CAPÍTULO 39: GATHER THE ASSASSINS
—— GATHER THE ASSASSINS ——
Florida, 2017.
—¿Cuando viene la tia Taylor?— Preguntó Eliana al darse cuenta de que aquel día su tía regresaba a casa.
—Ha ido a buscar a Mary, se va a quedar con vosotras hasta que Taylor y yo regresemos.— Explicó Astrid con tranquilidad mientras repasaba todo lo que necesitaba para traerles de vuelta.
—¿A donde vais?— Preguntó esta vez Hope con curiosidad mientras levantaba la mirada de su cuaderno de dibujo.
—A hacer una cosa, no debéis de preocuparos.— Las tranquilizó justamente cuando alguien tocaba el claxon, haciendo que las dos niñas sonreían emocionadas.
—¿Son ellas?— Preguntó Eliana esperando que la respuesta fuera positiva.
—Voy a ver, quedaros aquí.— Las indicó Astrid mientras cerraba el cuaderno donde tenía todo apuntado, para después salir fuera de la casa, observando como de la camioneta bajaban Taylor y Mary.
—Pero bueno, dichosos los ojos.— Sonrió la anciana acercándose a Astrid para a continuación ambas abrazarse.
—¿Seguro que no os han seguido?— Preguntó la Original preocupada de que eso hubiera podido suceder, ya que entonces todos estaban en peligro.
—Llevo evitando problemas desde antes de que llegarais a la ciudad.— Alego Mary intentando tranquilizar a Astrid, pero era comprensible su temor, pues quienes quisieran dar con los ataúdes solo necesitaban dar con ellas, realmente matarían dos pájaros de un tiro si alguien aparecía. —¿Dónde están las pequeñas?— Preguntó mostrando el interés que tenía por ver a las dos niñas, a las cuales llevaba sin ver desde hacía mucho tiempo.
—¿La has encontrado?— Preguntó Astrid queriendo saber si existía o no una posibilidad de traerlos de vuelta. Sino daban con una era cuestión de tiempo que la rubia terminara enloqueciendo, ya que cuanto más tiempo pasaba más desesperada estaba por dar con su familia.
—Llevo todo el viaje haciéndola la misma pregunta y obtengo el mismo resultado.— Respondió molesta Taylor al ver que Mary estaba reacia a darles aquella pista, pues la mujer creía que todos, incluidas ellas, estaban mejor con el resto de los Originales en los ataúdes, pero la realidad distaba mucho de asemejarse a aquella realidad, pues era cuestión de tiempo que los problemas comenzarán y todo eran conscientes de ello.
—Mary, por favor, después de todo este tiempo estamos a punto de recuperarlos. Hemos encontrado una cura para el veneno de Freya, tenemos una bruja para levantar la maldición de Rebekah...— Empezó a decir Astrid, mostrando que durante aquellos cinco años no sólo habían intentando mantener una vida normal junto a las niñas, sino que habían hecho todo lo posible para traerlos de vuelta, y estaban a punto de conseguirlo. Después de todo lo que había sucedido no podían echarse para atrás.
—¿De verdad lo vais a hacer? ¿Los vais a despertar?— Preguntó mirando a las dos hermanas, las cuales se intercambiaron una mirada en señal de que así iba a ser, a fin de cuentas ellos eran su familia. —¿Os habéis planteado que tal vez Hope y Eliana estarían mejor sin ellos?— Sugirió Mary sabiendo que aunque eran también su familia, siempre había un rastro de muerte y de destrucción detrás de los Mikaelson, y aquella vez no iba a ser diferente, la única diferencia es que aquellas dos niñas perdieran la inocencia demasiado pronto.
—Hicimos una promesa.— Respondió Taylor con firmeza sabiendo que ambas serían fieles a su promesa, y harían todo cuanto pudieran para que volvieran a ser una familia.
—¿A quien? ¿A Elijah? ¿A Klaus?— Preguntó Mary sin comprender por qué estaban haciendo todo aquello, cuando para ella no merecía la pena.
