{🫧XL} Malas cosas le pasan a las buenas personas







No tenía tiempo para distraerse con lo que acababa de pasar con Mihawk. Se negaba a aceptar que su padre era el shichibukai la cual la abandonó para que la suerte cuidara de ella. Qué clase de persona abandona a dos niños que claramente necesitan atención. Acaso quería Mihawk que Hela creciera capaz de defenderse por su cuenta? Era una niña, no necesitaba ser fuerte, necesitaba ser protegida. Menos mal que en los recuerdos se mostró explícitamente que Dusan si era hijo del rey Matze. Ahora tiene sentido porque el mismo rey despreciaba a Hela, ella nació siendo una bastarda desde el principio. Quién diablos deseaba criar a una bastarda? Tampoco era razón para que Matze abusara de ella, y por qué su madre lo permitía?

Acaso ella también se había arrepentido por concebir a Hela? La estratega no debía sentirse culpable por nacer, en ningún momento fue su culpa, sino era de Katja al engañar a su esposo. Entonces por qué siente que esta es su responsabilidad y obligación?

Sus pensamientos volaron al visualizar a mr. 3 cerca de su posición, por lo que lo toma sin su consentimiento y lo noquea para hacer su trabajo más fácil. Es así como entre traiciones, estrategias, sudor, sangre, explosiones y demás, la batalla sigue su curso. En un momento la Marina parecía mantener la delantera al lograr encerrar a todos los piratas en un muro impenetrable a cualquier ataque, al mismo tiempo que derretían el hielo que los mantenía a pie dentro del muro. No obstante, el coraje de Hela hace que junte toda su energía y logre penetrar el muro de sólido concreto y llegar a sólo pocos metros de distancia del pecoso.

Esconde a mr. 3 en un lugar que nadie para continuar luchando, siendo una de sus batallas más destacadas contra el almirante Aokiji, aquel que un día se enfrentaron los Mugiwara. Las habilidades de hielo podía llegar a ser muy letales contra Hela, pero esta consiguió superar las expectativas del almirante y pelear contra este utilizando fuego en su contra. Gracias a sus armas consiguió prender fuego en las puntas de las dagas y con sus habilidades de canalizar temperatura pudo sostener el fuego sin que este se apagara. Sin embargo, se fija que Luffy ha caído exhausto al suelo, por lo que detiene su enfrentamiento contra Aokiji para revisar que su capitán este bien.

—Jinbe!! Qué sucede?

—Hela-chan! Dónde has estado?! —Desea saber aliviado y preocupado.

—He tenido un duro día. Eso no importa, qué pasa con Luffy?

—Está exhausto, apenas y puede mantenerse de pie. —Detalla el gyojin.

Hela admira el terrible estado de su capitán, temblaba incontrolablemente, se quejaba del dolor que sentía, luchaba por mantenerse estable. No obstante, aún les quedaba completar su rescate y no iba a permitir que Luffy se perdiera de ello, más aún que ha sido como un líder junto con Barbablanca en esta guerra. La pelimorado se mira de sus manos ideando algo descabellado que puede ayudar al moreno, sabía que si tenía la oportunidad de darle energía extra se lo pediría sin duda alguna.

—Tengo que intentar algo. Todo el mundo apártese. —Hela pide espacio mientras frotaba sus manos.

—Qué haces? —Pregunta Jinbe.

—Le voy a dar una descarga de energía.

—Has hecho esto alguna vez? Estás segura de que funcionará?

—Estamos a punto de averiguarlo. —Se limita a dar una respuesta apropiada y con ello concentra toda su energía en sus palmas recargándolas en el pecho de Luffy—. Energy Charge!! —Exclama otorgando a Luffy una intensa carga de energía que recorre todo su cuerpo creando una fuerte onda de energía que derriba a todos a su alrededor retumbando los suelos—. Luffy!! Responde!!

El sombrero de paja tarda en despertarse pero cuando lo hace regresa a la normalidad con demasiada stamina—. ACE!!! —Grita en alto.

—Bien! Funcionó!! —Comenta Hela alegre de ver a su capitán despierto. Sin embargo, al darle energía a Luffy hizo debilitar a la estratega quien quería levantarse pero cayó al suelo de inmediato.

—Hela!! —Luffy toma a Hela con sus manos—. Qué sucede?

—Te di una descarga de energía, no sé cuanto tiempo te dure pero espero que con eso puedas ir a rescatar a Ace. —Explica temblando.

