010 || the first case

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Chapter Ten
El primer caso.

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20 de Julio de 2018
Memphis, Tennessee

EL PRIMER CASO DE VIOLET COMO PARTE DEL EQUIPO ESTABA RESULTANDO UN TANTO AGOTADOR, aún no lograban encontrar alguna conexión entre las víctimas, pero al menos entre Violet y Adeline pudieron revisar los restos de las bombas y ambas estuvieron de acuerdo con que se trataba del mismo sujeto, además de tener la teoría de que estas se activaban mediante un control remoto.

Había algunos avances, pero ya era necesario que fueran a descansar aunque fuera por solo un par de horas. Necesitaban estar descansados y con la mente lo más clara posible y el pasar la noche en vela en definitiva no ayudaría a eso.

Violet se dirigió a la camioneta que la llevaría al hotel en compañía de Hotch, Spencer y Tara, cosa que la rubia agradeció ya que no tendría que seguir lidiando con las actitudes de Adeline todo el camino. Se supone que ambas se estaban ignorando, pero para Violet era evidente el desagrado que sentía la pelirroja cada que a ella se le ocurría alguna teoría o hablaba sobre cualquier cosa. Cosas a las que no deseaba enfrentarse, no en ese momento.

El camino era silencioso, nadie decía nada y Violet se limitaba a mirar por la ventana del auto mientras pensaba en Natasha. Aún no recibía respuesta por parte de su amiga y el presidente no dejaba de insistir en respuestas sobre el paradero de la vengadora.

Un celular sonó, rompiendo así todo el ambiente silencioso del auto. Violet maldijo al reconocer su tono de llamada y deseo con todo su corazón que la llamada no fuera del presidente, por lo que para evitar ponerse de un peor humor, optó por ignorar el sonido y ni siquiera ver el teléfono.

— ¿No vas a contestar?— le preguntó Spencer, quien venía sentado junto a ella en la parte de atrás

— No tengo ganas de hablar con nadie— negó ella sin siquiera mirar su celular, pero presionando la pantalla para silenciar la llamada— Estoy muy cansada, solo quiero llegar a dormir

Pero aún cuando Violet se encargó de silenciar varias de las llamadas sin siquiera ver de quien se trataba, la persona no parecía rendirse, por lo que fastidiada, decidió apagar su celular... o al menos esa fue su intención, hasta que se dio cuenta que las llamadas no eran de Fitzgerald.

— Empezaba a creer que tendría que aparecer en tu departamento con un portal para asegurarme que estuvieras viva— dijo la voz del otro lado de la línea en cuanto Violet respondió— Con eso de que ya tampoco abres la puerta cuando te voy a buscar

— ¡Wong!— exclamó Violet con una sonrisa— Hace mucho que no llamabas. ¿Cómo te va?

A Spencer le llamó bastante la atención el ver sonreír a Violet de esa manera y mucho más al escuchar ese nombre. ¿Quién era Wong? ¿Qué era de ella? ¿Por qué estaba tan feliz por escucharlo? ¿Por qué la había llamado tantas veces?

Demasiadas preguntas y claramente ninguna respuesta.

— En mi defensa traté de irte a buscar a tu departamento desde hace algunos días y nunca atendiste— respondió hechicero del otro lado de la línea— Pero quitando que me sentí ignorado los últimos días, estoy... bien, demasiadas responsabilidades para tratar de organizar el santuario...

— En otro momento te explicaré porque no abrí la puerta— dijo ella mirando a quienes estaban en el auto, sabía que no sería muy buena idea que ellos escucharan parte de esa conversación— Pero te recomiendo que ya no vayas, te buscaré cuando tenga tiempo. Ahora dime, ¿A qué debo el honor de tu llamada?

