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En el palacio Buckingham, al menos en las ruinas de lo que era el salón principal se encontraba un grupo de policías junto a Dawson y aquel extranjero, todos concentrándose en buscar pistas. (o sea, en el salón de los ratones, porque para el resto del mundo se sintió como una mini explosión de gas)
Aquella rata blanca se encargaba de mover escombros aprovechando su gran fuerza y miraba la letra pintada en la pared. "se ve como un trazo muy elegante" comentó en voz alta.
"Sí...supongo" respondió un distraído Dawson mientras seguía un rastro de pólvora y pensaba 'si tan solo Basil estuviera aquí, las cosas serían más fáciles...'
"Oye...¿quién es Ratigan...?" preguntó Sineye mientras sostenía uno de los volantes que anunciaban que no habían encontrado su cuerpo después del enfrentamiento.
"el mayor criminal de Londres, ya sabes, una rata" le comentó el ratón de baja estatura distraído "p-perdón, no quería"
"no se preocupe, sé diferenciar entre una rata y alguien rata, me imagino que él es el mayor sospechoso..."
"sí, pero ya arrestaron a todos sus secuaces, y lo vi caer desde metros de altura!, es imposible...".
"nah...las ratas no mueren por altura, menos una rata de alcantarilla..." dijo el vaquero con desprecio
"revisaron su guarida pero-"
"¿y no tenía negocios o algo así?"
"sí...tenía un bar cerca del muelle- tal vez ahí puedan haber más pistas" comentó Dawson esperanzado
"no se preocupe, yo me encargo de buscar pistas sobre Ratigan, una rata sabe identificar a una, aunque yo no sea de alcantarilla, yo iré por pistas, usted quédese aquí y ayude a la policía, consultaré con el grupo que está en el muelle, veámonos en 2 horas, le invito una cerveza" le dijo el vaquero mientras le estrechaba la mano con cuidado.
...
Caprice y Basil habían llegado por las tuberías en dirección a aquella taberna, ningún policía o guardia los había visto, cada vez que se cruzaban con uno, Caprice lo empujaba por otro lado. ¿Por qué? Pues... lo ocurrido la noche anterior, no estaba de humor para pelear, al menos... no con Basil al lado.
Estaban en un callejón buscando pistas, con el gran detective revisando el suelo y el tabernero mirando las paredes en busca de alguna marca, solo viendo marcas de garras.
"¡aha!, otro cabello blanco, también hay más restos de pólvora y-" comentó el gran ratón detective en voz alta, ignorando la presencia de un tercero, una figura imponente que se encontraba bloqueando la salida del callejón de cara al muelle mientras se escuchaba un sonido metálico sonar.
"creo que estoy de suerte hoy~" canturreó un acento particular, un acento americano con voz suave pero grave mientras un sonido de látigo se hacía presente.
Aquella figura imponente era nada más y nada menos que aquella rata blanca golpeando su cola con el muro haciendo ese clásico chasquido, una figura oscurecida alta e imponente, con un sombrero de vaquero y un poncho largo que lo hacía parecer un muro inamovible, únicamente resaltándose uno de sus ojos y una sonrisa perpetua llena de colmillos.
"No te estaba buscando a ti perse, pero... no te dejaré escapar esta vez, Basil!" gritó aquella rata, agachándose y empezando a correr en cuatro patas mostrando su agilidad y rapidez.
Basil lo pensó rápidamente, hizo un análisis rápido haciendo cálculos y de manera precisa tiró del cuello de la camisa del tabernero y corrió en dirección hacia aquella amenaza hasta que en un momento aprovechó que este se había lanzado sobre él para atacarla para pasar por debajo de él con el pobre capibara a rastras.
El capibara salió de su parálisis después de eso, cuando ya estaban en la salida del callejón y ya la rata había dado vuelta y ahora pensaba en seguirlos.
Basil se puso firme en su sitio y levantó los puños en señal de pelea listo para encasquetar un golpe certero, sabía perfectamente dónde golpear y cuando aquella rata blanca estuvo lo suficientemente cerca...
Caprice había aplicado lo que utilizó con los guardias del palacio de Buckingham, le encasquetó un golpe certero en el pecho con un palo de a saber dónde.
"¿Traías un palo contigo todo el tiempo!?" Chilló Basil, encarándolo y viendo cómo el enemigo retrocedía adolorido y aturdido por unos segundos.
"Siempre" dijo el capibara de manera sombría mientras volvía a empuñarlo para dar otro golpe en la cabeza, pero antes de que el palo diera el golpe, la rata extendió el brazo, no para detener el golpe si no que aprovechar la cercanía para agarrar del brazo al detective.
