🦋𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐃𝐨𝐬🦋

Habían pasado los días, una de tantas noches donde Seok Jin le entregó una copa con licor puro a su amo. El hombre lo esperaba sentado sobre la cama con tan solo ropa interior y la bata color miel que cubría su espalda. Ahí observando a su amado aproximarse en silencio —Gracias —dijo al estirar sus labios y recibir un beso del castaño—. Seok Jin, ven —mencionó el mayor mientras abría sus piernas.

El castaño obedeció tomando asiento sobre sus fuertes muslos quedando frente a él. Nam Joon se llevó la copa a la boca mientras se miraban fijamente a los ojos, unos lujuriosos, tanto que la llama apasionada en su mirada lo hacía más deseable, pero Seok Jin era muy listo.

—Muévete para el amo —susurró encima de su cuello antes de apoderarse de manera desesperada provocando que Seok Jin lo tomara fuerte del hombro para evitar gemir. Tuvo un horrible hormigueo de placer, pero detestaba hacerlo, tener que acceder a entregarse solo para continuar en el clan sin ser exiliado, eran tan solo negocios.

Le dio más acceso a su cuello mientras se movía más fuerte sobre el miembro del mayor, más que placer sentía rabia, pero Nam Joon se sentía en el paraíso con esos movimientos rudos —Ohh... Jin —gimió al sostenerlo de la cintura después de dejar caer la copa vacía por la alfombra. Entre sus dedos temblorosos y visión confusa comenzó a desvestirlo, pero no llegó a más, porque Nam Joon comenzó a desvanecerse sobre la cama.

Seok Jin sonrió con mucha satisfacción y se levantó de las piernas del mayor dejándolo en la posición donde había caído. Se limpió su cuello con la manga de su suéter cada rastro envenenado de Nam Joon y procedió a irse. Era la manera más rápida de asegurar sus salidas sin ser atrapado. Debía salir a conseguir aquel polvo mágico que dejaba a Nam Joon inconsciente por horas, el efecto de la droga Polvo de Luciérnaga que Jackson Wang suele traficar.

Había llegado con éxito al club donde se la pasaba algunas noches de insomnio. Siempre iba cubierto hasta las narices y con un arma bajo la ropa, después de todo él era un sicario, conocía bien cómo protegerse.

Dejó un fajo de billetes sobre la mesa donde solo estaban él y un viejo amigo suyo, si le quiere llamar antiguo amante. Jackson soltó el humo del cigarro mirando la carita de Seok Jin que ya no estaba tapada.

—¿En verdad quieres seguir con esto, Bae? —preguntó aquel rubio al mirar como Seok Jin asintió repetidas veces en su total silencio, "Bae" un apodo que realmente lo había marcado en el pasado—. Podría hacerlo por ti, bebé, solo... —el castaño alzó su mano y lo apuntó como si tuviera una pistola en la mano, pero tan solo eran sus dedos—. Lo haremos a tu manera, Bae —mencionó al alzar sus manos como si de verdad estuviera siendo apuntado. Vio la preciosa sonrisa del castaño y el arma imaginaria bajar—. Sigo sin entender para qué quieres hacer esto, sabes que si me das un besito puedo encargarme personalmente de RM —guardó el dinero en su bolsillo y seguido a esto le entregó una bolsa color café con la droga en su lugar—. Úsalo con moderación Bae, no queremos que alguien se muera —se había reído con un poco de toz, todo ante su mal chiste, todavía no sabían cómo Nam Joon seguía con vida si estaba consumiendo drogas sin darse cuenta, pero Seok Jin era moderado con la dosis, lo necesitaba vivo.

Seok Jin cogió la bolsita y la guardó dentro de su traje oscuro, miró a Jackson donde se comunicó con el lenguaje de señas —Bebé, sabes que no entiendo una mierda lo que dices... ¿Y mi pago extra? —Seok Jin jadeó mientras tomaba asiento sobre las piernas del rubio, el mayor sonrió pícaro mientras tocaba su fina cintura bajo la tanta ropa que lo cubría—. Bae se puso romántico —bromeó al sentir como el castaño dejaba un camino de besos sobre su rostro hasta llegar a su oreja.

—Aprende lenguaje de señas estuúpido, odio que no puedas entenderme —susurró Seok Jin erizandole la piel por completo, además de la sensación de la mordedura suave que le dejó en el lóbulo.

—Tranquilo Bae, no te enojes, hago mi mayor esfuerzo por entenderte —gruñó al resistirse en tocarlo, estaba prohibido tocar a ese hombre, era la muerte asegurada y ya no por mano de RM, Seok Jin no volvería nunca más en su vida con Jackson Wang.

—Vendré cuando se me acabe. No sabes lo mucho que le gusta el Polvo de Luciérnaga al amo —lamió sus labios levantándose de las piernas del rubio quien lo miraba desaparecer entre las cortinas rojas.

Seok Jin era escurridizo, inteligente y muy calculador, tal vez estar cerca de Kim Nam Joon servía de algo más que el plan inicial, un plan que inició hace años por el cual seguían juntos.