— Solo quería saber como estabas. Asegurarme que no te hubieras ahogado en lágrimas o algo así— respondió él haciendo que Violet riera no muy feliz por lo bajo— Se que la sigues pasando demasiado mal... y por la fecha de ayer, no quería que estuvieras sola

— ¿Fecha de ayer?— preguntó Violet extrañada

Desde que había quedado atrapada en el espacio, Violet había perdido la noción del tiempo, cosa que no cambió cuando pudo volver a la tierra. Ya no parecía tomarle mucha importancia a las fechas, no sabía en qué día vivía... era como si hubiera estado viviendo en un modo automático todo este tiempo.

— Violet, hoy es 20 de Julio— dijo Wong haciendo que cualquier rasgo de felicidad en el rostro de la rubia desapareciera— Ayer fue el cumpleaños de Stephen... de hecho llegó la sorpresa que creo le tenías preparada al santuario...

— Yo... lo lamento— decía Violet en un hilo de voz— Después de... de lo que pasó... no cancelé nada y...

— No tienes porque justificarte. Entiendo que no tenías la energía para hacer nada de eso, es por eso que quería visitarte, asegurarme de que estuvieras bien— respondió Wong

Spencer miraba atento todos los comportamientos que la rubia junto a él estaba teniendo. Estaba demasiado intrigado por como una sonrisa se había formado en su rostro cuando pronunció el nombre de Wong, pero ahora esta había desaparecido por cosas que él no entendía.

¿Qué no había cancelado? ¿Qué había pasado en su vida para que tuviera esa reacción?

No quería preguntar para no ser impertinente, pero eso no evitó que comenzará a idear posibles escenarios de lo que había podido ocurrir en la vida de la viuda.

La opción con más sentido era que Violet hubiera sufrido igual que la mitad de la población que aún permanecía con vida. Ella había perdido a alguien con quien tenía cierto plan que nunca canceló.

No era una idea tan ilógica. Por estadísticas Violet debió de haber perdido a alguna persona a causa de las desapariciones, todos lo habían hecho.

— Por el momento estoy fuera de Nueva York, pero en cuanto tenga un tiempo libre prometo ir a verte— dijo Violet haciendo que Spencer volviera a prestar atención a las palabras de la rubia

— ¿En dónde estás? Puedo ir, sabes que no me cuesta nada... solo no quiero que estés sola

— No estoy... como tal no estoy sola— decía Violet viendo a quienes la acompañaban en la camioneta— No necesitas venir, estaré bien y... gracias por preocuparte. Te llamaré cuando vaya de camino a Nueva York, ¿de acuerdo?

— Bien. Pero estarás al pendiente de tu teléfono, si no me respondes los mensajes en cierto lapso de tiempo, me apareceré en donde sea que te encuentres— terminó accediendo el hombre— Cuídate Violet

— Tú también cuídate Wong

Violet colgó la llamada y el silencio volvió a hacerse presente en el auto.

Todos habían escuchado cada una de las palabras de Violet pero ninguno sabía qué decir, tenían demasiadas dudas, muchas más de las que pudieron haber tenido antes. Violet realmente parecía ser alguien misteriosa y con quien debían andarse con cuidado.

Y es que no es que no confiaran en Violet, solo que aún tenían demasiadas dudas con respecto a su ingreso a la unidad y no querían comenzar con ninguna clase de interrogatorio que pudiera terminar en algo bastante caótico.

Para cuando todos llegaron al hotel, Hotch fue el encargado de ir por las llaves de las habitaciones y de registrar sus entradas.

Violet decidió esperar en uno de los sillones mientras revisaba su celular con nostalgia. Su fondo de bloqueo era el ramo de flores con las que Stephen le había pedido matrimonio y el de pantalla era una foto de Stephen de espaldas observando una pintura en una de las galerías de arte que visitaron en su viaje a París.

"Feliz cumpleaños, mi amor" susurró Violet sonriendo de lado

Se sentía triste por no tener la oportunidad de estar a su lado, pero la aliviaba el hecho de saber que Natasha en cualquier momento podría volver para decirle que encontraron las gemas y la manera en la que todos podrían volver.

