🍊「CAPÍTULO 4: 𝗔𝗟𝗙𝗔」🍊
Capítulo 4 |𝗔𝗟𝗙𝗔
—¡Mangel! — gritó Rubén al notar su presencia.
Lolito estaba dopado entero por las feromonas dominantes de aquella omega, así que no podía ver con claridad la situación en la que se encontraba.
Mostrándose completamente desnudo al alfa dominante, Mangel.
— ¡Perdón! — se avergonzó tratando de mirar a algún lugar que no fuera el omega. —¡Yo solo- — pero no podía evitarlo, ¡quería ver!
¡Tenemos que ver! Le gritaba su instinto alfa.
Dio un paso adelante con el corazón bombeando a mil, a punto de salírsele del pecho, pues nunca durante toda su vida, había visto algo tan hermoso como eso.
Empezó a transpirar, varias gotas caían por su frente y el marcó de su rostro, entonces, su visión se tornó borrosa y sus ojos cambiaron de color. Su alfa estaba despertando.
— ¡Mangel! — volvió a gritar Rubén colocándose delante de Lolito estirando sus brazos a cada lado, defendiéndolo.
El mencionado reaccionó y dio un paso hacia atrás volviendo en si dándose cuenta de lo que estaba a punto de hacer.
Su lado humano estaba luchando.
— ¡Perdón! — volvió a disculparse antes de salir del corriendo hacia el baño más lejos posible de aquel en el que estaba.
Tenía la respiración pesada, su pecho subía y bajaba, tratando de controlar su temperatura echándose agua a la cara, pero nada funcionaba.
Su cabello se pegó a su frente.
Su cabeza seguía dando vueltas y su visión no podía ver nada más que aquella sensual imagen que había empezado a excitarlo.
Probablemente si hubieran estado solo los dos, algo terrible hubiera ocurrido.
Levantó la cabeza mirando fijamente al espejo, aspiro aire con la boca llevándose el cabello hacia atrás, de refilón noto que aún traía la ropa interior de Lolito, un pequeño bóxer blanco.
— ¡Ahhhh, mierda! — gruñó sacudiéndose la melena, su nuca había empezado a quemar.
"¡Maldito alfa!", se dijo así mismo al sentir su miembro cosquillear por imaginarse a Lolito semidesnudo.
No tenía sentido, ya lo había visto sin nada encima, ya había visto a su pequeño amigo, pero su mente, controlada por su instinto animal, le jugó una mala pasada imaginándose así mismo desnudando al regordete omega, palpando toda su piel, besando sus suaves mejillas y quitándole esa sosa ropa interior.
"¡Es nuestro! ¡Debe serlo!", le gritaba, mas no quería ceder, no estaba bien, no era lo correcto.
Rápidamente se encerró en uno de los cubículos, su mirada dudosa se mantenía sobre la prenda del pelinaranja. Suspiro, y sin tener elección, se la llevó a la nariz aspirando aquel embriagante aroma a naranjas que rápidamente hizo gotear su miembro.
La apretó, la lamio, la beso, la frotó sobre sus labios, sobre su cuello sobre su pecho, su estómago, su pelvis, y la enrollo cubriendo su gran sexo. Se mordió el labio inferior empezando a mover su mano regalándose sensaciones exquisitas, volviéndose adicto a la combinación de su propio olor con el de Lolito.
Estaban hechos el uno para el otro.
— Mierda. — jadeo.
Si había empapado la prenda completamente solo por oler las feromonas que débilmente estaban impregnadas, no podía imaginarse cómo reaccionaría con una cantidad masiva. Aunque, probablemente, eso no pasaría.
Lolito para nada se veía como un omega accesible para alfas dominantes.
Nuevamente su visión se nubló.
— ¿Te gusta así? — cuestionó Lolito, acunando los testículos de Mangel en su boca.
Eran pocas las palabras que había escuchado decir a Lolito, pero aun así, su imaginación era muy poderosa.
Su mano apretó aumentando la velocidad.
— Sabes delicioso. — halago haciendo maravillas con su lengua.
— Mi-mierda. — El alfa no sabía si estar agradecido por el talento que tenía para recrearse en su mente tales morbosas escenas, u odiarse así mismo por ser igual a sus padres.
