Capitulo 5
Pasado de Izzy
Se removió incomoda en la cama al sentir que su madre se levantaba de esta, abrió con dificultad los ojos, y paso una mano por su cara para acto seguido sentarse en la mediana cama. Desde ayer, su madre estaba de visita en la comunidad Quercus, y por falta de espacio le ofreció dormir en la misma cama, de la misma manera que lo hacían en su antigua comunidad, cuando solo se tenían una a la otra.
Desconocía el motivo exacto por el cual vino, solo que debía de hablar con la líder, la Magna Mater, Morgana, aunque eran pocas las personas que podían llamarla así. A Izzy no le hacía ninguna gracia esa mujer, le daba escalofríos cada vez que estaba en la misma habitación, sentía el aura oscura que poseía, en pocas palabras no le gustaba y el sentimiento era mutuo gracias a las muecas de molestia que aparecían, y no se molestaba en ocultar, la líder cada vez que su vista chocaba con la pelirroja. Eso solo causaba más molestia en la chica, la cual en ese tiempo, sabía controlar muy poco sus poderes, llegando a causar pequeños incendios en algunas de sus pertenencias. No comprendía muy bien el como fue que la convenció su madre de aceptar aprender en otra comunidad, lo único que consideraba difícil de dejar era a su madre.
Se podía decir que exceptuando el cabello, Izzy no tenía ningún rasgo común de las salamandras, empezando por sus grandes ojos marrones, 'deberían ser verdes' esas eran las palabras de algunas cuando la veían. Tampoco tenía la cara llena de pecas y morena como otros, al contrario, su piel era pálida y sin rasgo alguno de la existencia de marcas. Las salamandras tienen una agilidad bastante mala, siendo incapaces de estar de pie en una rama de un árbol por menos de unos pocos segundos, esto iba con Izzy, la cual, gracias a sus otras progenitoras, estás siendo otros tipos de hadas, adaptando diferentes características. Claramente no era la única diferente, había muchas personas que no tenían todas las características, pero por culpa del puesto en el comité de su madre, la cual era la mano derecha de la líder, la molestaban, causando que la gente no entendiera como era que un ser tan puro como era su madre, que encajaba en todas las características, decidiera tener tal descendencia, solo dejando su cabello pelirrojo como herencia.
Se vistió con el vestido habitual, limpiándose antes en el pequeño baño que tenía su habitación. Toda la comunidad vivía en un roble que estaba hueco por dentro, dejando sitio para casas; todas contaban con lo necesario, una habitación y un baño. Todas tenían un horario en el cual comer, e ir a trabajar o a estudiar dependiendo de si ya pasaste el bautizo o no. Ese día era libre, ya que cada dos semanas deban un día de fiesta a todo el mundo para que puedan descansar. Ella y su madre pensaban pasar toda la tarde juntas, por lo que antes de efectuar ese plan, y después de desayunar, se despidió con un abrazo y un te quiero para bajar asta las raíces del árbol. Ahí le gustaba estar, ya que no había muchas personas por miedo al mundo humano, además, que había rosas muy bonitas con las que podía hacer un regalo para su madre.
Paso casi toda la mañana entre las rosas, leyendo y haciendo una bonita corona para su madre, y un ramo, feliz por sus manualidades. Subió hasta llegar al comedor, donde no había muchas personas, pero si la comida lista. Esas personas la ignoraban desde ayer por la venida de su madre, que asustaba bastante a las inofensivas dríades. Se sentó sola en una mesa, ignorando el hecho de que su madre no esté esperándola, pensando que estaba demasiado ocupada para bajar a comer, termino lo más rápido que podía, agarrando una porción para su madre, subió rápidamente las escaleras.
Cuando llego enfrente de su casa, ignoro por completo la puerta entreabierta, creyendo que fue un despiste de su progenitora, abrió más la puerta con la punta de su pie, rebosando de felicidad por pasar luego de años tiempo con su madre. No se esperaba para nada ver a la líder en el cuarto, tampoco el hecho que llevaba un cuchillo de ritual en su mano derecha. Ninguna de las dos sintió su presencia.