— Entonces... ¿Vivías en Nueva York?— preguntó Tara sentándose junto a ella en el sillón y haciendo que Violet guardará de manera inmediata su celular— Si que fue un gran cambio el mudarse a Virginia

— Si... después de todo lo que pasó cuando S.H.I.E.L.D cayó quise alejarme de toda esa basura de las agencias de inteligencia— suspiró Violet haciendo una mueca— Me gusta saber para quién trabajo y en definitiva no iba a querer seguir con agencias que solo saben mentir

— La caída de S.H.I.E.L.D. Algo imposible de olvidar, ¿Estuviste ahí? Yo... vi todo por las noticias y vaya que fue un desastre— respondió Tara bebiendo de un vaso de café— No me imagino como debió vivirse en persona

Violet rio al recuerdo de aquel día de la caída de la gran inteligencia. Incluso se atrevió a sonreír de lado cuando recordó el momento en que Steve Rogers, Natasha Romanoff y Sam Wilson llegaron a la puerta de su departamento para pedir ayuda.

— Te dije que yo no me meto en asuntos relacionados a los vengadores— dijo Violet al ver a su entonces pelinaranja amiga en compañía de otros dos hombres— Hacen cosas demasiado públicas y me gusta vivir en mi anonimato. Además, no quiero que ningún equipo venga a destrozar mi departamento porque se enteraron que el Capitán América está aquí

— Sabes que no recurriría a ti si no fuera algo de vida o muerte— contestó Natasha mirando a sus alrededores— Solo confío en ti y sé que tu departamento es un lugar seguro, ninguna cámara o micrófono que no sea puesto por ti podría espiarnos. Por favor

— Pasen— dijo Violet haciéndose a un lado para que los tres pudieran entrar al lugar— Pero que sea rápido que tengo que irme a trabajar

— Si... sobre eso. Tenemos cierto presentimiento sobre que tal vez hoy sea tu último día— dijo Sam haciendo una mueca

— ¿Y tú quién eres?— preguntó la rubia levantando una ceja

Nunca esperó todo el cambio que se vendría en su vida después de aquel día en donde accedió ayudar a su amiga. Desde que quedó sin empleo, fue investigada por todas las cosas que salieron en su expediente filtrado, se tuvo que mudar, entre muchas otras cosas.

— Si, estuve ahí. Un día bastante caótico— respondió Violet— No todos los días tenías a la famosa viuda negra filtrando los archivos de todo S.H.I.E.L.D y Hydra mientras peleaba contra uno de los jefes más grandes a quien todos consideraban la reencarnación de Dios

— Asumo que estuviste que luchando junto a Natasha y Steve Rogers

— Algo así. No estaba involucrada inicialmente, pero lo terminé estando después de unos cuantos días y bueno, al final de cuentas era obvio que terminaría afectada cuando uno de los archivos expuestos fue el mío— dijo Violet alzando los hombros— Pero bueno, fue lo correcto. Además me dio la oportunidad de hacer mi vida de otra manera, mudarme a Nueva York, tener un estilo de vida más tranquilo

— Bien por ti— sonrió Tara

Tara tenía algunas otras dudas, pero prefería llevar las cosas con un poco más de calma y no forzar nada. Al final de cuentas en la mente de la morena aún permanecían las palabras que Adeline les había dicho en la última reunión que tuvieron en casa de Rossi.

Ella no estaba del todo segura de si Adeline tenía razón sobre que Violet y Natasha no eran personas de confiar. Prefería tratar de conocerlas para tener un juicio propio, eso sí, todo con precaución.

Algunos instantes después, Aaron Hotchner le entregó sus llaves a cada uno de los integrantes del equipo y les informó que sus maletas ya se encontraban en el interior del cuarto. Violet le sonrió a su jefe como agradecimiento y decidió ocupar las escaleras para llegar al piso de su habitación.

En cuanto Violet entró a su habitación sacó de una de sus maletas la computadora que cargaba consigo. Tenía que comenzar a trabajar en la misión que se le había asignado desde un inicio (aunque la detestara).

