{🫧XLIII} La Emperatriz y el Cirujano de la Muerte al rescate




El submarino de los Heart Pirates, el Polar Tang, se queda en Amazon Lily en lo que Luffy y Hela se recuperan de la guerra gracias a la generosa oferta de la shichibukai emperatriz Boa Hancock. Las heridas de ambos Mugiwara eran muy severas según el cirujano de la muerte, Trafalgar Law, añadiendo que dependía de ambos que estos despertaran pues aún tenían que sanar de sus heridas psicológicas. El diagnóstico de Trafalgar afirma que Hela podría recuperarse antes de tiempo por haber recibido menos daño de los golpes pues el único verdadero problema fue que ambas cicatrices que la estratega tenía se volvieron a abrir pero el cirujano consiguió sellar de estas permanentemente gracias a sus poderes.

Es así como un día después que llegaron a la Isla de las Mujeres, la Asesina Aniquiladora Hela comenzaba a despertar luego de su doloroso y frustrado sueño el cual era una pieza más de su complicado pasado. Comenzaba a respirar agitadamente al sentir una punzada fuerte en su cabeza recordando lo que fue su sueño, gruñía y bufaba al poco tiempo de sentirse ansiosa y estresada. Su mente iniciaba a nublarse y su garganta comenzaba a cerrarse provocando que entre en un estado de desesperación y pánico al desconocer el área donde se encontraba.

Consigue levantarse de la camilla quitándose el equipo médico que traía en ella, busca con urgencia un objeto en especifico arrojando todo a su paso y al mismo tiempo destruyendo el cuarto donde se encontraba. Una vez teniendo el objeto en mano, logra salir de la habitación con brusquedad investigando una salida para intentar aclarar su mente hecho un desastre. Se encuentra con un par de personas vistiendo uniforme blanco alterando más a la asesina sintiéndose asfixiada y mareada. Cuando por fin logra llegar a la salida oliendo el aire fresco, inspecciona su entorno fijándose que estaba en un barco ajeno, por lo que salta de este para llegar a tierra firme y salir corriendo sin rumbo alguno.

Mientras se adentraba más al bosque, todo lo sucedido en Marineford le llega de golpe. La revelación ante el mundo sobre su linaje, el chantaje de Doflamingo, su verdadero padre, las peleas contra Aokiji, Kizaru, Akainu, el sacrificio de Ace, la muerte de Ace. Absolutamente todo lo que vivió, presenció y revivió hizo estallar la paz mental que Hela traía dentro, sin fijarse que se había tropezado con algo rodando por una colima hasta caer chocando el costado de su cabeza con una roca.

Aquello fue el detonante para que la pelimorado perdiera el control sobre sus emociones y demás. Ya no podía contener el llanto en su interior por lo que comenzaba a agitar su respiración con rapidez temblando del coraje, grita gruñendo de la angustia hasta lastimar su garganta, y por fin suelta las abundantes lágrimas sacando su dolor y tortura que estaba acabando con ella.

Los sucesos de Sabaody. La guerra de Marineford. Dracule Mihawk. Portgas D. Ace.

Ace. Ace Ace.

—ACE!!! —Chillaba sufriendo al reconocer que su amado ya no se encontraba en este mundo. Dejó sacar sus poderes creando una explosión alrededor de ella llevándose unos cuantos árboles. Al mismo tiempo se incorporó del suelo para golpear las cortezas de forma que se desahogaba del terrible dolor lamentándose que pudo prevenir desde un principio la muerte de Ace.

Sus nudillos comenzaban a tornarse rojizos y eventualmente empezaban a sangrar, Hela estaba muy ocupada como para enfocarse en el dolor físico al estar hecha una furia castigándose a sí misma por permitirse bajar la guardia al enamorarse haciéndola más débil y vulnerable. Hasta que finalmente se detuvo porque su vista se desvió a la daga de su hermano, la toma apretándola con fuerza dispuesta a hacer lo siguiente:

Mira de la daga mientas la alza a la altura de su pecho para después apuñalarse con esta para acabar con su tortura, fracaso y sufrimiento. No obstante, escucha como el arma choca con algo de metal, así que abre sus ojos buscando el obstáculo que impide acabar con su vida. Sus mirada se encuentra con la de Trafalgar Law sosteniendo su larga katana impidiendo que Hela se suicide.

La estratega lucía hecha pedazos—. Por qué...? —Cuestiona con la voz ronca—. Por qué no me dejas acabar con mi vida?!

—Te acabo de salvar la vida. No me gustaría saber que me esforcé para nada. —Admite sin mostrar ninguna emoción en su cara.

Sus palabras alteraron más a Hela—. Como si a ti te importara que viviera. —Agacha su cabeza apretando sus párpados con fuerza—. Ace está muerto. Y todo porque fui una ignorante y me confíe demasiado!! —Comienza a revelar alzando la voz—. Dejé que mis sentimientos me controlaran y no me haya dejado pensar en un claro y preciso plan para rescatar a Ace... —Sus lágrimas comenzaban a salir de nuevo—. Cómo me puedo llamar la estratega de mi tripulación si mis planes fallan?! —Suelta de la daga para cubrirse el rostro—. Le fallé a Luffy permitiendo que su hermano muriera frente a él... no puedo... yo... soy un fracaso... no merezco vivir, jamás debí existir. —Desvela recordando ser una bastarda—. Mi muerte no impactaría a nadie en específico, de hecho, le estaría haciendo un favor al mundo entero. No puedo seguir viviendo!

