007 || cigarrets and pain

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Chapter Seven.
cigarrillos y dolor

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EN CUANTO VIOLET SALIÓ DE LA OFICINA DE AARON HOTCHNER DESPUÉS DE VARIOS minutos de conversación sobre su ingreso a la unidad, supo que no tenía la fuerza para mantenerse en pie. Eran demasiadas emociones en tan poco tiempo y su cuerpo apenas podía procesarlas, por lo que en cuanto bajó las escaleras se recargó en uno de los escritorios para tratar de regular su respiración.

Natasha la siguió y se puso detrás de ella para asegurarse de que nada malo le sucediera. Ella también estaba impactada ante la presencia de Adeline, pero no estaba ni cerca de sentir todo lo que Violet estaba experimentando.

Violet no quería quebrarse, no se quería permitir el llorar o el venirse abajo, muchísimo menos en las instalaciones de la UAC en su primer día, pero su corazón ya dolía demasiado y no estaba segura de cuanto iba a poder aguantar.

Ahora no solo debía de lidiar con la partida de Stephen y de María, ahora también con el hecho de que Adeline estuviera con vida y que la despreciara tanto.

— ¿Necesitas algo? ¿Quieres salir a tomar aire?— le preguntó Natasha al oído— ¿Te traigo agua?

Pero Violet no respondió, se limitó a dejarse caer en la silla que estaba a su lado mientras inhalaba y exhalaba lentamente en un intento de hacer que los latidos de su corazón dejaran de ser tan intensos.

Por otro lado, a la distancia Spencer Reid y Tara Lewis observaban intrigados el comportamiento de las viudas. Sus otros dos compañeros habían ido en busca de Adeline algunos momentos atrás, pero ellos decidieron quedarse ahí en caso de que pudieran averiguar que tanto estaba ocurriendo.

Spencer se sentía intrigado por muchas cosas. El comportamiento de Adeline, la presencia de las viudas en la unidad, la razón por la que Hotch había cerrado las persianas de su oficina cuando las tres mujeres entraron para una conversación, los temas tratados en esa plática que pareció ser muy intensa... pero sobre todo se sentía intrigado por Violet.

Años atrás había leído parte del expediente de aquella rubia que se había filtrado, la llegó a conocer por fotografías y por supuesto que notó el gran atractivo de la rubia, sin embargo decidió que eso era lo menos relevante sobre aquella mujer. Su inteligencia, su habilidad para pelear, su gran capacidad para hablar diferentes idiomas, todo su conocimiento sobre el uso de diferentes armas, etcétera.

Sin duda Violet Petrova era una mujer verdaderamente impresionante en todo sentido posible.

— ¿Crees que sea buena idea acercarnos a ellas?— preguntó Tara haciendo que Spencer la volteara a ver— Una de ellas no parece estar nada bien y puede necesitar algo

— Si, veamos que ocurre y si podemos ayudar en algo— asintió él mientras se ponía de pie

Ambos agentes se acercaron al escritorio en donde Violet permanecía sentada y donde Natasha trataba de hacerla respirar de una manera mas tranquila. A los ojos de Spencer, la rubia estaba sufriendo un ataque de pánico, pero no quería hacer conjeturas tan pronto y deseaba esperar a que la mujer hablara.

Spencer no sabía que decir, por lo que agradeció cuando Tara fue quien inició el contacto, dirigiéndose a Natasha Romanoff.

— ¿Está todo en orden? ¿Tu amiga está bien? ¿Necesitan algo?— preguntaba Tara

— Estoy bien, no se preocupen— dijo Violet levantando la mirada y luchando por no derramar ninguna lágrima— Supongo que fue algo causado por los nervios... ya saben, eso de llegar a un lugar nuevo siempre genera un poco de incertidumbre

— ¿Estás segura?— preguntó Spencer no del todo seguro de las palabras de la rubia— Porque vi lo de hace rato y...

— Estoy bien— interrumpió Violet tratando de que su tono de voz se mantuviera firme— Lo de hace unos momentos ya no tiene importancia, así que les agradecería bastante si no lo volvemos a mencionar. Que vergonzoso sería que me recuerden como la agente que fue golpeada por una de sus compañeras en su primer día

— ¿Agente?— preguntó Tara, aún mas confundida— ¿Qué sucede realmente? No sabíamos que iban a formar nuevos equipos

— Queríamos esperar a que el agente Hotchner hablara con ustedes, pero en vista de que ya se acercaron... supongo que podemos presentarnos formalmente— habló ahora Natasha— Mi nombre es Natasha Romanoff y desde hoy soy parte de la Unidad de Análisis Conductual

— Y yo soy Violet Petrova— se presentó la mujer poniéndose de pie— También formaré parte del equipo, aún estamos discutiendo mi puesto, ya sea como agente de campo o como analista técnica

Spencer y Tara se quedaron sorprendidos al escuchar eso, ninguno de ellos estaba enterado sobre el ingreso de nuevas agentes a la unidad y muchísimo menos que estas podrían ser una vengadora y una antigua agente de S.H.I.E.L.D.