Lo único que entendía de la escena que presenciaba, era solo una cosa, las cosas acabarían mal. No entendía la importancia de ese cuchillo asta que vio como cortaba el cuello de la madre, su mente se negaba a creer lo que estaba pasando, la líder le estaba robando la magia, sin sentirse culpable por terminar con su vida.
No pudo terminar el ritual por el grito de dolor que soltó la hija, Morgana se giró sorprendida y molesta con la niña, no pudo entender como fue que acabo en el suelo, a una distancia considerable del arma, solo se quedó paralizada como Izzy lloraba sobre el pecho de su madre, la cual estaba muerta desde hace segundos.
Su cuerpo empezó a arder quedando solo cenizas, algo común en las salamandras. La inestabilidad emocional que sentía la joven hizo que la pequeña llama que quedaba se fuera agrandando poco a poco, creando un enciendo, donde a duras penas la dríade pudo salir.
No podía creer que su madre la esté muerta, estaba en estado de negación, sin asimilar que por primera vez desde su bautizo aceptaba al fuego como una parte de su ser, sin asimilar que si seguía mucho más tiempo ahí se intoxicaría con el humo que soltaba la madre quemada. Pudo volver en sí unos pocos segundos, saliendo de la casa con esfuerzo, ignorando a todas las personas que estaban intentando calmar el fuego, corrió hacia la salida, dejando así las cenizas de su madre y a la única persona que consideraba a una amiga.
No podía quitarse de la mente la escena, esta se repetía sin descanso, lo que no ayudaba en absoluto al hada. En su mente solo frases perdidas encontrabas, pero todas ligadas al triste acontecimiento que vivió pocos minutos antes.
Puerta entreabierta.
Apuñalada por la espalda.
El cuerpo cae sin vida al suelo.
La casa se incendian.
Y otra vez.
Puerta entreabierta.
Apuñalada por la espalda.
El cuerpo cae sin vida al suelo.
La casa se incendian.
Choco contra un cerezo, sin fuerza se hizo pequeña entre las raíces, entrando poco a poco en shock. El cual se rompió solo un par de días después, gracias a un vampiro que buscaba comida. Vio a la pelirroja desnutrida y deshidrata en el pie del árbol, mirando a la nada con sus ojos marrones, ahora rojos, había rastros de lágrimas en sus mejillas. Ni siquiera se dio cuenta cuando el desconocido la cargo asta su casa para curarla.
Si no fuera por Lucifer, seguramente Izzy no estaría viva en estos momentos.
Quiero saber si os gusto este capítulo, el cual me dio bastante dolor de cabeza, bueno, quiero saber si os está gustando en general, ya que veo que muy poca gente vota.
Ya tuve problemas con esta historia en el pasado, y me gustaría saber si todo el esfuerzo que pongo vale para algo, quiero decir, empezó siendo un hobby y no pensé que tantas personas leyeran lo que escribo, pero tener de 60 visitas solo 5 votos me da la impresión de que no os gusta.
Yo también en el pasado era un lector fantasma y no me molesta decirlo, cabe aclarar que leía pura mierda, pero en ese entonces no comprendía lo difícil que es estar horas buenas en frente de un ordenador para crear algo que te guste, y esto me frustra, no os estoy obligando a votar o algo así, pero no es como si debieras de pagar o algo para hacerlo.
Me enrolle bastante, en resumen, si no os gusta no voy a continuarla, tuve, tengo y tendré bastantes problemas con escribir en esta historia, por algo la puse en pausa unas semanas, pero entonces parecía que más gente le gustaba sabéis? y pensé que mejor la editaba aunque no tuviera tiempo para esas personas que me leen. Si no veo resultados positivos creo que la pondré toda otra vez en borradores.
Se despide paula.
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