004. can use me.
𝟎𝟎𝟒. ⫶ ⠀⠀𝐆𝐎𝐃𝐃𝐄𝐒𝐒 ゚◝♡.°⑅ ˚
CAPITULO CUATRO !
━━ 𝗣𝗨𝗘𝗗𝗘𝗦 𝗨𝗦𝗔𝗥𝗠𝗘.
ERA REALMENTE UNA BUENA MAÑANA PARA AREUM, PUES SU PADRE había salido temprano de la gran mansión, anunciando que no estaría en todo el día, por lo tanto su chofer sería el encargado de llevarla y traerla a casa.
La rubia joven estaba feliz por ello, ya que aprovecharía la mitad de su alegre día para darle a Kim Jojo el lápiz labial que había comprado el día en que Hwang Sun-oh la siguió por la concurridas calles de Seúl, y la otra mitad para ir a una nueva heladería que se abriría en el centro, según lo que leyó en internet.
—¿Cómo ha estado Eun jae, señor Park?— preguntó Areum su chofer.
Eun jae era una pequeña castaña, hija de su conductor estrella, la habían diagnosticado leucemia hace un par de años a la edad de seis, y desde entonces la visitaba con su padre, aunque no tan seguido como ella quisiera.
—Ella está algo débil últimamente, pero feliz, mañana es su cumpleaños.— comentó el hombre con una sonrisa de lado.
—¡Es cierto! Como pude olvidarlo. Le compraré un obsequio y se lo llevaré.— afirmó emocionada.
—No es necesario que se moleste, señorita Areum.— musitó con pena.
—Descuide, además ocho años no se cumplen todos los días.— guiñó un ojo divertida haciendo reír al de traje.
—Hemos llegado, señorita Ko.— anunció aparcando en la entrada del instituto.
—Gracias, señor Park. Puede tomarse la tarde libre. — dijo Areum sonriendo levemente y tomando su mochila rosa junto con la bolsa de papel que contenía el labial rojo.
—Señorita, su padre me ordenó que viniera por usted.— dijo en tono suplicante, pues necesitaba el empleo, no quería problemas, y Areum tampoco.
—Descuide, él no estará, si sucede algo yo lo protegeré. Puede aprovechar el tiempo libre y pasarlo con Eun jae.— condicionó cerrando la puerta del vehículo y asomándose por la ventana abierta del copiloto.
—Mi niña Areum, usted es buena y cautelosa, no hará nada malo sola. ¿Cierto?— cuestionó el canoso hombre aceptando lo dicho por la fémina.
—¡Es el mejor! ¡Lo quiero! ¡Salude a Eun Jae por mí!— exclamó evadiendo su pregunta, y corriendo dentro de la escuela escuchando a sus espaldas la risa del hombre y contagiándosela.
En efecto no haría nada malo, sólo iría por helado y un regalo, sin embargo, no quería que la siguiese y perdiera un tiempo libre que de seguro Inho no le proporcionaba.
La joven rubia corrió entre risas por las escaleras de la entrada de la escuela, sin prestar atención a su camino, de pronto sintió chocar con alguien y como su cabeza se golpeaba contra el pecho del más alto.
—Buenos días, Areum.
Al levantar su mirada se encontró con la persona que menos quería ver, el causante de los golpes de su padre, Byun Yo-Han.
—¿Qué quieres?— se alejó rápidamente del joven y empezó a caminar dejándolo atrás, sabiendo que empezaría seguirla.
—Quiero disculparme, de nuevo.— dijo tras ella.
—No aceptaré tus disculpas, si sólo era eso...— murmuró pero sus palabras fueron dejadas al aire unos metros después, su mano fue sujetada evitando que avanzara.
—No es sólo eso. Nuestros padres estarán en una reunión hoy, esta tarde debemos practicar juntos.
—Corrección. Tú practicarás hoy. No te quiero cerca de mí.
—Areum, por favor, para ya.— dijo con cansancio.
— ¿Parar? ¿Yo? Tú eres el que debe parar, no hables con mi padre y tampoco me hables a mí, ni si quiera deberías estar sujetándome ahora.— se quejó bajando la voz pues los estudiantes empezaban a verlos con curiosidad.
—Sé que estuve mal, no le diré nada otra vez, practiquemos juntos hoy, es todo lo que pido.— reiteró Byun y Ko bufó mientras el alumnado se acercaba y escuchaban interesados los murmullos enojados de Areum y las súplicas desesperadas de Yo-Han.
—¡Lee Hye Yeong! ¡Espera, tenemos clase juntos!— gritó Areum harta de la conversación y las miradas de la gente.
Ko se liberó del agarre de su brazo empujando al de cabello ondulado y yendo a paso apresurado hacia Hye Yeong quien se había detenido al escucharla.
