Capítulo 44 |Tranquilidad.
|Bien dicen que lo que te quitan, se compensa algún día|
━━━━❰・🍚・❱━━━━
—Hola... —dice la ojiazul sin mirarme y meciendo los pies, enfocada en los ciudadanos que van y vienen, ajenos a nosotras. Y lo agradezco realmente.
—Hey —respondo un poco tensa, viéndola de reojo.
En nuestra fase de heroínas, llevamos... ¿semanas? sin hablarnos directamente, es decir, sí hemos intercambiado palabras, pero no como una charla de amigas, sino como dos desconocidas que se ven forzadas a inquirir algo ya que están envueltas en un mismo embrollo: cuidar la ciudad. Yo no le había dicho nada ya que sé que, quizás, entre las dos ya no vuelva a ser lo mismo desde su confesión, pero no me había preocupado tanto ya que en su faceta normal se sigue mostrando como siempre; con su usual carácter fuerte y orgulloso.
¿Debí buscarla antes? ¿Pero qué lo hubiera dicho? ¿"Hey, sé que sientes cosas por mí y yo sí terminé enamorada del saltamontes como mencionaste, pero meh, hagamos como si nada"? Ugh, no.
—Yo..., bueno, quería decirte algo desde hace unas semanas, pero no sabía cómo —comenta Videl y se gana mi completa atención. ¿Qué será?
—Adelante, dime —apoyo y sonrío levemente detrás de mi cubrebocas, gesto vano ya que no lo puedo ver.
—Sé quién eres —afirma entre seria y... no sé, no logro descifrar del todo su rostro. Es difuso.
Oh-oh.
—Imposible, yo nunca... —me niego rotundamente, echándome atrás y queriéndome dar un ataque de risa nerviosa.
—Sé que eres Inoue Yuzuki, mi compañera de segundo año —confirma segura, interrumpiendo mis palabras.
No, imposible, simplemente no, ¡yo jamás me dejé en evidencia como Gohan! ¡Yo siempre fui precavida en todo lo que hacía! ¡He estado todo este tiempo evitando dejar huellas de quién era! ¡¿Cómo demonios va a saber que detrás de este disfraz me encuentro yo?! ¡¿El saltamontes se lo habrá dicho?! ¡Porque si es así, no sabe lo que le espera, yo...!
—... ¿Cómo? —Susurro alterada. Me hubiese negado, pude haber actuado burlona y decirle que no, pero sé que no me va a funcionar: Videl parece completamente convencida y tengo más que presente lo perspicaz que es.
Maldición, ¡joder! ¡¿Por qué me pasan estas cosas?!
—Tuve sospechas después de que me rechazaras... —suspira pesadamente, jugueteando con su pelo tan azabache como el mío—, es decir, Gohan... se comporta diferente cuando está contigo, y lo supuse normal ya que está enamorado de ti y más ahora que son pareja, pero... también se portaba con mucha naturalidad cuando estás así, cuando eres la chica encapuchada —aclara sonriendo ladina, tensándome más. ¿Tan obvios fuimos? Sé que se han corrido rumores de que entre el Gran Saiyaman y la chica encapuchada hay algo (cosa que no es mentira), pero igual, ni él ni yo hemos sido demasiados expresivos cuando estamos en nuestro alter ego—. Tú antes te mostrabas reacia con eso y ahora incluso le sigues el juego, y justamente eso empezó a pasar después de que te dijera que él gustaba de ti.
Voy a matar a Gohan y de paso a mí misma, agh.
—P-pero igual, con eso tú no podrías... —excuso. Sé que hay algo más.
Sí, quizás eso la hizo sospechar, pero es imposible que hay hecho todo una conjetura con solo esa pequeña información. Hay gato encerrado y es más que obvio.
—Sé lo de tu hermano también —me vuelve a cortar, pero con expresión tímida, como si no hubiera querido tocar ese tema que es bastante delicado para mí. Si ya estaba alterada con que supiera mi identidad, ahora ya no sé ni qué demonios—, fue eso lo que me confirmó todo de hecho —me quedo en silencio, sin saber qué decir y ella parece entenderlo ya que prosigue—: Yo..., perdón por haberme entrometido en cosas como estas, nunca creí que..., b-bueno..., ya sabes...
