𝗧𝗛𝗥𝗘𝗘

🎀🎀🎀

Sus ojos brillan. Sus putos ojos brillan. 

Parece que ha caído del cielo, piensa Juanjo.

Alguien le empuja haciendo que se choque con el chico del bigote. A este se le cae toda la bebida encima, y Juanjo siente que va a explotar de la vergüenza.

Esta apunto de disculparse con él, pero oye su nombre, y esta lo suficientemente sobrio como para notar el tono de preocupación en Bea.

—¡Juanjo!— se aparta del chico y va hacia Bea—. No sé que ha pasado yo estaba con Álvaro y cuando me he girado...

—¡Denna!— Juanjo ve como un chorro rojo de sangre corre por la mano de la rubia.

—No pasa nada Juanjo, me he cortado con el vaso, de verdad, no pasa nada.

—¿A sido él, verdad? Hijo de puta.

—¡No! ¡Juanjo, para!— el aragonés hace caso a Denna, y para de caminar hacia Alex. A veces sus impulsos le ganaban—. Alex no ha hecho nada, el problema ha sido más bien con su grupito. Voy al baño a lavarme esto, ahora vuelvo.

—¿Te acompaño..?— Juanjo da un paso hasta la rubia.

—Ya voy yo— Alex sigue a Denna hacia el baño. Juanjo se vuelve hacia Bea.

—¿Y Violeta?

—Ese es el otro problema— le responde ella—. No sé como ha pasado, pensaba que esta vez no venían. Chiara ha aparecido y ha empezado a discutir con ella. La chica pelirroja que nunca me acuerdo de su nombre también a venido. Estaba con el tío con bigote al que te has quedado mirando media hora y luego le has tirado la bebida.

Juanjo siente sus mejillas arder, pero rápidamente vuelve al tema de sus amigas, está preocupado por ellas.

—¿Y están bien? ¿Qué ha pasado con Vio?

—Álvaro se la ha llevado fuera, estaba un poco en shock por lo que le han dicho. Y si preguntas por Paul, eso ya no lo sé.

—¿Eso es tuyo?— pregunta Juanjo, señalando la bebida que lleva Bea en la mano. La madrileña sonríe al ver como su amigo cambia de tema.

—Todo tuyo— dice ella entregándoselo. Juanjo cree que necesita más alcohol que nunca—. Es de Álvaro, pero supongo que no le importará.

El maño asiente y baja la guardia. Pero recuerda que le ha tirado la bebida encima a un chico— bastante guapo, por cierto— y no se ha disculpado por ello, por lo que sale disparado a los baños, para haber si lo encuentra, despidiéndose de Bea.

Se asoma al baño. Esta vacío, pero oye el chorro de agua al otro de la puerta, así que, con el cubata en una mano y muchos nervios, decide entrar, rezando que sea él. Se lo encuentra intentando limpiarse la camiseta.

—¿Quieres que te ayude, o...  Soy Juanjo, Juanjo Bona— resopla. Acaba de hacer el ridículo, y probablemente el chico este riéndose de él ahora mismo. Pero no lo hace, en cambio, le esta sonriendo con ternura—. Lo siento... me he puesto un poco nervioso. Perdón por tirarte el ron antes, me han empujado. O vino, no se que eso.

—No pasa nada. Es Kalimotxo— dice con una sonrisa.

Bendita sonrisa.

Juanjo siente que esto no puede acabar así. Así que decide sacarle más conversación al chico. Porque la noche aún no ha acabado y apenas va por su sexto cubata.

—¿Eres nuevo aquí? No te he visto nunca.

—Sí, he llegado hoy. ¿Tu llevas mucho aquí?

Juanjo sonríe al ver que le sigue el rollo.

—Dos años. Espera, que te ayudo— El aragonés se acerca torpemente hacia el chico esperando que no note sus nervios y le ayuda a limpiarse la mancha de el kalimotxo con cuidado. Siente su mirada sobre él, quizá se ha acercado mucho—. Perdón... me he precipitado.

—Nah, no te preocupes...Oye, creo que se ha liado un poco con tus amigos y los míos, ¿sabes lo que ha pasado? Por cierto, soy Martin, Martin Urrutia— dice el, imitando a Juanjo, que sonríe. La peculiaridad de su nombre, solo hace que Juanjo quiera saber más de él.

—No me he enterado muy bien— miente—. ¿Necesitas más papel o algo?

—No hace falta, gracias— Juanjo le vuelve a mirar a los ojos, son muy bonitos. Siente que el estómago le va a explotar, un montón de mariposas revolotean dentro de él. Y esta seguro que hasta Martin escucha los latidos de su corazón.

No sabe por que esta tan nervioso, no debería estarlo; el chico le parece simplemente atractivo, no hay por que ponerse así.

Juanjo no sabe que decir. Martin tampoco. Se quedan mirándose a los ojos hasta que el menor rompe el silencio.