¿Qué hacían dos mujeres como ellas uniéndose a la UAC?

— ¿Analista técnica? ¿Qué? ¿Van a remplazar a García?— preguntaba Tara preocupada

— Oh, no, nada de eso— negó Violet inmediatamente— Su analista seguirá conservando su puesto sin problema alguno, solo van a evaluar si puedo aportar mas aquí o en el campo con ustedes. En caso de ser necesaria detrás de las computadoras, seré de apoyo no solo para su unidad, si no también para otras y otros departamentos, pero centrándome mas en la UAC

— Oh, no sabía que iban a aceptar reclutas... pero bueno, el buró oculta muchas cosas últimamente— dijo Tara con una risa amarga— Pero se que eso no tiene nada que ver con ustedes... así que bienvenidas a la UAC

Tanto Natasha como Violet forzaron una sonrisa al escuchar el primer comentario, pero trataron de que nada en su comportamiento las delatara, después de todo estaban frente a personas que se dedicaban a estudiar el comportamiento de la gente, para ellos sería demasiado sencillos el descubrir sus verdaderas intenciones si bajaban la guardia.

Y es que todas las agencias de inteligencia no solo del país, si no del mundo guardaba demasiados secretos y ahora ambas viudas estaban encargadas de mantener varios de ellos como lo que eran, secretos. 

— Bueno... los escritorios de este lado se encuentran disponibles— habló Spencer— Pueden tomar el que gusten... pero de preferencia no tomen los que tienen una flor blanca en el centro... esos eran de... bueno, creo que entienden

Spencer sintió un nudo en el estómago ante el recordatorio de sus compañeros caídos.

El grupo sabía que en algún momento esos escritorios tenían que volver a estar disponibles, pero aún no se sentían listos para ver a otras personas en el lugar en donde solían ver a sus amigos todos los días.

— Lo comprendemos y lamentamos mucho sus perdidas— agradeció Natasha— Tomaremos uno en cuanto vayamos a hablar con el jefe de sección

— Y gracias por la bienvenida. Comprendemos que esto no estaba en los planes de ninguno de ustedes, que es un gran cambio... pero solo queremos ayudar— dijo ahora Violet— El mundo está en uno de sus peores momentos, millones de personas están sufriendo por las consecuencias de algo que aún no comprendemos, pero también se sabe que existen muchas otras personas a quienes nada de esto les importa... y que seguirán dañando a gente inocente... a todos ellos es a quienes buscamos ayudar

Spencer notó un cierto cambio en el tono de voz de Violet cuando hizo mención a los eventos de las semanas anteriores pero prefirió no hacer ninguna clase de comentario, al final de cuentas desconocía si la chica había perdido también a alguien.

Aunque no podía evitar preguntarse si lo ocurrido realmente era algo desconocido para las viudas, después de todo una era parte de los Vengadores, el grupo de héroes que se encargaba de proteger a la tierra de amenazas con las que no todos podían lidiar.

La idea de que Natasha Romanoff o Violet Petrova pudieran saber algo que los pudiera ayudar a tratar de descubrir lo que había ocurrido realmente con sus amigos, comenzó a dar vueltas por su cabeza. Tal vez ellas podrían ser esa clave que los ayudara no solo a entender los sucesos, si no también la clave para recuperar a todos los que se fueron.

— Es bueno tenerlas aquí— exclamó Spencer— Estoy seguro que con sus habilidades agregadas al equipo podremos seguir protegiendo a aquellos que permanecieron, que es lo que ahora importa

Es lo menos que podríamos hacer por todos ellos después de perder contra Thanos” pensaban Violet y Natasha.

●●●

Violet había perdido la noción del tiempo, no estaba segura de cuantas horas llevaba en la UAC, ni siquiera podía recordar todo lo que el jefe de sección le había indicado o lo que el agente Hotchner había hablado con ella horas atrás, lo único que tenía en claro era que su corazón estaba demasiado adolorido por todos los eventos que habían estado pasando últimamente en su vida.

¿En que momento su vida se complicó tanto? ¿Cómo es que en un abrir y cerrar de ojos perdió todo lo que la mantenía cuerda? ¿Cómo es que su vida se apagó de manera instantánea?