—No hablamos y sólo nos vemos en el restaurante, ya lo sé. Pero ayúdame.— musitó la adolescente con rapidez, ya sabiendo lo que pensaba el pelinegro.
—Te veías incómoda.— mencionó Lee caminando junto a Areum, dejando atrás al confundido y arrepentido chico.
— Byun Yo-Han siempre logra enfadarme, por cierto, compré este labial. ¿Crees que le quede bien a Jojo?— dijo sugestiva, haciendo avergonzar a Hye Yeong.
—Yo... yo...— tartamudeó causando la risa de Ko, efectivamente, un rendido por los encantos de su castaña amiga.
— Olvídalo.— dio golpes en su hombro calmándolo. —Te vi mucho tiempo parado. ¿Esperas a alguien?— preguntó cambiando de tema.
—Esperaba a mi amigo. Ya lo conoces seguramente. Se le olvidó algo en el auto. ¡Sun-oh!— exclamó levantando su brazo para que su colega lo viera y orillando a Areum a voltearse y olvidar el tema de Kim Jojo.
En su campo de visión apareció el chico que la había interceptado en las escaleras el día anterior, el que había preguntado con preocupación por su marca en el labio, él que le había dicho que era maravillosa, y al que no quiso darle su número.
—Hye Yeong. ¿Acabo de morir?— preguntó Sun-oh acercándose a los adolescentes sin retirar su mirada de Areum, quien tampoco bajó su vista.
—Oye. ¿De qué hablas ahora? ¿Por qué estarías muerto?— cuestionó Lee, ya sabía cómo era su enamoradizo amigo.
Además Hwang ya le había hablado algo de su devoción a cierta diosa, como Sun-oh apodó a la misteriosa chica, quizá ya lo descubrió y se trataba de Ko Areum.
—Porque el ángel que quería ver, esta frente a mí.— murmuró sonriente mirando a la de rubios cabellos.
Areum por fin cedió a la guerra de miradas y miró al piso con sus mejillas rojizas, eso ya lo había escuchado muchas veces, pero no en un tono dulce y sincero, y era raro que ella considerara a alguien honesto.
— Uhm, este ángel debe irse.— empezó Ko y tomó su cabello lanzándolo en el aire hacia atrás. —Nos vemos, gracias Hye Yeong.— agitó su mano y caminó alejándose de la mirada cautivada de Hwang.
—Oye, Lee Hye Yeong. ¿Por qué hablabas con esa chica? ¿Qué pactó con el demonio hiciste? Porque quiero hacerlo.— dijo Sun-oh tomando las orillas de la chaqueta de Lee y agitándolo con desespero, tal como niño pequeño.
—Cálmate, chico loco. Sólo nos conocemos porque va al restaurante donde trabajo, es la primera vez que hablamos.— se alejó de su mejor amigo arreglando su uniforme.
—¿Va a tu trabajo? ¡Tengo que ir!
—No irás a mi trabajo nunca. ¿Quieres que me despidan? Mejor vámonos a clase.— rió Hye Yeong empujando a Sun-oh dentro del edificio.
«Podría ir cuando no tenga turno.» pensó un sonriente Sun-oh mientras caminaba, realmente ansioso por apreciar a Areum más de cerca.
—Es realmente muy lindo, Areum.— dijo Kim Jojo abriendo el lápiz labial y admirándolo. —Gracias, no debías hacerlo.
—Eres mi amiga, me escuchaste cuando lo necesité, además se que te quedaría muy bien este color. Incluso mejor que a Gul-mi.— dijo riendo mientras abría el kimbap triangular que Kim le ofreció.
Ambas féminas se hallaban en las gradas del patio escolar, Areum no tenía ganas de comer en la cafetería por lo que fue hacia Jojo y su lugar donde comían deliciosos rollos de arroz y alga para darle el regalo.
—Lamento no poder acompañarte a la heladería, tengo doble turno en la tienda de mi tía y luego debo ir al Charcoal.— se disculpó haciendo muecas.
—Está bien, es tu trabajo y lo entiendo.— asintió con la cabeza. — Por cierto, ¿cómo vas con Il-Sik?— cuestionó curiosa.
—Pésimo, siento que estamos juntos por costumbre. Estoy decidida a terminar la relación, no hay más dudas.
—Apoyo esa idea, así podrás voltear a ver a tu admirador secreto.— levantó sus cejas sugestivamente.
—¿Admirador secreto?— preguntó Jojo con confusión.
—¡Si! Y para asegurarnos que siga siéndolo, deberías ponerte el labial rojo en el restaurante.— sonrió cómplice a la castaña quien seguía extrañada.
