{🫧XLI} El final de la guerra de Marineford







Las manos de Ace dejaban de sostener la cintura de Hela poco a poco, su cuerpo parecía parar de agonizar, de temblar, entrando en un estado de calma. Las lágrimas dejaban de mojar el hombro de la pelimorado, dejaba de sentir calor corporal con el pecoso. Y llegó la hora donde ya no podía mantenerse arrodillado por lo que todo el peso de Ace se recarga por completo en Luffy y Hela quienes sumamente pasmados dejan caer el cuerpo sin vida del pelinegro retumbando en un aterrador silencio indicando que su sufrimiento había finalmente acabado.

Portgas D. Ace había muerto. Sacrificando su vida por su hermanito y amada.

El cuerpo de Hela estaba tan tenso que no podía reaccionar de ninguna manera ante la muerte de su pareja. Era como si su mente entró en un estado de shock del cual era imposible de despertar. Todo su cuerpo entró en un estado de inmovilización y lo único que le quedaba hacer era repetir por su mente una y otra vez los últimos minutos. Se rehusaba a creer lo que había visto con sus propios ojos, seguía creyendo que Ace cayó en un profundo sueño por lo exhausto que terminó y que cuando huyan de Marineford despertará justo con esa sonrisa que tiene ahora.

Sabes qué deberíamos hacer? Planteaba Ace recostado bajo la manta que cubría su cuerpo desnudo.

Hela se acerca más hacia el pecoso interesada en lo que este iba a decir—. Dime, Ace. Coloca sus dedos en el pecho de Ace acariciándolo con la yema.

Escapar del mundo. Solos tú y yo. Vivir sin ser reconocidos como los hijos del legado de nuestros padres. Tener una vida común y corriente lejos de los reflectores. Plantea con delicadeza.

Esto hace que la estratega alza la mirada—. Estás hablando de retirarnos como piratas?

Por qué no? Ambos merecemos un descanso. Toma la mejilla de su amada acariciándola delicadamente con su pulgar.

Después de que todo esto acabe? Aclara con temor pues ella si estaba dispuesta a abandonarlo todo pero sabía que Ace estaba muy determinado en acabar con Barbanegra.

Ace traga saliva al no coincidir con el tiempo. Se refería a que huyeran en estos momentos pero fue la misma asesina que le recordó tener cuentas pendientes y si no las arreglaba podrían aterrorizar a su amada—. Por supuesto, mi querida Hela. Acepta agarrándola de la cintura para pegarla hacia su cuerpo.

La respuesta de Hela es colocarse encima del pecoso esbozando una enorme sonrisa de emoción quedando más enamorada. El rostro de Ace con su cabello desordenado provocaba que las hormonas de la asesina se alocaran—. Hagámoslo, Ace. Prométemelo.

Las manos del pelinegro bajaban con camino a la parte baja de la espalda de la ojicafé—. Te lo prometo, Hela. Sellan su promesa en un apasionante beso que termina con una noche llena de magia y diversión para la pareja.

Ni siquiera los gritos desgarradores de Luffy podían despertar a la estratega de su pesadilla. Todo su esfuerzo, dedicación, determinación no sirvió para nada. Su garganta comienza a cerrarse al entrar en un estado de decepción y paranoia, le daba igual lo que ocurriera en el exterior, había fallado por primera vez y la muerte de Ace siempre será su culpa.

Eres la responsable por la muerte de Ace. Su mente jugaba macabra con ella al repetirle la misma frase.

Los gritos, lloriqueos, chillidos, lágrimas moquientas de los piratas a su alrededor provocaron que Hela recuperara la cordura lentamente. Su respiración se hacía pesada al mismo tiempo que temblaba del coraje y angustia que comenzaba a florecer. Su atención se dirigía específicamente a un hombre en concreto, el almirante Akainu, autor de la muerte de Ace. Ante su sed de venganza, seguía sin respuesta alguna por parte de sus piernas, ahora no podía moverse por todas emociones negativas mezcladas por todo su organismo. Al mismo tiempo, su sobre-explotación de su cuerpo le estaba también pasando factura por lo que en cualquier momento caería inconsciente.

Hablando del almirante, este llegaba con intensiones de acabar con la vida de los Mugiwara en cualquier santiamén, sino fuera porque tanto Marco como Jinbe llegaron a intervenir—. HELA-CHAN! Tenemos que irnos!! —Apresura Jinbe acelerado.

Era como si un balde de agua helada cayó sobre Hela provocando que reaccionara finalmente—. LUFFY!!! —Por fin es capaz de mover su cuerpo moviéndose para ver que su capitán estuviese fisicamente bien. No obstante el terror la inunda al fijarse que Luffy había quedado completamente congelado, paralizado de pies a cabeza.

