03| 𝙩𝙝𝙚 𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩 𝙤𝙛 𝙗𝙡𝙤𝙤𝙙



Aegon balbuceaba mientras se apoyaba en Leahnerys, la cual lo estaba llevando a sus aposentos, con sir Saylor detrás de ellos.

- Sir Saylor, podría dejarme con el príncipe, el debe descansar - pidió la princesa amablemente mientras soltaba bruscamente a Aegon en un sillón

- estaré justo en la puerta, princesa - asintió el guarida y salió, esperando en la puerta justo como lo había dicho

Leahnerys sirvió agua de la jarra que estaba en una pequeña mesa en el centro de la habitación y sin dudarlo la lanzó al rostro de Aegon, el cual ahora estaba muy consciente

- ¡¿qué te pasa?! - exclamó el príncipe levantándose de su silla, secando su rostro

- Ah, ahora parece que estás con vida. Perfecto - ignoró Leahnerys mientras sonreía y se sentaba - no entiendo cómo puedes beber tanto, te ves horrible cuando lo haces - mencionó la princesa mientras comía una de las manzanas de la mesa

- Si, bueno. No todos tenemos un padre amoroso - respondió el Targaryen tomando una copa

- tu padre es el rey

- hay una diferencia entre ser un rey y ser un padre - interrumpió Aegon acercándose a ella, tomando también una manzana - y es una mierda en uno de los trabajos, te dejaré adivinar en cuál -

- bueno, es un excelente rey - respondió la princesa

Aegon giro los ojos y rio ante la insensibilidad de Leahnerys.

- ¿por qué estás aquí, Leahnerys? - preguntó el príncipe cuando ambos estuvieron callados

- eres el primer hijo del rey, es mi deber

- pero, ¿por qué sigues aquí? - preguntó curioso por saber el motivo de la princesa - pudiste solo haberme dejado aquí e irte, pero te quedaste ¿por qué? - explicó mientras volvía a sentarse

- honestamente, descubrí que tu padre quiere comprometernos, así que quería saber a que me enfrento -habló Leahnerys con sinceridad y tranquilidad en su voz, pero en realidad, moría de miedo

- bueno; no tienes que preocuparte de nada, princesa. Jamás me casaría y mucho menos con alguien como tú - mintió Aegon mientras la miraba, el de hecho si deseaba casarse, y quien mejor que Leahnerys con quien había estado hipnotizado desde varios años atrás

- ¿alguien como yo? - repitió la princesa ofendida

- una princesa mimada que tiene todo lo que desea. Sin tu padre no eres más que una niña de la cual el reino podría deshacerse fácilmente - las palabras de Aegon cortaron igual que una daga

Leahnerys pensaba que el príncipe tenía razón. ¿qué sería de ella si no fuera una princesa? Si no viviera en un castillo o si su padre no fuera el propio Daemon Targaryen.

Aegon en realidad no sentía aquellas palabras que había dicho, pero lo mejor para la princesa era mantenerse lejos de él. Aegon sabía que no podía ser un buen esposo, ni siquiera podía ser un buen hijo, mucho menos un príncipe. El creía que si alejaba a Leahnerys, la joven princesa podría encontrar un futuro mejor, aunque no fuera con el.

- Sabes, Aegon, en verdad creí que podrías ser diferente a lo que él reino decía, pero ahora me doy cuenta que tienen razón, eres un borracho que no piensa en nada más que en sí mismo - y con eso, la princesa salió de la habitación con prisa, casi huyendo de aquel lugar, siendo seguida por Sir Saylor


~


- Leah... Leah - unos susurros comenzaban a despertar a la princesa - Leahnerys - la voz se escuchó más clara, distinguiendo el rostro de su sobrino Jacaerys Velaryon y sus dos hermanas detrás de él - necesitamos tu ayuda

- Regresa cuando el sol salga, Jace - se quejó la mayor cubriéndose con las sábanas de su cama

- Alguien ha reclamado a Vhagar - habló Baela con desesperación, provocando que Leahnerys se levantará con velocidad, haciendo que los menores la guiarán hacia el lugar

Sin darse cuenta, el pequeño Jacaerys Velaryon se quedó atrás en los aposentos de la princesa con un plan, tomó la daga de Leahnerys cuando había quedado solo y la escondio en su capa, el quería proteger a su familia.