— ¿Quieres venirte? — su aliento cálido chocaba con el miembro ya mojado por la saliva del omega.
— Sí... — respondió. — Mierda, Lo-Lolito. — gruñó apretando los labios, cerrando los ojos y bombeando más a punto de llegar.
— Pero que mier... — interrumpió el verdadero Lolito entrando al cubículo.
La cara casi se le cae, al alfa, de la vergüenza al darse cuenta de que lo habían atrapado con las manos en la masa, en una "masa" muy lasciva. El sonrojo en su rostro era tan fuerte como el que tuvo lolito cuando aspiro el olor de las feromonas de Mangel con las propias.
— Yo-
No pudo terminar su frase, tener más de cerca aquel aroma naranjal y el rostro real de la persona con la que estaba fantaseando, lo enloquecía tanto que no consiguió evitar venirse.
Ensuciando la ropa interior y la pared.
— Esto es... — ¿Enserio necesitaba dar una explicación? Todo estaba más que sabido, él era un completo ser despreciable, un pervertido, un sin-control.
No sabía que hacer o decir, pero Mangel creyó que el sacar la mano de su, ahora, flácido amigo quitaría un poco de incomodad de la situación.
Estaba muy, pero muy equivocado.
La ropa cayó al suelo mostrándole a Lolito lo gigante que era. Mostrándole lo que era ser un alfa.
"¡Esto se ve peor! ¡Parezco un puto exhibicionista!".
— Yo no...
«Yo no quería masturbarme con tu ropa interior y mostrarte mi pipilin.» Exacto, eso era lo que Mangel quería decir, mas la reacción repentina de Lolito lo dejó boquiabierto.
El omega se agachó.
— ¿Quieres ayuda con eso? — pregunto desde abajo mirando hacia arriba con sus bonitos y redondos ojos, mostrándole un lindo puchero indicándole que no recibiría un "no".
Indicándole que Mangel no podía negarse a una de sus mamadas.
— Yo no sé... — Sus ojos se movían de un lado a otro, pero sus palabras no iban para nada de acuerdo a sus acciones, pues su sexo había empezado a despertar. — A-Alguien podría venir. — habló mirando hacia otro lado rojo como tomate.
Lolito soltó una pequeña risa.
— No te preocupes, está vez la puerta si tendrá seguro. — esbozo una sonrisa traviesa.
— ¿Y nuestras feromonas? —bramo creyendo qué había encontrado una buena excusa como para que esto se terminara.
Y se odio por eso, la verdad era que no quería desaprovechar una oportunidad como esta.
— Estamos en un baño totalmente alejado, nadie vendrá. — encogió sus hombros, bajo la mirada y se puso manos a la obra, rodeando con sus dígitos la húmeda virilidad.
— Sí es así, entonces está bien.
Lolito no respondió, pero su muñeca sí, aumentando la velocidad del vaivén. Mangel jadeo, paso toda su palma por el cuero cabelludo del menor, acariciando su sedosa melena y tiro hacia atrás.
— ¡Oh...! ¿Me concederás el honor de lamer tu deliciosa polla?
"¿Este era el Lolito que había conocido hace unas horas?", pensó Mangel queriendo seguir cuestionando todas las cosas que le habían pasado hoy, ya que había sido pateado y, ahora, estaba recibiendo una mamada de la misma persona, pero no lo consiguió.
Desde que Lolito había empezado a acariciar su miembro con lamidas, perdió el sentido de la razón, y ahora sólo quería seguir con esta travesura.
— ¿Sabes cómo puedo mejorar esto? — hablo Lolito segundos después de soltar a Mangel quien arqueo la ceja. — Tengo un caramelo Halls, de los negros.
[*] Dato curioso: Ya sea ser depredador o predador, todos tienen dos instintos dentro de sí, el humano (el sentido común) lo que los hace pensar antes de actuar; el segundo, como ya se deben haber dado cuenta, el animal (intuitivo) lo que los hace actuar antes de pensar.
🍊Sorpresas, muchas sorpresas se vienen esta no es una historia tierna. :) o ¿sí?
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