━━━━━━ 𖥻 v. notes.
✧ 𓈒 ⠀𝆬 ، 𝑣. 𝙲𝙷𝙰𝙿𝚃𝙴𝚁 𝄒 ᗁ !
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LOS GEMELOS PARECÍAN INUSUALMENTE INTERESADOS EN la que parecía la historia trágica de dos hermanas separadas.
—Pues para empezar nuestros padres...— empezó diciendo Adhara y al instante la interrumpí.
—Es algo muy complicado y es una historia personal— miré a mi hermana con una sonrisa, intentando esconder la vergüenza que sentía al pensar en la manera en que fuimos distanciadas.
—Tiene razón. Lo siento chicos, pero si les dijera los tendría que matar— bromeó ella para aligerar el ambiente.
En ese momento llegó saludando el niño con la famosa cicatriz, tomando asiento junto a Ron.
—Me tengo que ir ¿Nos vemos luego Adha? — asintió y sin poder resistir me acerqué a darle otro gran abrazo.
—Al parecer no le temé al espectro del afecto humano— murmulló Fred a su gemelo y aun abrazando a mi hermana le mostré la lengua— Ah, que madura.
—Nos vemos en clase chicas— hablé con una sonrisa para Handes y Alice quienes no habían terminado su desayuno aún— Fred, George, Hermione— dije ya sin la sonrisa a modo de despedida.
Ron al igual que Harry se encontraban en una conversación diferente así que no me despedí de ellos y sin más me fui hacía mi próxima clase.
—Buen día para ti también— escuché decir a los gemelos al unísono y con tono sarcástico antes de alejarme completamente de la mesa de los leones.
La siguiente hora sería Defensa Contra Las Artes Oscuras con el profesor Quirrell y los Gryffindor.
Inició la clase con la tartamuda charla de Quirrell. Después de unos 15 minutos de su torpe voz me desesperé pues parecía que a cada segundo que seguía hablando me dolía más la cabeza.
"En fin, ni siquiera está enseñando algo interesante" Pensé mientras tomaba un trozo de pergamino y comenzaba a hacer garabatos que terminarían siendo dibujos abstractos.
No parecía que eso me distraería por mucho así que miré a los lados buscando distraerme con algo más. Entonces mis ojos se cruzaron con los de un niño ya conocido por todos quien también parecía no prestar atención a la clase.
Corté un trozo de pergamino y comencé a escribir.
Escuché que rechazaste la amistad de Malfoy.
La respuesta no tardó en regresar.
No me gustan las malas compañías.
Muy sabio.
¿Cómo te llamas?
Althea Rosier.
Te vi esta mañana en nuestra mesa.
Me parece que le caes bien a los
gemelos, creen que eres insoportable.
Pero no pude responder ya que la clase había finalizado y los alumnos comenzaban a salir del aula para dejar entrar a otros.
Doble el pergamino y lo metí en mi mochila seguida por mis libros, plumas y pergaminos. Me dirigí a la puerta y sentí una mano tomando mi brazo deteniendo mi camino.
—¿Qué crees que haces traidora? No puedes ser amiga de Potter, es un tonto presumido de Gryffindor. — dijo el niño rubio.
—¿Disculpa? ¿Quién era el que quería ser su amigo en primer lugar? — me volteé y apenas di tres pasos sentí unas manos abrazándome, no eran las de Draco, era claro— Hey ¿Qué pasa Handes?
Junto a la rubia venía la pelirroja Alice con libros pegados a su pecho saludando con una sonrisa tímida.
—¿No puedo abrazar a mi nueva mejor amiga? — respondió la rubia.
—No, es raro— reí zafándome de su abrazo— en mi familia si te abrazan es probablemente porque intentarán romper tu cuello— bromeé volviendo a ser abrazada por Handes.
Por nuestro lado pasaron Draco y Theo ignorándonos. Hicimos caso omiso y más adelante nos separamos pues la siguiente clase la tendría con los Hufflepuff y no con los Gryffindor.
Todas las demás clases terminaron siendo menos tediosas y exactamente lo que esperaba. Cuando el día terminó no podía pensar en otra cosa que no fuera atascarme con una pierna de pollo en el gran comedor. Ya ahí sentí la mirada de tres o más niños de mi grado.
—¿Sabes qué les hice? — dije a Pansy apuntando con mis ojos a los niños que me miraban.
—Creo que te están llamando traidora porque alguien les dijo que te hiciste amiga de Potter y de otros traidores— respondió como si nada tomando un pedazo de carne— Que rumor absurdo ¿no?
—Sí...— afirme con una risita nerviosa.
—Caramba Althea, no pensé que te atreverías a mentir de esa forma— se unió Draco a la conversación.
En mi intento por ignorarlo dos lechuzas atravesaron el gran comedor para finalmente dejar su entrega. Una en el lugar de Adhara y otra en el mío.
Supuse que muchos estudiantes esperaban un vociferador o algo así pues no era normal que una lechuza entregara cartas durante la cena.
Cuando se reveló que el sobre que se había entregado era completamente normal siguieron con lo suyo.
—¿Qué pasa Althea? ¿Tus padres ya se enteraron que te juntas con los impuros de Gryffindor? — habló Draco de nuevo.
Ahora tenía una carta en mis manos para tener algo cómodo para ignorarlo, así que procedí a leer.
"Querida Althea:
Tú madre no querían que te enteraras así que confío plenamente en que no dirás que te he notificado de este asunto. Tu padre está desaparecido. Hace una semana que el ministerio lo busca, pero no han encontrado pista de a dónde pudo haber ido, pero algo es claro: no lo hizo por su propia voluntad. Mi querida sobrina, sé que si no te lo decía yo el rumor podría esparcirse y es preferible que lo sepas por alguien a quien conoces que por algún desconocido con malas intenciones. Ten calma cariño, estoy segura que lo encontraremos. Con cariño, tía Lanna."
Miré a mi hermana, quien había terminado de leer al tiempo que yo.
—Sapphira no estaría orgullosa de ti para nada— volvió a llamar mi atención el rubio quien había captado la interacción entre Adhara y yo.
—¿Y a ti qué te importa lo que piense mi madre? — respondí intentando actuar natural.
—Sólo no creo que sea agradable terminar como la decepción de tu hermana. Una traidora a la sangre que terminó viviendo con su tía y su pobre marido Squib. Adhara Rosier: mala hija, malos comportamientos, diferente personalidad, pensamientos diferentes y rebeldías
Me quedé callada. A la única persona que recordaba haberle contado la historia de mi hermana era a Theo y sólo él pudo decirle a Draco.
—Se supone que te conté eso no para que se lo dijeras a Malfoy— apenas pude especular en dirección al castaño.
Sentía como se me revolvía el estómago y un nudo se formaba en mi garganta.
—Pero es que es verdad ¿Quieres terminar como ella? ¿Quieres ser una decepción para tu familia? — lo apoyó Theodore.
—¿Estás hablando en verdad, Nott?
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