- Es el - declaró Baela al ver a Aemond salir de la fosa

- Soy yo - respondió con obviedad el Targaryen mientras se acercaba al grupo de niños

- Vhagar es la dragona de mi madre - reclamó Baela mientras su sangre hervía con furia

- Tu madre murió - se defendió con la misma seguridad que tenía desde un principio - y Vhagar tiene un nuevo jinete - agregó

Leahnerys miraba desde el fondo aquel encuentro, decidiendo intervenir cuando fuera más que necesario, pues esa no era su pelea, era entre Baela, Rhaena y Aemond.

- Yo tenía que reclamarla - negó Rhaena, pues ella tampoco tenía un dragón

- entonces debiste hacerlo - dijo Aemond ignorando el hecho de que era el derecho de aquella niña reclamar a aquel dragón - tal vez tus primos te encuentren un cerdo en el cual volar, te quedaría bien - sugirió mirando a Jace, recordando el pasado

Sin más, Rhaena se lanzó contra Aemond el cual la empujó al suelo. Baela no pudo mantenerse quieta al ver el trato que recibía su hermana, así que le dio un gran golpe a Aemond lanzándolo directamente al suelo, el mayor se levantó con velocidad y golpeó de regreso a la Targaryen.

- ¡Atáquenme otra vez y se las daré a mi dragón! - amenazó el príncipe

Leahnerys estaba a punto de intervenir en auxilio de sus hermanas, pero la mano del principe Jacaerys la detuvo, prefiriendo que la princesa se mantuviera a salvo y siendo el mismo quien ayudara a las hermanas.

Los golpes volaban y el grito del pequeño Lucerys la alertó. Las dos hermanas Targaryen y ambos Velaryon atacaban a Aemond como si hubiera algo en ese acto que pudiera retroceder el tiempo, para evitar que aquel principe reclamara a Vhagar.

- esto ha sido suficiente - dijo la princesa acercandose al grupo de niños. Tomando el brazo de Aemond y Jacaerys - ¡han ido muy lejos! - intentó persuadirlos pero no habia nada que ella pudiera hacer para detener la pelea - ¡Jace, detente! - pidió, sabiendo que era mas sencillo para ella convencer a Jace

- ¡morirán gritando en llamas como lo hizo su padre, bastardos! - esa fue la gota que derramo el vaso para Jacaerys

- ¡mi padre esta vivo! - negó Luke. Leahnerys lo miraba con lastima al ver su rostro con sangre, siendo detenido por el cuello, mientras Aemond sostenia una roca, amenazando con golpearlo

- el no lo sabe, ¿verdad, lord Strong? - preguntó mirando a Jace

- Aemond - amenazó Leahnerys para que se detuviera, pues siquiera pensar eso podria llevarlo a su muerte

- Jacaerys - gritó Baela cuando vio que sacó una daga

El rostro de Leahnerys se ilumio de terror al ver que el principe habia tomado su daga, la cual años atrás, su padre, Daemon Targaryen le habia regalado

Jacaerys lanzaba aquella daga como si dependiera de ella. Leahnerys se puso al lado de Aemond, evitando que alguno se hiciera daño. Al mover a Aemond, la daga paso justo frente de la princesa, ella se alejó al sentir como sangre corría por su pecho, intentando evitar ser ella ahora la herida.

Aemond logró lanzar a ambos hermanos al suelo, haciendo que Jace dejara caer la daga. El principe Aemond se posicionó frente al Velaryon, dispuesto a golpearlo con aquella roca que jamas solto.

En ese momento todo se paralizo. Jacaerys le habia lanzado tierra, distrayendolo para que su hermano, Lucerys, se avalanzara en contra de Aemond, y asi, la daga finalmente golpeó al principe directamente en su ojo. Tendrá que cerrar un ojo, justo como Helaena habia dicho.

Cuando los guardias entraron, temieron, pues vieron a los hijos de Rhaenyra, la heredera al trono llenos de sangre, a las hijas de Daemon Targaryen llenas de miedo y al hijo de el rey Viserys, cubriendo su rostro lleno de sangre.

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