Capítulo 25 |Problemas.
|El amor surge de poco en poco|
━━━━❰・🍚・❱━━━━
—Wow, en serio que eres buena aprendiendo, Yuzuki —me alaga Gohan al ver la esfera que tengo en el centro de mi manos y sonrío con suficiencia. Ja, por supuesto que iba a ser buena, no por nada soy la gran Inoue Yuzuki—. Ahora tira tu ki hacia ese cerro.
Hago lo que me pide y mi poder se estrella contra el tumulto de tierra, haciendo explosión allí y volando cierta parte del cerro. ¡Wuju! ¡Esto es más que genial!
—¿Qué tal estuvo? —Pregunto ansiosa girándome al que ahora es mi maestro; él alza su pulgar con una sonrisa orgullosa.
—En serio eres demasiado buena con esto, a mí me costó tiempo aprender a controlar mi ki y tú ya llevas grandes progresos en tan solo dos días.
Al oír sus palabras, me dejo caer al piso con agitación. A pesar de todo, me es muy cansado esta rutina: en estos dos días he sentido mi cuerpo agotado y me ha dado más apetito que el de costumbre, tanto que ayer en la tarde medio asusté a Gohan y su madre con mi apetito voraz.
Siento un leve golpe en la cabeza, haciendo que alce mi vista y me tope con una botella de agua y detrás a Gohan. La tomo y empiezo a beber agua, derramando un poco en el proceso por la desesperación.
—Videl viene en camino, así que hasta aquí lo vamos a dejar, después de que ella se vaya continuamos —comenta el Son acomodando un poco su cinta del gi que trae, acostándose a mi lado y observando el cielo azul con un par de nubes adornándolo.
Al oír su nombre, la duda que tengo desde hace dos noches vuelve a mí.
Videl lleva una semana aprendiendo a controlar el ki y literalmente yo lo hice en menos de dos días; ¡y eso que la hija de Satán hizo una esferita pequeña a diferencia mía! Sí, estoy casi segura de que soy más fuerte que ella, pero eso lo raro aquí: ella lleva entrenando desde muy pequeña y yo nunca practiqué artes marciales seriamente. Entonces, ¿cómo demonios es posible que yo sea más poderosa?
—Gohan —me acuesto a su lado, evitando tener más contacto con él del debido. Él solo me mira con intriga—, ¿cómo dijiste que se llama tu raza alienígena?
—Yuzuki, yo soy humano también —me corrige soltando una risita—. Pero se llaman saiyajin, ¿por qué?
—Ah, solo tenía curiosidad —contesto y suelto un suspiro, apreciando el cielo que está a kilómetros de distancia.
—¿Sabes? Quería comentarte algo —exclama y me volteo hacia él, quedando acostada de medio lado—. ¿Tú crees que eres una humana completamente?
Esa pregunta hace quedarme en blanco. Sí, he reconsiderado que no soy normal, nunca lo he negado, incluso esa persona me hizo alusión a ello cuando le comenté sobre mis hazañas al volar, ¿pero no ser humana? Yo solo me replanteé el hecho de que quizás algún dios en las alturas me había bendecido con poderes y que después iba a tener que salvar el mundo o algo así. Ya saben, ver muchos animes y películas de súper héroes hacen daño.
—Supongo... —murmuro no muy segura, mordisqueando mi labio internamente.
—Yuzuki, uh, bueno... —exclama al tanto que se sienta, dando un aspecto de estar nervioso—, en varias veces reconsideré el hecho de que fueras como yo: una saiyajin —tras escuchar su teoría, no puedo evitar reír de buena gana—. Hablo en serio.
—Gohan, no es por nada, pero yo no puedo hacer que mi cabello sea rubio ni tengo la fuerza que tú tienes. Además, ¿no dijiste que tu padre y el señor que tiene nombre parecido a una verdura son los únicos de raza pura? Es ilógico que sea como tú o ellos.
—Según lo que dijo el señor Vegeta, sí, pero... quizás se equivocó —hago el amago de contradecirlo, pero él me hace un gesto de que guarde silencio—. Yuzuki, tu fuerza supera al de un humano ordinario a pesar de que nunca entrenaste, comes igual que yo —¿qué? ¿Eso cuenta como punto a su favor?—, se te facilita el aprender nuevas técnicas, aprendiste a volar por tu cuenta a pesar de que nadie te enseñó, además..., no te pareces a tus padres físicam...
—Sé que soy adoptada —lo corto de golpe y este me observa anonadado—. ¿Qué? Ellos me sacaron del orfanato cuando tenía seis años, imposible olvidarlo.
—Wow..., yo, eh, no sabía...
—Lo sé —digo tranquilamente—; no es que no me guste hablar de ello, solo que..., no sé, supongo que no es algo que se lo grites a medio mundo como como si nada —él asiento con la cabeza, dándome la razón, y nos quedamos en silencio.
—¿Tuviste cola de pequeña? —Cuestiona intrigado y estoy a punto de tacharlo como loco, pero recuerdo algo de una deformidad que me contaron que tuve de pequeña.
—Padecí de cola vestigial* según me dijeron las cuidadoras del orfanato, pero poco sé del tema —contesto y acomodo un poco mi fleco, sentándome ya que me cansé de estar acostada.
—¿Te la quitaron?