—Tienes los ojos muy bonitos.

—¿Qué?— las palabras salen disparadas de la boca de Juanjo.

—Voy un poco borracho, pero, sí, tus ojos son muy bonitos— Juanjo piensa que el chico le esta mintiendo, pues él mismo acaba de tirarle la bebida, y no cree que este borracho; pero decide creerle.

No entiende como una persona como Martin le puede decir que tiene los ojos bonitos. Sus ojos son comunes, más de lo que quisiera admitir.

En cambio, el bohemio tiene unos ojos tan profundos, que Juanjo cree que puede ver estrellas reflejadas en ellos. O simplemente, los seis cubatas le están empezando a hacer efecto y ahora esta teniendo alucinaciones.

—Gracias... Los tuyos también— consigue responder, a pesar de haberse quedado atrapado en su mirada. Las comisuras de la boca de Martin se curvan haciendo que sonría levemente. Juanjo se da cuenta y también sonríe.

Martin no sabe como pero su mano acaba en la cintura de Juanjo y las manos de este en sus mofletes. El tacto de Martin le transmite tanta tranquilidad, que cree que podría quedarse así para siempre.

Ambos chicos se miran durante unos segundos más, disfrutando del momento. Juanjo sigue sin entender por que el corazón le va tan rápido.

Todo pasa tan rápido, que lo único que siente el maño son los labios de el vasco estamparse contra los suyos casi en un suspiro.

Esta a punto de seguirle el beso, pero recuerda todo lo que ha pasado con sus amigos hace diez minutos.

Y que el chico es nuevo y aunque le parezca extremadamente atractivo, no puede traicionar a sus amigos de esa manera. Por que sabe que si sus amigos se enteran de que se ha liado con uno de el otro bando, jamás le perdonarían. Y prefiere aguantarse las ganas, que perder una amistad tan valiosa como la suya.

Juanjo sabe que todo esto suena muy exagerado, pero ya le ha pasado varias veces, y no quiere volver a encontrarse con una Denna, o peor, una Violeta enfadada.

Se aparta y ante la atenta mirada de Martin, y suelta:

—Perdón, creo que te has equivocado— y sale por la puerta, dejando al chico ahí.

¿Perdón, creo que te has equivocado? A veces eres idiota, Juanjo— piensa, saliendo del local con intención de fumar.

No sabe donde ha dejado el cubata, pero no le importa mucho cuando sus ojos se encuentran con su amigo Álvaro, fumando también, en la esquina de la calle.

—Juanjo, casi no te he visto en toda la noche.

—Si, ya se que has estado muy ocupado con Paul. No hace falta que me cuentes los detalles otra vez, Álvaro— responde él, de mala gana. Tras lo que acaba de pasar, ni su mejor amigo puede ponerle de buen humor.

—No ha sido por eso, pero si quieres también te cuento— al ver que Juanjo no hace una mueca de asco ante lo que acaba de decir, el sevillano se preocupa— ¿Juanjo? ¿Qué te pasa? ¡No me digas que tú también te has peleado! Ya he tenido bastante hoy, Juanjo, no me decepciones.

—No es eso, ostia, maño. Solo quiero irme a casa.

Álvaro cree que su amigo se ha vuelto loco.

—¡Cómo nos vamos a ir a casa! Pero si apenas son las doce. Juanjo, ¿Te han echado algo en la bebida?

Juanjo le mira serio, y su mejor amigo lo entiende al segundo. Necesita descansar.

—¿Quieres que te acompañe a la resi...?— le pregunta Álvaro, aplastando su cigarro con el pie.

—No hace falta. Mañana me cuentas todo lo que ha pasado.

—Vale...adiós.

Juanjo vuelve solo a la residencia. Se hace un resumen mental de lo que ha pasado, y se maldice así mismo por haber bebido tanto, ya que mañana no se acordará de nada.

Consigue abrir la puerta de la habitación sin hacer mucho ruido, y se quita los zapatos, dejándolos por ahí tirados. Desbloquea su móvil con intención de escribir a Álvaro para decirle que ha llegado bien a casa, pero algo le distrae cuando entra en Instagram.

Ruslana tiene historia, un selfie con Chiara, Lucas, Naiara y Martin, todos bailando en la fiesta. La foto no tiene nada en especial, pero Juanjo solo puede fijarse en una cosa; la cuenta de Martin esta etiquetada.

Prefiere no cuestionarse mucho el porqué se mete en su cuenta, pero lo acaba haciendo. Parece que hoy esta de suerte, por que su cuenta es pública. El sueño se esfuma cuando se pasa el resto de la noche stalkeandole, intentando sacar la máxima información posible de él. Al final se queda dormido, con dos únicas palabras resonándole en la  cabeza:

Martin Urrutia.



///
Primer contacto de los majos!!

Habéis visto que se han ido los dos a Getxo, son más monos.

Espero que os haya gustado el capítuloo, os quiero 💌

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top