𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐟𝐨𝐮𝐫: 𝐨𝐥𝐝 𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐬 𝐨𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬


━━━━━━━━━━━━━━
old friends or lovers
titans 1x02
━━━━━━━━━━━━━━


┏ ┓
        WASHINGTON,
                DISTRICT OF COLUMBIA
┗ ┛

FINALMENTE HABÍAN LLEGADO A WASHINGTON y por ende, se encontraban en el edificio donde vivían Hank y Dawn.

—¿Quiénes son estos tipos?

—Viejos amigos. —se limitó a responder el castaño.

—No los vemos hace mucho tiempo.

—¿Por qué no quieres ver a tus amigos? —se giro a verla. Rachel había notado la incomodidad de la mujer desde que la misma mencionó este lugar pero ahora el sentimiento era muy fuerte como para ignorarlo.

—¿Quién dijo que no quería verlos? —mintió pero la menor enarcó una ceja— De acuerdo. Quizá no me encuentro muy cómoda con las personas detrás de la puerta. —admitió bajo la pesada mirada de sus dos acompañantes.

—¿Entonces por qué sugeriste venir aquí? —reclamó la menor.

—Porque aquí creo que estarás más segura. Es más discreto. —respondió— Y lo que haya pasado con estos amigos no es de tu incumbencia. —agregó al notar las intenciones de la chica.

Dick toco la puerta y a los segundos una rubia platinada les abrió completamente sorprendida al mirar a sus ex compañeros.

—Hola. —murmuró incómodo Dick.

—Hola. —respondió la rubia. La peli negra movió los dedos de su mano a modo de saludo.

—Hola. —se adelanto Rachel estirando su mano a modo de saludo— Soy Rachel.

—Dawn. —la rubia la aceptó el saludo confundida. El recuerdo de Dick y Dawn besándose apasionadamente y desnudos en una cama saltó a la cabeza de la menor. Así como uno de la rubia y Jaylene discutiendo fuertemente.

—¿Podemos hablar?

—Llegan unos cuatro años tarde, pero sí. —les abrió la puerta, invitándolos a entrar.

—Wow. Es un lugar enorme. —comentó la menor admirando el lugar.

—Vamos arriba. —pidió Granger y los cuatro subieron a la azotea.

Rachel se acerco a mirar las palomas y los tres adultos se quedaron de pie observando a la chica.

—¿Ella mató a alguien? —cuestionó incrédula luego de que Grayson le contara lo que había ocurrido— Es solo una niña.

—Algunos niños pasan por esta clase de cosas, Dawn. —le respondió cortante la peli negra.

—Sean quienes sean, tienen gente en el departamento. —retomó la conversación— Necesitábamos un lugar seguro para reagruparnos... y pensar en lo que haremos. —miro a su ex novia. El problema que envolvía a Rachel ahora los involucraba a ellos dos. A nadie más.

—Perdón por aparecer así en tu casa. La hubiéramos llevado a la mía pero es algo muy público, por decirlo de alguna forma. —dijo sarcásticamente.

—¿Qué hay de Bruce? —miro a la mujer— Dudo mucho que el te negaría alguna ayuda, Jaylene.

—No es bueno con los niños.

—Papá no forma parte de mi vida justo ahora. —la rubia enarcó una ceja confundida.

—¿Así que policía? Nunca me lo hubiera imaginado. —sonrió sentándose en un banco— Y finalmente Bruce logró convencerte de dirigir la compañía.

—Digámoslo de ese modo, pero sí. Obtiene lo que quiere. —murmuró acercándose a Rachel pero sin dejar de prestar atención a lo que decían los justicieros.

—¿Cómo están? —preguntó Dick sentándose junto a su ex desliz.

—Estamos muy bien. —asintió— Hank lucha para recuperarse. La edad no espera a nadie.

—¿Es muy malo?

—Dos fracturas, dos conmociones cerebrales el año pasado y una hernia de disco.

—Cielos, Dawn.

—Aún somos buenos ahí afuera, Dick. Realmente buenos. Pero un descuido...

—Deberían dejarlo. —la interrumpió— Ambos.

—Es el plan. —canturreo.

—Así que, ¿ustedes tres eran una clase de triángulo amoroso? —parpadeó sorprendida por la pregunta.

—Nunca fuimos un triangulo amoroso. —negó— Éramos Dick y yo, por años. Luego lo dejamos y el se acosto con Dawn.

—Pero regresaste con él. —adivino.

—Lo hice. —suspiró— Nos amábamos, o eso quiero creer yo. Siempre me aseguro que lo de Dawn fue un desliz y que solo ocurrió dos veces. —los observo— No estábamos juntos cuando ocurrió.

—Igual eso no fue el motivo de su separación definitiva, supongo.

