once

✧ ✦ ✧ ═══ CAPITULO ONCE
YA VEREMOS

⚠︎︎

JUSTO CUANDO Dominic Toretto y Brian O'Connor pensaban que eran libres, llegaron más patrullas persiguiéndolos.

Era obvio que se trataba de los policías corruptos que estaban contratados por Reyes, simplemente siguiendo sus instrucciones.

Julia Kim y Mia Toretto siguieron dándoles información sobre las rutas, escuchando por las radios y viendo la transmisión en vivo por si había que hacer algún cambio.

—Se acerca un grupo grande del sur. ¡Tienen que hacer algo ahora!—

—Muy bien, lo tengo.—

Dom y Brian trabajaron al mismo tiempo, gritándose instrucciones unos a otros y bloqueando las patrullas cuando intentaban detenerlos.

—¡Curva abierta!—Brian gritó, teniendo una idea de cómo acabar con las patrullas.

Dom siguió ciegamente las instrucciones, confiando en la idea del más joven. Los dos autos estaban a ambos lados de la carretera, el cable estirado acabando con todos los autos que los perseguían.

Sin embargo, su victoria sólo duró un momento.

Seis patrullas lograron pasar por la bóveda que parecía una bola de demolición, y un copiloto sacó su escopeta y apuntó a los neumáticos de Dom y Brian.

Pero antes de que el policía pudiera disparar, otra patrulla atravesó el grupo, acabando con el auto de la escopeta.

Han Lue llegó.

Junto con Roman, ambos hombres trabajaron juntos, haciendo algunas maniobras locas. Despejaron los caminos para sus amigos, asegurándose de que no hubiera coches de policía siguiéndolos.

—Libre por la izquierda.—

—La derecha esta libre.—

Dom dejó escapar el aliento que no sabía que estaba conteniendo, sonriendo ligeramente mientras miraba la radio.—Gracias.—Dio las gracias a sus amigos; contento de que le cubrieran las espaldas.

—Cuando quieras.—

—¡Los encuentro al otro lado!—.

Han Lue y Roman Pearce se saludaron con la cabeza mientras se acercaban a un cruce, separándose al dirigirse a su siguiente puesto.

De vuelta a la fábrica de autos abandonada, Julia y Mia se tomaron de la mano, sonriendo mientras se ponían en sus lugares, contentas de que todo estuviera saliendo según lo planeado.

Si sólo supieran lo que estaba por venir.

—Acaban de crear una ventana de diez segundos—, notificó Mia. —Aprovéchenla—.

Las dos mujeres esperaron en silencio mientras veían pasar los vehículos por debajo del paso elevado, contando los segundos en voz baja y sin pensar.

—¡Misión cumplida!—informó Leo por el canal de radio separado, al que Hobbs y Elena no tenían acceso.

Instantáneamente, los demás esbozaron una sonrisa ante la noticia. Han cambiado las cámaras. Lo más difícil ya ha pasado.

Dominic Toretto y Brian O'Connor corrieron por el puente, intentando desesperadamente poner distancia entre ellos y el mar de policías.

Aunque habían terminado la parte crucial, seguían siendo perseguidos. Y para completar realmente la misión, tenían que escapar.

Lo cual estaba resultando difícil, dadas las circunstancias.

Brian miró por los retrovisores laterales, dándose cuenta de que no escapaban.—Son muchos. No lo lograremos—,dijo por radio.

—Así es; juntos no. Tú sí—.

—¿De qué estás hablando?—

Aunque Brian estaba confundido, todos los demás que escuchaban sabían exactamente lo que Dom quería decir, sintiendo sus corazones caer ante sus palabras.

Justo cuando pensaban que tenían todo bajo control... pasa esto.

—Sólo suelten la bóveda—,suplicó Mia, con lágrimas punzando sus ojos mientras hablaba.—Salgan de ahí—.

Dom respiró hondo, intentando no concentrarse en las palabras de su hermana.—Eres un padre ahora, Brian,—él afirmó, haciendo el hombre más joven sacudir su cabeza.

—No voy a dejarte—,gritó Brian, luchando por centrarse entre su amigo y la carretera.—¡Tú sigue con el plan!—

Dom sonrió, como si sólo fuera una broma, él lo sabía.—Ese siempre fue el plan—,explicó.—Cuida a Mia—.Añadió, pulsando el botón que liberaba a Brian del cable que tiraba de la bóveda.

La embarazada soltó un sollozo, agarrando el transmisor.—Dom, escúchame ahora. Quiero que suelten la bóveda—,ordenó.

Julia se puso cerca de Mia, abrazándola mientras intentaba consolarla. La morena sabía exactamente por qué Dom tomó esta ruta, sabiendo que no podía cambiar de opinión.