—Vámonos ahora!! —Insiste Jinbe—. Puedes moverte?

—Llévense a Luffy y Hela lejos de aquí, Jinbe!! —Pide Marco defendiéndolos de Akainu.

Hela intenta cargar al chico de goma pero no contaba con la suficiente fuerza de tan siquiera mantenerse parada, por lo que el caballero del mar consigue cargar a ambos piratas lejos del duelo—. Jinbe... —La estratega se negaba a perder el conocimiento, no ahora que la guerra continuaba.

—Descuida, Hela-chan. Los llevaré a un lugar seguro.

—Ace... dejamos a Ace...

—El comandante de la primera división de los piratas de Barbablanca me ordenó que los salvara a ustedes dos por Ace. Intento cumplir con su promesa. —Responde Jinbe ignorando lo que le dijo Hela quien insiste en ayudar a contraatacar—. Hela-chan, tu cuerpo ya no puede más, estás temblando sin parar.

La estratega seguía oyendo los ataques de ambos bandos sin tener ni idea de lo que pasaba, su instinto le pedía que fuera en busca de Akainu y buscara venganza sobre él pero súmente era incapaz de dar órdenes al resto de su cuerpo—. Quiero acabar con la vida de Akainu! Juro que cobraré mi venganza por lo que hizo! —Insiste reteniendo su coraje.

—Tanto tú como Luffy-kun tienen que sobrevivir a este día! —Razona el ex-shichibukai—. No quieras malgastar el sacrificio que Ace-san hizo por ambos. Créeme, ya habrá otra ocasión para que te enfrentes a Akainu, por ahora necesito protegerlos a ambos!

Justo cuando buscaban de un barco para salir de la guerra, Akainu se interpone reclamando que cumplirá su palabra, a lo que Jinbe se pone a la defensiva. Al enfrentamiento se une Ivankov e Inazuma para defender a los otros tres. Mientras tanto, Barbanegra había llegado a la batalla con nuevos reclutas de Impel Down en busca de finalizar su plan. Debido a que Barbablanca había muerto en combate, Barbanegra logró apiadarse de la fruta del diablo que el viejo tenía aterrorizando a todos a su alrededor.

Por el otro lado, los esfuerzos nulos de los miembros del Ejército Revolucionario sólo enfurecieron más al almirante dispuesto a perseguir a los tres hasta el fin—. Jinbe! Entrégame al hijo de Dragón y a la bruja! —Demanda furioso lanzando su ataque de lava atravesando el cuerpo de Jinbe y dañando el pecho de Luffy. El Caballero del Mar caía del cuelo al sentir el humeante dolor recorrer su cuerpo.

Hela entró en conflicto con ella misma al no poder defenderse del almirante, sus músculos seguían sin responderle por mucho esfuerzo que pusiera. Los tres caen al mar congelado provocando que por el impacto Jinbe suelte a los Mugiwara por accidente, lamentándose por permitirse bajar la guardia. La pelimorado intenta calmar a Jinbe e intentar pensar en algo para escapar antes de ser consumidos por la ardiente venganza de Akainu. Hasta que la suerte los ilumina y gracias a Crocodile los manda a volar lejos del almirante; también quien llega a rescatarlos coincidentemente es nada más y nada menos que Buggy el Payaso.

Estos chocaron caminos mientras estaban en el aire—. Capitán Buggy ha salvado a Jinbe y los Mugiwara!! —Exclaman celebrando sus seguidores prisioneros.

—Buggy?! —Cuestiona Hela sorprendida.

—AHH! Hela-san, estás bien? —Pregunta Buggy ignorando a los otros dos.

—Sácanos de aquí antes de que Akainu regrese por nuestras cabezas! —Apresura la asesina.

—Sólo puedo rescatarte a ti, estos dos me dan igual. —Contesta el payaso.

—Escúchame, tonto! Nos salvarás a los tres sino quieres que te arranque tu enorme nariz colorada de tu horrible rostro! Entendido? —Amenaza frustrada y apresurada.

Buggy grita aterrorizado—. Qué cruel eres, Hela-san! Me encanta que seas así conmigo! —Replica enamorado y se van alejando volando.

—Gracias, nariz roja. —Agradece Jinbe.

—Jinbe! Cómo sigue Luffy? —Desea la estratega saber preocupada.

—Está en peor estado por mi culpa. Me disculpo contigo, Hela-chan, no pude protegerlos. —Se lamenta.

—No digas eso! Si somos nosotros quienes te debemos una por ayudarnos a escapar! —Niega Hela honrando el sacrificio del ex-shichibukai.

