Capítulo 1: Ashley Graham.
La suave brisa de la tarde acariciaba el rostro de Ashley Graham mientras paseaba por el lujoso centro comercial, su risa chispeante resonaba entre las tiendas de alta gama. Tn, su guardaespaldas y confidente, se mantenía a su lado, observando cada movimiento a su alrededor con una mezcla de ternura y alerta. Aunque la vida de Ashley estaba marcada por el peso de su linaje, había momentos en los que podía ser simplemente una joven con sueños y anhelos, y él era el guardián que la protegía de un mundo lleno de peligros.
Ashley: Vamos, Tn, ¿cuándo vas a dejar de ser tan serio? -preguntó Ashley, con una sonrisa pícara mientras se detenía a mirar un escaparate-. La vida no es solo vigilancia y protocolos de seguridad. Hay más en ella, ¿sabes?
Tn la miró, sus ojos oscuros y profundos destilaban una mezcla de admiración y preocupación.
Tn' Ashley, mi trabajo es mantenerte a salvo. El mundo allá afuera no es tan amigable como te gustaría pensar -respondió él, su voz grave resonando con autoridad.
Ella se giró hacia él, desafiando su mirada.
Ashley: ¿Y qué hay de mí? ¿No merezco un poco de emoción en mi vida? ¿No puedes relajarte un poco? A veces siento que soy solo una chica en una burbuja de cristal -dijo, su tono juguetón contrastando con la seriedad de Tn.
Con un movimiento rápido, Tn la levantó en brazos, su porte atractivo y carismático brillando en el acto.
Tn: Tal vez si me dices cuándo vas a dejar de ser tan insistente, podría considerar sacarte de esa burbuja -bromeó, aunque en su voz había una seriedad subyacente.
Ashley, con un brillo travieso en sus ojos, se inclinó hacia él, asegurándose de que no había paparazzis a la vista.
Ashley: ¿Y si te dijera que estoy lista para salir de esa burbuja? ¿Cuándo me vas a pedir que sea tu esposa y me lleves a vivir una vida más emocionante? -preguntó, sus labios acercándose a los de él.
Antes de que pudiera responder, una explosión resonó en la distancia, reverberando a través del centro comercial. La risa se desvaneció, y Tn, instintivamente, activó un protocolo de protección, su seriedad reemplazando el tono juguetón de antes.
Tn: Ashley, al suelo -ordenó con firmeza mientras la colocaba a salvo detrás de él.
Pero antes de que pudiera asegurarse de su seguridad, sintió un golpe contundente en la nuca. La risa burlona de un extraño resonó en sus oídos.
Voz: Siempre bajando la guardia, Tn -dijo la voz, pero no podía identificarla en ese momento. Todo se volvió borroso, y el mundo a su alrededor se desvaneció.
Mientras su cuerpo comenzaba a caer, la última imagen que vio fue la de Ashley gritando su nombre, su voz distorsionada por el impacto. Sin poder moverse, Tn se dejó llevar por la oscuridad, el eco de la explosión y el grito de Ashley resonando en su mente, mientras el peligro acechaba en el horizonte, amenazando todo lo que había jurado proteger.
Las pantallas de televisión de todo el mundo estaban repletas de imágenes de Ashley Graham, la hija del presidente, cuya vida aparentemente perfecta se había desmoronado en un instante. Los reporteros, con sus voces llenas de urgencia, informaban sobre el secuestro, cada palabra cargada de incredulidad.
Periodista: El secuestro de Ashley Graham ha dejado a la nación en estado de shock -decía un periodista, mientras se daban imágenes del centro comercial donde ocurrió el ataque-. ¿Cómo es posible que, con un dispositivo de seguridad semejante, se haya permitido que esto ocurriera?
La escena se trasladó a una sala de prensa, donde el presidente, con la mirada endurecida y el semblante grave, se dirigía a una multitud de periodistas. Su voz resonaba con autoridad, pero también con la vulnerabilidad de un padre angustiado.
Presidente: Este acto es terrorismo. No solo atenta contra mi hija, sino contra nuestra nación -declaró, su tono firme como un rayo de furia contenida-. No permitiremos que quienes están detrás de esto se salgan con la suya. Esto es una declaración de guerra, y haremos todo lo que esté en nuestras manos para recuperar a Ashley.