—A mis hijas, las prometimos un hogar donde se sentirían protegidas por la gente que las quiere.— Intervino Astrid, mostrando que todo aquello lo hacía por ambas niñas, para que crecieran rodeadas de las personas que las querían, para que tuvieran la oportunidad de conocer a su familia. —Mary, ellas también son unas Mikaelson han heredado todos nuestros enemigos, y Hope tiene un poder que yo no entiendo, necesita a alguien que la enseñe a controlarlo. No podemos hacerlo solas.— Añadió sabiendo que era cuestión de tiempo que la pulsera no funcionará, cada día que pasaba ambas se hacían más poderosas, y ella no podía ayudarlas a hacer magia, menos aún podrían hacer frente a todos los enemigos que quisieran darles muerte solamente por venganza. Debían de estar todos juntos.
—Me dijisteis que para despertar a los Mikaelson necesitabais encontrar a las siete manadas de hombres lobo, encontrasteis seis. La última, los Malraux... Pensaba que les habían matado a todos.— Explicó Mary mientras sacaba del interior de su chaqueta un papel donde había información sobre la última manada. —Según esto puede que aún quede alguien.— Explicó mientras Taylor y Astrid esperaban a que Mary las diera el papel con aquella información. —Chicas, lleváis cinco años buscando sin encontrar nada, y de repente me entero de una pista. ¿Y si otros la han encontrado también? ¿Y si una trampa?— Las recordó esperando que fueran conscientes de que existía una alta probabilidad de que aquella información fuera falsa, pero aunque aquello podía ser posible ninguna de ellas iba a desperdiciar aquella oportunidad de traerles de vuelta.
—Correremos ese riesgo.— Respondió Taylor con seguridad mientras ella y Astrid empezaban a leer toda la información que Mary había conseguido para ellas.
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—¿Tenéis que iros?— Preguntó Hope al ver como su tía y su madre bajaban la persiana del camión.
—Sí, pero volveremos muy pronto.— La tranquilizó Taylor mientras miraba a las dos niñas, las cuales mostraban que tenían curiosidad por saber a donde iban.
—Y no volveremos solas.— Añadió Astrid mientras se agachaba para ponerse a la altura de las dos hermanas. —Os llamaré todas las noches antes de dormir, ¿vale? Mientras hacerla caso a Mary.— Las pidió haciendo que tanto Hope como Eliana pusieran una expresión de que así iba a ser.
—Nos hará galletas.— Sonrió Eliana emocionada mientras miraba a Mary con una gran sonrisa, haciendo que la mujer riera al ver la emoción que ponía en todo la menor de las hermanas.
—Y ten cuidado de tu hermana, que no se quite la pulsera. ¿Trato?— La pidió a Hope, haciendo que esta asintiera sabiendo que debía de actuar como la hermana mayor que era.
—Trato.— Sonrió Hope imitando el gesto que había hecho su madre de besarse los dos dedos, para luego ambas juntarlos en señal de que habían hecho un trato. A continuación las dos niñas se abrazaron a Astrid en señal de despedida.
—¿También hay abrazos para mi?— Preguntó Taylor una vez que los dos hermanas se soltaron de su madre, para a continuación ser a ella a quien abrazaran, haciéndola sonreír.
—No vajeis la guardia, no os paréis, si oleis peligro corred. Esta gente ya ha vivido bastante, vosotras tenéis que seguir con vida por esas niñas.— La dijo Mary a Astrid, sabiendo también que Taylor las estaba escuchando, pero aunque hubiera peligro ellas le harían frente. Puede que Marcel fuera la criatura más poderosa que existía en el mundo, pero Astrid aún seguía siendo un Original, seguía siendo un híbrido, y por consecuencia también seguía siendo una de las criaturas más poderosas que estaban sobre la faz de la tierra, y quien quisiera desafiarla era porque no era consciente del peligro al que se exponía.
—Todo lo que hacemos es por ellas.— Aseguró Taylor sabiendo que aunque usaban el pretexto de que era por las niñas, también lo hacían por ellas. Estaban cansadas de estar en una contante vigilancia, de buscar pistas y de mantenerse ocultas, cuando les trajeran de vuelta la gran mayoría de sus problemas terminarían.