Había regresado a la mansión y nadie se había dado cuenta que escapó, nunca nadie lo hacía realmente. El líder seguía completamente dormido. Se aproximó a uno de los cajones del mueble donde guardaba su ropa, dejó dentro la droga que estaba disfrazada con una etiqueta específica "Paciente Kim Seok Jin, consumir cada ocho horas" era verdad que el castaño tomaba pastillas por su salud, Nam Joon nunca revisaba esos detalles, era poco probable que supiera la existencia de la droga que tomaba en su trago. La confianza en su sumiso era la total perdición.

Seok Jin caminaba descalzo por la cerámica blanca de la mansión donde el Sensei Min vive. Nam Joon lo había dejado bajo su custodia ese día por la mañana, ya que debía arreglar un asunto —¿Quieres comer algo? No se lo diremos al señor —el castaño negó levemente con su cabeza—. Sé que te gusta cuidarte, pero si no comes te hará daño, mira aquí te dejo un tazón con fresas —inclinó levemente su cabeza como agradecimiento y sin decir nada tomó asiento frente a la mesa baja para deleitarse con las frutas.

Los hermanos Min entraron a la mansión donde Min Jae los citó, tenía una misión para ellos como dúo. Extraña vez eran solicitados personalmente, por lo general las órdenes se mandaban por terceros, pero esta misión era muy importante y delicada, debía ser entre quién la envía y quiénes la ejecutan.

Agust fue quién subió hasta la habitación donde estaba el Sensei, así que Vante se quedó en la parte bajo.. Estaba bastante ansioso, él adoraba las misiones que le enviaban hacer con su hermano, porque eran importantes y significaban mucha más paga que en grupo.

Vio una mariposa volar cerca suyo y la sopló lejos de su rostro, la mariposa en el revoloteo cogió otro rumbo. Él frunció el ceño, no le gustaban los insectos, mucho menos los voladores. La miró hasta que un suceso llamó su atención, la mariposa estaba volando sobre las escaleras y cada vez más estaba subiendo al otro piso.

Era muy extraño y la maldita curiosidad le venció. Caminó con prisa para no ser pillado, subió las escaleras para perseguir el rumbo de la mariposa, parecía poseía y él también cuando escuchó a lo lejos un ligero cántico. Vio a la mariposa entrar por la abertura de una puerta.

Lamió sus labios de forma ansiosa al acercarse y cada vez más se podía oír una voz fina, como si fuera un ángel el que cantaba. Se asomó por el espacio abierto, aunque no lograba ver más allá. De forma nerviosa empujó más la puerta dejando ver un muchachito castaño de largos cabellos de espaldas frente a una pequeña tina cuadrada al ras del suelo, estaba a la vista a un ventanal, pudo ver tres mariposas más revoloteando a su alrededor.

El hanbok blanco cayó al suelo dejando su precioso cuerpo desnudo, se adentró al agua mientras su voz se hacía más dulce, las mariposas parecían seguirlo. Vante sintió el corazón latir fuerte, no estaba muy seguro de quién era, pero quería acercarse. De un pronto a otro el cántico se detuvo y las mariposas dejaron de estar cerca del muchacho, el castaño miró hacia atrás, pero se hallaba completamente solo. Continuó con su canto mientras que las mariposas regresaron a bailar a su alrededor.

Vante se recostó en la pared agitado, totalmente espantado de caer en cuenta de quién podría ser ese hombre —Es él —susurró nervioso, no podía quitar la obvia opción, un hombre como ese no tendría permiso de estar en ese lugar tan tranquilo, a menos que fuera aquel prohibido. Había roto una de las reglas del clan.

No mirar al sumiso.

Bajó rápidamente a la planta principal. Afortunadamente nadie lo vio, no tenía idea de cómo nadie se percató del delito, no tenían permiso de acceder, pero se quedó esperando a su hermano en total silencio.

Habían cambiado los planes, si necesitaban a todo el equipo para esa misión, así que todos estaban encerrados en el dormitorio para hablar de ello, pero Vante estaba desconcentrado, él no podía dejar de pensar en el hombre prohibido.

—Partimos mañana, estaríamos llegando en dos días —notificó Yoon Gi mientras se estiraba—. Quieren un disparo en la cabeza para el jefe gordo y los demás ya saben, es solo sacarlos del camino.

—¿Te dijo que nos darán? —preguntó Zico con una sonrisa ansiosa.

—Dijo que la recompensa sería buena para los cuatro, para mí es suficiente ¿O no Van? —los tres miraron al pelinegro que estaba muy ausente.

—Vante —canturreó Zico. Este alzó su mirada confundido sin saber que le estaban diciendo.

—Oye ¿Qué pasa contigo? Desde que salimos de la mansión has estado perdido.

—No... estaba pensando en algo —mencionó al encogerse de hombros—. Escuché todo. Nos íbamos hoy.

—Mañana —le corrió el otro colega.

—Definitivamente no estás ubicado —en eso la puerta del dormitorio fue tocada bastante rápido y Zico se encargó de abrir—. ¿Qué sucede? —preguntó sin ánimos ya que ese chico que estaba del otro lado de la puerta no le caía nada bien.