—Oye! Espera! Prometiste que haríamos esto juntos! Vienes conmigo —Insiste el chico de goma.

—Luffy, aquí lo que importa es que rescates a Ace. Olvídate de mí en lo que me recupero y así poder escapar de aquí. —Pide calmada cuando Jinbe llega.

Luffy encarga a Hela con el caballero del mar y este sale corriendo a la plataforma—. Hela-chan! Cómo lo hiciste?

—Aún estoy aprendiendo a usar mis poderes pero si algo sé es que si los uso en exceso, yo termino debilitada. Necesito tiempo para recargarme y ser de utilidad a Luffy y Ace.

—Tus habilidades vienen de la fruta Glow-Glow, cierto? —Pregunta Jinbe a lo que Hela asiente—. El dominar tus poderes requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Eres joven y los usuarios de la fruta de la energía no lo dominan hasta sus últimos años de vida. Tu fruta se considera una de las más indomable para los seres vivos ya que nadie ha sido capaz de despertar todo su potencial. Inclusive se dice que su poder es tan fuerte que aquellos que han llegado cerca para su despertamiento mueren en el intento.

—Aprecio la clase, pero lo único que me interesa en estos momentos es Ace. —Traga saliva relajando su sistema para una más pronta recuperación.

Jinbe encarga a Hela con algunos piratas aliados sin éxito alguno pues Hela obliga a su cuerpo a acelerar su recuperación, hace trabajar explotando su metabolismo y así consigue levantarse sin problema alguno. Los demás piratas intentan retener a la estratega pero con su fuerza incrementaba se los quita de encima con facilidad y prosigue con su camino. Consigue eliminar a infinitos soldados que obstruyen su objetivo y cuando observa que Ace está a punto de ser apuñalado grita a todo pulmon ocasionando de nuevo esa intensa onda que hace desmayar a todos a su alrededor.

Admirando a su alrededor, se queda pensativa por lo que hizo recordando lo que Rayleigh hizo en la casa de subastas, Hatchin lo mencionó. Acaso Hela podía usar Haki inconscientemente? Tenía conocimiento de los tres tipos de Haki, pero como siempre Exequiel le arruinó la diversión y le pidió que no se concentrara en ello, mientras que su mentor la impulsaba a desarrollar más de ese poder. También se percata que Luffy había usado su Haki logrando derribar a los soldados que se encontraban por ahí, junto con los dos responsables de ejecutar a Ace.

Continúa su maratón con destino al pecoso no sin antes recoger a mr. 3 para que este lo ayudara a replicar la llave. El tiempo se le acababa al ver que Luffy había llegado con Ace, el chico de goma intentaba desencadenar a su hermano pero el Almirante de la Flota hace uso de su habilidad y estaba a nada de atacar a los hermano. Sino fuera porque Hela consigue volar con mucha velocidad alejando a Sengoku fuera del alcance de Ace y Luffy.

—LUFFY! Tengo a mr. 3 conmigo, nos ayudará a liberar a Ace! —Avisa Hela.

—Hela... —Ace estaba perplejo sin poder hablar de lo pasmado de ver a su amada.

Ambos conectan su mirada—. Todo va a salir bien, Ace. Ya casi. —Responde Hela saboreando su casi victoria.

De repente, Sengoku llega por detrás de los piratas dispuestos a atacarlos de nuevo. Mientras Luffy usa de su Gear 3 para proteger a los demás, mr. 3 crea la llave para liberar a Ace de las cadenas cuando caen al piso gracias al ataque del Almirante de la Flota Marina, al mismo tiempo que cañones impactaban en su dirección para evitar liberar al pecoso. De nada sirvió el ataque ya que lograron quitarle las esposas a Ace y con ello, este consiguió recuperar sus poderes.

—Nunca escuchas ni una palabra de lo que digo, Luffy. Y siempre haces locuras—Reclama amistoso Ace para después mirar a Hela—. Nunca me abandonaste, Hela. A pesar de que yo te alejaba de mí.

—Jamás, Ace! —Afirma Hela tomando a mr. 3 mientras que Ace toma a Luffy para los cuatro salir volando del lugar. Estos consiguen depositar a los que no pueden volar en el suelo para que puedan tener un momento a solas. El pelinegro y la pelimorado se mantienen volando muy cerca del otro poco a poco achicando la distancia. Hasta apenas le pega a Hela que ha recuperado a su amado provocando que suelte un par de lágrimas—. Ace... Ace... no lo puedo creer...! —Chilla con demasiada felicidad y alivio.