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Austin, Texas.
—Odio Texas.— Se quejó Taylor mientras Astrid y ella se encontraban en un bar, a la espera de poder acercarse a Keelin.
—Bueno no está tan mal.— Comentó su hermana mostrando que a ella no la desagradaba aquel estado.
—¿De verdad crees que nadie dará con nosotras? Es la primera vez en cinco años que les sacamos para liberarlos, tal vez haya quienes nos busquen.— Comentó Taylor preocupada por haber dejado los ataúdes sin vigilancia, pero nadie sabía dónde estaban, solo ellas. Y la única forma que tenían de dar con ellos era usándolas.
—Es evidente que nos están buscando, yo sobrevivi y ninguno de ellos ha muerto, ni sus linajes. Lo que sí espero es que no hayan dado con las niñas.— Admitió Astrid sabiendo que lo que más la preocupaba era dejarlas solas, la mayoría de las veces una de las dos se habían quedado con ellas y con Mary, para evitar problemas, pero esta vez era diferente, esta vez debían de estar las dos juntas para proteger los cinco ataúdes.
—Para ello necesitarían sangre de uno de sus padres, además Marcel no querría que las pasara nada. Aunque nos traicionara, ambas no han hecho nada, se que será fiel a su palabra de no herir a niños. Y seguramente ya se haya dado cuenta de que no sólo los vampiros no han muerto, sino de que están vinculados a vosotros. Fue muy astuto hacer una doble vinculación.— Asumió Taylor sabiendo que lo único que detenía, lo más seguro, a Marcel de matar a Klaus, era el hecho de que Rebekah estaba vinculada a su hermano para no morir, por lo que sino quería perderla debería de aceptar el hecho de que debía de dejar con vida al hombre que le había acogido.
—Había que tener todo bajo control, y puesto que es evidente que Marcel no quiere que la pase nada a Rebekah... fue una suerte que aceptará ser parte del hechizo. Tal vez gracias a ella, Marcel no haya venido a por nosotras.— Aseguró Astrid sabiendo que aunque Marcel fuera muy orgulloso también tenía un punto débil, así como todas las criaturas en el mundo. Y para su suerte, ese punto débil no era otra persona que Rebekah Mikaelson.
—Esperar se hace una agonia.— Se quejó Taylor viendo como Keelin seguía celebrando con sus amigas.
—La paciencia, hermana, es una virtud que como vampiro hay que saber desarrollar.— La recordó su hermana mayor sabiendo que sólo debían de esperar el momento indicado. —Y ahí está nuestra oportunidad.— Sonrió al ver como Keelin se separaba de su grupo de amigas, oportunidad que ambas aprovecharon para ponerse a ambos lados de la mujer lobo.
—Lo estáis pasando muy bien, ¿que celebrais?— Sonrió Taylor, haciendo que Keelin la mirase sin esperarse que aquellas dos mujeres tenían una serie de planes para ella.
—He terminado la residencia, lo que significa que ya soy medico.— Explicó orgullosa de haber conseguido, finalmente, su titulo. Por lo que significaría que ya podía ejercer como médico en cualquier hospital.
—Enhorabuena.— Intervino en ese momento Astrid captando la atención de la mujer lobo. —¿Te alivia la culpa, teniendo en cuenta lo que eres?— Quiso saber sorprendiéndo a las dos mujeres lobo con su pregunta, pero cuando se trataba de la familia Astrid no mostraba clemencia por nadie, no cuando estaban entre la vida y la muerte.
—¿Cómo has dicho?— Preguntó Keelin sorprendida por su insinuación.
—Keelin tienes que escucharnos.— Intervino en ese momento Taylor, volviendo a confundir a la mujer lobo.
—¿Cómo sabéis mi nombre?— Preguntó confundida al ver que las cosas estaban empezando a tornarse un poco extrañas.
—Nos lo ha dicho una amiga, dice que el apellido de soltera de tu abuela es Malraux.— Explicó Astrid, haciendo que Keelin se diera cuenta de que aquellas dos chicas sabían que ella era una mujer lobo.
