y gruesos, simplemente divino.
—¿Quieres entrar? —pregunta susurrando tímidamente.
Esperó a que Tae terminara de ver todo al rededor, parecía que todo eso era nuevo para el híbrido. Y si, lo era. Después de todo, parte de su infancia estuvo en la casa de una anciana y después en la calle, sólo en callejones.
Subieron las escaleras y entraron para después cerrar la puerta.
—Siéntete cómodo, ¿si? —suelta con una voz tranquila.
Tae sonrió y asintió. Se quitó la chamarra que traía y la puso en una silla que estaba por ahí; Jeon hizo lo mismo.
—Bueno, ¿que estamos haciendo aquí? —pregunta nervioso Tae.
¿Me va abandonar? ¿Me dejará aquí solito? No, no, no. Yo quiero vivir con él en ese pequeño departamento. En su casa. Jungkook es mi hogar, no quiero que–
—Sólo quiero que nos conozcamos más. Pero esto es como una cita. —interrumpe Jeon sus pensamientos.
—¿Una cita?
—Eso hacen las personas para conocerse o depende de lo que vayan a hablar. Y, normalmente esto se hace en algún restaurante o parque, pero la verdad es que quiero pasar el rato contigo en un lugar fresco y lindo. ¿Que mejor lugar que aquí? Y noto que te gusta.
—Me encanta Kookie.
—Además, aquí la lluvia se escucha bien, todo es tranquilo. Por eso este lugar me gusta.
—¿Hace cuanto no venías aquí? —pregunta Tae. Estirando su brazo para acercar a su humano y se sentará al lado suyo.
—10 meses... quizás un poco más. Pero vine como 4 veces estás dos semanas pasadas para que no estuviera todo echo polvo y asqueroso. Jin, Namjoon y Hoseok vinieron a ayudarme.
—¿Hoseok? ¿El del perrito del parque?
—Sip, casualmente trabaja en el mismo edificio que yo, pero como nunca presto atención a los recepcionistas, jamás me di cuenta. Hasta que Jin fue y lo vio.
Tae asintió. El lugar era cálido, pero el ambiente que estaban formando ambos pelinegros se estaba tornando un poco incómoda.
—¿Cómo fue tu vida antes que yo te encontrara, Tae? —preguntó, poniendo sus manos en su mentón, sosteniéndola.
—La verdad, estuve años en la calle. Muchísimo tiempo, fue un tiempo difícil y triste... —se detuvo, recordaba cada suceso con detenimiento y desagrado —los niños que te señale la otra vez me maltrataban a diario, quizá un año completo.
—¿Por que nunca te transformabas cuando eso ocurría? —preguntó intrigado.
—Porque... —respiró ondo —yo vivía con una anciana cuando apenas nací. Sólo recuerdo que al nacer, había una hermosa gata tirada al lado mío, y yo... pues me fui. Y encontré a esa anciana que me mantuvo hasta que cumplí 11 años.
—¿Por qué ya no estás con ella?
—Esa señora me corrió de su casa después de verme transformado en un híbrido... fue, terrible. E-es... —moqueó —algo espantoso. C-creí que si ella no me había aceptado, nadie más lo haría. Y– y... —soltó un suspiro triste y frustrado. No quería recordar más.
—No, Tae. Perdóname, no sabía que fue tan horrible para ti, discúlpame. Soy un imbécil. No llores, TaeTae. —junto el rostro húmedo por las lágrimas a su pecho, después tomó la cara de Tae para secar sus lágrimas, agarró un pañuelo que estaba en la mesa al lado del sillón y le limpió los moquitos.
—Tu tenías que saber de mi, ahora lo sabes... —continuó, limpiándose mejor la nariz —¿y qué hay de ti? Has mencionado en ocaciones a tu madre, pero no me la quieres presentar.
Jungkook bajó la mirada, y se mordió la lengua. Se levantó y extendió su mano, Tae la tomó. Caminaron hacia la entrada para tomar el paraguas morado por si comenzaba a llover, salieron de la pequeña casa del árbol y comenzaron a caminar unos 5 minutos.