—Mi querida Hela. Estaré siempre en deuda contigo. —Confiesa sin despegar la vista de ella.

Hela se atreve a acariciar el rostro de Ace para corroborar que no estaba soñando, por fin se habían reencontrado luego de la tragedia en Banaro. Es por ello que poco a poco se estaba armando de valor para confesarle lo que en realidad siente por el pecoso—. Ace... yo... —Se atragantaba con sus mismas palabras, sentía un nudo en su garganta que le impedía hablar pues también quería soltar todas sus lagrimas.

Ace toma con una mano la cintura de Hela y con su otra mano acaricia su mejilla con delicadeza—. Lo sé, Hela. Yo también te amo. —Le roba las palabras sintiendo un cosquilleo en su interior al ser la primera vez que confiesa que amaba a alguien más que no fuese su familia.

Sus ojos comenzaban a cristalizarse inundando en un abundante mar de lagrimas en su cara. El impulso de Hela es jalar el rostro del pecoso para juntar los labios de este con los de ella en un explosivo y longevo beso. Pese a que las balas, cañones y demás apuntaban a los enamorados, estos atravesaban por su cuerpo debido a sus habilidades y así no ser interrumpidos en su lindo momento. Las emociones y sentimientos se mezclaban en una explosiva lluvia de energía que se transmitían entre ellos, un simple beso que significaba bastante para Ace y Hela.

—Todo está bien, Ace. Vámonos de aquí. —Consigue decir una vez que se despegan por falta de aire.

—A donde tu vayas, te seguiré, Hela. —Afirma Ace y con ello bajan a la superficie a ayudar a Luffy a luchar contra la Marina.

Los tres hacen equipo uniendo sus fuerzas para escapar de Marineford mientras los piratas celebraban del momentáneo triunfo. Ace era quien comandaba a los Mugiwara para sincronizar sus ataques y movimientos mostrando su potencial contra los soldados de la Marina, siendo los ataques de estos causar daño nulo al trío de piratas. Hela notaba que Ace se había recuperado al cien por ciento, como si las esposas de seastone no lo debilitaron, esto es debido a que la estratega pudo transmitirle una pizca de energía para impulsar al pecoso a luchar. Luffy y Hela peleaba contra sus contrincantes con una sonrisa en su rostro al estar orgullosos de rescatar a Ace, no había nada que pudiera borrar ese gesto.

Pese que Ace notó tanto como su hermano como amada se habían hecho más fuertes desde la última vez que se vieron, siempre se veía en la necesidad de proteger a los dos. Como ejemplo cuando Aokiji se interpone en su camino, el pelinegro es quien pelea contra el almirante dejando atrás a los Mugiwara. No obstante, cuando Barbablanca ordena a toda su flota huir de Marineford, el pecoso se rehúsa a mover ni un sólo dedo.

—¡Ace! ¡Tenemos que irnos ya! Es una orden directa de tu capitán. —Intenta Hela convencer.

—Lo sé. No lo desobedeceré. —Ayuda a Barbablanca a deshacerse de un par de marinos que lo iban a atacar, se despiden a su manera y se unen con Jinbe y compañía.

—Ace-san, Luffy-kun, Hela-chan. ¡Sigan corriendo! ¡Quieren sus cabezas! —Razona Jinbe.

—Por supuesto que nos quieren muertos, acaso no te has fijado del tremendo desastre que hemos ocasionado. —Replica Hela sarcástica.

—El viejo quiere salvar todas las vidas posibles. —Aclara Jinbe.

Estaban a punto de llegar a un barco pirata cuando el almirante Aikanu intenta provocar a los piratas burlándose de Barbablanca, algo que no le sienta bien a Ace—. Ace, no caigas en su juego. Intenta manipular tu mente para matarte. —Advierte Hela al notar que su amado se tensaba.

Ace no le hace caso, así que se detiene—. ¿Un perdedor? —Cuestiona a Akainu—. ¡Retira lo dicho ahora mismo! —Reclama conteniendo su enojo.

—Mierda, Ace. ¡Ignora al viejo y salgamos de aquí de una puta vez! —Pide Hela preocupada por lo que puede pasar.