—Es por Vince—,explicó Julia para que todos la oyeran.—Haz que cuente, ¿sí, gran jefe?—

Y con eso, un breve crujido se escuchó desde la radio, señal de que Dom apagó su radio.

Mia sollozó con más fuerza, agarrándose a la camisa de la más joven mientras lloraba, aterrorizada por su vida.

En la carretera, Dominic Toretto respiró hondo, preparándose para enfrentarse a la horda de patrullas que se acercaban.

Reyes sonrió al ver que Dom estaba solo, obviamente demasiado lejos para ver el fuego en sus ojos.

Porque si lo hubiera hecho, Reyes habría sabido que celebró demasiado pronto.

El calvo aceleró el auto, encendiendo el nitrógeno y presionando los botones, llevando una cantidad impía de velocidad al auto, así como a la bóveda que lo seguía por detrás.

Dominic Toretto avanzó hacia la horda de policías que tenía delante, como si estuviera a punto de estrellarse contra ellos de frente.

Pero justo cuando estaba cerca, Dom se lanzó hacia un lado, esquivando el vehículo policial y dejando que fuera la bóveda la que chocara.

Igual que una bola de bolos golpeando latas de refresco, todos los policías salieron despedidos, rodando como barriles mientras estallaban en pedazos, uno detrás de otro.

Dom siguió aumentando la velocidad, y sólo pisó el freno cuando se dio cuenta de que Reyes y Zizi iban en el SUV delante de él.

Al detenerse de repente, la bóveda se abalanzó fácilmente sobre los brasileños, golpeándolos como un mazo de diez toneladas.

Sólo si matar a los malos fuera tan fácil.

Reyes y Zizi saltaron del auto al mismo tiempo que Dom, aunque Reyes estaba mucho más herido que los otros dos, incapaz incluso de mantenerse en pie.

Justo cuando el hombre pensaba que todo había terminado, Zizi se alejó cojeando de la camioneta negra, con una pistola en la mano mientras miraba a Dom, con los ojos llenos de furia.

La mirada de Dom no vaciló en ningún momento, como si esperara el impacto de la bala mientras observaba cómo Zizi le apuntaba con el arma, a quemarropa.

¡Bang! ¡Bang!

La confusión invadió a Dom al no sentir dolor, confusión que aumentó cuando Zizi cayó de rodillas sobre la carretera de cemento.

Al mirar hacia atrás, una sonrisa de alivio apareció en el rostro de Dom, viendo a Brian justo detrás de él, con su arma aun echando humo en la mano.

—No te dije que te largarlas—.

—Sí, tome una decisión—.

Dom sacudió la cabeza ante la capacidad de reacción de su amigo, admirando el hecho de que no lo dejara atrás a pesar de que le había dicho que lo hiciera —Brian era realmente su familia.

Los dos hombres observaron cómo un Gurkha se dirigía hacia ellos, sin que nadie más que Hobbs saliera del auto después de que éste se detuviera.

Elena los siguió, sin decir una palabra, incluso cuando Hobbs sacó su arma y disparó dos veces a Reyes en la frente sin siquiera mirarlo.

—Eso fue por mi equipo, imbécil—,murmuró, caminando hacia los otros hombres.—Que desastre, ¿verdad?—.

Brian no pudo evitar sonreír, dándose cuenta de que acababan de darle un cambio de imagen a todo el centro de Rio.—Si, lo es.—Asintió.

—Saben que no puedo dejarlos ir, ese no es mi estilo—.Hobbs se encogió de hombros.—Aun que pienso que se ganaron 24 horas—.

Justo cuando la mirada de Dom se desvió hacia la bóveda, Hobbs habló, avisándoles de que no podían llevarse la bóveda.

Obviamente, no sabían que no estaban viendo la verdadera.

—Yo aprovecharía el tiempo. Para pelear con los demonios en su interior—,aconsejó Hobbs.—Porque mañana, los voy a encontrar—.

Brian sonrió mientras asentía, alejando a Dom con él.—Nos pondremos en camino, entonces—,afirmó, caminando hacia su auto.

—Mantén a Julia cerca y cuida bien de ella—,añadió Hobbs.—Es una buena chica—.

Dom miró al otro hombre a los ojos, asintiendo con la cabeza mientras apreciaba la genuina preocupación que tenía por la más joven de su equipo.

—Toretto, nos encontraremos—.

Dominic Torreto sólo soltó una risita, mirando al suelo antes de encontrarse con la mirada de Hobbs, encogiéndose de hombros con indiferencia.

—Ya veremos—.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top