𝐏𝐑𝐎́𝐋𝐎𝐆𝐎



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CORRER

Eso es todo lo que Adella había estado haciendo durante lo que parecieron horas.

No sabía dónde estaba, apenas hablaba inglés. El pánico se había apoderado de su cuerpo, sus dedos se retorcieron en la parte inferior de la bata de hospital azul y blanca cuando se detuvo, sin aliento. Adella se sentó sobre sus pies descalzos, mirando a su alrededor a los árboles que parecían extenderse por millas y millas, interminables árboles altos que se cernían sobre ella.

La chica de 15 años vio un tronco, acostado horizontalmente sobre las ramitas y bayas del bosque y se acercó, sentándose sobre él. Solo necesitaba recuperar el aliento. No estaba segura de cuánto tiempo había estado corriendo y cuánto tiempo más tenía que ir a un lugar seguro.

Una ramita se partió en la distancia y sacudió la cabeza hacia arriba, lanzándose hacia el sonido de la madera al romperse. Sus uñas desafiladas se clavaron en la corteza del tronco, se congelaron en su posición sentada cuando ella vio otro grupo de ramas romperse bruscamente bajo una bota pesada.

Adella se levantó lentamente cuando vio a un hombre alto que salía de detrás de un árbol, sin haberla visto y claramente solo caminando. Vestía una chaqueta marrón gruesa, jeans de mezclilla con una franela azul debajo de la chaqueta. Su rostro estaba parcialmente cubierto por una espesa barba color arena, sus ojos azules escaneaban tranquilamente el bosque.

La chica se giró para huir de él, sin saber si él podría ser una amenaza para ella. Sin embargo, no se dio cuenta de que una rama pequeña y afilada sobresalía del tronco. Atravesó la parte inferior de su bata de hospital y se enganchó en el material mientras salía a correr.

El hombre escucho el desgarramiento de la tela, Adella se quedo quieta mientras trataba de quitársela sin hacer ruido, solo rasgo el dobladillo. Confundido, comenzó a caminar hacia ella mirándola con los ojos muy abiertos. Cuanto más se acercaba, más ella se encogía y se acurrucaba en sí misma, claramente asustada.

-No te voy a lastimar-aseguró gentilmente, levantando sus manos en defensa mientras se acercaba.

Se enderezó pero no parecía menos tensa que antes después de sus palabras. Ella se giró para mirarlo completamente y frunció el ceño ante el moretón en su mejilla, un pequeño corte sobre su ceja. Su mano agarró su otra muñeca, sosteniéndola contra su pecho como para protegerla.

-¿Dónde están tus padres?-le preguntó y ladeó la cabeza como si ella no entendiera-. Tu mamá y tu papá, ¿no están aquí?

-¿Mamá y papá?-Adella repitió lentamente, con un fuerte acento en sus palabras.

-Sí, tus padres. ¿No están aquí?-repitió, mirando a su alrededor en busca de cualquier señal de otro adulto.

-Yo no... um...-Adella se apagó, confundida.

-¿entiendes?-el preguntó-¿No hablas Inglés?

-Poco-Adella murmuró, apretando el pulgar y el índice juntos, mostrando lo poco que sabía de su idioma.

-Oh, mierda. Está bien-murmuró y dio unos pasos más cerca de ella, Adella retrocedió uno-. ¿Cuál es tu nombre?

Sus cejas se fruncieron ante su pregunta. Se señaló a sí mismo.

-Mi nombre es Jim Hopper-él la señaló-. ¿Cómo te llamas?

Adella se señaló el pecho varias veces, ladeó la cabeza interrogativamente y Jim asintió.

-A-adella.

-Adella-Jim repitió y ella asintió, su dedo tocando su pecho unas cuantas veces más-. Puedo ayudarte a encontrar a tu mamá y a tu papá, si confías en mí

-¿confiar?-Adella preguntó, saboreando la palabra desconocida en su lengua-. ¿Q-qué es... confiar?

-Te ayudaré a entender-él sonrió cálidamente, dando otros pasos más cerca y esta vez, ella no dio un paso atrás.

Después de eso, Hopper buscó a sus padres pero no encontró a nadie. Ni un alma relacionada con ella. El la había llevado de regreso a su remolque, dejándola quedarse allí y maravillarse con la televisión mientras él iba a la biblioteca, buscando un libro de traducción cuando descubrió que ella hablaba bien español.

Con el tiempo, Hopper le enseñó inglés y aprendió su propio idioma en el proceso. El comenzó a cuidar a la niña, entrando en pánico cuando se acercó al adolescente que comenzó a verla como un padre. No quería que Adella lo hiciera.

Hopper la alejó por un tiempo. Ella comenzó a no hablar tanto, viendo menos películas que alquilaban en la tienda de DVD hasta que se sentó por la noche, sola con el resplandor de la televisión encendiéndose y con rasgos tristes. Ella estaba allí físicamente, pero no estaba allí.

Adella estuvo sola por un tiempo hasta que Hopper vio que alejarse de la niña sería más doloroso para ella que si él se preocupara por ella, había notado el número tatuado en su muñeca y el nunca habló mucho de él. Lo intentó una vez, pero ella se alejó de la conversación, apretando los labios mientras sus ojos estaban fijos en el suelo, nunca lo mencionó después de eso, eligiendo darle tiempo hasta que ella quisiera hablar sobre porque lo tenia.