El gran ratón detective se movió rápidamente pero aún así una parte de su traje fue desgarrada, pero su brazo seguía en total impunidad.
En las paredes del callejón resonó el sonido del palo rompiéndose debido al fuerte golpe que Caprice había encasquetado a dicha rata.
"Te dejaré ir esta vez..." susurró la rata blanca mientras miraba el trozo de tela en su mano y se levanta, hizo un movimiento rápido arrancando también un trozo de tela proveniente de la ropa del capibara y saliendo rápidamente de ahí escalando el muro a sus espaldas usando sus garras y su imponente fuerza para desaparecer de la escena.
"Creo que ya sabemos quién lo está buscando, señor Basil..." susurró el capibara aún en estado de shock.
"Si...nunca lo había visto antes, no es ningún criminal que yo conozca...hay que actuar rápido, no puedo volver a la calle Baker porque irá tras de mí entonces..." empezó a pensar Basil en voz alta "tendría que irme de ahí al menos temporalmente, hasta que descubra quién es él, pero para eso necesito mi juego de química" empezó a frustrarse a lo cual el capibara le tomó del brazo con cuidado.
"Quédese con nosotros" le pidió el capibara con una sonrisa suave y tranquila como si no hubiera casi matado a palos a una rata.
"Tu y...la conejo esa no era cómplices de Ratigan?, no no no no, él y yo no nos llevamos bien, luego que derrote a quien reclama mi cabeza meteré a esa vil mente maestra en la cárcel, y a ustedes dos también!" Se alejó Basil caminando sabiendo que el capibara lo seguía a sus espaldas.
"Pero, piénselo bien, tal vez el mayor criminal de Londres sepa sobre ese criminal, eso implica interrogarlo y..."
"Ese!, ese... es un buen punto...bien, iré contigo"
...
Bell se encontraba junto a Ratigan en la taberna, este había despertado hace mucho, estaba intranquilo caminando de un lado a otro en la sala pensando, alguien había querido atacar a su Basil, alguien que no era él y todo lo que podía pensar era que nadie tenía el derecho de matar a Basil, solo él, porque era SU archienemigo, eran tal para cual y nadie le iba a quitar ese derecho.
"Jefe..." lo llamó la conejo mientras se acercaba con cuidado.
"Solo llámame por mi apellido Bonnibell" le dijo aún pensativo, casi de manera automática.
"Oh, bueno, yo...iba a decirle que debería comer algo, no come desde ayer y si no come los medicamentos no hacen efecto y me preocupa que la morfina no haga efecto" le habló preocupada "además quería comentarle que entre sus cosas encontré un muñeco de Basil y no sabía si quería que lo tirara o se lo quiere quedar"
"Se supone que es un muñeco vudú, pero no salió porque obvio la magia no es real..." le respondió un poco cortante intentando ignorar la mirada contraria que era insinuante.
"Y si usted como hombre de ciencia sabe que la magia no existe...por qué se todos modos lo intentaría?, ¡qué lindo si tienes corazón!" Le dijo ella de manera infantil mientras esquivaba un zarpazo que sabía que venía. "Pero no te muevas brusco!, que la morfina deja de hacer efecto..." le sostuvo del brazo ya que el napoleón del crimen tambaleó un poco. "No te preocupes, date 1 semana y volverás a ser el mismo de siempre, ¡ánimo ánimo!"
Ratigan iba a responder pero rápidamente vio como Bell le entregaba su "muñeco" vudú de Basil y lo miraba expectante.
"Entonces...¿va a quedárselo~?" Le preguntó mostrando que su intención buscaba molestarlo un poquito
"Porque los premios de tu pared no están con tu nombre?" Le preguntó de vuelta Ratigan evadiendo la pregunta y desconcertando a la conejo.
"Hice panqueques para comer!" Gritó ella sin responder a la pregunta.
De la nada, se escuchó un toc-toc de la puerta, Caprice había traído de nuevo a Basil con él, los dos hechos...em....hechos pebre, un asco pues, los dos con sus ropas llenas de polvo, mugre y rasguños.
"Yo te explico" dijo el Capibara tranquilo intentando calmar a su amiga mientras Basil se hacía paso entre ellos y miraba a Ratigan de reojo.
Ambos roedores (ignorando que el capibara es un roedor), se miraban un poco...confundidos, porque hace 3 noches atrás se habían intentado matar, pero eso solo había sido el culmen, el supuesto fin de una relación que tenía dos perspectivas totalmente opuestas entre lo moral y lo sentimental.
Ratigan era movido por lo sentimental, por ese sentimiento de anhelo y cariño, pero también por venganza, para él no había más opción que terminar en lo que era ahora, ¿qué opción más había para él?, si ni siquiera el derecho de ser amado tenía, porque incluso ese derecho se lo habia arrebatado.
