𝒢. 013
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ROBIN, ADELLA, STEVE Y DUSTIN estaban en el techo de Starcourt, mirando hacia el ascensor donde, con suerte, Erica estaría pronto. Sosteniendo el walkie-talkie en sus labios, Robin habló.
—Erica, ¿me copias?
—Mhm. Te copio. ¿Ustedes, nerds, están en posición o qué?—preguntó Erica, en la trastienda de Scoops Ahoy.
—Sí, estamos en posición—Robin respondió—. Todo está tranquilo aquí, así que tienes luz verde.
—Luz verde, recibido. Comience la operación de negligencia infantil—Erica tarareó haciendo reír a Adella.
—¿Podemos tal vez no llamarlo así?—preguntó Robin girando sus ojos.
—Nos vemos en el otro lado, nerds—Erica terminó mientras trepaba por el respiradero, dejando que Robin mirara a Adella, quien se encogió de hombros mientras Steve se mordía el labio, dudando que su plan funcionara.
—¿Qué es lo peor que puede pasar?—Adella reflexionó.
—Ella muere a manos de los rusos y nos culpan por ello, colocándonos en prisión—respondió Robin.
—No hay necesidad de ser tan pesimista—Adella murmuró, mirando hacia las puertas mientras Robin se reía.
Luego de un rato de silencio y viendo las puertas sin abrir, la voz de Érica llego por el walkie-talkie.
—Bien, nerds. Aquí estoy.
—¿Ves-Ves algo?—preguntó Robin.
—Sí, veo esas cajas aburridas que les emocionan tanto—respondió Érica.
—¿Algún guardia?—preguntó Robin.
—Negativo—Erica respondió.
—¿Trampas explosivas?—Robin continuó.
—Si pudiera verlos, serían trampas de mierda, ¿no?—Erica respondió.
—Gracias por eso—Robin gruñó, molesta con La Niña. Quedó todo en silencio hasta que Érica volvió a hablar.
—Estoy dentro.
—Oh Dios—Steve suspiró, colocando su rostro entre sus manos.
Erica presionó el botón y las puertas se abrieron, el grupo vio dónde estaba parada allí con aire de suficiencia. Se puso una mano en la cadera.
—Helado gratis... de por vida.
—Ella no murió, gloomy—Adella le sonrió a Robin antes de que todos se movieran para ir a las puertas.
Steve sacó una pequeña navaja de bolsillo y cortó la cinta en la parte superior de una de las cajas, las puertas ahora cerradas. Abrió las solapas de la caja y dentro había una caja de metal más pequeña. Steve agarró la pequeña manija en la parte superior y la giró. El aire siseó cuando quitó la tapa, revelando cuatro manijas más.
—Eso definitivamente no es comida china—Steve murmuró mientras todos miraban adentro—. Uh, tal vez ustedes deberían, ya saben, retroceder.
—No—Dustin negó cuando las tres chicas retrocedieron.
—Solo... solo da un paso atrás, ¿de acuerdo?—ordenó Steve, yendo hacia Dustin, empujándolo un poco.
—No.
—Retrocede. En serio.
—¡No no!—Dustin levantó la voz—. Si tu mueres, yo muero—Steve lo miró fijamente antes de encogerse de hombros—. Está bien.
Steve torció uno de los mangos y sacó una cápsula que estaba llena de líquido verde.
—¿Qué diablos?
—¿Qué es eso?—preguntó Robin.
—Parece que el fantasma verde de los Cazafantasmas se convirtió en una sustancia pegajosa—Adella tarareó.
Un estruendo repentino sonó a su alrededor y Dustin miró hacia arriba.
—¿Soy yo, o la habitación se movió?
—Trampas explosivas—susurró Érica.
La habitación zumbó de nuevo y Robin agarró la cápsula de la mano de Steve.
—¿Sabes qué? simplemente agarremos eso y vámonos.
Adella se acercó al panel de botones y comenzó a abrir la puerta. No se abrió cuando golpeó sus dedos contra él, así que Dustin se movió a su lado y comenzó a presionarlo con más fuerza.
—¿Cuál presiono, Erica?—Dustin cuestionó.
—¡Solo presiona el maldito botón, nerd!—espetó Érica.
—¿Cuál? Estoy presionando el botón, ¿de acuerdo?—replicó Dustin.
—¡Presiona "abrir puerta"!—gritó Érica.
—¡Estoy presionando ese!—Dustin respondió.
—Solo abre la- presiona el otro botón—Steve se unió a su lado.
—Fuera del camino para que Ella pueda presionar el botón—Robin fue interrumpida por más gritos de Dustin y Steve.
—¿Podrías parar?
—Lo estoy intentando.
—¿Me dejarías hacerlo? ¡¿Te detendrías?!
—¡Solo abre la puerta!—Robin y Adella instruyeron.
Se escuchó un fuerte golpe y una segunda puerta horizontal se cerró sobre las puertas de metal, confundiéndolas. La habitación se sacudió y Érica y Robin comenzaron a gritar en voz alta. Steve miró hacia la esquina y vio niveles de luz que pasaban y adella podía sentir que su estómago se revolvía mientras bajaban, la sensación que le habían descrito como subirse a una montaña rusa, que nunca había experimentado en la vida real.
—Oh, mierda—Steve murmuró para sí mismo mientras la mano de Robin se aferraba a la de Adella por su vida.
—¡Oh Dios mío!—gritó Robin, su otra mano agarrando el brazo de Adella, la mujer cubana agarrando su cintura mientras se apoyaban en unas cajas.
Holaaaaa
Espero se encuentren bien y les comento estaré actualizando los lunes y jueves.
¿Están viendo House Of The Dragon? Esta buenísima y tengo un bi panic tremendo con Daemon y Rhaenyra. También estoy considerando traducir un fanfic de la serie, pero quiero esperar a que estén un poco más avanzados.
Nos leemos en el siguiente capítulo.
Besos.
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