Capítulo 41 |Esferas del dragón.

|Después de la lluvia, viene la calma|

━━━━❰・🍚・❱━━━━

Yuzuki ya es mi novia, Dios, sigue sonando tan irreal que me cuesta creerlo; sinceramente no pensé que esto se terminaría desenvolviendo de esta manera, mucho menos que fuera la misma Inoue quien diera el paso.
Aunque, en realidad, no sé por qué me sorprende tanto ese hecho ya que tengo más que presente que, por más que lo intento, ella es bastante impredecible para mí. Y eso me gusta de alguna manera ya que siempre me sorprendo estando a su lado y conozco nuevas facetas en ella, como por ejemplo la que en este último tiempo me ha estado mostrando: una más tímida.

Han pasado un par de semanas desde que, podría decirse, formalizamos y estamos saliendo como algo más. Y ahora estamos aquí, en el acostumbrado edifico que ambos terminamos por pasar las tardes que tenemos libres; aunque desde antes nos ha gustado este lugar y ha sido como nuestro sitio de alguna forma.
Hace unos minutos terminamos por vencer a unos malhechores que intentaron extorsionar a una joyería, por lo que aún seguimos vestidos como nuestros alter egos.

Me gusta pasar tiempo con ella.

—¿Las esferas del dragón dices? —Pregunta curiosa, ladeando su cabeza a mi dirección, bajando su cubrebocas y reiterando lo que antes le platiqué.

—Sí, mi papá las va a recolectar a partir de mañana —comento desajustándome el casco y quitándomelo; no me preocupa tanto que me miren ya que es imposible que me identifiquen gracias a que estamos en el edificio más alto de la ciudad, por lo que no corro riesgo.

—¿En serio ya pasaron los seis meses? —Susurra más para ella misma que para mí, haciéndome sonreír por eso.

—Ya, ya transcurrieron los seis meses de espera —confirmo y termino acercándome más a Yuzuki, colocando mi brazo derecho en su hombro, apegándola contra mí.

Noto que cómo se estremece y se ruboriza un poco, enterneciéndome. Me gusta esta faceta un tanto tímida que ha mostrado desde que comenzó a surgir esto, es... linda simplemente.

—Pasó rápido estos meses entonces —murmura y noto que me mira de reojo para después clavar su vista en el suelo que yace a muchos metros de distancia.

—De hecho —afirmo en un suspiro. Quedamos unos breves momentos en silencio, aunque el ambiente es bastante tranquilo—. Por cierto, quería invitarte a que nos acompañaras.

—¿"Acompañaras"? ¿Vas a ir con tu papá acaso? —Pregunta sorprendida, depositando al fin su mirada en mí completamente.

—Sí, voy a acompañarlo para juntarlas más rápido.

—¿En dos días serán suficientes? —Indaga arqueando una ceja. Sé que ella sabe que son 7 esferas y que están regadas por todo el mundo, eso sin contar también que conoce un par de anécdotas de estas mismas.

—Si somos tres será más fácil —exclamo en un intento de persuadirla más, viendo cómo sonríe y niega un poco con la cabeza.

—De acuerdo, pero tienes que pedirle permiso a mis padres para que los acompañe —inquiere con una sonrisa ladeada, recordándome de la primera vez que me presenté con ellos para arrastrar a Yuzuki conmigo en los entrenamientos hace meses atrás.

—Ya lo hice una vez antes, no creo que sea tan difícil ahora —resto importancia, sacudiéndole su cabello un poco, viendo cómo ella solo suelta una maldición por lo bajo—. Además, tu papá ya me aceptó.

—Sí, pero como mi amigo, pero tú ya no... —dice burlona al inicio, pero su rostro rápidamente cambia, tiñéndose un tanto de rojo, extrañándome de momento hasta que caigo en cuenta de a lo que se refirió.