Basil era motivado por la moral, su padre, un ex policía, lo había criado siempre con la moral por delante, siempre con la intención de ayudar al más débil, siempre demostrar que este mundo no lo haría una mala persona, no importa lo mucho que le dolieran las cosas, el cuánto tuviera que sacrificar.
Y ambos... estaban en mal, porque de haber sido diferentes las cosas tal vez Ratigan no hubiera sido un villano y ambos hubieran podido vivir sus vidas juntos, la vida con la que habían fantaseado, porque en la base, ambos eran dos genios a los que el mundo les había dado la espalda de alguna u otra forma, porque de haber sido diferentes las cosas, Basil hubiera cumplido su sueño de ser el mayor detective de todos Londres sin tener que descuidar a su propia persona, porque aun que fuera aclamado por ello tenia una cola que le podian pisar, y esa cola era que jamas habia podido acabar con el mayor criminal de todos por esa relación.
"Señorita, usted es médica, ¿no?, ¿podría mostrarme su laboratorio?, me gustaría analizar las pistas que encontré" le dijo arreglando sus ropas frente a su mayor enemigo en señal de que el detective seguía siendo ese caballero blanco de alta moral.
"Oh sí, tengo ciertas cosas que le podrían ayudar, sígame- un momento como supo que yo...?"
"El maletin por supuesto, ese maletin es claramente uno especializado ademas del tipo de jeringas que tiene"
"Que...observador"
Ratigan estaba en silencio, consumiéndose así mismo por dentro, otra vez sintiendo que ese lado emocional de él estaba a flote, una mezcla entre el odio y el deseo de tener a Basil de vuelta.
El detective y la medica pasaron por detras del criminal, con el primero dandole una suave palmada en la espalda al criminal mientras susurraba un "me alegro que estes bien..."
Ese simple gesto hizo que el corazon de Ratigan se sobre saltara y sus orejas se pusieran rojas.
"Yo, em...señor Ratigan" susurró el capibara
"Profesor Ratigan..." le corrigió mientras pensaba de manera fría intentando calmar su cabeza y cubriendo sus orejas
"Profesor Ratigan, usted...¿conoce algún criminal que sea una rata?, es que ya sabemos quién quiere acabar con Basil, al menos en teoría..."
...
Dawson se había reunido con Sineye al final de la investigación, ambos se encontraban de camino a la calle Baker después de haber tomado una pausa en un bar para calmar las preocupaciones, era por la tarde, véase recién las 12, solo fue eso, una pausa para conversar y ponerse al día, conocerse incluso, la rata blanca le había contado que tristemente solo había encontrado un trozo de tela perteneciente a Basil pero de ahí en más no encontró nada.
"Si tan solo Basil estuviera aquí...él es el detective!, yo apenas le seguía los talones..."
"No diga eso" le animó el extranjero mientras le daba un par de palmadas suaves en la espalda "si usted fue capaz de ayudar al mayor detective de Londres dice mucho de usted, así que no agache la cabeza"
"Si solo que...sigo tan preocupado por él y-"
"Lo encontraremos, solo hay que buscar bien, y como le comenté, a lo mejor solo es una fechoría de Ratigan y tal vez Basil tenga información de él en papel, no sé, archivos, tal vez" le habló con calma el extranjero, con su acento americano impregnándose en el ambiente de manera suave y engatusante, casi como un interruptor, como si su figura imponente se volviera algo protectora, algo esperanzador, casi te hacía olvidar de que era una rata.
"Si...¡sí!, tiene todo un estante dedicado al Profesor Ratigan, y lo más probable es que él se lo haya llevado y por ende...sí sí, es una buena idea"
"Parece que tendremos una larga noche revisando papeles, pero con buenas compañías el tiempo vuela"
"Lo mismo puedo decir mi amigo, pero...¿qué te pasó en la cabeza?" Le preguntó Dawson notando cómo en medio de la sien de la rata había un pequeño manchón de sangre.
"No es nada, solo...me abrí una herida vieja" explicó tranquilo mientras levantaba su sombrero dejándole ver un corte abierto que estaba unido a un cumulo de cicatrices que iban desde la frente y bajaban por su ojo izquierdo. "¿Ves?, no es nada, ya sanará"
Dawson quedó tranquilo mientras seguía engatusado con la figura tranquila e imponente, pero protectora y pura de su nuevo amigo, pura en un sentido de que no parecía esconder nada, le había mostrado una cicatriz tan personal y dolorosa como esa, no explicó por qué fue pero tampoco la ocultaba, ¿por qué desconfiar de alguien tan honesto?, alguien que no parecía mentir...
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