Habían pasado semanas y Violet no lograba sentirse mejor, ni siquiera podía terminar de asimilar que Stephen se había ido. Sin embargo ahora sabía que tenía que dejar todas esas cosas atrás o sería deportada a Rusia en donde su cabeza ya tenía precio.

La rubia se estaba cansando de permanecer sentada en el escritorio sintiendo las miradas de odio por parte de Adeline, con quien ya ni siquiera trató de tener una conversación. Estaba demasiado agotada por todo y el agregar el desprecio de su hermana solo estaba empeorando lo que sentía, por lo que solo decidió ignorarla y centrarse en sus emociones.

Algunos minutos más tarde, minutos en donde había perdido de vista a Natasha, decidió ponerse de pie para salir por unos momentos a tomar aire  e intentar despejarse aunque fuera algo temporal.

Lo necesitaba, ya no podía con toda la presión que estaba cargando. Solo quería salir unos instantes, estar sola para llorar un poco mas y tal vez fumar algunos cigarrillos.

Los estúpidos cigarrillos que sabia que Stephen detestaría verla consumir.

La gente tiende a autodestruirse cuando se encuentra pasando por terribles momentos, Violet por muchos años se resistió a la idea de consumir cualquier clase de cosa que dañara su organismo, sentía que con la vida que llevaba era mas que suficiente para destruirla lentamente.

Sin embargo después de perder al amor de su vida y a su mejor amiga, Violet dejó de preocuparse por esos daños en su cuerpo, por lo que solo unos días después de volver del espacio, compró una cajetilla de cigarros y se dejó envolver por aquel vicio.

Cuando la rubia se encontró en un área en donde vio a diferentes agentes fumando, decidió sentarse en el suelo lo mas alejada posible de cualquiera y encender uno de los cigarrillos que había en la cajetilla de los bolsillos de su chaqueta.

Dejó que el humo invadiera sus pulmones mientras pensaba lo mucho que estaba odiando su infiltración en aquella unidad, odiaba que los altos mandos volvieran a tener un control sobre ella y que no estuvieran interesados en las cosas que podrían hacerle ya fuera a ella o a Natasha si eran regresadas a Rusia, odiaba tener que engañar a personas que estaban viviendo la misma clase de dolor que ella por las perdidas de sus seres amados, pero sin duda estaba odiando mas el hecho de no tener a Stephen a su lado para repetirle que todo estaría bien.

El tabaco la ayudaba a mantener un poco la cordura, a relajarse cuando la presión en su pecho se volvía intensa, a que sus manos dejaran de temblar cuando las pesadillas comenzaban a atacarla durante las noches... a escuchar en su mente la voz de Stephen repitiéndole lo dañino que era lo que se estaba colocando entre los labios.

Estaba perdiendo la cabeza por la ausencia de Stephen y ahora con las nuevas responsabilidades que venían con el pertenecer a la UAC, no sabía como manejaría todo el mar de emociones que ya tenía en su interior y mucho menos sabía como controlar las olas de nuevas emociones que comenzaban a aparecer en su vida.

Del oscuro cielo comenzaron a caer algunas gotas, por lo que algunos agentes comenzaron a moverse rápidamente en busca de donde cubrirse, sin embargo Violet quiso permanecer en su lugar para terminar su cigarrillo. No le importaba mojarse, tampoco le importaba que varios agentes comenzaron a murmurar cosas cuando notaron su presencia, nada le importaba, solo deseaba sentir cualquier otra cosa que no fuera la pena de perder a quienes tanto amaba.

En cuanto su cigarrillo se consumió, la rubia supo que aún no estaba lista para volver a el área de escritorios, por lo que encendió otro, no sin antes quitarse la cadena que colgaba en su cuello en donde se encontraba su anillo de compromiso.

Agua caía por las mejillas de Violet, solo que ella no estaba muy segura de si estas eran por la lluvia o porque estuviera llorando.

Observó aquel accesorio y lo apretó fuertemente mientras lo pegaba a su pecho. 

Habían pasado semanas y el dolor solo se incrementaba.

¿Algún día se detendría?

— Te extraño tanto que duele y duele tanto que siento que podría morir solo por extrañarte de la manera en la que lo hago— decía Violet viendo el anillo en su mano

●●●

Cuando Natasha volvió de hablar con algunos de los agentes de la unidad, lo primero que notó fue que Violet no se encontraba en el escritorio en donde la había visto por última ocasión.

La viuda sabía que el formar parte de esta misión era algo para lo que Violet no estaba preparada, la chica aún tenía demasiadas cosas con las que lidiar y el que ahora tuviera toda esta responsabilidad encima no hacía las situación mas sencilla, todo lo contrario, todo parecía estar empeorando a cada minuto que pasaba.