—¿Cómo lo supiste? —Cuestiono con tono cortante, manteniéndome cabizbaja. No me gusta hablar de ese tema, nunca me ha gustado.
No sé si molestarme o asustarme por el hecho de que haya descubrido eso, el tema de mi hermano.
—Por los expedientes de la policía —aclara con una sonrisa avergonzada.
Ah, cierto, que es hija de Míster Satán...
—Pero igual, ese caso quedó inconcluso, y más con la muerte de... ese imbécil —sé que mi voz sonó entre despectiva y dolorosa, pero me da igual. Siempre me da rabia y tristeza mencionarlo—. De igual manera, aún teniendo toda esa información, ¿cómo pudiste discernir mi identidad? No me trago el cuento de que lo intuiste porque todo sucedió en tiempos muy distantes —me quejo y cruzo de brazos, denotando que no me voy a conformar con una explicación pequeña, expectante a su respuesta.
—Lo sé —suspira y percibo que sonríe con cierta tristeza—. Comencé a sacar mis teorías en base a que se me hizo muy raro que una heroína que la ciudad admiraba se le echara encima a un delincuente y lo mandara gravemente herido al hospital, es decir, ese tipo de rabietas no se dan porque sí, debía de haber algo más a fondo que los ciudadanos de aquí no entendieron y solo se limitaron a juzgarte —mordisqueo con fuerza mi labio al escucharla, apoyándola. Es verdad, todo mundo me juzgó y nadie siquiera se dignó a preguntarme si estaba bien, las razones de mi actuar. No, solo me tacharon de una delincuente disfrazada de heroína—. Me puse a investigar hace unas semanas y me di cuenta que, meses antes de eso, hubo un delito en un banco que fue protagonizado por él, justo donde hubo un muerto; un estudiante de preparatoria. Y precisamente ese caso nunca fue concluido...
»Entre los expedientes, me di cuenta de que la familia afectada se apellidaba Inoue... y... vi un afiche tuyo de cuando tenías trece años, así supe que era tu hermano mayor —se detiene a tomar aire, como ordenando sus ideas para continuar—. Curiosamente, unas semanas después de ese incidente, apareció una chica encapuchada que salía de vez en cuando y derrotaba a los malhechores..., y todo bien hasta allí, pero de repente, esa misma heroína que muchos idolatraban, se volcó sobre ese mismo delincuente en particular, no sobre sus aliados, sino sobre él... y creo que ya te sabes la historia de allí en adelante. Fue así como sospeché de ti y tú me lo confirmaste ahora... —termina de relatar mientras aplana sus labios, dirigiendo su mirada al cielo azul y despejado que hay hoy.
—... Vaya que no te juzgué mal al pensar que eres muy astuta —comento después de haber digerido toda la información, un poco sorprendida—. Eres sorprendente, Videl —alabo con sinceridad, sonriendo sin poder evitarlo.
Al menos me siento orgullosa de saber que se tuvo que romper la cabeza para descubrirme, a diferencia de Gohan: con él le fue mucho más sencillo.
—Gracias —dice con fingido tomo superior y me echo a reír, gesto que ella me sigue. Me alegra que sea Videl quien haya logrado revelarme y no alguien más—. Por cierto —exclama y se vuelve a ganar mi atención—, no te lo dije en ese entonces, pero... nunca creí todos los rumores de ti, tampoco te taché de asesina o algo. De hecho, te admiré mucho más después de todo ese revuelo que hubo —de acuerdo, esa confesión no me la esperaba para nada (aunque, en sí, no me esperaba nada todo lo que ha salido de su boca hoy), yo siempre creí que ella me odia...—. Plantaste la cara delante de todos y nunca mostraste flaquezas, tampoco huiste, te aguantes todas las cosas que te dijeron con la frente en alto, y más cuando apareció el Gran Saiyaman.
Se me hace sorprendente que me diga algo así, es decir, antes parecíamos perro y gato, nos atacábamos verbalmente y una vez (poco después de que apareciera Gohan con su ridículo traje) nos andábamos yendo a los golpes por una discusión estúpida que tuvimos. Ah, qué recuerdos aquellos.
—Wow..., yo... no sé qué decir... —susurro ahogadamente, sintiendo algo removerse en mi interior tras oírla—G-gracias.