—Se necesitaba más que una zorra entrometida para que Dick y yo termináramos. —bajo la voz— Y lo que ocurrió tampoco es de tu importancia, jovencita. —ambas rieron levemente.

La rubia y el castaño las miraron unos segundos— Aún la amas, ¿no?

—¿Qué?

—A Jaylene. Ambos sabemos que siempre será ella. —el castaño le dirigió una mirada rápida a la primogénita Wayne— Dick y Lene.

—Creo que nunca dejare de amarla. —susurro.

—Hola. ¿Qué rayos haces aquí, Dick? —apareció el hombre de la nada.

—Hank.

—Tuve un problema. —respondió levantándose y metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Que linda reunión que tienen aquí.

—Sabes que no es así.

—Así lo veo yo. —respondió tajante.

—Hank. —se acercó Wayne— No es lo que tú crees.

—¿Jaylene? ¿Que diablos haces aquí y con Grayson? —abrió los ojos sorprendido— ¿Otra vez están juntos? —la mujer señaló detrás de ella a la menor— Oh por dios, ¿Adoptaron a una niña?

—Oh por Dios, cierra la boca. —rodó los ojos.

—¿Podemos entrar, por favor? —el antiguo equipo acató la orden.

Dawn guió a las chicas a la habitación extra para que pasaran la noche y les entrego unas sábanas, mientras que a Dick lo dejo en el sofá de la sala.

—Entonces... —inició la peli morada.

—¿Entonces qué? —comenzó a tender la cama para que la chica durmiera cómodamente. Ella tendría el sofá de la habitación y no le disgustaba la idea.

—¿Por qué no te agradan tus amigos?

—Si me agradan.

—Dawn no. —objeto acomodando la almohada.

—Hubo un tiempo donde éramos amigas. —relató— Pero una amiga no se acuesta con tu ex novio a las semanas de haber terminado.

—Debió doler.

—Pasó hace años. Ya no lo hace. —afirmó notando que faltaba otra almohada.

—Entiendes que literalmente siento cuando me mienten, ¿no? —Wayne la miro seriamente— No puedes mentirme.

—Iré por otra almohada. —trató de salir de la habitación pero chocó con su ex novio— Lo siento. —murmuró alejándose y rezando internamente para que Dick no hubiera escuchado su conversación con Rachel. Pero él sí que había escuchado.

—Así que, tú, Jaylene y Dawn. —volteó a mirarla asombrado de su poco tacto.

—No.

—Entiendes que es imposible mentirme, ¿no? —se recargó en la pared.

—Lo de Dawn jamás fue algo. Éramos niños. Solo fue un desliz que jamás debió ocurrir.

—¿Que hay de hay de Jaylene?

—Con Lene todo siempre iba en serio. Fue mi primer amor. Aún lo es. —admitió recordando los buenos momentos— Nunca quise dejarla.

—Pero lo hiciste. Y la lastimaste. —señaló.

—Algunas cosas no están destinadas a durar. —dijo cabizbajo— Y yo jamás quise lastimarla, nunca lo haría intencionalmente.

—Pero igual lo hiciste. —recalcó— Y eso no es excusa.

—Eso ya está en el pasado. —trató de justificarse.

—No para ella. —le aviso antes de que este saliera de la habitación.

—Descansa un poco, Rachel.

Después de varios minutos, la meta-humana regresó a la habitación y sin dirigirle una mirada a nadie se acostó en el sillón con el sentimiento de la traición taladrando en su cabeza.

A la mañana siguiente, Jaylene se había llevado a Rachel a desayunar fuera del departamento de Dawn y toda la incomodidad que rodeaba al ex equipo de justicieros. Un par de horas pasaron cuando las chicas decidieron regresar al departamento riendo y atrayendo la atención de Dick, quien guardó las cartas que estaba escribiendo.

—Creo que es de las mejores series. La he visto. Te encantará. —sonrió dejando las compras sobre la mesa.

—¿Sí?

—Sí. —afirmó— ¿Por qué no la ves ahora? Ponte cómoda, no creo que a Dawn le moleste.

—Está bien. —entró a la habitación.

—¿Qué hiciste con Rachel? —cuestionó acercándose a la adulta— Ya sabes, la retraída...

—No hice nada con ella. —negó divertida— Solo no la traté como una niña. Te lo dije, D, ella no lo es. —el asintió comprendiendo— Es una buena chica.

—Lo sé. —suspiró— Jay. ¿Cuándo podremos hablar de lo qué pasó? De nosotros. —la mencionada lo miro seriamente sopesando sus palabras.

Era cierto que hablar era lo primero y único que ellos dos harían, pero ahora la situación se había vuelto complicada. Y siendo honestos, Jaylene no hablaría con Dick en el departamento de Dawn Granger.