Hasta ese momento había encontrado varias teorías sobre lo ocurrido en blogs en internet, pero nada que pudiera ser amenaza alguna. Ni siquiera las más grandes mentes podían dar una explicación lógica a lo que había ocurrido. Al acontecimiento se le había dado el nombre de blip o de chasquido porque en palabras de quienes vieron desaparecer a sus seres queridos lo hicieron a la velocidad de un chasquido.

"Si supieran" pensaba Violet con tristeza mientras leía todo lo que aparecía en su pantalla.

El verdadero conflicto en toda su misión venía en la parte donde debía averiguar qué tanto sabía la UAC sobre todo lo que había estado pasando. Sabía que ninguno hablaría solo porque sí, por lo que sabía tenía que ir ganando su confianza, al menos en lo que lograba entrar a las computadoras de Penélope García. Cosa que sabía no sería una tarea fácil.

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El reloj marcaba casi las tres de la mañana y Violet se sentía algo agotada por haber estado las últimas horas frente a la computadora trabajando en analizar todas las bases de datos que están bajo el control de Penélope García en el FBI.

La mujer era una genio y Violet no podía esperar menos, sabía que esto sería algo duro de lograr, pero no planeaba perder la cabeza por eso, por lo que decidió levantarse de la cama y buscar en su bolso su cajetilla de cigarrillos junto con su encendedor.

No podía fumar en la habitación por lo que tuvo que salir al área en donde se encontraba la alberca del hotel. Sería un lugar bastante pacífico y por lo que había notado cuando llegó, esa era el área para fumadores.

Tomó una chamarra de color negro que era de Stephen y siempre cargaba cada que salía de Nueva York. Aún olía a él, por lo que la hacía sentirse de alguna manera acompañada por él.

En cuanto estaba por llegar a el área de la alberca pudo ver una figura femenina con cabellos rojos-naranjosos sentada en uno de los camastros de la zona. Era Adeline.

Conforme se acercaba más podía escuchar la música que provenía de una bocina que había junto a la chica. Pensó en si sería buena idea que ambas estuvieran solas. Se habían estado ignorando casi todo el día, intercambiando unas pocas palabras con relación al caso, pero todo seguía estando demasiado tenso entre ellas.

Violet suspiró, sabía que no podría huir de Adeline para toda la vida, por lo que simplemente se acercó a uno de los camastros y encendió su cigarrillo sin siquiera importarle si Adelina la estuviera viendo o algo similar.

La música en español entraba por los oídos de Violet, entendía todo lo que decía la letra, pero trataba de no prestar mucha atención. Centrándose así solo en el cigarrillo que había entre sus dedos y en el aroma a humo.

Su plan de relajarse no funcionó del todo, no cuando tenía a su hermana menor a su lado, hermana a quien creyó muerta durante tanto tiempo, hermana que ahora la odiaba con todo su corazón. Había tratado de no centrarse mucho en su dolor por el regreso de Adeline, pero el estar en un ambiente así no ayudaba.

Las dos, a solas, cada una fumando un cigarrillo sumidas en sus pensamientos. Con una relación rota, aún cuando años atrás prometieron estar siempre la una para la otra...

— ¡Ya dejenla en paz!— gritó Violet haciendo que el grupo de niñas dejara de patear a una pequeña niña que yacía sobre el suelo— Ya les dije que si le hacen algo a ella, se las van a ver conmigo y no creo que alguna quiera eso

— Tú no te metas Petrova— exclamó una de las niñas acercándose a la rubia— Por culpa de esta idiota todas fuimos castigadas. Por culpa de su ineptitud para sostener un arma y dispararla

— Tiene solo 6 años, maldita sea. Tú no pudiste notar la diferencia de un arma cargada a una vacía hasta que tuviste 10— respondió Violet sin intimidarse— Ahora largo de aquí si no quieren ser el próximo objetivo en las clases de tiro

El grupo de niñas maldijo entre dientes y terminó haciendo caso a las palabras de la rubia, quien al momento se agachó para ayudar a la niña a ponerse de pie.