Oh, cierto, a pesar de llevar saliendo en este tiempo, no hemos hablado con nadie de esto, de hecho, ni entre nosotros lo hemos platicado.

—B-bueno, pero igual, no va a ser tan difícil —intento cambiar de tema para no incomodarla; aún si me aceptó, sé que le cuesta un poco el cambio.

—Sí, bueno, no creo que le agrade tanto el hecho de que su hija pase un fin de semana entero con un chico de 18 años a solas —habla cruzándose de brazos, observándome con una ceja arqueada.

A veces me olvido de que nos llevamos casi dos años, es decir, Yuzuki tiende a ser un poco más madura para su edad en varias ocasiones.

—Pero mi papá va a estar presente —reprocho un tanto avergonzado por lo que dijo, colocándome de pie y tomando mi mochila del piso.

—Si tú dices que va a ser fácil, bueno, lo dejo a tu criterio, saltamontes —canturrea encogiéndose de hombros, sonriendo con lo que identifico burla y cierta lástima.

Oh, vamos, su papá ya me debió coger cariño después de todo este tiempo..., ¿verdad?

—Vamos a tu casa entonces —pido y ella solo ríe y niega con la cabeza mientras toma sus cosas, gesto que logro interpretar fácilmente como entre resignada y divertida, logrando hacerme sonreír.

Ojalá y esto no sea tan complicado.

▶▫▪♡▪▫◀

Al final sí logré conseguir el permiso del padre de Yuzuki; me costó un poco, pero lo obtuve gracias a que la madre de ella fue la que lo convenció de que no le iba a pasar nada, de que dejara de sobreprotegerla.
Así que en estos momentos estamos aquí, en medio de un bosque y en el occidente si mal no me equivoco. Logramos juntar las esferas del dragón en menos de dos días —hoy es domingo por la tarde—; hubiéramos tardado menos, pero Yuzuki estuvo bastante emocionada por estar viajando por todo el mundo y nos estuvimos deteniendo a observar ciertos lugares que le gustaron; aunque valió la pena. Me gusta verla feliz.

Fue bastante entretenido esto.

—Nunca has visto a Shen Long, ¿verdad? —Me atrevo a preguntar, sabiendo casi a leguas su respuesta.

—Te recuerdo que antes no sabía nada de tu estilo de vida, idiota —gruñe rodando los ojos y cruzada de brazos, obvia.

Tengo una novia tan linda.

—Bueno, es como un dragón gigantesco; es verdaderamente majestuoso —le comento recordando la primera vez que lo vi, sabiendo lo impactante que puede ser.

Sé que le va a gustar, después de todo, estas cosas que ella antes clasificaba como increíbles e irreales le han fascinado.

—¿Tanto así? —Indaga con un gesto ligero de incredulidad, haciéndome sonreír de manera instantánea.

—Tanto así —confirmo riendo, sacudiéndole su cabello y adelantándome para buscar a mi papá guiándome por su ki.

Dijo que iba a pescar para que los cocináramos y comiéramos, que lo esperáramos, pero ya ha pasado un rato desde eso y está empezando a anochecer más rápido ya que el clima de hoy es nubloso. Veo que el cielo se ilumina momentáneamente y después se oye un trueno, logrando que el piso tiemble un poco. Quizás llueva.

—E-espera —pide casi con súplica y me sorprendo mucho más cuando siento que se engancha a mi brazo, cabizbaja.

—¿Le tienes miedo a los truenos? —Cuestiono entre un poco incrédulo y enternecido. En todo este tiempo que nos conocemos, nunca había visto que ella le tuviera pavor a algo.

—¡P-por supuesto que no, la gran Inoue Yuzuki no le tiene miedo a nada, idiota! ¡¿Cómo te atreves a pensar que tengo una debilidad, eh?! —Inquiere y en el momento en que lo dice retumba la tierra, logrando que ella se sobresalte y se pegue más a mí, temerosa.

Linda.

