006. phone number.

𝟎𝟎𝟔.  ⫶ ⠀⠀𝐆𝐎𝐃𝐃𝐄𝐒𝐒 ゚◝♡.°⑅ ˚
CAPITULO SEIS !
━━ 𝗡𝗨́𝗠𝗘𝗥𝗢 𝗧𝗘𝗟𝗘́𝗙𝗢𝗡𝗜𝗖𝗢.



LA SEMANA HABÍA PASADO Y UNA NUEVA COMENZABA, AREUM LLEGABA al instituto a primera hora en el auto de su padre, mientras este le daba indicaciones para el resto del día con su natural y grave tono de voz, uno que siempre hacía temblar a la rubia.

—El concurso de talentos está por llegar, debes prepararte, Areum.— musitó el hombre aparcando en el estacionamiento.

—Ni siquiera me dejas concursar como tal. ¿Por qué debo seguir participando?— preguntó tomando su bolsa.

Todos los años tocaba sonatas diferentes, pero nunca sentía la emoción de competir, su progenitor sólo la colocaba delante de los estudiantes, como para recordarles que la hija del director estudiaba allí.

—Porque eres la mejor y eres demasiado para estar compitiendo con niñitos que bailan pop coreano.

Sin querer, una sonrisa burlona se mostró en sus labios, y el nombre de cierta castaña que molestó hace días relució en su cabeza.

—Tienes razón, padre.— mencionó con el ego incrementándose, esta vez concordaba con él, sin necesidad de sarcasmos.

Ella era mejor que todos, lo sabía bien.

—Te quiero todo el día practicando, estaré asegurándome de que estés en la sala de música. ¿Entendido, hija?— advirtió el mayor de los Ko.

—Entendido.

Y sí, tan pronto como su padre la había hecho sentir la persona más valiosa, también la hizo sentirse un peón que movía a su antojo.

De todos modos iba a practicar. ¿Por qué repetírselo? Odiaba eso.

Areum dio por terminada la conversación y salió del vehículo rumbo a su práctica, sus tacones resonaron por las afueras del edificio y en su camino, miró a sus alrededores, como casi nunca, pero ese día en particular quiso una señal de vida del joven Hwang.

Claro, sólo para asegurarse de que no lo hubieran secuestrado el día que la dejó en su casa, sin embargo, no lo vio.

«¿Dónde estás, si te secuestraron?» Se preguntó unos segundos antes de seguir caminando al salón.

Al llegar a este y dejar sus cosas en una de las finas sillas de madera observó una caja color celeste sobre el piano.

Frunciendo ligeramente el ceño se acercó a esta, la tomó entre sus manos y la abrió mostrando una pequeña mascada rosa junto a una nota.

Areum:

No encuentro otra manera de que el disculparme sea posible, es tranquilo cuando no estás enfadada.

Sé que practicarás hoy, así que no vendré a incomodarte. Hará frío en la tarde, espero lo uses, y lo siento otra vez.

Byun Yo-Han.

Ko releyó la nota un par de veces al mismo tiempo que pasaba su dedo por la fina tela.

—Prefiero las joyas, pero es bonito. Digamos que podría perdonarte.— mencionó en voz alta para ella misma y sin más, se sentó frente a su instrumento.

Lo que no sabía era que el castaño se había quedado detrás de la segunda puerta, sólo para esperarla y ver su reacción.

Byun sonrió de lado y tal como prometió, se alejó del salón para dejarla ensayar sola.






Hwang Sun-oh caminaba por los pasillos de la escuela intentando buscar a la castaña amiga de Areum, Kim Jojo. Pues había oído de Hye Yeong que ambas eran cercanas.

La razón de encontrarla era simple, pedirle el número de la diosa.

Para él, justamente ese día, el universo conspiraba en su contra, ya que las veces que había deambulado por la sala de música donde suponía que se encontraba Ko, el director del instituto rondaba por allí, haciéndole imposible acercarse y hablarle a la chica.

