𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐰𝐨: 𝐡𝐞𝐥𝐩𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐡𝐞 𝐠𝐢𝐫𝐥


━━━━━━━━━━━━━━
helping the girl
titans 1x01
━━━━━━━━━━━━━━


┏ ┓
DETROIT,
MICHIGAN
┗ ┛

LAS COSAS EN LA ESTACIÓN SE habían vuelto más tensas de lo que ya eran y todo gracias a los comentarios que había hecho la peli morada sobre la ex pareja.

Si bien Jaylene había accedido a tener una charla con Dick, que por su puesto no estaba en sus planes, la situación había tomado un rumbo completamente distinto después de esos recuerdos sobre su estadía en aquel maldito hospital. La chica quería salir corriendo del lugar y encerrarse en su habitación para estar sola pero no podía hacerlo. Al menos no hasta averiguar quién demonios era esa niña y porqué sabía tanto de ella y Richard.

Así que ahí estaba ella, observando a Grayson hacer su trabajo y hablar por teléfono con la policía de Traverse City:— Ella dice que mataron a su mamá. Si pudieras enviar a alguien, sería genial.

Está bien. Te llamaré si algo de lo que dijo se confirma.

—Gracias.

Aunque probablemente sea mentira. Los chicos allí viven en la calle, roban... —su atención se desvió a la televisión donde una reportera hablaba de lo sociópata y violento que era Robin y porque debía abandonar la ciudad— Dirán lo que sea para evitar problemas.

—Sí, lo sé. —colgó el teléfono.

—Richard. —lo llamó— Espero que estés consciente que así no es como yo planeaba ni este viaje, ni la charla que íbamos a tener.

—Lo sé. —suspiró frustrado.

Él tampoco había querido que las cosas se tornaran de esa manera, ni siquiera se lo imagino. Se suponía que el día que viera a Jaylene sería para aclarar las cosas que quedaron pendientes y solo eso.

—Y que tampoco estoy cómoda después de lo que dijo esa niña. —ambos se vieron a los ojos tratando de comunicarse: Larsson le decía lo insegura que se encontraba por alguien sabiendo lo que le había ocurrido y Grayson le decía que estaría segura y no había nada de que preocuparse, ahí con él. Desde chicos desarrollaron esa manía de descifrar lo que el otro pensaba.

—Créeme, yo tampoco lo estoy.

La peli negra suspiró:— Presiento que tendré que alargar mi estadía aquí. —murmuró.

Durante varios minutos el castaño se dedicó a rellenar los papeles para el traslado de la menor a la correccional y en cuanto los terminó se los entregó a la persona encargada de eso para posteriormente dirigirse hacia la empresaria.

—Salgamos de aquí, Jay. —asintió rápidamente y ambos salieron del lugar.

El hombre se detuvo repasando los recientes eventos ocurridos en su mente. Sí que había sido un día pesado.

—¿Puedo preguntarte algo? —la detective rubia se acercó corriendo hacia ellos. Dick se giro a verla sin ocultar su molestia.

—Estoy en medio de algo. —respondió cortante.

—¿Entonces? ¿Tú y tu compañero se pelearon? —pregunto sin importarle la respuesta anterior.

—¿Perdón? —soltó molesto.

Larsson sentía que sobraba en esa conversación pero no más de lo que esa rubia lo hacía. Esas preguntas aunque lo parecieran, eran personales.

—Tu compañero en la policía de Gotham. —aclaró— No es que lea la mente, pero parece obvio.

—Teníamos diferentes ideas de cómo hacer el trabajo. —respondió finalmente, sabía que la rubia no se detendría.

—¿Cómo? ¿Aceptaba sobornos? Oí que la mayoría en Gotham lo hace. —la peli negra le dirigió una mirada llena de odio, ¿quién carajo se creía que era para decir esas cosas? Sí, había mucha gente corrupta pero no tenía el derecho a mofarse de eso como si Detroit fuera un lugar de santos.

—No, él no. —negó rápidamente notando la molestia de su ex novia— Era un héroe para mucha gente. También para mí. —miró levemente a la mujer con la que se crió— Un tipo que no se detenía ante nada y resolvía todo con sus puños. Lo admiraba al principio, lo que hacía... O lo que intentaba hacer. —ahí fue donde Jaylene desvió la mirada al saber que estaba hablando de Bruce— Pero, finalmente, tuve que alejarme.

—¿Por qué? —Dick pensó un momento su respuesta.

—Porque me estaba pareciendo mucho a él.

La ex justiciera observó sorprendida al hombre por su respuesta. Era cierto que ambos se habían alejado de Bruce Wayne en casi el mismo lapso de tiempo pero al haber cortado ellos dos su comunicación meses antes de eso, no sabía la verdadera razón por la que Dick había dejado su vida como compañero de Batman.

