21. Un plan arruinado



—Están casi comprometidos.

—Estaban. —le corrigió Tellie a Ruby.

—¡Aun así Billy no tenía ningún derecho! —exclamó Anne.

—Aphrodite hizo bien en darle esa bofetada. —dijo Diana a lo que sonreí recordando la cara de dolor de Billy.

—Pero no vino qué pasó. Además, Josie siempre fue insolente. Nos obligó a jugar el juego de los besos. —dijo Jane.

—Un beso está bien si hay consentimiento, ¿no? —preguntó Diana.

—No estaban acompañados. ¿Recuerdan cuando atraparon a Lavender Lewis con Stephen Mills? Después nadie se casó con ella. Tuvo que mudarse a Winniepeg. —chismeó Tellie.

—Se arruinó la reputación de Josie. —Jane rió.

—¿Por qué no la de Billy? Fue irresponsable e irrespetuoso. Josie tiene derecho de enojarse. —dijo furiosa Anne.

—Estoy de acuerdo con Anne. Todos sabemos que Billy es capaz de irse al extremo sino consigue lo que quiere. Josie puede ser maleducadas e imprudente, pero ni ella se merece esto. —dije.

—Supongo que deberíamos de trabajar. —interrumpió Gilbert.

—¿Es más importante hablar de la col más grande que discutir temas que conciernen a un género? ¿Qué prisa tienes? ¿Perderás el tren a Charlottetown? —Creo que Anne está celosa —. ¡No se necesita una bola de cristal para ver que perjudicaron a Josie!

—¿Escribiremos sobre el globo? —preguntó Moody rompiendo la incomodidad.

—Yo escribiré sobre los gusanos.

❪...❫

Me moría del sueño. Me la pasé hasta la madrugada ayudando a Anne para vengarnos de Billy por lo que le hizo a Josie. Mientras ella escribía el nuevo formulario yo le sacaba copia para después dejarlo frente a la iglesia.

—Veo que mencionaron a Matthew por su extraño rábano —dijo William mientras leía el periódico —. Corresponde felicitarnos o, como se dice, "en lo extraño confiamos".

—¿Anne no vendrá hoy? —preguntó Diana a Marilla.

—Está durmiendo. Me sorprende verlas aquí, chicas —nos dijo Marilla —. Debes de estar agotada por trabajar hasta tarde en el periódico.

—Por supuesto. Anne y yo tuvimos trabajos extras. —dije soltando un bostezo mientras me cubría la boca con la mano. No fue falso ese bostezo.

—Sí. Se entusiasma con las crónicas. —dijo Diana.

Las personas comenzaron a murmurar. Creo que empeoramos las cosas; Josie se levantó y salió llorando de la iglesia.

—¿Podrían prestar atención a la lectura de hoy? —preguntó el padre.

Tiempo más tarde, a consejo de Diana, Anne y yo fuimos a la casa de Josie para pedir disculpas. Aunque nadie sabía que —más que Diana— que yo ayudé en esa parte del periódico, yo tenía consiente que ayudé a empeorar las cosas.

Casualmente ellos estaban saliendo de la casa junto con un hombre que ya se iba, esperamos a que se fueran y Josie nos notó, la saludamos pero nos ignoró.

—Y creo que nos odia. —comenté viéndola entrar nuevamente a su casa.

Justo cuando estábamos por salir de la residencia Pye, escuché unos pasos venir hacia nosotras. Nos volteamos y Josie había bofeteado a Anne.

—¡Pero él no debió tocarte! —chilló Anne.

—¡Pero no debiste escribir eso! ¡Y sé que tú también ayudaste! —Y bueno, ahora me arde la mejilla. Genial —. Siempre me tuvieron celos. No alcanzaban mi nivel así me rebajaron al suyo. Felicidades, ahora soy una basura. Como ustedes.

❪...❫

Ahora, en medio de la clase, se abrió un debate. La señorita Stacy trataba de callarlos pero la ignoraban, pero se callaron al ver pasar en medio de ellos un avión de papel hecho por la señorita Stacy.

—Ya gritaron lo suficiente. ¿Cómo quieren seguir? Primero les recomiendo que hablen a un nivel que no cause sordera.

—Discutimos sobre el tema incorrecto. El tema no es lo que Anne escribió. Es lo justo. —dijo Gilbert.

—Precisamente, mi artículo se titula "¿Qué es justo?"

—Anne. Debes escuchar. Gilbert, continúa. —dijo la señorita Stacy.

—Hablo de justicia para nosotros. Para el equipo. Podrías haber expresado tu idea y habríamos trabajado juntos. Creo que podemos hablar de igualdad sin arruinar una vida.

—¿Tienes opinión sobre la igualdad? —preguntó.

—La misma que habría tenido ayer si hubieras preguntado.

—Que interesante. En la feria te vi negociando por una atractiva ternera. Es decir, esposa. —Gilbert rápidamente me miró a lo que yo aparté la mirada deprimida, antes de que pudiera decirme algo fue interrumpido por la señorita Stacy.