—Será mejor que os marcheis.— Las advirtió mientras volvía sus ojos de color dorado, mostrando que iba a ser capaz de hacer todo cuanto estuviera en su poder para librarse de lo que creía que sería una inminente muerte.
—Ojalá pudiéramos, necesito un favor en cinco minutos fuera. Te lo explicaremos.— Resumió Astrid mientras volvía sus ojos de color dorado mostrándo que ella también era una mujer lobo. Las tres salieron fuera del establecimiento por la puerta de atrás, haciendo que en el menor despiste por parte de las dos hermanas, Keelin las atacara para a continuación salir corriendo. —No vuelvas a hacer eso.— La pidió la Original poniéndose delante de ella, mientras que Taylor se ponía detrás, mostrando que no la iban a dejar libre con tanta facilidad.
—No pienso morir sin luchar.— Aseguró la mujer lobo, mostrando que lucharía por su vida aunque no tuviera oportunidad alguna de ganas.
—Tranquilizate, no estamos aquí para luchar contigo.— Intervino Taylor esperando que comprendiera que ellas no eran las enemigas, sino las que la ayudarían a seguir con vida.
—Te necesitamos, eres la última de tu manada lo que te hace especial por razones muy complicadas de explicar.— Explicó en esta ocasión Astrid sabiendo que Keelin era la única y última esperanza que las quedaba.
—Me dan igual vuestros problemas.— Aseguró la mujer lobo mostrando que la daba igual lo que ellas quisieran.
—Pues no debería porque otros saben lo importante que eres, y vendrán a por ti.— Aseguró Taylor sabiendo que si ellas había conseguido dar con su paradero, lo más seguro es que otros también lo conseguirían, incluso en aquellos momentos puede que ya la estuvieran buscando.
—Tengo una vida, una carrera, amistades, para arrebatarme eso tendrán que meterme.— Aseguró mostrando que lo único que quería era tener una vida normal, mientras ella hablaba la híbrida se percató de que alguien las estaba buscando por lo que tenían que actuar de forma inmediata.
—Lo siento, no tenemos tiempo para esto.— Respondió Astrid mientras golpeaba a Keelin contra la pared, dejandola inconsciente para a continuación ambas marcharse.
★★★
Finalmente estamos a un paso más cerca de que los Mikaelson vuelvan a estar reunidos, y me muero de ganas porque no sabéis lo hermoso que va a ser ver a Klaus con Eliana. No estáis preparado para ello.
La primera parte del capítulo..., bueno esta basado todo en el episodio, pero si que es cierto que quería mostrar que tanto Taylor como Astrid están dispuestas a todo, Astrid porque al final es su familia y sabe que sus hijas necesitan de quienes las quieren. En el caso de Taylor es más porque es la única familia que ha tenido en siglos, y ninguna de las dos está dispuesta a dejarlos de lado.
Además de que sabemos que ellas cumplen siempre todas sus promesas.
La parte de Mary creo que esha justificada, a fin de cuentas ella solo las quiere proteger, y sabe que con los Mikaelson por la zona no va a ser el caso. Pero aún así amo que ella sea esa abuela que nunca conocerán, porque ella sí cumple esos estándares, aunque bueno no era difícil ser mejor que Esther, con Carina... Os aseguro que estaría encantada de tener nietas y las enseñaría todo y más.
La escena de la despedida sin duda me encanto, me encanta hacer esas escenas de Astrid como madre, y si os gusta con ellas de pequeñas, no os imagináis cuando crezcan. Osea... uffu, muero por que leáis todo lo que está en camino.
Ya para terminar, la escena en Texas..., no es que tenga algo en contra de los tejanos, me gusta todo de allí, pero siempre he imaginado a Taylor como un poco reacia a su cultura, no os puedo decir el porqué.
Con la intervención de Keelin, la verdad es que creo que explotaron poco ese suero que se hizo, porque en verdad es una cura a los síntomas de ser hombre lobo, aún así... cosas que pasan. Lo que sí me gusta es ese momento de Astrid en modo, "ya estoy harta de hablar".
Sin duda está temporada vamos a tener una Astrid muy irónica, muy Klaus, y muy mamá oso.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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