Capítulo 16 |Preocupación.

|La gente siempre será impredecible|

━━━━❰・🍚・❱━━━━

Gohan, no entres en pánico, no entres en pánico, no entres en pánico, ¡que no entres en pánico, caramba!
Inoue es inteligente, pero puede tomar tu labio lastimado como una simple coincidencia del montón, no debió relacionarlo con el Gran Saiyaman, ¿verdad? ¡¿Verdad?!
¡Dios! ¿Por qué me quiero engañar tan vilmente? ¡Ella ya debe de sospechar! ¡Fue muy obvia! ¡Dio claras señales que no debo de ignorar!

Incluso me... ¿tocó? ¿Abrazó? No sé cómo llamarle a su gesto, pero realmente fue sumamente extraño, jamás había hecho tal cosa ni había mostrado un ápice de cariño hacia mi persona, ¡ni siquiera con mi alter ego, en quien sé que confía más!
También me preocupa el hecho de que Videl me observó mucho tras ver mi herida y estoy casi seguro de que me va a tener en la mira. ¡Más idiota no puedo ser! ¡Debí haber buscado una semilla del ermitaño o siquiera me hubiera puesto una curita para disimular!

Estoy en problemas, en graves problemas.

El timbre de salida por fin se deja oír, por lo que la maestra permite que salgamos en orden. Prácticamente soy el primero en salir de lo rápido que me levanté y guardé mis cosas; no quiero cuestionamientos de Videl ni tampoco quiero toparme con Inou...

—¿Por qué tanta prisa? ¿Acaso estás ocultando algo de lo que no quieres que nadie se entere? —Escucho y técnicamente me tiemblo. Dios, ¡no, no, no! ¡No puede estarme pasando esto!

Me volteo y veo a Inoue recargada en la pared de mi salón, al lado de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa que identifico como burlona.
Oh, Dios, lo sabe, ¿no? ¡Lo sabe, ¿no?! ¡No, maldición! ¡No! ¡Ya me descubrió!
Mi pánico se transforma en vergüenza súbitamente al ver a algunos de mis compañeros cuchichear tras notar que una chica me vino a "esperar", una de primero para ser precisos; su calzado la delata.

—Uhh, Son, no pierdes el tiempo con las de menor grado —oigo el susurro de uno y después se echa a reír, alejándose.

Creo..., creo que ahora entiendo por qué Inoue no quería que la fuera a buscar a su salón.

Sin tener más opción, le hago una señal a mi compañera de primer semestre para que me siga y esta obedece al tanto que se encoge de hombros, aún con esa sonrisa que me está poniendo más nervioso.
Ya al estar lejos, más precisamente en la entrada de la escuela, es cuando me digno a observarla y caigo en cuenta de que trae puesto mi chaleco aún. ¿Realmente tiene frío y por eso lo tiene colocado?

—¿Po-por qué me fuiste a esperar? —Pregunto tenso, sabiendo casi su respuesta. Dios, realmente espero que esté equivocado, que todas mis suposiciones sean delirios a causa de mi pánico.

—¿Acaso no puedo ir a buscar a mi entrañable colega? —Inquiere con una sonrisa ladeada, poniéndose delante mío con cierto aire prepotente; es bajita, sí, pero vaya que luce imponente cuando así lo quiere.

¿Eso... fue ironía?

—Eh, bueno, sí, pero..., ¿p-por qué? —Vuelvo a insistir.

Que no sea lo que estoy pensando, que no sea lo que estoy pensando, que no sea lo que estoy pensan...

—¿Crees que este sea el lugar correcto para hablarlo, sal-ta-mon-tes? —Silabea acercándose más a mí, terminando por poner su dedo índice en mi pecho con una sonrisa triunfadora en su rostro además. Siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo por su gesto.

¡Maldición, lo sabe! ¡Lo sabe! ¡Actúa rápido, Gohan, que no te acorrale e intimide!

—¡Yo no...! ¡Te estás confundiendo de persona, y-yo no soy el Gran Saiyaman! —Me excuso de inmediato y me echo atrás, negando consecutivamente con mis manos.

—¿Ah, no? ¿Y entonces cómo sabes con tanta seguridad que le llamo saltamontes a él? Jamás se lo he dicho a nadie y tampoco hice hincapié de él —aclara con burla, cruzada de brazos.

¡No puede ser! ¡Me he delaté solo, me puse la soga al cuello yo mismo! ¡Maldición, maldición, maldición! ¡Más idiota no puedo ser!

—Y-yo... —me quiero echar a correr, huir de ella, retroceder el tiempo o algo. ¡Yo no quería que me descubriera de esta forma! No, ¡yo no quería siquiera que me descubriera en primer lugar!

