𝐄𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝
Advertencia: Está historia contendrá spoilers muy importantes para la trama de Tokyo revengers, si aún no estás al día con el manga ya está advertido. Los personajes no son míos son propiedad de Ken Wakui.
Creía que tal vez en algún momento podría superar el dolor que le causaba todo, Kazutora, Baji, Mikey.... Emma.
Creyó en algún punto de su miserable vida volver a ser feliz.
Pasó por su mente salvar a Mikey, y vivir una vida tranquila junto a él.
Esperando que llegue su hora de irse de aquel mundo porque francamente estaba cansado...
Esperaba con muchas ansias volver a encontrarse con su amada, y tal vez en alguna otra vida podría casarse con ella y tener un final feliz como en los cuentos de hadas.
Que estupidez.
En cambio lo único que hizo fue correr lo mas rápido posible para que no le pase nada a su amigo.
— Te lo agradezco mucho Draken.- Agradeció Takemichi aún aturdido por todo lo que había pasado.
—Claro...- Contestó suavemente tratando de ocultar su dolor, pateó el arma que yacía en el suelo.— Tienen agallas para atacar con armas tan peligrosas.— Susurró para si mismo.— Quizá Mikey lo veía venir...
—Manténlo entre nosotros pero justo ahora puedo predecir el futuro.—Le contó Takemichi seriamente.
Este quedó atónito pero sonrió al instante.
— En ese caso estoy contento.— Formuló con una dulce sonrisa, la cuál poco a poco estaba empezando a cansarle.
— ¿Draken?
¿Quería tener un final feliz con su amada pero ni siquiera podía salvar a su amigo? Que inútil era.
— Takemichi, Porfavor... Dile a Mikey esto...— Entonó levemente, se quedaba sin aire, su vida se estaba yendo poco a poco.
— No causes muchos problemas...— Y dicha esa frase el mayor se derrumbó contra el suelo. Había recibido tres balas en su cuerpo, era imposible que sobreviva.— Ya hice todo lo que pude...— Trató de animarse pese a estar muriéndose en esos instantes.
El único lado bueno que encontraba era que tal vez pueda rencontrasrse con Emma...
Su amada Emma.
Sonrió con esperanza siquiera de pensar aquello, que le tomó un tiempo darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
Escuchaba gritos de Takemichi.
—Entiendo... Estoy muriendo...— Susurró vagamente.
— ¡De que estás hablando! — Contestó desesperado Takemichi sin parar de llorar.— ¡No digas cosas como esas, tu eres Draken!— Trataba de animar a su amigo agonizando.— ¡Senju fué a por una ambulancia, estarás bien!
— No es tu culpa.— Murmuró el tranzado con un pequeño hilo de voz.— Nada de esto paso porque volviste al pasado, fue por mi voluntad propia.— Confesó.— Tú salvaste mi vida, así que yo arriesgaré mi vida por ti.
Le dedicó una sonrisa comprensiva, dándole el ánimo de seguir adelante y que no sé quede estancado con él. Esperaba que Chifuyu y sus amigos no lo culpen.
“Lo siento Mitsuya, sé que cumplirás tus sueños.”
Takemichi veía desesperado como su amigo perdía la vida poco a poco, sin poder hacer nada, se sentía un completo inútil.
— Sabes... Es una pena que Mikey nunca haya experimentado la derrota.— Takemichi lo miró con duda.— Realmente admiraba a ese chico, la forma en que cargaba con todo el peso en su espalda y aún así era capaz de todo, estuve con él todos estos años.— Recordó los momentos que pasó con él, sonriendo en el proceso. —Por eso debería poder haber hecho algo para ayudarlo...
— Draken...— Sollozó.
— ¿Puedo hacerte un pedido tonto?
— Sí.
— Takemichi, porfavor, cuida de Mikey.— Suplicó con lágrimas que desbordaban de por sus párpados.
Su mente se llenó de los recuerdos felices que tuvo en su pasado, TouMan fue su familia.
— Voy en camino Emma...— Musitó con melancolía, la extrañaba demasiado.
Los ojos del chico se empezaron a cerrar poco a poco.
Y finalmente en Junio del dos mil ocho murió Ken ryuguji, más conocido como Draken el sub-capitán de al TouMan a sus diecisiete años con una sonrisa en la cara.
Despertó en un bello campo de flores de distintos colores y de variados aromas. Miró a sus costados confundido y divagando a lo que tal vez sería su muerte.
Lo único que se acordaba eran los gritos, el sonido de la ambulancia y las lágrimas de Takemichi cayendo por su rostro.
