𝐓𝐇𝐄 𝐄𝐍𝐃
Joya estelar adornada, hermosa como los anillos de saturno.
Gema brillante como lucero ahogada en las sombras dentro de una caja de anillos, esperando que se filtren hilos de luz en su interior.
Bajo la sombra de un árbol, o al menos de lo que quedaba de sus frágiles ramas, se encontraba Mikey mientras jugueteaba con la caja de anillos.
El rubio dejó escapar un suspiro nervioso. Hoy iba a entregarle el anillo de compromiso a Shiroi, hoy le hiba a hacer la propuesta. Estaba ansioso por ver cómo el anillo adornado envolvía su dedo.
Ya habían pasado más de dos meses desde que los cirujanos le habían extraído la bala de su cuerpo, poniéndole parches hasta que sus heridas se cerraron.
Ahora podrían cumplir su promesa de ser una pareja oficial después de todas las dificultades.
Tal vez el amor que sienten el uno por el otro pueda florecer.
Mikey tenía la esperanza de que sus vidas se encapsularan en la serenidad y que por fin estuvieran tranquilas, y ese deseo se ha cumplido.
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El reloj marcó las 10 PM y Shiroi ya estaba lista para salir con Mikey, llevaba un jean mezclilla y una camisa de algodón de mangas largas de color negro, y por encima llevaba un abrigo color café.
Ella no tenía ni la más remota idea de lo que le esperaba.
Al escuchar el sonido de una Honda CB250T supo que Mikey ya había llegado, así que tomó su cartera y salió a verlo.
─Hola Mik-─
─Wow Estás hermosa─ Espetó el rubio sin pensar haciendo que las mejillas de la chica tomaran un tono parecido al de sus ojos.
─Gracias Mikey, tu también lo estás─ Dijo y se subió a la moto con él.
Sin más la moto comenzó a subir revoluciones corriendo a velocidad media. La fresca brisa chocaba con sus rostros y movía sus cabellos, mientras avanzaban.
─¿A donde me llevas Mikey?─ Habló ella aferrándose a la cintura del chico.
─Ya verás...─
Luego de unos largos y tranquilos minutos comenzaron a ser bañados por la brisa marina.
Después de que Mikey detuviera la moto y la estacionara, Shiroi corrió asombrada como niña pequeña para ver la playa.
La vista era preciosa, luceros y estrellas brillaban en e cielo con fuerza e ímpetu, reflejándose en el tranquilo mar.
─Que hermoso lugar...─ Dijo con completa sinceridad con el cielo estrellado reflejado en sus ojos. ─Me encanta Mikey... gracias por traerme─
─El agradecido aquí soy yo. Gracias por haber aceptado venir conmigo─ Dijo también mirando el horizonte.
La chica soltó una risita y lo empujó con fuerza haciendo que el distraído chico cayera al suelo. ─El último en llegar a la orilla es un tonto─ Dijo la chica mientras corría en dicha dirección.
─Oye eso es trampa─ El rubio corrió detrás de ella. ─Me voy a vengar─
Luego de correr unos 15 metros la chica que aún recuperaba el aliento con las manos en la rodillas al verlo acercarse corrió asustada.
Al alcanzarla él la atrapó con ambos brazos haciendo que cayeran en la arena, provocando las risas de ambos.
─Eres un tonto─ Habló divertida sentándose.
─Un tonto por ti...─ La miró a los ojos imitando su acción.
Entre ambos jóvenes surgió algo muy especial, una conexión cósmica, algo que les decía que se acercaran más.
Centímetro a centímetro fueron acercándose, sus rostros estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro. Sus labios estaban a milímetros hasta que, de un segundo a otro, sus labios ya estaban conectados, encajaban a la perfección.
Luego de un corto beso se separaron para mirarse a los ojos.
─Te quiero Shiroi─
─Yo igual a ti Mikey─
Hablaron sinceramente para volver a acercarse, esta vez profundizando el beso.
Estuvieron lo que les pareció una eternidad entre besos, abrazos y caricias, eso era lo que tanto anhelaban tener. Después de todo por lo que pasaron al fin lo tenían y eso les hacía sentir demasiado felices, como si estuvieran en la luna.
Ellos solo querían una vida normal, solo querían ser felices.
El resto de la noche hablaron de cosas triviales, cosas del pasado y lo que pensaban sobre el futuro.
─¿Sabes?... de lo único que no me arrepiento es de los momentos que tuve contigo... y de todos los delitos que e cometido tú eres mi Crimen Favorito─
Sonriendo se acercó a la de ojos rubí y le dio un tierno beso en la frente.
─Shiroi-chin... eres lo mejor que ha llegado a mi vida y quiero que sea así para siempre, quiero que estemos juntos para toda la vida... yo... te quiero más que a nada...─
Había pasado más tiempo del que creían. No se dieron cuenta del momento en el que el Sol comenzó a asomarse por el horizonte, haciendo que el cielo tomara tonos rojizos y naranjas creando una escena mágica.
Al notarlo la de cabellos color nieve y ojos rojos como la sangre se puso de pie para poder verlo con mayor claridad, tal cual niña pequeña.
El de cabellos rubios respiró profundamente tomando fuerzas y se levantó, colocándose a su lado.
─Shiroi-chin...─ Habló tomando sus manos para luego mirarla a los ojos. ─Estoy loco por ti; no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo pensar en nada diferente a ti... y...─ Una lágrimas se derramó ppr su mejilla. ─Cuando casi te pierdo, creí que hiba a morir... Shiroi yo te amo; y por ese amor soy capaz de cruzar los infinitos abismos que nos intenten separar; de luchar contra dragones y titantes; de cruzar un mar lleno de bestias; sin dudarlo me arrojaré al camino y atropellaré todo lo que intente separarnos.... soy capaz de enfrentar cualquier peligro por ti. Y no me cabe la menor duda de que mi destino es estar tu lado─ El chico colocó la rodilla derecha en el suelo y el pie izquierdo lo apoyó sobre el suelo, haciendo que ella se tapara la mitad del rostro con las palmas de las manos, imaginándose lo que va a pasar a continuación. ─Y quiero hacerlo por toda la vida. Quiero pasar el resto de mi vida junto a ti─ El chico sacó de su bolsillo una pequeña cajita de color vino. La abrió lentamente mostrando la joya dentro de ella. ─Kobayashi Shiroi ¿Quieres casarte conmigo?─
Ella solo asistió, quedándose sin palabras mientras lágrimas de felicidad brotaban de sus ojos y agitaba sus manos frenéticamente sin saber que hacer. ─¡S-si!─ Logró pronunciar.
Mikey deslizó el anillo de compromiso en su delicado dedo anular.
Se sintió tan bien al hacerlo.
Se sentían tan felices.
Luego de ese acto de bondad ambos jóvenes se abrazaron uniendo sus almas entre lágrimas de felicidad.
─Te amo Mikey─
─Y yo a ti Shiroi-chin...─
Pronunciaron para fundir sus corazones en un tierno beso.
𝐓 𝐇 𝐄
𝐄 𝐍 𝐃
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