Las preguntas de la prensa se sucedían: ¿Quiénes eran los responsables? ¿Por qué fallaron las medidas de seguridad? La presión mediática era abrumadora, y la atención del mundo estaba centrada en el caso de Ashley Graham, mientras la incertidumbre y el miedo se apoderaban de la nación.
La escena cambió abruptamente a una habitación opaca, donde Tn se sentaba en una mesa, la frustración grabada en su rostro. Sabía que el secuestro de Ashley había ocurrido literalmente frente a él y que no había podido hacer nada para evitarlo. La impotencia lo consumía, y su mente se debatía entre el remordimiento y la rabia.
Frente a él, un grupo de hombres, serios y decididos, le ofrecía una misión. Uno de ellos, con una expresión grave, comenzó a hablar.
Hombre: Tn, hemos recibido informes de que Ashley fue vista en un pequeño pueblo alejado en España. Necesitamos que la recuperes y la resguardes. Sabemos que puedes hacerlo.
Con la mirada fija y la determinación surgiendo en su interior, Tn asintió, aceptando la misión. La chispa de su espíritu indomable se avivó, y su voz resonó con firmeza.
Tn: No voy a fallar esta vez. No dejaré que esto se escape de mis manos.
El hombre que le había dado la misión lo miró intensamente, como si estuviera evaluando cada palabra.
Hombre: Tn, perdiste a Ashley, y ahora es tu trabajo recuperarla. No te olvides de eso, "Fantasma".
El apodo resonó en el aire, lleno de peso y significado, y Tn sintió que una ola de adrenalina lo invadía. Con un último vistazo a la mesa, se levantó, su figura imponente reflejando la determinación de un hombre que estaba dispuesto a enfrentarse a cualquier desafío. No iba a descansar hasta que Ashley estuviera a salvo. La misión comenzaba ahora.
El rugido del motor resonaba en las calles empedradas de un pequeño pueblo en España, donde la atmósfera era tranquila y casi idílica, en marcado contraste con el caos que había envuelto la vida de Ashley Graham. Tn se encontraba al volante de un automóvil, acompañado por dos oficiales locales que lo guiaban hacia el lugar donde, según los informes, había sido vista la hija del presidente.
Los oficiales intercambiaron miradas burlonas, su curiosidad evidente.
Policía: ¿Por qué solo mandan a un tipo en una misión tan importante? -preguntó uno de ellos, con una risa nerviosa-. ¿No es un poco arriesgado?
Tn, con su mirada fija en la carretera, no respondió. Sin embargo, su expresión decía más que mil palabras. Había una intensidad en sus ojos que desmentía cualquier duda sobre su capacidad. No era un tipo cualquiera; era un experto en protección y combate, alguien que había enfrentado desafíos mucho más grandes que este. La confianza que emanaba de él era palpable, incluso en el silencio.
A medida que el vehículo avanzaba por las calles estrechas, Tn se sumió en sus pensamientos, su mente viajando hacia Ashley. Recordaba su risa, su mirada llena de vida y la forma en que se iluminaba cada vez que estaban juntos. No solo era su protegida; en el transcurso de su relación, algo más había florecido. Ashley estaba perdidamente enamorada de él, y a pesar de ser su guardaespaldas, Tn se dio cuenta de que también había desarrollado sentimientos profundos por ella.
La lucha interna que sentía se intensificaba con cada kilómetro que recorrían. Sabía que era su deber protegerla, pero la profundidad de su conexión lo había llevado a cuestionar su papel. ¿Cómo podía seguir siendo solo su protector cuando su corazón anhelaba ser algo más? El dilema lo atormentaba.
Mientras el paisaje rural se desdibujaba a su alrededor, Tn apretó los dientes, decidido a no permitir que sus sentimientos se interpusieran en su misión. Debía concentrarse en lo que realmente importaba: recuperar a Ashley y mantenerla a salvo. Pero en el fondo, la idea de perderla, de no poder estar a su lado, lo llenaba de un miedo que nunca había experimentado.
Los oficiales siguieron hablando entre ellos, ajenos a la tormenta emocional que estaba ocurriendo en el interior de Tn. Sin embargo, él sabía que el tiempo apremiaba. Cada segundo que pasaba era un segundo más que Ashley podía estar en peligro. Con una nueva determinación, aceleró, enfocándose en el camino y en la misión que lo esperaba, mientras su corazón latía con fuerza por la niña que había llegado a significar tanto en su vida.
CONTINUARÁ.
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