Los cuatro piratas escapaban de la lava de Akainu cuando de repente un submarino amarillo pirata sale de la nada del agua dejando sorprendidos a todos los presentes—. Traigan a Mugiwara-ya y compañía aquí! —Pide una voz familiar que le cuesta a Hela identificar.

—Que forma más rara de referirse a alguien. Y tú quien eres, niño? —Cuestiona el peliazul haciendo que la asesina alce la vista ahora si logrando saber de quién se trataba.

—Buggy... déjanos con ese pirata... —Pide quejándose del dolor.

—No sé quién demonios es. Puede ser un enemigo! —Resalta el payaso.

—Es nuestro único boleto de salida, sólo hazlo! —Ordena la asesina.

—No digas que no te advertí! —Contesta Buggy y con ello lanza a los tres piratas directo al submarino de Trafalgar Law.

Luffy y Jinbe son atrapados por dos nakamas del capitán mientras que Hela queda en los brazos de Trafalgar—. Hay que salir de aquí antes de que los cañonazos nos destruyan! —Ordena el capitán sosteniendo a la estratega con fuerza cuando el submarino se mueve bruscamente debido a los disparos de la Marina.

No obstante, un ataque de luz con dirección a los dos piratas hace despertar a Hela empujando a Trafalgar para que no le pasa nada a este provocando que ambos caigan al suelo—. El trabajo aún no acaba. —Admite Hela consiguiendo finalmente moverse un poco.

—Asesina-ya, tenemos que entrar al submarino ahora, si queremos salir de aquí lo más pronto posible! —Insiste acelerado el ojigris.

Las miradas de Hela y Kizaru se encuentran haciendo gruñir a la estratega entendiendo lo que tenía que hacer—. Les conseguiré tiempo para escapar. —Dice preparándose para despegar.

El agarre de Trafalgar la detiene—. Tu metabolismo está a punto de estallar, si sobre-explotas tu organismo una vez más, quedarás paralizada para siempre. No podrás mantenerte sana ni tampoco podrás producir células para todo su sistema. El que estés temblando incontrolablemente es sólo la primera fase de exhausto excesivo. —Explica el moreno—. Además, tu capitán no le vendría nada bien si se entera que dejé a uno de sus subordinados atrás.

—No actúes como si fueras un doctor de verdad! —Defiende la pelimorado.

—Soy un doctor. —Replica Trafalgar molesto.

Hela no tenía tiempo para discutir, ni mucho menos perder el tiempo con el moreno—. Mi capitán está en este submarino, sino no hago algo pronto, todos nos vamos a hundir y tu "heroico" sacrificio será en vano! —Persiste con seriedad—. Tú sólo encárgate de salvar la vida de Luffy y Jinbe. Yo me encargo de distraer al enemigo. —Sostiene su autoridad tomando a Trafalgar por el cuello de su sudadera.

Esto no le sienta bien al capitán por lo que se quita las manos de encima—. Bien! Me da igual lo que hagas! —Le incomoda que una chica le diera ordenes por lo que decide dejarla ir.

La estratega se enfrenta a su último duelo de la batalla una vez más contra Kizaru, usando todas sus habilidades que le quedan restantes. De alguna extraña manera se mantuvo sumamente en guardia y en alerta con lo que restaba de la pelea. Lograba absorber con más maestría los ataques del almirante ganándose una pizca de terror por parte de Kizaru, sin embargo, su cuerpo ya no aguantaba más, por lo que guardó su más potente energy blast como ataque final para quitarse al almirante de encima lo cual consigue pero Kizaru también logra disparar a Hela vulnerable justo en la cicatriz que Dusan le hizo abriendo de esta con facilidad creando un agujero por esa zona.

Menos mal que Kizaru había caído lejos pues la asesina poco a poco estaba entrando en un estado inconsciente a nada de ingresar en un profundo sueño. Mientras tanto, Trafalgar estaba listo para irse sin la estratega pero su subconsciente le impidió dejar atrás a la Mugiwara, por lo que sale justo a tiempo para atrapar a la pirata de nuevo en sus brazos. Al mismo tiempo que tomaba el sombrero de paja de Luffy que Buggy le había lanzado para así ingresar a su submarino.

El moreno corre apresurado a llegar a su sala de operaciones para tratar a Jinbe, Luffy y Hela de inmediato queriendo iniciar con la asesina pero esta lo detiene—. No... —Decía agonizando del dolor apretando la manga de Trafalgar—. Primero mi capitán... y Jinbe... yo... puedo... esperar... —Se tomaba de su herida llenándose de sangre su mano.

Trafalgar miraba confundido y frustrado a la asesina dudando si seguir sus ordenes—. Shachi, encárgate de detener su hemorragia. —Ordena finalmente a uno de sus nakamas y cuando el tal Shachi se acercaba a Hela, esta cae en un profundo sueño.











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