—Ahora no. —trató de pasar pero él la detuvo tomándola del brazo.

—Necesitamos hablar.

—No. quieres hablar ahora, pasaron tres años, Richard. —le recordó sin dirigirle la mirada.

—Se suponía que tú y yo hablaríamos, antes de que este asunto se presentara. —justo en ese momento, la puerta del departamento se abrió y la rubia entró.

—Sí, bueno. —se soltó de su agarre al notar la mirada de su ex novio en la justiciera— Este no es ni el momento ni el lugar.

—Lene... —negó con la cabeza y se metió en la habitación con Rachel.

—¿Llegue en mal momento? —alcanzó a escuchar a la ex bailarina.

—¿Estás bien?

—Lo estoy o bueno, lo estaré. —se sentó junto a ella. Rachel asintió y regresó su mirada a la pantalla.

Mientras tanto en la cocina del lugar, Grayson y Granger comenzaron a hablar del caso en el que la pareja estaba trabajando.

—El nombre del proveedor es Bronson. Trafica armas de mano pequeñas. —le tendió una tableta con la información— Intenta quedarse con el mercado adolescente. Hará un nuevo envío mañana en la noche, en el muelle, y creemos que podemos romper la cadena. —asintió comprendiendo. Saco su computadora y rápidamente tecleó la ubicación del lugar, para después escanearlo— Tu famosa computadora. ¿Con tecnología de Wayne Enterprises?

—Fue un regalo. —respondió sin despegar la mirada de la pantalla, una sonrisa melancólica se posó en su rostro.

—¿Qué pasó entre ustedes dos, tú y Bruce? —la miro por un segundo sin responderle.

—¿Dragones? Este programa se puso mucho mejor. —exclamó la adolescente, sacándoles una sonrisa a los adultos.

—Muy bien. ¿Qué carajo fue lo que Bruce les hizo a ustedes? Jamás los había visto así de alejados, debió ser algo fuerte. —volvió a intentar sin obtener una respuesta— Es una gran responsabilidad. —cambió el tema.

—¿Qué cosa?

—Acogerla. —sonrió—Debe ser reconfortante hacer lo que Bruce hizo por ti cuando perdiste a tus padres. Pero ocuparse de una niña es complicado. Lo sabes mejor que nadie. —hizo una mueca— Jay tiene su vida y no creo que cuidar de Rachel este en sus planes. Ahora maneja la compañía.

—No la estoy acogiendo. —respondió luego de un tiempo— Jay tampoco lo está haciendo.

—¿Seguro? —se mantuvo en silencio.

—No soy bueno para "quedarme con alguien". No hace falta que te lo diga.

—Te quedaste con Jay. —comentó.

—Si me hubiera quedado con ella, estaríamos juntos. —la corto— Sé que las cosas están tensas aquí, así que... Pensé que Alfred podría darme dinero y ayudar un poco. Eso también ayudará a Rachel. —inclinó la cabeza— Dos pájaros de un tiro. Tres, creo.

—Espera, ¿quieres dejarla aquí? —le pregunto incrédula.

—Solo por un tiempo, hasta...

—¿Hasta cuando? —lo interrumpió molesta.

—No lo entiendes, Dawn. —suspiró cansado— No soy bueno para la familia. No puedo.. —se cortó recordando lo que había pasado— No sabes en qué me convertí.

—¿De qué hablas? —frunció el ceño muy confundida.

—Dawn, no hagan este trabajo. —le dijo cuando su computadora terminó el escaneo de calor— Mira cuánta seguridad hay...

—¡Hey! —lo tomo de la muñeca— No me cambies el tema. ¿Qué quieres decir con "en qué me convertí"?

Antes de que pudiera responder, Hank entro al departamento molesto por lo cerca que estaban su novia y el castaño.

—Qué escena tan bonita. —exclamó algo alto, siendo escuchado por Wayne.

—Rach. Quédate aquí y no salgas. —le ordenó saliendo de la habitación, alcanzando a presenciar la escena por la que Hall estaba molesto. Dick y Dawn, muy cerca del otro y con la mano de esta alrededor de la muñeca de su ex. El dolor se reflejó en el rostro de la mujer pensando lo peor.

Rápidamente Grayson se alejo de Granger. No quería ocasionar más problemas y sabía que Hank Hall era un maldito celoso cuando se trataba de Dawn. Aunque en cierta parte, tenía razón.

—Hola. —la rubia se levantó de su lugar.

—Justo como en los viejos tiempos. —espeto.

—Solo hablábamos, ¿sí? —la peli negra se sentó en el sillón con discreción, presenciando todo en silencio.