Hasta que pararon en un árbol, el árbol más grande y gordo del lugar, un árbol de manzanas. Este tenía telas blancas y moradas rodeando toda la copa del árbol pero igual cayendo ligeramente, dándole un toque de tranquilidad.
—Ven. —susurró Jungkook. Taehyung lo siguió por atrás.
Pararon y notó que el menor no despegaba la mirada del cielo.
—Ahí está mamá. —señaló el árbol.
—¿Tú mamá es un árbol? —preguntó asombrado e inocentemente el híbrido.
—¿Qué? No. —soltó una ligera risa nasal. Quería tener el momento serio, pero su híbrido... dios, era tan inusual, y lo comprendía, pues la mayor parte de su vida fue en la calle. —Mi madre murió cuando yo tenía 16 años, Tae... —suspiró —la enterraron justo aquí, yo pedí que pusieran un árbol para que aquí no se viera tan vacío y sin vida. A mi mamá le gustaban las manzanas. —se detuvo para acercarse al árbol y lo escaló para así tomar una manzana roja. Brincó y cayó de nuevo de pie en el piso. —Mi padre trabajaba mucho, por ende, tenía mucho dinero y antes de todo lo malo, compró todo este terreno enorme para que nosotros 3 lo disfrutáramos. Pero terminamos utilizándolo solo mi madre y yo.
—Oh... —soltó apenado Tae.
—Mi madre y yo éramos maltratados física y emocionalmente por mi padre. Nos golpeaba y gritaba. Eso inició cuando yo tenía 8 años. Mi madre se suicidó, no aguantaba más ese dolor. Y sinceramente... me siento bien al saber que mi madre fue valiente, me defendió muchísimo. Ella recibía los golpes que a mi me iban a tocar. Ella ahí estuvo, pero se había cansado de tanto sufrimiento. Una madre siempre hace lo posible para que su hijo no sea lastimado, pero, se rindió, y no la culpo.
Taehyung analizaba detalladamente la palabras de su humano.
Cuando menos lo esperaba, ambos estaban sentados en una raíz gruesa del árbol.
—Las cicatrices que tengo en la espalda me lo hizo mi padre... y unas tú, pero esas son mis favoritas. —ambos soltaron una risa traviesa. —Después de ver a mi madre muerta... llamé a la policía y le conté lo sucedido. Mi padre ahora está en la cárcel. 25 años estará ahí, pudriéndose. Aunque creo que debería de ser más tiempo.
—Hey, basta. —le dijo Tae, ambos estaban llorando.
Ambos lloraban, porque sentían empatía por la situación del otro, recordar momentos que habían deseado no pasar, era tormentoso.
—Me fui a vivir con mis tíos hasta que cumplí los 19 y conseguí un trabajo de medio tiempo, pero eso no me impedía andar fiesta en fiesta. —inhaló y exhaló. —Ahora te tengo aquí, gatito. Eres lo que siempre quise.
Taehyung lo miró. Ambos querían soltar todo el llanto que traían atorado en la garganta.
—Eres alguien que en poco tiempo se ganó mi confianza. Te convertiste en mi prioridad, mi amuleto de la suerte. Mi lluvia mas deseada. Haces que sienta garras en el estomago y una tormenta en mi cabeza cuando me miras tan lindo. —Tae lo miró con los ojos más abiertos. —Andale, así y de más maneras. Eres hermoso. Precioso. Lindo. De todo mucho.
—Kookie... —susurró el híbrido. Estaba sonrojado a más no poder.
—No quiero que seas solo mi híbrido, Tae, quiero que seas mi pareja, mi mejor amigo, quiero que seas esa familia que nunca tuve y yo ser esa familia y ese apoyo incondicional que tanto has querido en toda tu vida. Al igual que yo.
Jungkook tomó a Taehyung para después acomodarlo en el césped cortado finamente, el híbrido lo miró sorprendido.
—¿Quieres que sea tu 'algo'? —preguntó el híbrido con una sonrisa a mil.