—Por supuesto, la gran Inoue Yuzuki es toda una temeraria, ¿cómo es que siquiera me atreví a pensar lo contrario? —Me burlo y siento de inmediato cómo me empuja con enojo, desbalanceándome un poco por lo brusca que fue, haciéndome reír.

Mi vida no sería lo mismo sin ella, no me cabe dudas.

—¡Calla y camina, maldito saltamontes de quinta! —Exige y noto que está levemente ruborizada a pesar de la oscuridad, quizás por la vergüenza o por la furia, no lo sé.

Sin más, termino por entrelazar nuestras manos y noto que quiere quejarse, pero es acallada por otra voz.

—Apenas los venía a buscar, chicos —exclama mi papá apareciendo de la nada frente a nosotros gracias a la teletransportación, sacándonos de nuestra burbuja.

—¿Vamos a cenar o a invocar al dragón ese? Porque me muero de hambre —comenta Yuzuki con una mueca y tocando su estómago, mirando a mi padre con cierta súplica, quien solo sonríe.

—¡Es más que obvio que vamos a cenar; la comida es primero! —Responde mi papá y solo niego con la cabeza con una sonrisa, acostumbrado.

—¡Andando entonces porque hace hambre! —Dice la Inoue emocionada, jalándome ya que no se ha soltado de nuestro agarre.

Por mucho tiempo no entendí por qué la gente catalogaba al amor como un sentimiento que, a pesar de que también es doloroso, es bonito, que es algo inexplicable, que te cambia, que te hace ser mejor persona, que te hace sentir pleno y feliz. Lo vi como algo sumamente lejano por mucho tiempo. Pero ahora lo comprendo, ahora entiendo qué es lo que se siente al estar con una persona que es sumamente especial en tu vida, compartir momentos a su lado, hacer memorias quizás eternas.
A pesar de que nos conocemos desde hace casi dos años, a pesar de que podría ser catalogado por poco tiempo, simplemente me es difícil volver a imaginar mi vida sin sus ocurrencias, sus locuras, sin su humor y carácter. Sin ella en general.
Creo es la indicada en verdad.

Aunque tengo miedo de que esto llegue a acabar algún día.

▶▫▪♡▪▫◀

Shen Long ya fue invocado y por fin toda la humanidad ajena a las cosas "anormales" ha olvidado el suceso de Majin Buu, así que todo va a regresar a la normalidad. Yuzuki se maravilló cuando vio al gran dragón, fue tierno verla así.
A pesar de que la misión ya está cumplida, mi papá decidió ir por unas cosas, sumergiéndose en el bosque, y nos dejó a mí y la Inoue aquí, en la fogata improvisada que se hizo para asar los pescados, a solas.

Ahora solo falta ir a dejarla a su casa e ir a descansar.

—¿Crees que sea conveniente faltar mañana a la escuela? —Pregunta ella mientras contempla la luna que yace iluminando el cielo y que se deja ver cada tanto ya que las nubes la cubren.

Realmente me siento dichoso de poder verla de estar forma.

—Tal vez, es decir, vas a terminar bastante cansada después de esto ya que no estás acostumbrada —explico con cierta preocupación; conozco lo obstinada que es Yuzuki.

—No me subestimes, saltamontes —gruñe mirándome ceñuda.

—No te estoy subestimando, tengo más que presente que eres muy fuerte, pero no quiero que te enfermes por sobre esforzarte, Yuzu —aclaro con sinceridad y coloco mi mano derecha en su cabeza

—Cursi —murmura y me logra hacer sonreír divertido—. Además, yo no soy enfermiza —se jacta aplanando sus labios, aún con el entrecejo fruncido.

—¿Sabías que los saiyajin se enferman pocas veces, pero que puede ser bastante fuerte una infección cuando te da? —Cuestiono y noto un tanto de curiosidad en su mirada, pero después la desvía al cielo.

—Yo no soy saiyajin... —susurra enfurruñada.