Se siente tan bonito que te halaguen así, aunque sigo sin estar para nada acostumbrada. Me cuesta bastante y no sé cómo recibirlos.
—Gohan es muy afortunado... —murmura con una sonrisa melancólica y sin mirarme, haciéndome salir de la burbuja en que estaba sumergida.
¿Qué demonios se supone que se dice en situaciones así?
—Por supuesto que es afortunado al tenerme, je; soy única en mi especie —me jacto con altanería, cruzándome de brazos; estoy intentando romper la tensión repentina que se formó.
En realidad, es al revés. O al menos así lo siento. Pero claramente no lo voy a admitir en voz alta, ugh.
—¿No estás molesta por haber invadido tu privacidad? —Se atreve a preguntar Videl mirándome con cierta preocupación, ligeramente nerviosa.
—Debería estarlo —inquiero descruzándome de brazos, un poco seria—..., pero no, no estoy molesta. Confío en ti, sé que no dirás nada al respecto —admito en un suspiro y me quito el cobrebocas ya que me harté de usarlo. Igual, ya sabe mi identidad, no importa que me vea.
—¿Todo bien entonces? —Indaga ella colocándose de pie al fin, tendiéndome su mano derecha con una sonrisa.
—Todo bien —concuerdo elevando los comisuras e hirguéndome también, correspondiéndole el gesto en son de paz.
—Bueno, me tengo que ir, dejé tirados a Iresa y Shapner por buscarte —exclama y no puedo evitar reír, negando suavemente con la cabeza—. Nos vemos, Inoue Yuzuki.
—Hasta luego, Satán Videl —me despido mientras sacudo un poco mi mano y ella se echa a volar, desapareciendo de mi campo de visión a los segundos; vaya que ha mejorado su técnica de vuelo en estos meses.
Me vuelvo a sentar en el piso ya que aún es temprano y mis padres no han llegado a la casa, así que prefiero irme cuando sea la hora de la cena para esperarlos; pese a que tienda a ocultarlo, no me gusta estar en mi hogar en soledad. Y falta para eso.
Me quedo absorta en en cielo, tratando de hallarle formas a las nubes; tal y como lo hacía de niña.
No sé cuánto tiempo pasa, pero logro ver a la distancia una mancha verde que se aproxima hacia donde estoy y la identifico rápidamente sin siquiera usar el ki. Bueno, no todos los días los humanos aprenden a volar de la nada, ¿verdad?
—¿Me estuviste esperando, Yuzu? —Cuestiona con cierto tono divertido cuando aterriza en el edificio, acercándose y tomando asiento a mi lado al tanto que se quita el casco, dejando su rostro y cabello al descubierto.
—Nah, solo estoy matando tiempo aquí —respondo con sinceridad, encogiéndome de hombros y sonriéndole de lado—. ¿Qué te dijo tu asesor?
—Nada importante, ya sabes, cosas de la universidad y así —murmura vagamente el saltamontes—. No creo que quieras que tengamos una plática en torno a eso.
—Touché —le doy la razón y termino por tomar una bocanada de aire y recargarme en él. Es cómodo.
Creo que es de las pocas veces que agradezco ser bajita ya que puedo usarlo de recargadera sin la necesidad de doblarme o algo así.
Gohan no reniega y termina por acortar los poco centímetros que nos separaban, apoyándome más contra él y abrazándome. Al inicio me resultaba incómodo, pero ya me he acostumbrado lo suficiente a su tacto y su presencia rondando a mi alrededor. El día de hoy, al igual que el clima, es tranquilo pese a todo.
Es curioso pensar que hace un par de años atrás hubiera sentido hasta asco y vergüenza de mí misma al verme así, con mi novio que terminó siendo el que antes juré desenmascarar y derrocar como si no fuera poco. Cómo cambian las cosas con solo la intervención de una persona en tu vida, ¿no?
Ninguno de los dos sabemos qué es ser novios en sí ni nada de esas cosas, pero mientras que confiemos en el otro y nos entendamos, supongo que todo está bien.
━━━━❰・🍚・❱━━━━
–Kskdkska, y sí, este es el final. Igual, ¡nos vemos en el epílogo ya que tengo un par de noticias que darles! <3
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top