Natasha trató de llamar al número de Violet, fue cuando notó que el teléfono de su amiga se encontraba guardado en el que había elegido como su escritorio. Notó que el resto de la UAC la observaba, pero como siempre, decidió ignorar cualquier clase de atención que estuviese recibiendo. Entendía los motivos por los cuales recibía todas las miradas, era una vengadora y aunque aún no tuviera una presentación formal con el equipo, suponía que todos ya estaban enterados de que ahora formaba parte de ellos.

— ¿Qué hacen aquí? Las dos— preguntó una voz detrás de Natasha— Y quiero la verdad, porque yo no me voy a tragar ese cuento de que fueron enviadas como apoyo. El buró tiene a muchísimas personas queriendo formar parte del equipo, no tienen porque mandar a una vengadora y una agente de una agencia caída

— Lo que tu creas no tiene relevancia para mi, ni Violet o yo tenemos porque darte explicaciones de absolutamente nada. Ambas hablamos con el agente Hotchner y  con el jefe de sección, que son las únicas personas a quienes tenemos que darles explicación de algo— le contestó volteando a verla con seriedad— Estamos aquí y formamos parte del equipo, te guste o no. 

— Ustedes no van a venir como si nada a integrarse a mi familia. No confío en ninguna de las dos y si crees que voy a aceptar...

— Adeline, tengo mejores cosas que hacer que escuchar tus tontas amenazas— interrumpió Natasha— No me importa si confías en mi, pero lo que si me importa es lo que le ocurra a Violet, así que si te atreves a hacerle algo nuevamente, no me voy a quedar de brazos cruzados. Ella ya sufrió demasiado últimamente como para que todavía tenga que lidiar contigo

El ambiente estaba demasiado tenso, ni Natasha o Adeline parecían querer ceder en dejar de mirar a la otra de una manera bastante severa, por lo que cuando Spencer y Tara regresaban a sus lugares y vieron la confrontación que había decidieron intervenir antes de que las cosas se salieran de control.

Conocían a Adeline y podían ver como no se encontraba en lo absoluto feliz ante la presencia de las viudas en la unidad. No necesitaban saber que ocurrió entre ellas para saber que su amiga estaba a tan solo unos momentos de iniciar una confrontación física, algo que podría traer demasiadas consecuencias negativas para todos.

— Adeline, ya basta— la detuvo Tara— No sé que ocurrió entre ustedes para que exista tanta tensión, tampoco me interesa, lo que me interesa son las consecuencias que van a venir si alguna de las dos da ese primer golpe

— Yo no vine aquí a pelear con nadie. Puede que la agente Ivanova no lo vea, pero estamos del mismo lado— habló Natasha sin perder la seriedad— Lo único que pido a cambio es respeto, tanto para mi, como para la agente Petrova, ya que no pienso tolerar ninguna falta como la que ocurrió horas atrás

Natasha no dejó que ninguno de los agentes hablara y se alejó para buscar a su amiga, a quien encontró al dar la vuelta. Violet ya estaba entrando por las grandes puertas de cristal, su cabello lucía un poco húmedo, por lo que Natasha asumió que se había salido a fumar y que en el proceso había comenzado a llover.

Ante los ojos de cualquiera, Violet estaba bien, tal vez solo un poco mojada por la lluvia, pero fuera de eso no parecía existir nada fuera de lo normal. Pero Natasha la conocía y podía notar con claridad que su amiga había vuelto a llorar, por lo que se encaminó a ella para sacarla del lugar y llevarla al pasillo para hablar. No quería que se volviera a topar con Adeline y las cosas se pusieran aún peor.

Spencer a lo lejos pudo ver como Natasha se llevaba a Violet fuera nuevamente, todo mientras también notaba como Adeline la miraba nuevamente con una gran molestia.

— No se dejen engañar por ninguna de las dos, mucho menos por Violet— habló Adeline— En cuanto tenga su confianza, los va a apuñalar por la espalda y los dejará solos... Violet Petrova no conoce lo que es la lealtad, lo único que le importa es ella misma, salvarse y sobrevivir sin importar a quien deje atrás.

Esas palabras sin duda dejaron demasiado confundido a Spencer, quien cada vez entendía menos lo que pasaba.

¿Qué había ocurrido entre Violet y Adeline para que una de ellas tuviera esa actitud tan hostil? No lo sabía, pero sin duda eso les traería demasiados conflictos, no solo a ellas, es probable que al resto del equipo.

La paz entre ellos parecía estar por llegar a su fin.

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