—Vienes y te vas, tomas lo que quieres. —se acercó a ellos.

—Hank. —la rubia intentó tocarlo pero este la empujó.

—No me toques. —Dick se puso de pie rápidamente y trató de detenerlo.

—Espero que estén conscientes que están actuando como unos idiotas. —comentó la mujer rodando los ojos tratando de disimular que si le había dolido verlos tan juntos.

El ex acróbata la miro alarmado de que hubiera visto y malinterpretado la conversación que tuvo con la ex bailarina. Y por la seriedad en su mirada pudo darse cuenta que ella los había visto.

—Jaylene. —susurró la rubia.

—Ahórratelo. —se acercó a ellos seriamente— Y ustedes dos contrólense. Hay una niña aquí. —les recordó pero el ex deportista no estaba dispuesto a callarse.

—¿Ahora quieres también a mi chica? ¿No te fue suficiente con Jay? —eso fue suficiente para que el detective tomara a Hank de la chaqueta y lo estrellara contra la pared molesto.

—¡Basta! —pidió Roth asustada. Larsson la detuvo al notar que quería acercarse.

Pero eso no les impidió a los hombres seguir peleando y lanzarse contra las paredes reiteradas veces.

—¡Basta! —gritó la peli morada dejando salir su poder, destruyendo las ventanas y lanzando varias cosas en el proceso. La peli negra detuvo con sus poderes los cuchillos que se dirigían hacía ella y su ex compañera de equipo. La menor observó todo arrepentida y asustada— Lo siento. —salió corriendo a la habitación.

—Cielos. —murmuró Hank.

—No podían guardar su pelea de trío amoroso para después, ¿no? —bajo sus manos y los cuchillos cayeron al piso.

—Sabes que no... —inició Grayson acercándose a Wayne.

—¿No es lo que pienso? —lo interrumpió— Nunca lo es. —hablo sarcástica— Mañana nos iremos temprano. —aviso antes de salir del lugar.

Las horas pasaron y ahora la meta-humana se encontraba de regreso en el departamento.

—Jay... —trató de detenerla.

—Rachel nos necesita ahora, Dick. —suspiró sabiendo que era verdad.

Ambos se dirigieron a la habitación y el castaño tocó la puerta, sin recibir una respuesta por lo que la ex pareja entró y tomó asiento en la cama, uno a cada lado de la chica.

—Está empeorando.

—No está empeorando. —negó la mujer— Tus poderes están evolucionando. Eso nos pasa a las personas especiales. —la menor observó asombrada el aura verde que rodeaba la mano de la contraria.

—Lo siento.

—No tienes porque disculparte, Rachel. Yo soy quien... —la llegada de la rubia interrumpió lo que estaba diciendo.

—¿Cómo estás, cariño? Hank lo lamenta. A veces puede ser muy idiota. —la portadora de la identidad Polaris hizo una mueca dándole la razón, muy a su pesar— Debemos irnos. Hank y yo debemos hacer algo.

—Dawn, deberían reconsiderarlo. —se levantó el castaño— Ambos sabemos que es muy peligroso. —elevó una ceja sorprendida.

Así que Dove y Hawk tenían trabajo.

—A veces ganas, a veces pierdes. —sonrió— Cuídalos, ¿sí? —se acercó a la menor— A veces necesitan toda la ayuda posible.

—Está bien. —la peli negra rodó los ojos en cuanto Dove y Hawk salieron del lugar— Ella necesita su ayuda —soltó— Puedo sentirlo. —el protegido de Bruce Wayne suspiro pesadamente— ¿No es eso lo que hacen?

—¿Qué?

—Ayudar a la gente.

—Yo ya no lo hago. —levantó la mano.

—Solía pensar eso. —tomó asiento frente a las chicas— Pensaba que era una de las mejores cosas que mejor hacía. Hasta que me di cuenta. —la mayor lo miro atenta— Si ayudaba a unos, debía lastimar a otros. ¿Lo entiendes?

—No lastimamos a los inocentes, Dick. —habló segura— Los que salen heridos son personas malas que se lo merecen.

—A veces, cuando siento que el mal sale... Me siento mejor.

—Entiendo. —asintió.

—Quieres ayudarlos. Ambos quieren. Solo están asustados. A veces, no hay tiempo para estar asustados. —se giró a la mujer.

—Mi maletín está en el auto. —suspiró la mujer. Era cierto, quería ayudar. Tal vez no tanto a Dawn pero definitivamente quería ayudar al idiota de Hank— El dúo maravilla está de regreso. —dijo la mujer una vez que ambos se pusieron sus trajes.

Dick soltó una risa corta antes de que ambos entraran al lugar donde estaban Dove y Hawk.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━

no es la gran cosa pero es trabajo honesto

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top