Se levantó y caminó unos cuantos metros, notando el cielo pulcramente azulado, con esponjosas nubes decorados en él.
Y a lo lejos notó una pequeña silueta que reconocería en todas partes, abrió sus ojos sin creerse lo que veía.
— Emma...— Los ojos del chico empezaron a cristalizarse— Emma...— Empezó a correr tratando de alcanzarla, la chica se encontraba de espaldas, lucía un bello vestido blando con sus pies delcalzos sobre el pasto, está se encontraba mirando el firmamento.— ¡Emma!
Corrió lo más rápido que pudo hacía ella, la chica de ojos miles seguía observando el hermoso cielo azul.
Draken la observó de espaldas.
— ¿No te parece hermoso?— Preguntó aún de espaldas señalando al cielo.
Este quedó aturdido mirando a la hermosa rubia, estaba tan arrepentido por nunca poderle haberle dicho todo lo que sentía, quería decirle sus sentimientos, quería decirle lo mucho que la necesitaba.
Lo mucho que la amaba.
La chica rio suavemente al notar que como el más alto no había prestado atención a su pregunta.— Fuiste muy fuerte Draken...— Emma se volteó para verlo dulcemente, con todo el cariño del mundo, sonriéndole con su lindo y precioso rostro. — Llegaste muy pronto.— Confesó moviéndose hasta quedar más cerca del trenzado.
— Esperé más de lo que debía.— Contestó sin evitar soltar algunas lágrimas.
Por fin estaba con ella.
Sus cabellos dorados sueltos viéndolos ondearse con el viento mientras sus hermosos orbes mieles lo miraban con tanta dulzura y sus mejillas teñidas de rosa.
Era tan hermosa.
La chica entrelazó su mano con la Ken. Se sentía verdaderamente feliz de verlo nuevamente.—
Te amo tanto. — Soltó, sin vergüenza alguna, feliz de por fin poder decirle todo lo que sentía, ahora tendrían mucho tiempo para ellos.
Ahora Draken descansará.
El chico rompió en llanto y abrazó con fuerza a la rubia, tenía tanto miedo que todo fuera un sueño, que su subconsciente estubiera jugando con él, como ya muchas veces había pasado.
Su voz, cara, su olor, todo era igual.
— Yo también te amo tanto, más de lo que te imaginas, de verdad te extrañe...— Confesó entre susurros ahogados.
La rubia acariciaba su espalda lentamente, tratando de calmarlo.
— Lo sé, sufriste mucho ¿No es así?- Entonó tristemente.— Gracias por querer salvar a Mikey
El chico se aferró más a Emma y está miró con cierta tristeza.
— No pude salvarlo... Perdóname, de verdad lo intenté... Pero fuí un completo inútil, ni siquiera pude salvar a mi amigo...
— No eres un inútil. — Se separó de este para que la mirará, empezó a acariciar su mejilla tiernamente, sus pulgares secaron sus lágrimas con una bonita sonrisa dibujada en su rostro.— Hiciste un muy buen trabajo Draken, ahora podrás descansar, haz pasado por mucho, amor. — Su voz resonó con eco suavemente y besó con cariño su frente.
Draken por primera vez en años se se sintió como si pudiera ser él mismo, algo que nunca siente que pueda hacer si no estaba con Emma.
Sin apartarse de la hermosa rubia empezó a llorar desesperado, como si de un niño pequeño se tratace.
Emma solo sonría con cariño, acariciando su torso, entendiendo perfectamente todo.— Está bien, Draken, todo estará bien, ahora puedes estar tranquilo, llora, llora todo lo que quieras.
Draken se aferró más a ella, y así estuvieron por unos cuantos minutos, Emma solo lo acariciaba, sin juzgarlo por nada.
Emma al percatarse de que el azabache ya estaba más tranquilo lo separó y le dió un casto beso en su frente, brindándole todo su cariño y amor.
Entrelazó sus manos con las del trenzado nuevamente y empezó a llevarlo hacia el verdadero paraíso. Dónde ambos podrían estar juntos por siempre, sin preocupaciones y tranquilidad, como se lo merecían desde hace mucho.
Ambos se amaban y sufrieron mucho esperando volver a reencontrarse y ahora por fin pasaría.
Se amarían para toda la eternidad.
¡Espero que este pequeño one-shott les haya gustado!
La verdad me dió bastante tristeza escribir esto ya que tal vez Draken si sobreviva y la verdad siento que el ya debería descansar, ya sufrió bastante </3
¡
Nos leemos luego!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top