—Quiero que seas mi gatito para toda la vida. Aunque nos conozcamos apenas hace 8 meses, estoy seguro de que eres esa persona a la que siempre quise en mi vida.
Ese híbrido tan precioso que cuando llego del trabajo me recibe con una sonrisa y comida no tan bien preparada. —Taehyung hizo una mueca al escuchar lo último. Jeon soltó una carcajada. —Te amo, Taehyung.
—Te diría lo mismo, pero, siento que eso es muy poco a lo que yo siento por ti, eso no se puede explicar. Pero como no encuentro una palabra correcta. Te lo diré también. Te amo, Jeon Jungkook. Te amo como no tienes una idea. Acepto ser tu gatito, tu todo para toda la vida.
Jeon sonrió. Sintió como la cola gatuna de su híbrido le acariciaba la mejilla, y una mano le acariciaba la oreja.
—Me he dado cuenta que haces eso con tu cola cuando estás feliz, mimado o de buen humor. Y cuando agarras la oreja... es costumbre, supongo.
—¿Te molesta? —puchereó Tae.
—Me encanta sentir tu cola en mi cara.
—¡Kookie! Atrevido, cachondo, pervertido.
—Tu cola gatuna, gato tonto.
—Humano bobo. —ambos sonrieron y se levantaron del césped.
Jungkook tomó de las manos a Tae y lo acercó a la cruz que tenía el árbol por un lado.
—Mamá, te presento a TaeTae, el amor de mi vida. —dijo tímido. Era estúpido y cliché decir eso. Pero joder, era Taehyung, estamos hablando de Taehyung. —Mi mamá estaría muy feliz de conocerte. Yo lo sé.
—Estoy seguro de que nos hubiéramos llevado muy bien. —contestó el mayor, se volteó y tomó con sus dos manos el rostro de Jungkook, iniciando así un beso tierno en los labios.
—Mhg, no, Kookie, estamos con tu mamá presente. —exclamó tímido cuando sintió las manos frías de su ahora novio recorrer la orilla de su bóxer.
—¿Deberíamos de regresar a la casita del árbol? —le dijo en el oído.
—Señora Jeon, donde quiera que esté usted, espero que esté escuchando a su hijo pervertido.
—Mami no es cierto, no le creas, era para tomar un chocolate caliente.
—Ajá, claro. —entrecerró los ojos el híbrido y sus orejas se pusieron rectas para los lados.
Unos minutos más pasaron, hablando con la mamá de Jeon, contándole de todo un poco. Para finalizar con un "Vendré otro día mamá, esta vez, vendré más seguido, te amo".
Tae sonrió.
Ese chico rudo, vale madres, de todo lo cruel, de ese chico del que todos hablaban en la universidad, era solo una máscara. Taehyung sabe con certeza que su novio, era cálido, atento y tierno si se lo proponía. O al menos así era con él, y eso le gustaba más. Era su razón. Ambos eran la razón del otro sin saberlo.
Jungkook se volteó y Tae se subió en la espalda ajena, tomó el paraguas que le había extendido Jungkook. El menor comenzó a caminar, respirando el aire fresco y relajante del lugar.
Llegaron a la casita y Jeon bajó a Tae de su espalda, este brincó contento al bajarse.
—¿Puede gatito tener su chocolate caliente ya?
—Que chocolate caliente ni que nada, bésame. Mi mamá no debía escucharte tal cosa.
—¿Haremos el amor? —preguntó inocentemente.
—Joder si, claro que si, mi gatito.
Juntaron sus labios, se movían tan bien, se complementaban perfecto. Jeon llevó sus manos al trasero de Tae. Se separó rápido, escuchando como el híbrido se quejaba. Pero dejó su berrinche al ver que Kook abría el sillón, convirtiéndolo en un sofá cama.
—Más cómodos, mi amor.
—¿Daddy m-me va a follar?
—Daddy te hará el amor, precioso.
En los comentarios están a quienes les dedico el capítulo:
- Burrito de Tamal 🤍
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