—Bueno. Les contaré mi plan antes de que esto arda. A partir de ahora, habrá una pauta rígida que creí que siempre estuvo clara. Soy la jefa de redacción. Todos los artículos deben recibir mi aprobación antes de imprimirse. O no se imprimirán. ¿Entendido? Maravilloso. Para el próximo número, formen grupos y vean qué tema les gustaría tratar.

—Bueno, antes de seguir —llamé la atención de los presentes —. Anne no hizo todo sola. Yo la ayudé. No me gustaba ver cómo las mujeres no tenemos los mismos derechos que los hombres y ver cómo ellos negocian por nuestras manos.

La señorita Stacy soltó un suspiro.

—Síganme las dos. —dice llevándonos a la habitación de al lado.

—¿Lo que escribí fue aberrante? —se apresuró a preguntar Anne una vez que la puerta estuvo cerrada —. Tiene mucho sentido para nosotras. Sinceramente, creímos que hacíamos justicia.

—No fue aberrante. Hubo consecuencias inesperadas, sí. Pero, en esencia, el artículo fue conmovedor y estimulante. En un periódico más grande, con más lectores abiertos a los tiempos que cambian, tus palabras tendrían un impacto positivo.

—¿Eso cree? —preguntó emocionada ante lo que dijo.

—En serio. Pero, ¿Por qué no lo dijeron? Habríamos evitado problemas. El periodismo defiendo a aquellos sin voz, no los hunde en el silencio.

—No queríamos que perdiera impacto por no ser inmediato. —dije

—Entiendo su impulso, pero para que las nuevas ideas se impongan, deben planearse con esmero y ejecutarse impecablemente. Su irreflexión arruinó la oportunidad de tener una conversación inteligente. E hirieron a su amiga.

—Quisimos disculparme con Josie. —dijo Anne.

—¿Y cómo les fue?

—Fue horrible. —contesté mientras veía a Anne sentarse y yo me apoyaba en la pared.

—Perseveren...—Anne interrumpió.

—¿Podremos ayudar con la corrección editorial? Podemos explicar...

—Seguro que pueden, pero no lo harán. Ya no escribirán editoriales, lo siento. Deben de haber consecuencias, lo saben. Conozcan a su nueva amiga, la de fertilizantes —la miré emocionada al escuchar eso. ¡Haré lo que más amo! ¡Cuidar plantas! —. Tranquila, Anne, es un pueblo agrícola. Es un tema muy popular.

¿Tema? ¿No plantas?

—¿Tema? —pregunté viéndola salir de la habitación.

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—Es mejor seguir sus reglas por un tiempo. Quizá más adelante lo reconsideren. —dijo la señorita Stacy.

Los del consejo dijeron que ahora en adelante ellos escogerían el tema a escribir en el periódico y despidieron a Anne, lo hubiesen hecho conmigo si mi nombre hubiese aparecido en el artículo y porque yo simplemente hice las copias aunque...yo también di una que otra idea.

Ay no, yo también merezco que me saquen.

—Pero nadie los obliga a leer el periódico. ¿Cuáles son las nuevas reglas? —La señorita Stacy le pasó un papel a Gilbert —. El clima, los sombreros, historias de granjas "Pero sin referencias a la cría de ganado".

—Mejor que la despidieran. —miré mal a Moody.

—¿Qué dijiste? —le preguntó Diana mirándolo furiosa.

—Si Anne estuviera aquí, diría: "Usen su imaginación" Y arruinaría lo que nos queda del periódico.

—¡Tú haz arruinado más cosas, te recuerdo! —defendí.

—Billy Andrews le faltó el respeto a Josie Pye. —dijo Gilbert.

—Anne podría no haber hecho nada. —Juro que quería dejar calva en estos momentos a Tellie.

—Ella defendió a alguien que sufrió una crueldad. Esa persona podrías haber Sido tú —Gilbert agarró el periódico y dijo: —. "Las mujeres importan por lo que son, no en una relación con un hombre".

—¿Quién no está de acuerdo? —pregunté y nadie respondió.

—"Merecemos el derecho a la autonomía corporal y a ser tratadas con respeto y dignidad. Al decir detente y que nos escuchen, en lugar de forzarnos y decir que un hombre sabe sobre nuestros derechos y deseos". ¿Qué opinas, Moody? ¿Sabes más de lo que piensa Ruby que ella misma?

—Apenas sé una cosa. —respondió.

—Y ciertamente, yo sé más que eso. —dijo Ruby.

—"Los hombres no complementan mujeres. Ellas nacen completas".

—Ella nos defendería a todos sin importar qué. Así es Anne. —dije y al momento de decirlo, la recién nombrada cruzó la puerta.

—Sé que no soy su persona favorita ahora. —dijo.

—No, Anne, no es así. —dijo Diana mientras íbamos hacia ella y se disculpaban.

—No debían culparte.

—Bueno, vine a decir...que tengo suficientes para todos. Tengo un plan.

—Bien. Porque la señorita Stacy es terrible.

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