—¡Hirieron a Shu! —avisó rápidamente—. Me mandaron a avisar, Agust... —Yoon Gi maldijo al bajarse de la cama y salir corriendo. Tae Hyung jadeó levemente. Estaba consciente de que su hermano amaba a ese muchacho, pero siempre era absurdo enamorarse en ese negocio.

—Su último deseo antes de morir es ver a su novio ¿No es eso romántico? —vaciló Zico al mirar a Tae Hyung con un poco de ironía, pero este no le hizo mucho caso—. Lleva así desde hace un tiempo, ya está bien, solo que estaban esperando que Agust volviera.

—¿Y por qué no lo dijiste antes? —le retó con obviedad.

—¡Se me olvidó! —contraatacó un poco gruñón—. Tampoco era mi obligación... le dispararon en el hombro.

—Qué alivio, pudo ser peor... yo me iré a dar un baño ¿Vienes?

—No, nosotros iremos a comer, tenemos un encargo en la noche.

Cuando Tae Hyung se quedó solo en la habitación jadeó bastante frustrado, seguía pensando en el castaño y no entendía por qué, de todas formas él no pudo haberlo visto, eso era un alivio. Dejó su camisa sobre la banca y su arma debajo, procedió a desnudarse por completo y seguido a esto se metió en la ducha.

Sentía las gotas humedecer su rostro, así que cerró sus ojos, pero de pronto, se comenzó a escuchar aquel cántico que hizo erizar su piel por completo, se oía muy fuerte y tan cerca, como si estuviera en su cabeza.

Estaba inmóvil de manera involuntaria, no podía abrir sus ojos, aunque quisiera, una sensación de miedo, de ahogo invadió su cuerpo, entonces sintió como unas delicadas manos se pasearon por su abdomen.

Abrió los ojos por fin, su movilidad volvió, pero se hallaba totalmente solo, miró a su alrededor y no había nadie en las duchas —Maldición —susurró al restregarse agua por el rostro, la falta de sueño le estaba afectando de más.

Yoon Gi acariciaba los cabellos de Ji Min quien estaba dormido, pero Agust no se dejaría solo a Shu. Él estaba admirando su belleza aunque por un momento el menor arrugó la frente y dijo algo entre sueños que Yoon Gi no entendió —Shu —susurró sobre su cabeza al dejarle muchos besos en las mejillas—. Estoy contigo, no eres solo amor mío —lo abrazó poco y muy suave.

Sabía perfectamente que Ji Min sufría de muchas pesadillas y por lo general en las noches el pequeño Shu se escapaba de la habitación donde dormía para dormir con él, y esto había pasado incluso antes de llevarse bien. Ji Min llevaba solo un par de años desde que ganó la entrada al D-3 como los nuevos supervivientes de ese entonces.

El chico de cabellos naranjas abrió sus ojos por la pesadilla —Dios... —jadeó encontrándose al mayor—. ¿En qué momento me dormí?

—Cuando vine ya estabas dormido, tu compañero me avisó que estabas herido.

—Hijo de puta... tenía que dispararme en mi hombro bueno —vaciló recibiendo los besos de Agust en sus mejillas—. Pero estoy bien.

—Me alegra mucho que estes bien. Mi amor ¿Quieres que te traiga algo de beber o algo de comer? Creo que te perdiste la cena.

—¿Tan tarde es? —preguntó al mirarlo confundido—. Con razón tengo tanta hambre.

—Puedes comerme. Soy tuyo —dijo al enderezarse de la cama.

—Ya te gustaría —se burló un poco, no sería ni la primera o última vez.

—Ohh, claro que lo deseo. Estoy enamorado.

—Te has enamorado solo, Agust.

—No es verdad, puedo ver tus ojitos brillosos cada vez que estamos juntos... tienen un brillo especial.

—Mentiroso —dijo riendo—. No puedes asegurar eso.

—Claro que sí, lo leí en un libro —había comentado mientras le acariciaba el rostro—. ¿Puedes ver cómo se dilatan mis pupilas? Pasa porque estoy viendo al amor de mi vida —Ji Min había reído despacio tan enamorado, pero malditamente adolorido—. Tranquilo, te ayudaré —mencionó tomándolo del brazo para ayudarlo a enderezarse.

—Gracias... eres muy considerado conmigo...

—¿Eso te gusta?

—Lo hace —confirmó al recostarse en el respaldo de la cama, Yoon Gi se encargó de acomodar las almohadas para que su amado estuviera cómodo—. Es lo que más me gusta de ti —Yoon Gi se había quedado congelado en su lugar—. ¿Agust?

—¿Acabas de decir que te gusto?

—¿No dijiste que ibas a traer la cena?

—¡Dios! —canturreó emocionado—. Todo lo que mi Shushito quiera —salió del dormitorio con demasiada prisa y muy feliz.

Aunque se demostraban amor en la intimidad o tan solo besarse a escondidas, Ji Min nunca le había dicho directamente que le gustaba, podría ser solo placer, pero ahora Agust D era el más feliz del mundo.

Muchas gracias por leer 💜
-: ✧ :-゜・.FairyWin

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