—Sí, cuando me encontraron de bebé me hicieron la cirugía para extraerla.
—¿Y... no te gustaría saber si eres saiyajin? —Frunzo mi ceño, mostrándome un poco recelosa—. Bulma podría sacarte muestras y compararlas con las mías o las del señor Vegeta...
—La verdad es que no estoy interesada en saber si soy una extraterrestre o no sé qué demonios, estoy bien así; quizás mis padres no son los biológicos, sí, pero meh, para mí son mi familia y punto —admito y suelto un suspiro pesado—. Da igual si me entero que soy saiyajin o no, eso no va a cambiar mi vida ni nada por el estilo.
—Respeto tu decisión, Yuzuki, solo quería hacerte el comentario por si tenías curiosidad —dice y sonríe con cierta ternura, desconcertándome, y después se coloca de pie—. Bueno, creo que es hora de que regresemos, Videl está a unos minutos de llegar.
—Quiero aprender esa técnica para localizar a la gente, eh —le recuerdo al tanto que me levanto.
—Cuando aprendas a manejar completamente el ki te voy a enseñar, no seas impaciente.
—Yo te advertí que estreso con facilidad a mi instructores —reprocho y le saco la lengua.
—Lo tengo en cuenta, Yuzuki —habla divertido—. Bueno, andando —tras decir eso, emprende vuelo.
¿Seré saiyajin como casi asegura Gohan? Meh, no importa.
▶▫▪♡▪▫◀
Torneo de Artes Marciales, supongo que se saben de sobra lo que pasó, ¿no? Bueno, agradezco eso porque tengo una pereza tremenda de narrar lo sucedido, además, no creo que quieran leer varios capítulos sobre esto, ¿verdad? Yup, así que hagamos como que se los narré y continuemos.
Estoy en el templo de Kami-sama con los demás; Gokú, el esposo de Bulma y Satán están peleando con la maldita goma de mascar rosada, queriéndolo derrotar con el poder que están adquiriendo con eso de alzar las manos al cielo...
Ni idea de qué sea, lo único que sé es que todo esto es increíble; ¡los amigos de Gohan son geniales y fuertes! Lo supe —aunque en ese entonces no sabía quiénes eran— desde que vi la pelea de Gokú y del que ahora sé que se llama Piccolo; ¡y ni se diga de los Juegos de Cell!
¿Cómo demonios es que no me enteré de este mundo antes? Agh, es injusto.
Todos están preocupados, se puede notar a leguas, por la pelea que está habiendo en otro planeta lejano a este. A pesar de pedir las energías hace unos minutos, el ki de Gokú —así es, Gohan sí me enseñó cómo localizarlo— no es el suficiente para derrotar a Boo, Vegeta parece fuera de combate y Satán..., bueno, es Satán.
En otras palabras: estamos jodidos si no sucede un milagro.
Siento la presencia de Piccolo aparecer súbitamente en el templo, haciendo que salga de mi ensimismamiento y me gire hacia esa dirección, apreciando a ese hombre verde que tiene cara de..., eh, ustedes me entienden.
—¡Gohan! —Escucho el grito de Milk, quien parece entre enojada y con ganas de echarse a llorar, y siento cómo mi pulso empieza a acelerarse.
—Hola —escucho atrás mío esa voz que identifico casi de inmediato. Digo "casi" porque la oí más..., no sé, ¿varonil?
Oh, ahora sí que me va a pagar toda la preocupación que me hizo pasar este imbécil.
—¡Maldito estúpido! —Inquiero con furia mientras me volteo hacia él, dándole un rodillazo en su entrepierna. Gohan rápidamente se agacha por el dolor que le acabo de provocar al tanto que gime adolorido y termino por abrazarlo con fuerza, aferrándome a él.
¿Voluble? Quizás, ¡pero, hey! ¡Me tuvo todo este tiempo jodidamente preocupada y este imbécil no dio señales de vida por acá siquiera! ¡Es lo menos que puedo hacerle!
—Yo también te extrañé... —susurra y siento que me estrecha contra sí, haciendo que sienta sus músculos flexionar gracias al traje parecido al de su padre que trae, sacándome un estremecimiento.
Oh, eso fue varonil. Raro, es simplemente raro viniendo de un chico como el saltamontes.
Los susurros de los demás me sacan de mi burbuja, cayendo en cuenta que estoy delante de todos y que me están viendo —a excepción de Milk y Bulma, quienes están mimando a sus hijos menores—. Joder.
Sin más, termino de empujar a Gohan para que me suelte, lo cual hace desconcertado ante mi brutal cambio de actitud, mientras siento mi cara arder por la vergüenza, por lo que termino de desviar la mirada y actuar como si nada. ¡Yo no doy afecto en público! No, mejor dicho: ¡yo ni siquiera doy afecto!
—Yuzu... —intenta decir, pero lo interrumpo.
—Hablamos cuando termine esto —sentencio cortante, intentando centrar toda mi atención en la pelea que está habiendo.
Oh, y vaya que vamos a hablar.
━━━━❰・🍚・❱━━━━
*La cola vestigial es una deformidad sumamente rara del que se tiene al rededor de 100 casos reportados desde el siglo XVII. Tal cual insinúa su nombre, consiste de que salga una pequeña cola similar a la de un animal en la espalda baja.
Es algo así, ajdjaj.
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top