Ella sabía lo importante que era para el castaño su vida como Robin y, más aún, la aprobación del millonario hacia él. No se imaginaba que podía ser la razón exacta para que eso terminara aunque ahora tenía una vaga idea de lo que pudo haber sido.

—Entonces, ¿no lo eres, verdad? —retomó la conversación la detective.

—¿Ser qué?

—Un cretino. —ahogó una risa.

—No lo cuentes. Debe mantener su reputación. —intervino Jaylene.

—No se preocupen. Tu secreto está a salvo conmigo. —se dirigió sólo al hombre con una sonrisa para luego irse del lugar. La peli negra rió levemente al notar lo que Rohrbach estaba intentado hacer: seducirlo.

—Es bonita, ¿no lo crees? —rompió el silencio.

—¿Qué?

—Amy. Tu "compañera". —negó con la cabeza— Por si no lo notaste, lento Gray, esa mujer estaba coqueteando contigo.

—No lo hacía. Además, ¿de cuando acá me das consejos amorosos? —enarcó la ceja.

—Desde que Donna no esta y los necesitas, o sea, siempre. —ambos rieron como en los viejos tiempos pero el celular del detective sonó, interrumpiendo uno de los pocos momentos decentes que compartían los adultos criados por el dueño de Wayne Enterprises.

—Grayson. —respondió la llamada.

Soy el oficial Jones. Policía de Traverse City.

—Ajá.

La chica por la que llamaste, ¿Rachel Roth? Hallamos a su madre. Un disparo en la cabeza. Parece homicidio. Nuestro CSI te enviará los datos en cuanto los tengamos.

—Muy bien, gracias.

—¿Qué ocurre, Dick? —cuestionó al notarlo levemente alterado.

—Esa niña. ¿Lo que dijo de su mamá? Era cierto.

—¿Homicidio? —asintió.

—Tengo que ir a hablar con ella. ¿Quieres ir conmigo o esperarías en mi auto o... te irás? —dudó.

Sí que las cosas eran incomodas entre los ex compañeros.

—Hay que darnos prisa, detective. —comenzó a caminar de regreso al lugar con la mirada asombrada del adulto en ella— Aún me debes ese trago.

Ambos se dirigieron rápidamente a la sala de interrogación, encontrándose con la sorpresa de que la jovencita no estaba ahí.

—Debían transferirla en unas horas, hasta mañana. —susurró el detective— Ni siquiera hacen traslados a esta hora.

—No creo que se haya ido por su voluntad, Dick. Estaba asustada de quedarse sola. —le recordó.

Ambos comenzaron a buscarla por toda la estación, hasta que salieron del lugar por la puerta trasera y la meta-humana alcanzó a mirar a Rachel dormida dentro de una patrulla.

—¡Dick! —se giró a mirar la dirección en que la chica apuntaba. Levantó su mano, dejando que el aura verde fuera visible y antes de poder hacer algo, Dick bajo su brazo sin ningún tacto y el aura abandonó su mano— ¿¡Qué haces, idiota!?

—Hay personas aquí. —dijo sacando su celular— Detective Grayson. Necesito un diez-veinte de la patrulla 310. —ambos salieron corriendo hacia el auto del castaño y comenzaron a seguir, o al menos tratar, a la patrulla.

—¿Cómo es que termine involucrada en esto? —se habló a sí misma. Dick la miro de reojo— Se supone que yo ya no hago estas cosas. Acelera, genio. —el portador de la identidad de Robin le hizo caso luego de escuchar la ubicación del auto policial que seguían.

Aparcaron en un callejón, la peli negra le señaló el edifico abandonado donde estaba segura que estaba la menor y ambos se dirigieron cautelosamente a él mismo. Ella le indicó con la mirada que buscara a Rachel y ella se encargaría de los dos oficiales que custodiaban el primer piso. El asintió subiendo las escaleras.

—Hey, idiotas. —los dos hombres se giraron y le apuntaron con sus armas. Sonrió abiertamente avanzando hacia ellos. El resplandor verde volvió a aparecer y de un movimiento de manos las armas salieron volando en dirección a la mujer que no dudó en aplastarlas con sus poderes. El rostro de los hombres se deformó.

—¡Eres un monstruo! —exclamó uno de ellos abalanzándose hacia ella. La peli negra detuvo su golpe y en un segundo se vieron enfrascados en una pelea, donde la mujer llevaba la delantera, por mucho, hasta que le dio un codazo en el rostro al hombre y este cayó rompiéndose el cuello.

Se distrajo levemente al ver la sangre y el otro hombre aprovechó para atacarla por la espalda, se giró sumamente molesta y con sus poderes lo lanzó hacia la pared con tanta fuerza que lo mató en el proceso. Salió corriendo al segundo piso y se encontró a Dick golpeando una puerta.