Pasó tiempo enseñándole a leer, llevándola a la biblioteca para que pudiera explorar los diferentes géneros y elegir un favorito para leer. Ella un día vio a un hombre dibujando en el parque, un pequeño dibujo de un pato en su página. Ella quería aprender a hacer algo así, entonces hopper la ayudó, brindándole las cosas que necesitaba y ella, después de mucha práctica, se volvió buena pintando y dibujando.

Cuando cumplió 16 años y casi hablaba inglés con fluidez, Hopper la inscribió en la escuela secundaria, después de haber pasado también por el proceso de adopción. No tenía mucha gente a su alrededor a la que le gustara hablar con ella. Ella era la chica nueva y todos ya tenían sus propios grupos de amigos.

Una alumna le había mencionado los números de su brazo y ella mintió, diciendo que se los dibujó por aburrimiento, su pulgar rozó el 013 tatuado en su piel de forma permanente. Adella le dijo a Hopper y le preguntó qué hacer al respecto y encontró un hilo de las tiendas, ayudando a la niña a hacer un brazalete para cubrirlo.

Ella le hizo uno pero él se negó a usarlo. Adella entendió por qué: él era jefe de policía y tener un brazalete trenzado azul y rosa probablemente afectaría su imagen. Pero en lugar de usarlo, lo adjuntó al llavero donde guardaba las llaves de su auto y remolque.

Pasaron unos años más y Eleven, o El como ella prefería, llegó a sus vidas con la noticia de una dimensión alternativa que llamaron Upside Down, pues era un reflejo perfecto de Hawkins, solo que más oscuros y llenos de polvo y criaturas cuyos rostros se abrían y comían gente.

Will Byers había sido arrastrado a la dimensión alternativa durante una semana, Joyce Byers se volvió loca tratando de recuperarlo cuando Johnathan Byers se acercó a Nancy Wheeler. Joyce y Hopper habían ido al laboratorio para recuperar a Will del Upside Down.

Adella había estado con El mientras estaba en el baño de sal, recordándole un poco su tiempo en el laboratorio. Los poderes de la chica eran asombrosos y los usó para bien, incluso cuando pensó en sí misma como un monstruo por un segundo después de una pelea con el grupo, Mike Wheeler, Dustin Henderson y Lucas Sinclair.

Después de que terminó todo el fiasco, El desapareció después de derrotar a la criatura a la que llaman Demogorgon, Adella se acercó a Steve Harrington, a veces, aunque rara vez, hablando con Nancy Wheeler.

Una chica nueva se había mudado a Hawkins con su hermanastro: Billy y Maxine, o Max. Eventualmente se unió al grupo mientras El estaba atrapado en la vieja cabaña de Hopper con Adella, quien quería ayudarla a volver con sus amigos, pero incluso ella se contuvo una vez que Hopper descubrió que una vez había sido parte del laboratorio.

Los demogorgones se habían reproducido, convirtiéndose en lo que Dustin llamó demo-dogs, básicamente un cuerpo demogorgon. Un nuevo propietario del laboratorio, el dr. Owens, lo había reabierto mientras will estaba poseído por una gran sombra a la que se referían como el Mind Flayer.

Se fue y encontró a otro individuo mejorado, lo que provocó que no disfrutara de su tiempo con su hermana. Regresó a casa con un nuevo look, inmediatamente envuelta en un fuerte abrazo de Adella quien también la regañó suavemente con una sonrisa.

En el laboratorio, El había cerrado el portal, con Hopper y Adella a su lado todo el tiempo. Cuantos demo-dogs subían sigilosamente por el ascensor que se alzaba junto al gran portal del Upside Down, más se enfadaba Adella cuando intentaban matar a Eleven. Su ira despertó algo en ella que dr. Brenner había tratado de poner allí hace años.

Ella no tenía poderes para mostrarlos porque no tenía que estar enojada, no entendía lo que había pasado. Descubrió que podía copiar los poderes que tenía otra persona, esa otra persona era El. Entonces, ayudó a su hermana a cerrar el portal.

Después de terminar el segundo fiasco, Hopper también adoptó a El y ella fue al baile de la escuela con Mike mientras Hopper le enseñaba a Adella a conducir para que pudiera obtener su licencia. Ella también consiguió un trabajo en el centro comercial en el cine.

Habían sido unos años ocupados luchando contra muchos monstruos y cerrando portales, matando a científicos malvados y perdiendo a un superhéroe, Bob.

Ella hizo todo esto, sin saber que alguien de ojos azules la miraba con ojos muy abiertos y brillantes cada vez que estaba cerca.

Bienvenidos a esta obra de arte.

Hace un tiempo, empecé a leer fanfics de Stranger Things en inglés y me encontré con este libro. Lo amé totalmente, aunque aún no está terminado, y espero que a ustedes también les guste.

Si conocen algún fanfic, en inglés o español, de Nancy Wheeler, díganme el nombre. Me encanta esta mujer.

Bueno, los leemos en el siguiente capítulo.

Besos.

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