No quería meterla en problemas con su padre y que ella se enojara por esa razón.

Al dar vuelta hacia la cafetería pudo ver a Jojo sujetando una bandeja y próxima a sentarse junto a un adolescente de tez morena y cabello lacio que cubría su frente.

Sin pensar en nada más, caminó hacia la fémina y antes de poder avanzar observó que un labial rojo caía del bolsillo de Kim, por lo que inmediatamente lo tomó para devolvérselo.

Se aproximó a ella, ya sentada en la mesa y totalmente ajena a que el obsequio de su amiga por poco se perdía.

—Esto es tuyo.— musitó Sun-oh con su varonil tono de voz, causando que los jóvenes presentes lo identificaran y voltearan a ver.

Antes de seguir hablando, Sun-oh notó que la castaña había posado una tarjeta de almuerzos junto a su bandeja y esta tenía impreso el nombre de la chica que no salía de sus pensamientos.

Ko Areum.

—Gracias. No me di cuenta que se cayó.— agradeció Jojo en un tono bajo de voz guardando su producto de belleza.

Hwang sonrió, no por la respuesta de Kim, sino por el hecho de pensar que Areum le ofreció comida a su amiga, una que ella no pudo permitirse por practicar tan arduamente.

Y en efecto, Ko le había enviado un mensaje a Jojo antes del almuerzo, diciéndole que no podría comer con ella y que podía tomar la tarjeta de su casillero y servirse los alimentos como era debido, no aperitivos expirados.

Además no aceptaría un no por respuesta.

El azabache sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta y se lo extendió a Jojo.

—Areum, su número.

—¿Qué?— preguntó Kim confundida, no sabía que se conocían.

Ahora sabía que preguntarle a Areum cuando llegara a su trabajo en la noche.

—Sé que son amigas, dame su número, por favor.— pidió amablemente en un tono bajo.

—No creo que ella quiera dártelo.— contestó dudosamente.

—Ha estado todo el día en la sala de música, estoy preocupado.

Jojo frunció el ceño, su conclusión era que que al pelinegro le gustaba Areum, y estaba angustiado, tal vez no era mala idea dárselo.

Quería que su dulce amiga fuera feliz.

Pensó unos segundos antes de tomar el celular de Hwang y escribir el número de la pianista.

Entretanto, la amiga de Jojo, Kim Jang-go grababa y tomaba fotos de la escena de ambos adolescentes, ya que para ella y todos, al no escuchar el verdadero motivo de la conversación.

Pensaron en un posible interés de Hwang hacia Kim.





El día escolar había concluido, una cansada Areum tomaba sus cosas y se ponía la mascada que le había obsequiado Byun, porque en efecto empezaba a hacer un fuerte viento otoñal.

Salió de la sala de música y de inmediato miles de murmullos resonaron a sus espaldas.

—¡Mira el video! Coqueteaba con su novia.

—Esa Kim Jojo. ¿Tiene novio y seduce a alguien más?

—¡Il-Sik está golpeando a Hwang Sun-oh en su salón!

Ko detuvo su paso ante el último de ellos completamente desconcertada.

«¿El novio de Jojo, golpeando a Sun-oh?» pensó con los nervios de punta.

Sólo se desconectó del mundo medio día. ¿Qué estaba pasando?

Caminó hasta salir del edificio en busca de Jojo, quería saber que sucedía, pero gracias al universo, su amiga corría apresurada hacia ella.

—¡Areum! ¡No sé que hacer!— exclamó Kim con angustia.

—Jojo. ¿Qué está ocurriendo?

—Alguien grabó cuando Hwang Sun-oh se me acercó durante el almuerzo. Creo que piensan que le intereso.— respondió desesperada. —Tengo miedo de que Il-Sik lo vea, es agresivo.