— ¿En el restaurante? No entiendo a quien pudiera gustarle ahí, además no tengo Love Alarm, los chicos sólo usan eso.
—Mi dulce Jojo, eres muy ciega. Termina con Il-Sik y verás con claridad a tu pretendiente, créeme. ¡Esa tonta app no importa!— exclamó Ko.
Areum pensaba que Jojo se había dado cuenta de las miradas y atención que Lee Hye Yeong le proporcionaba, no obstante, ahora notaba que no era así y aunque en sus planes no estaba ser una cupido, podía notar un dulce interés del pelinegro a la castaña.
Love Alarm le quitaba la importancia de descubrir a las personas por si mismos, los sentimientos escondidos de los demás.
Al finalizar del día escolar, Areum cruzaba las afueras del edificio para salir del instituto, compraría rápido su postre y obsequio para volver a casa y practicar una sonata en la que pensaba mucho últimamente.
—Areum, espera.— le gritaron y al instante su muñeca fue tomada para que no siguiera caminando.
—Suéltame, deja de tocarme, Yo-Han.— llevó con fuerza el brazo hacia su regazo para salir del agarre.
—Debemos quedarnos practicando, te lo dije.— dijo tomando nuevamente su muñeca.
—Y yo te dije que practiques solo, tengo cosas que hacer, no me quedaré contigo.
—Areum, no hagas las cosas difíciles, tu padre se enfadará, vamos a la sala.— la jaló del brazo arrastrándola de nuevo al instituto.
—¿Volverás a abrir tu boca? No me toques. ¡Suéltame ya!— exclamó furiosa intentando soltarse.
—Dijo que la sueltes. ¿No oíste?— una tercera persona se acercó a la escena y miró con enojo a Byun.
Era Sun-oh.
—Suéltala, no la toques de esa forma, vas a lastimarla.— advirtió el pelinegro poniendo su mano sobre el brazo de Yo-Han y empujándolo, de inmediato poniéndose en medio y Areum colocándose dentras de este.
Odiaba sentirse pequeña e indefensa, pero la fuerza de Byun era superior, no hubiese logrado liberarse sola.
—Te dije que tenía cosas que hacer, ahora nos vamos.— murmuró Ko, esperando que Sun-oh le siguiera el juego y la sacara de ese incómodo momento.
Hwang le dio una última mirada al joven quien no se atrevió a emitir palabra, pues la conciencia de sus actos había llegado tarde y justo ahora se arrepentía, como con todo lo que hacía.
Areum sintió un tacto diferente al de hace un rato, Sun-oh tomaba su mano con delicadeza y suavidad, y no pasó mucho tiempo cuando ambos jóvenes sujetados de la mano cruzaban la salida y se dirigían a la calle.
Areum mordió su labio inferior antes de detenerse y por inercia frenar a Sun-oh quien caminaba unos pasos delante.
—Gracias por alejarlo de mí, puedes irte.— musitó la joven algo cohibida.
—Te acompañaré a donde vayas, puede volver a aparecer.— ofreció el pelinegro soltándola lentamente.
—Descuida, le hice creer que iría contigo, eso es todo. No quiero usarte.— admitió apenada por la situación, que le pasaba, quizás todavía estaba muy aturdida por los tratos de Byun.
—Puedes usarme, estoy bien con eso. Si así puedo cuidarte.
Una respuesta que Areum no esperaba, en absoluto. Su tacto era suave y ahora sus palabras eran dulces.
Tanto que la rubia inconscientemente le dedicó una primera sonrisa al chico, una pequeña sonrisa que él se aseguraría de recordar por siempre.
—Pues yo no, te pagaré. ¿Te gusta el helado?— preguntó rápidamente y el chico asintió.
—Te compraré un helado.
Sujetó al chico de la manga de su chaqueta y ahora ella llevó la delantera, dirigiéndolo a la plaza.
—¿Qué me dices de tu número?— se atrevió a preguntar el mayor con su característico carisma.
—Lo pensaré, pero por pronto el helado.— respondió mirándolo de reojo.
Ambos sonrieron al mismo tiempo, uno más que otra, pero lo hacían, ella lo hacía, y eso era lo importante.
HOLA CARIÑOS! LES GUSTÓ EL CAPÍTULO? ^^
ya tienen una opinión más clara de yo-han? seguiremos viendo más cositas uwu.
sun-oh es un amor, lo adoro sjdkjd ♡
me tardé en actualizar pq quería llegar a los 100 votos en el último capítulo lol.
so, ya saben cuando superemos los 100 habrá nuevo cap!
muchas gracias por el apoyo a la historia, no olviden comentar en las partes que les gusten, un abracito para todos. ♡ ♡
- Lia.
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