—¡Rachel, Rachel! ¡Abre la puerta! —Rachel soltó un grito y eso fue suficiente para que la mujer decidiera actuar.

—Muévete, amor. —el castaño se giró ocultando el asombro por el apodo que la chica había utilizado. Antes de que se moviera, ambos lograron ver cómo un hombre calvo golpeaba la puerta, manchando el espejo de sangre en el proceso. Jaylene uso sus poderes para tirar la puerta de metal y entraron corriendo a la habitación encontrándose al hombre calvo muerto y a la peli morada atada a una silla. La mujer corrió hacia donde estaba la menor— Dick, dame la navaja. —el la miro confundido, los cuchillos y las navajas eran el sello personal de Blackstar— Estoy en descanso.

El castaño le pasó una navaja y rápidamente cortó las ataduras de la menor.

—Rachel. ¿Qué pasó?

—No lo sé. —habló al borde del llanto y se lanzó a los brazos de la peli negra. Sorprendida le devolvió el abrazo— Por favor, ayúdenme.

La de ojos hazel observo a su ex compañero decidida. El sabía lo que esa mirada significaba: ayudarían a esa niña.

—¿Puedes llevarme a mi hotel? —asintió encendiendo el auto y dirigiéndose al lugar después de que le diera la dirección.

—¿Qué es lo que haremos? —suspiró.

—Por más que me gustaría llevarme a Rachel a Nueva York, siento que sería arriesgado. Llamaríamos demasiado la atención. Mi departamento no es lo más discreto, ni mi vida lo es. —cerró los ojos cuando una idea cruzó su cabeza— Creo que es hora de visitar Washington. —enarcó las cejas sorprendido.

—¿Es buena idea?

—Lo averiguaremos. —murmuró bajando del auto cuando llegaron al hotel. La peli morada se mostró asustada por su acción— Tranquila, debo buscar unas cosas. Ven conmigo. —le sonrió tranquilamente y la menor rápidamente lo hizo— Vuelvo en quince minutos.

Subieron al ascensor y Roth no pudo contener su curiosidad.

—Dick y tú eran novios, ¿no?

—Lo fuimos. —asintió abriendo la puerta de su habitación. No tenía caso mentirle.

—Llevo meses soñando con ustedes. —murmuró— La mayoría de las veces era lo mismo pero aveces eran ustedes dos felices. Como una pareja o de niños.

—Nuestra relación fue difícil, complicada, larga. —dijo haciendo una maleta con ropa— Pero hay algunas cosas que no están destinadas a durar. —le tendió un cambio de ropa— Toma una ducha rápido. Dick no es muy paciente que digamos.

La menor hizo lo que le pidieron sin rechistar. Mientras tanto, la mayor entró en su armario y sacó dos maletines, presentía que los necesitaría. Llamo a su asistente Nicole para informarle que se ausentaría tiempo indefinido de la compañía por asuntos personales y que cualquier problema lo llevarán directamente con Bruce si no podían solucionarlo ellos mismos.

En cuando la peli morada salió del baño, ella entró rápidamente y se duchó en tiempo récord. Ambas vestían una ropa más cómoda que antes y se dirigieron al auto donde las esperaba Grayson.

—¿Nos vamos?

—No en este auto. Es del departamento y pueden rastrearlo. —comenzó a manejar con dirección a su casa. Los tres entraron al garaje y la chica admiró asombrada el auto dorado.

—¿Es tuyo?

—Una reliquia familiar. —respondió la empresaria por él, guardando sus pocas pertenencias en el baúl.

—¿Del circo?

—No es lo que tú piensas.

—De su otra familia. —respondieron a la vez.

La meta-humana se encogió de hombros, podrá pelearse con Bruce todo lo que el quiera pero seguían siendo familia.

—Vamos. Andando. —la peli negra le sonrió para darle confianza y una vez en el auto, emprendieron el viaje a Washington.

—¿A dónde vamos?

—A un lugar seguro. —los adultos se miraron brevemente, esperando no equivocarse sobre llevar a Rachel a ese lugar.

—Mi mamá dice que los monstruos no existen. Creo que se equivocaba. —murmuró cerrando los ojos.

—Eso es porqué tú no eres un monstruo. —se giro a mirarla seriamente— Solo eres especial. Naciste con habilidades que el resto no comprende y eso no significa que seas un monstruo.

—¿Cómo puedes estar tan segura? —refutó.

—Porque no eres la única. —le mostró el aura verde que emanaba de sus manos.

—Descansa. Es un viaje largo. —sugirió el castaño.

—Es tan solo una niña. —habló luego de un rato— No se merece que la quieran matar.

—La ayudaremos. —tomó su mano.

Jaylene observo sus manos unidas y cuando el sentimiento de calidez que tanto conocía la invadió, lo soltó. No estaba lista para eso.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top