—Creo que ya lo vio.— dijo Ko mordiendo su labio inferior.

—¿Por qué? ¿Pasó por aquí?

—Escuché que está golpeando a Sun-oh.

—Todo es un malentendido, lo arreglaré. Vamos.— musitó Kim tomando de la mano a Areum.

Jojo se sentía mal, no quería ser la causa de algo malo entre el azabache y la rubia, y no quería continuar más con su novio.

Cuando llegaron al salón, observaron por la ventana a Hye Yeong y Sun-oh, ambos con golpes y manchas de sangre.

No había rastro de Il-Sik.

Sin más, Areum abrió la puerta, haciendo que Hwang alzara la mirada y la mirara asombrado, de igual manera, Lee a Kim, pero intentó disimular viendo a otra dirección.

—Lo siento, debo buscar a Il-Sik.— afirmó la más baja con una mirada de culpa, alejándose y corriendo lejos.

—Te veré luego, amigo.— se despidió Hye Yeong levantándose. —Adiós, Ko Areum.— dijo pasando por su lado.

—Uhm, adiós, Lee Hye Yeong.— balbuceó observando a Hwang.

Este ya con una sonrisa en su rostro.

—Areum.— llamó el pelinegro queriendo enderezarse pero la chica lo detuvo.

—Estás hecho un desastre, no te levantes.— advirtió acercándose.

—¿Viniste a verme?— preguntó el sonriente y golpeado adolescente.

—Escuché que el novio de mi amiga te golpeó. ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Buscas llamar mi atención?— cuestionó abrumada.

—Siempre quiero llamar tu atención, pero este no es el caso, aunque ha valido la pena.— respondió Sun-oh moviéndose en busca de algo.

—La sangre no deja de brotar de tu labio, rarito.— mencionó la de cabellos claros quitándose la mascada que llevaba convirtiéndola en un corto pañuelo y situándolo en la herida para absorber el líquido rojo.

—La razón de los golpes fue un absurdo malentendido, pero tengo mi recompensa.

—¿Te dejó mal de la cabeza acaso? ¿Qué es bueno de recibir gol...— no pudo terminar su pregunta pues su celular empezó a sonar y al levantar su mirada vio a Hwang con su móvil en la oreja.

Confundida, tomó su dispositivo y al ver el número desconocido, sus piernas flaquearon.

«¿Fue por eso?»

—Vamos, contesta la llamada.— pidió el más alto.

—Uhm, está bien.

Areum deslizó su dedo por la pantalla y colocó el celular en su oído.

—¿Hola?— musitó Ko.

—Hola, linda Areum. Estaba preocupado por ti, pero ahora que tengo tu número y estás aquí. Todo ha valido la pena.

Pudo escuchar la voz de Sun-oh tanto por su teléfono como a su lado y se estremeció, no podía creerlo. ¿Hizo todo eso sólo porque estaba preocupado por ella?

—Te lo habría dado si no hubieras olvidado pedírmelo.— mencionó Areum en un tono casi inaudible. —Estás manchando mi pañuelo y es nuevo, así que debes traérmelo limpio.

Sun-oh sonrió aún más después de escucharla, pero luego su sonrisa se transformó en una tierna mueca por la cortada en su labio, haciéndole soltar una risita a Areum.

Nadie nunca había hecho por ella, lo que él hacía, permitir que lo golpeen por algo así fue tan absurdo, pero a la vez, fue algo lindo.





HOLA! DESPUÉS DE MÁS DE UN MES LES TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO, lo siento lol.

Les gustó, amores?

Sabían que el número telefónico sería algo tan importante? jsjdk sun-oh anda muy -

espero les haya gustado, gracias por el apoyo que le dan a mi historia, ya somos #1 en LoveAlarm ando feliz.

no se olviden de votar y comentar mucho, así sé que les gusta y subo otro capítulo :3.

los quiero, besitos y abrazos.

-Lia.

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