—Alto ahí, vaquero —murmura con mofa antes de tomar mi mochila, deteniéndome; supongo que interpretó mi lenguaje corporal y supo que quería escapar. Aunque así lo quisiera, no puedo: estoy acorralado, no puedo echarme a volar ya que hay demasiado alumnado cerca. Ya me condené con Inoue, no quiero hacerlo delante la ciudad también—. Andando, saltamontes.

—¿P-puedes dejar de llamarme así al menos ahora? —Cuestiono con tono suplicante. Lo último que quiero es que los demás sepan todo.

—Petición denegada, saltamontes —recalca nuevamente lo último, dirigiéndome una sonrisa de superioridad.

De acuerdo, no sé si alegrarme o aterrarme por el hecho de que Inoue parece sumamente feliz, demasiado feliz para mi propio gusto. Jamás la había visto de esta manera. ¿Tanto así quería descubrir quién era el Gran Saiyaman?
Siento pánico; sé que ella no es capaz de gritarle a todos quién se esconde detrás de aquel súper héroe que se ha vuelto famoso en este tiempo —o al menos eso quiero creer—, pero igual, ¿y si quiere persuadirme con algo con la excusa de querer delatarme? ¿Y si me amenaza? Es más pequeña y menos fuerte que yo, no me cabe duda, ¡pero es muy astuta e impredecible! En un rato puede estar furiosa y después avergonzada, en otras ocasiones tiene un complejo de superioridad y en otras es bastante humilde.

¡Me es imposible entenderla! ¡Las mujeres son muy complicadas en general!

Ambos comenzamos a caminar sin aparente rumbo fijo, ella aún sosteniéndome de la mochila..., ¿guiándome? —supongo que ha de pensar que me quiero a escapar o algo similar—. Cuando veo que ya estamos lejos de la preparatoria y la gente, me digno a hablar por fin; he meditado un poco más la situación, por lo que sé que alterándome no voy a solucionar nada.

—¿Cómo...? —Hablo con voz queda, así que me aclaro la garganta—. ¿Cómo es que sabes con tanta certeza que soy yo?

—Bueno —se detiene girándose a mi dirección—, después de..., eh, lo que pasó en el... r-receso —parece que le cuesta mucho hacer mención de eso y me extraña de momento. No es hasta que recuerdo lo que sucedió que me sonrojo y agacho la mirada; ya me estoy arrepintiendo de haber preguntado—, supe que era mucha coincidencia que tuvieras lastimado el labio justamente donde el Gran Saiyaman también lo está. Así que me salí las clases y me puse a investigar más sobre los torneos de artes marciales antiguos y descubrí que el narrador le hace llamar "Son Gokú" a quien derrotó a Mayunia en varias ocasiones, y me acordé que tú te apellidas igual, así que...

—¡¿Te saltaste las clases?! —Es lo único que atino a decir, un tanto molesto. ¿Es que acaso no sabe la importancia del estudio y profesión? ¡Saliéndose de clases no va a lograr nada!

—Acabo de descubrir que eres el Gran Saiyaman al igual que eres hijo de Son Gokú, ¿y en serio te preocupa el hecho de que no entré a mis clases? —Cuestiona con incredulidad, arqueando una ceja.

—Bu-bueno..., ¡eso no quita el hecho de que te saliste de clases! —Reprocho y esta rueda los ojos.

—Eres increíble —susurra con resignación—. Como sea, el punto es que ahora ya sé toda la verdad, Gohan.

—¿Y eso significa...? —Murmuro con la preocupación haciendo mella en mi voz. Aquí viene lo complicado.

—Pues nada, solo que ya sé tu secreto —exclama tranquila y encogiéndose de hombros. No está hablando en serio, ¿verdad? Yo creí que...—. Solo quería echártelo en cara y ver tu reacción.

¿Qué?

—Pero yo pensé que me ibas a amenazar con decirle a todos quién soy... —me sincero con cierta vergüenza e Inoue me mira anonadada.

—¿Ah? Yo solo quería burlarme un rato de ti en venganza de la vergüenza que me hiciste pasar el día que me descubriste —de acuerdo, me siento un completo idiota en estos instantes por haberla juzgado—. Tch, soy mala, pero tampoco al grado de dañar seriamente a alguien, idiota.

Quiero hablar, pero me interrumpe un coche que va más allá del límite de la velocidad, el cual pasa demasiado cerca de la banqueta y va saltándose los semáforos, segundos después varias patrullas le van detrás. Oh, eso no es bueno.

—Creo que hay unos imbéciles masoquistas que ruegan a gritos para que los vaya a golpear —comenta la chica a mi lado con una sonrisa de deleite. No puedo evitar reírme por su extravagante y curioso comentario; así es ella y me gusta su forma de ser a pesar de que llega a ser incomprendida por los demás.

—Bueno, andando.

━━━━❰・🍚・❱━━━━

-Lindassj1

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top