—No nos consta el que no lo seas, Yuzu —contradigo. Ella no lo quiere aceptar, pero realmente estoy seguro que tiene genes de esa raza, solo hace falta un examen para que se compruebe, examen que se negado a hacer.

—Ya te dije que no me interesa mi pasado, Gohan —objeta en un suspiro, recargándose en mi hombro, un tanto pensativa.

—Y me alegra que sea así, pero sabes que tu fuerza tampoco es normal —reprocho y veo cómo ella se contiene de maldecir, exasperada.

—Bah, da igual, ni siquiera puedo volverme rubia como tú o lo demás —refunfuña.

—Es un poco difícil conseguir esa transformación, Yuzu. A todos nos costó realizarla —me sincero con una sonrisa un tanto nostálgica, recordando la forma en que mi papá me logró llegar a esa fase.

—Pero Goten y Trunks se pueden transformar siendo unos niños, yo a su edad ni podía volar —reclama y me hace alzar las comisuras. Tiene un punto a su favor de alguna manera, pero no del todo.

—Ellos son una excepción, Yuzu, pero a mi padre, el señor Vegeta y a mí nos costó bastante —confirmo y mi compañera parece ya no querer seguir alegando el punto, por lo que solo asiente con la cabeza y se acurruca un poco más en mí; empieza a ponerse un poco más frío el clima.

Mi padre se está tardando.

—Aún sigo sin creerme del todo este mundo —comenta Yuzuki de la nada, observándome brevemente.

—¿Por qué lo dices? —Me atrevo a indagar, un poco confuso. Lleva conociendo este mundo, por así decirlo, desde hace meses.

—Es que... todo esto es... genial, casi irreal; si yo no tuviera el poder de volar o tener fuerza, pensaría que es un sueño o algo así —explica y después suspira al tanto que juguetea con su fleco.

—Pero esto es real, Yuzu —aseguro con firmeza, sonriendo un tanto. Supongo que para mí esto siempre fue normal, crecí de esta manera, pero Yuzuki no, ella se desarrolló como una humana más, creyendo que este tipo de cosas solo eran fantasía.

—Lo sé, pero sigue siendo sorprendente —alega y por fin me ve directamente, dejándome contemplar sus ojos grisáceos que me llamaron la atención desde que los vi naturalmente; sigo sin entender por qué antes, cuando aún no nos conocíamos en sí, usaba pupilentes azules.

Me gustan sus luceros.

Sin poder contenerme del todo, me termino acercando a ella, acortando las distancias. Los momentos de este tipo han sido mínimos, en parte por vergüenza mía y porque no quiero abrumarla ya que apenas se está acostumbrando, pero Yuzuki no se queja al ver que he invadido su espacio personal, al contrario, parece darme permiso, por lo que me animo a besarla al fin. Se me hace increíble que un gesto así, que antes encontraba vano, pueda causar un tumulto de sentimientos. Es inexplicable simplemente.

—Te quiero —confieso al separarme, viendo cómo el tono rojizo invade su rostro de golpe.

—¡N-no digas cosas así de la nada, saltamontes! —Chilla y siento cómo me empuja, abochornada, sacándome una sonora risa por lo adorable que fue su gesto.

—Chicos, ya deberíamos irnos, Milk nos va a regañar si tardamos más —interrumpe mi papá apareciendo por fin entre los arbustos y hojas de los árboles, comiendo una manzana que seguramente cortó de algún lado. Yuzuki es la primera en levantarse, tomando la mochila que trajo.

—Claro, papá —lo apoyo y también imito a la que ahora es mi novia.

Dios, ni yo puedo creerme que ya la puedo llamar de esa forma.

—Yo también t-te quiero... —la alcanzo a escuchar antes de que se aleje y por un breve momento siento mi pulso parar drásticamente y después acelerar brutalmente.

No me arrepiento de nada.

━━━━❰・🍚・❱━━━━

-Lindassj1

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top