— Adeline... —decía Violet con tristeza al ver las lágrimas rodar por las mejillas de la niña— Vamos, te limpiaré el rostro, sanaré tus heridas y te ayudaré a trenzar de nuevo tu cabello. ¿De acuerdo?

— Estoy bien.

— Sabes que conmigo no tienes porque mentir o tratar de hacerte la fuerte. Prometimos permitirnos ser vulnerables la una con la otra para evitar perder esa humanidad que tanto buscan arrancarnos— dijo Violet ayudando a su amiga a ponerse de pie— ¿O acaso no vamos a cumplir nuestras promesas?

La niña negó y tomó la mano que la rubia le ofrecía para que ambas se encaminaran a la habitación de la mayor. Violet sabía que Adeline sufría en silencio, no hablaba mucho, pero cuando lo hacía, su corazón se rompía por notar la dulzura en su voz. Ella era solo una niña...

Violet suspiró con nostalgia. Por supuesto que no extrañaba sus días en la KGB, pero extrañaba el saber que tenía a su hermana, extrañaba a Adeline.

Volteó a verla y notó que ella buscaba algo en sus bolsillos mientras tenía su encendedor en las manos. Maldecía en voz baja al no encontrar lo que buscaba, cosa que hizo reír muy ligeramente a Violet, quien notó que Adeline aún fruncía el ceño de una manera muy específica cuando estaba frustrada.

— ¿Quieres uno?— preguntó Violet extendiendo la cajetilla de cigarrillos

— Mientras no tengas veneno — dijo con una sonrisa

— Son cigarrillos. Ya tienen demasiadas sustancias dañinas como para agregarle algo extra— respondió la rubia con una sonrisa de lado

— Era una broma, Violet, no te pongas profunda.

— Lo siento. Después de escuchar tantas veces a...— pensó en Stephen y esas conversaciones sobre lo malo que era el tabaco, pero por supuesto no era un tema que quisiera tocar en ese momento— A doctores decir que el cigarro es malo, algo se te queda pegado

Hubo otro momento de silencio entre ambas. Ese pequeño intercambio de palabras había salido sorpresivamente bien, por lo que Violet se sintió con un poco de confianza para tratar de alargar la conversación entre ambas.

Por supuesto no esperaba que todo se arreglara en ese momento, pero al menos esperaba que Adeline bajara un poco la guardia y dejará de ser tan hostil con ella.

— ¿Llevas mucho trabajando con la UAC?— preguntó Violet encendiendo otro cigarrillo

— Poco más de tres años...

— Bien por ti— sonrió Violet sin saber que responder— Parecen ser un gran equipo juntos...

— Lo somos... lo éramos antes del, bueno tú sabes... — se encogió de hombros. — supongo que todos perdimos personas después de eso...

— Eso leí. Lamento mucho lo de tu equipo— dijo Violet de la manera más sincera que pudo, después de todo ella entendía lo que era perder a quienes querías por lo ocurrido meses atrás— Si... supongo que si...

Hasta donde estaba enterada, nadie en el equipo sabía sobre las personas a quienes ella había perdido en el chasquido y esperaba no tener que hablarlo. Al menos no tan pronto... aún no estaba lista.

— Si, no te preocupes, no fue tu culpa, ¿Verdad?

"La culpa fue del idiota de Peter Quill por golpear a Thanos cuando ya lo teníamos sometido" pensó Violet

— No... no lo fue— negó Violet no muy segura de lo que decía. De alguna manera se sentía culpable por no haber podido hacer más en aquella batalla, pero eso era algo que Adeline no debía saber— Escucha Adeline... yo sé que las cosas no están bien entre nosotras y bueno... no pretendo forzarte a que me digas que ocurre... pero quiero que sepas que me alegra que estés viva y que encontrarás a la UAC... ellos parecen ser como esa familia de la que tanto hablamos

— ¿De verdad te alegra? — preguntó con sarcasmo. — O es solo la culpa de abandonarme en la red room.

Violet sintió como si alguien hubiera clavado un puñal en su corazón.