Akainu seguía provocando a Ace quien comienza a prenderse en llamas, los demás intentan detenerlo pero es demasiado tarde, el almirante obtuvo lo que quiso. El pecoso descontrola su ira y ataca a Akainu quien logra retener el golpe con facilidad y con ayuda de sus habilidades de lava, consigue quemar el puño de Ace. Luffy preocupado intenta llegar con su hermano pero todo el esfuerzo, recargas y hormonas que había tomado comenzaba a pasarle factura, cae al suelo de rodillas distraído. Entre tanto, la asesina entró en una especie de estado de shock al revivir una de sus visiones que tuvo en Thriller Bark, la cual consistía en este mismo escenario, con Ace malherido en el mismo ambiente a su alrededor. Se negaba a creer que sus visiones representaban el futuro, no podían ser acertadas, son predicciones.

Un grito por parte de Jinbe hace regresar de golpe a Hela al presente— ¡Luffy-kun! —Exclama preocupado a lo que la pelimorado actúa por instinto una vez que se percata de la situación.

El almirante estaba a punto de acabar definitivamente con Luffy, así que la reacción de Hela es abrazar a Luffy delante suyo haciéndose una sola con la energía para absorber de las habilidades dispuesta a sacrificarse por su capitán. Sin embargo, había algo con lo que ninguno de los dos contaba.

Hela sentía el calor ardiente en su espalda, al mismo tiempo que un líquido desconocido caía también detrás de ella. Sintió que el chico de goma comenzaba a temblar de manera paranoica alarmando a esta, así que se desprende de Luffy para admirar la representación de su visión al puro vivo. Portgas D. Ace se encontraba frente a ellos recibiendo el el ataque de Akainu el cual atravesó su enorme puño por todo el cuerpo de Ace. Dando lugar al heroico sacrificio que Hela estaba dispuesta a hacer sin duda alguna.

Observó atónita sin saber qué decir o cómo reaccionar a esto. Ace estaba agonizando frente a ellos, escupiendo sangre de su boca, ardiendo por el impacto de Akainu, pero manteniéndose de pie con las pocas fuerzas que le quedaban. Hela sentía que en cualquier momento su corazón se iba a detener, que su respiración le iba a fallar, que su cuerpo se iba a quedar paralizado. El simple hecho de ver a su amado sacrificarse por ambos la estaba torturando físicamente y psicológicamente. El ver agonizar a Ace simplemente quebraba por dentro a la asesina.

El hombre de lava retira su puño del cuerpo de Ace provocando que este fuera cayendo directo a los brazos de su hermano y amada. El contacto con el cuerpo de Ace hace reaccionar a Hela quien prepara un escudo involuntariamente para proteger a Luffy y Ace del segundo ataque de Akainu, para su suerte llega Jinbe también a salvarlos. Al sentir la sangre del pecoso, la asesina decide lanzar un último ataque directo al rostro del almirante.

—¡MUÉRETE, PEDAZO DE MIERDA! —Su photon blast es tan intenso que logra rasguñar por completo el costado de la cara de Akainu sorprendiendo a Jinbe.

Akainu comparte por unos segundos su mirada con Hela—. ¡Eres una mocosa bastarda insolente! No me interesa que tengas sangre tenryuubito, ¡acabaré con tu despreciable vida!

En ese momento, Marco y compañía consiguen distraer a Akainu sin éxito alguno pues ya era demasiado tarde. Ace continuaba agonizando en los brazos de Luffy y Hela—. Ace, tenemos que curarte esa herida. —Apresura Luffy negando lo inevitable.

—Lo siento, Luffy. Lo siento, Hela. —Responde Ace con todas sus fuerzas —. Hicieron todas estas locuras por mí pero yo no me dejé rescatar fácilmente. —Igualmente Hela seguía necia, pensaba que había una solución para curar a Ace, lamentablemente Akainu le quemó todas sus entrañas. Era un milagro que Ace siguiera aferrándose a vivir. La estratega permite que los hermanos compartan dolorosas palabras antes de que el pelinegro se dirija a ella—. Mi querida Hela —la toma por la cintura—, mereces algo mejor que yo, lamento no ser la perfecta pareja que te mereces. Si tuviera más tiempo para vivir, me esforzaría para convertirme en tu hombre indicado. Me hubiera encantado vivir muchas más aventuras contigo a mi lado, nuestras citas jamás fueron suficientes, nunca me conformaba. Tu aroma, esencia, presencia son mi adicción. Te amo, Hela. Te amo desde el momento que nos conocimos y continuaré amándote hasta el más allá. —Da una pausa para añadir sus últimas palabras entre su lluvia de lágrimas —. ¡Gracias de todo corazón por quererme!











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