Iba a tomar de nuevo la daga pero Trafalgar es más rápido por lo que agarra las muñecas de Hela con firmeza sin lastimarla con ambos quedando cerca del otro—. Dices eso porque te sientes culpable por la muerte de Ace pero él fue quién decidió sacrificarse para que ambos siguieran vivos, si te matas su muerte habrá sido en vano. Habrías dejado en claro que te has rendido y renuncias a todas las aventuras que te quedan por vivir.

—Tú no entiendes lo que es perder a tus seres queridos... —Hela se rehusa a entrar en razón.

Trafalgar no era un chico al que le gustaba hablar acerca de su pasado pero al sentir lástima por la estratega decidió ayudarle un poco a sanar sus heridas psicológicas—. Perdí a mi hermana, padres y toda mi ciudad por una enfermedad. Conozco el dolor por el que estás pasando y créeme en estos momentos no sientes nada más que desesperación y angustia. —Confiesa sin despegar la vista del rostro de Hela—. La única diferencia es que tienes a una tripulación que se preocupa por ti y un capitán el cual te necesita verte fuerte para que este no caiga en lo más profundo de la depresión.

La mención de Luffy hace que poco a poco recapacite olvidándose de su dolor—. Luffy... cómo está Luffy?! —Pregunta exaltada.

—Se encuentra estable, por ahora. Hice todo lo que pude para salvarlo, ahora depende de que se aferre a la vida.

El pensar en Luffy cuando despierte será muy difícil de verlo sufrir por la muerte de Ace, pese a ello, Trafalgar tenía razón con respecto a que Hela tenía que mantenerse fuerte para evitar que Luffy sufra una recaída. No obstante, también el pensar en su capitán le recordaba a su amado pecoso y todas las aventuras que vivieron juntos. Puede que su relación amorosa se haya visto acelerada pero también iba a servir para que ambos se conocieran poco a poco dispuestos a ya siendo una pareja, inclusive Ace estaba dispuesto a dejar ir su vida como pirata para darle la vida que Hela merecía.

Ya nada de eso importaba, lo único que quedaba por hacer era asimilar y procesar su muerte y de alguna manera con el tiempo superar su ida de este mundo—. Luffy necesita que sea fuerte. —Consigue levantarse del suelo pero sus emociones la traicionan y de nuevo suelta lágrimas—. Pero dudo que quiera verme pues confiaba la vida de su hermano en mis manos y le fallé.

Se vuelve a cubrir su rostro con sus manos llorando en silencio. Trafalgar al principio se mantenía parado observando sufrir a Hela pues no tenía intensiones de consolarla pero poco a poco fue sintiendo lástima y empatía por la estratega ante su dolor, sin embargo, no sabía cómo hacerla sentir mejor. Hasta que se decidió tomar su brazo con delicadeza cuando se escuchan las ramas y hojas de los árboles crujir que el moreno recoge su mano.

Quien se aproximaba a ellos era la mismísima emperatriz preocupada al saber cómo se encontraba su amiga—. Hela... —Le regala una mirada angustiada por la asesina crujiendo su corazón al verla hecha pedazos.

La recién nombrada alza la mirada llevándose la sorpresa de que Hancock se interesaba en ella—. Hancock...?

La shichibukai abraza a la pelimorado sin pensarlo dos veces recordando lo que Hela había hecho por ella hace unos días atrás—. Todo va a estar bien, Hela. Uno tiene que tener paciencia para superar la muerte de un ser querido, no quieras apresurarte a sanar las heridas de la noche a la mañana. Es un proceso que lleva tiempo y no importa llorar todas las veces que necesites, mientras consigas seguir adelante podrás conllevar el resto de tu vida.

Hela aunque no lo admitiera, necesitaba ser abrazada por alguien y le dijera que todo iba a estar bien. Las palabras de la princesa le sirvieron para reconfortarla y transmitirle una pizca de energía para ir lentamente recuperándose del hueco que Ace le dejó. Aún así, no dejaba de sorprender lo que Hancock hizo por ella—. Muchas gracias, Hancock. Necesitaba oír esas palabras. —Le regresa el abrazo y después ambas se separan.

—Oh si! Claro! —Hancock le quita la ropa que le había dado a Trafalgar con brusquedad cuando iba a abrazar a Hela—. Es para que te sientas más cómoda en vez de usar la bata que traes.

Toma del saco de ropa—. Te lo agradezco. —Esboza una pequeña sonrisa la cual se le borra al instante al recordar a Jinbe—. Cómo se encuentra Jinbe?! Él también venía con nosotros y estaba sumamente herido al proteger a Luffy y a mí!

—Se encuentra bien. Ahora está descansando en el Polar Tang. Puedes ir a verlo. —Avisa el ojigris sintiéndose extrañamente culpable al no poder hacer sentir mejor a Hela, tal como lo hizo Hancock.

La estratega desvía su atención hacia donde Hancock venía con ellos sólo para reflexionar lo que haría a continuación. Por supuesto que quería ir a ver a Jinbe y agradecerle por todo lo que había sacrificado por ambos pero también significaría confrontar al Caballero del Mar el cual le advirtió de la remota posibilidad de la muerte de Puño de Fuego, no se veía con la fuerza suficiente para confrontar al gyojin y de nuevo recaer en la depresión. Por lo que se negó a ir con Jinbe diciendo que tenía que aclarar su mente y relajarse para encontrar la paz en su interior.














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