— Por supuesto que me alegro. Te lo dije siempre, quería lo mejor para ti... aunque empiezo a creer que no importa lo que diga, no me tomarás muy en serio— respondió Violet expulsando el humo del cigarro de sus pulmones— Además yo...

— No te hagas la víctima, por dios, odio eso. — dijo mientras encendía el cigarro. — No te preocupes, está superado.

— Maldita sea Adeline, estoy siendo honesta contigo. Deja de ser tan malditamente infantil— dijo Violet tratando de no comenzar a molestarse— No me estoy haciendo la víctima, te estoy diciendo la jodida verdad y es claro que no está superado porque te comportas conmigo de esta manera

— Violet, no confío en ti, te agradezco toda tu ayuda, pero no puedo confiar en ti después de... — decidió que fumar era mejor que seguir por ese camino. — Se acabó, no más comentarios agresivos, no te odio, pero ya no tengo sentimientos por ti, y lamento que no puedas aceptar eso. — expulsó el humo mientras hablaba. — Yo ya lo superé, fin de la historia.

La rubia tocó su dedo anular por inercia en busca de su anillo de bodas para comenzar a girarlo y tratar de calmar el dolor que estaba sintiendo, pero claramente este se encontraba vacío puesto que el anillo se encontraba en su cuello.

— No confías en mí... está bien. Solo quiero recordar que no estoy aquí para herir a nadie... no me gusta herir de ninguna manera a la gente, ya lo hice durante demasiados años y jamás terminaré de arrepentirme por ello. Creo que puedes entenderlo— expresó Violet quedándose unos segundos en silencio esperando que Adeline dijera algo, cosa que no ocurrió— Desde que salí de la KGB todo lo que he querido es enmendar mis errores, por eso me uní a S.H.I.E.L.D., por eso cuando cayó decidí volverme enfermera, por eso acepté este empleo... estamos del mismo lado, aunque no lo quieras creer.

— ¿De verdad crees que me tragare eso del mismo lado? — dijo riendo. — Bien, eres una mujer distinta cambiada y todo lo que quieras, pero no soy estúpida, y mucho menos tan ingenua como para creer que estas aquí por elección propia — negó con la cabeza. — se que estas aqui por una misión.

— Tenemos el mismo entrenamiento y me conoces. Si no estuviéramos del mismo lado perfectamente hubiera podido terminar con cualquiera que se pusiera en mi camino— decía Violet ya sin mirar a Adeline— No creo que seas estúpida ni mucho menos ingenua... solo rencorosa y terca, pero esas son cosas diferentes

Violet decidió hacer caso omiso a lo último que Adeline había dicho. No le sorprendía que la chica tuviera aquellas sospechas (que claramente eran ciertas, pero no aceptaría), al final de cuentas tenían el mismo entrenamiento y se conocían bastante bien.

— Aún no entiendo mucho de tu comportamiento, pero si algo si entiendo es que no debo presionarte a hablar, así que aceptaré momentáneamente que no quieras hablar— dijo Violet poniéndose de pie— Seguiremos justo como hoy, ignorándonos y solo hablando en caso de ser estrictamente necesario... descansa Adeline

— Violet— la rubia se dio vuelta a mirarla— Buena suerte con tu misión

Cualquier otra persona que hubiera escuchado eso hubiera creído que tal vez se trataba sobre como Adeline había descubierto las verdaderas intenciones de las viudas en la UAC. Sin embargo, en la cabeza de la rubia solo pudieron aparecer todos esos recuerdos de cuando ambas eran niñas y Violet tenía que ir a cumplir todas esas misiones que la KGB le ordenaba.

Adeline siempre preocupada de que cualquier cosa pudiera salir mal, por lo que trataba de escabullirse para encontrarse con su hermana mayor y darle unas palabras de aliento.

"Buena suerte en la tuya" susurró Violet a un nivel con el que no estuvo del todo segura de si Adeline podría escuchar, marchándose así de regreso a su habitación.

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