|Todas las verdades aparecen paulatinamente|

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¿Saben? Es divertido y relajante golpear a alguien, y más cuando es alguien que ha cometido un crimen. En mi defensa, se lo merece, además, ¡debe sentirse afortunado! Es la grandiosa Yuzuki quien lo está castigando; no cualquiera tiene la exclusividad de ser golpeado por mí.

—¡Basta! ¡Ya lo golpeaste lo suficiente! —Escucho detrás mío al saltamontes y siento cómo me toma debajo de las axilas para alzarme como si fuera una muñeca de trapo, alejándome de aquel malhechor de quinta; parece aliviado el hijo de fruta ese, y cómo no: le estaba dando la paliza de su vida. Videl lo esposa tranquilamente.

¡Hey, eso era mío!

—¡Bájame, estúpido! ¡Bájame! —Me empiezo a quejar al tanto que me sacudo y escucho la risita del saltamontes. ¡Por esto y más odio ser bajita, los más altos se aprovechan por ser jirafas andantes!—. ¡Que me bajes dije, maldita sea! —Con eso dicho, tiro un golpe hacia atrás, atinándole al lugar correcto.

El Power Ranger me suelta inmediatamente y por desgracia caigo al piso sentada al no darme tiempo de sostenerme en nada. ¡Joder, ya estoy media plana como para que me aplanen más! ¡Estúpido y desgraciado Saiyaman!
Veo cómo el de traje ridículo se sostiene su entrepierna con expresión dolida y tensa, evitando querer chillar, ¡ja! Eso les pasa a los imbéciles que molestan a la poderosísima Inoue Yuzuki.
Aunque..., bueno, creo que a este paso lo voy a dejar imposibilitado de tener descendencia.

Meh, lo estoy castrando a la antigua, no le pasa nada.

Regreso a observar a Videl, quien mira con burla al saltamontes, pero me ve y desvía la mirada inmediatamente, un poco avergonzada. Qué... raro. He notado que en este último tiempo me esquiva de alguna manera, ¡ya ni hemos peleado! Y eso sí que es extraño.
De hecho, de un par de meses para acá, parece que los tres somos... ¿un equipo? O no lo sé, pero nos coordinamos un poco más.

No es demasiado, pero creo que me entienden.

—No es por apurarlos, pero necesito ir al baño —oigo una voz áspera y toda la atención se dirige a uno de los ladrones de quinta que están esposados en el piso.

—Y yo necesito comer, pero no me estoy quejando, ¿verdad? —Exclamo con cierto enojo. ¿Y este qué se cree? ¿Que lo vamos a tratar como un rey después de andar de delincuente? ¡Ni a mí me tratan bien!

—Con razón, eso explica por qué usas tus sudaderas gigantescas.

¿Acaba de insinuar que soy...?
Oh, no, este ya se pasó de la raya, ahora sí me va a conocer el maldito hijo de fruta, ¡ahora sí!

—¡Encapuchada, no!

El saltamontes se vuelve a mover malditamente rápido y ya me tiene sostenida como lo hizo inicialmente, volviéndome a joder la existencia por cohibirme de esta forma.
El estúpido maleante ese me saca la lengua con mofa —¡maldito estúpido hijo de pe...!—, y yo comienzo a intentar soltarme con más ganas aún. En una de tantas, siento uno de mis codos golpear algo atrás mío y ahí reacciono porque me duele.
El Gran Saiyaman me suelta otra vez y se lleva una de sus manos a su boca, tapándose.

Eh..., creo que le acabo de joder el labio inferior.

Bueno, veamos el lado positivo: ¡soy lo suficientemente fuerte como para lastimarlo! ¡Yeah! O quizás tenía la guardia baja...
¡Bueno, el punto es que lo lastimé por primera vez! ¡Ja! ¡¿Dónde quedó la tierna e inofensiva Yuzuki, eh, Saiyaman?!
Y no me vean así, él se lo ganó por andar queriéndome frenar, ¡el Power Ranger sin recursos se metió en donde no lo llamaban, es su culpa, no la mía! He dicho.
Las patrullas comienzan a llegar y los oficiales comienzan a hacerse cargo de los estúpidos ladrones esos, momentos después empiezan a aparecer la prensa; por supuesto, acorralan a Videl y al saltamontes de quinta. Y como de costumbre, soy ignorada completamente.

Pero meh, la felicidad de que logré asestar un golpe al poderoso Gran Saiyaman nadie me la quita.

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—Y entonces él... —dice con emoción una de mis compañeras e ignoro lo que sigue hablando; es la loca esa de la que comenté hace un par de capítulos atrás, por si a alguien se le olvidó.

En realidad llevo ignorándola desde hace rato, aunque solo me limito a responderle vagamente cada tanto.

Sí, ya sé, quizás me digan que por eso no consigo amigos, ¡pero, eh! Ella está hablando de un chico con el que está saliendo, ¡¿y yo para qué quiero saber su vida amorosa?! Que conste que estoy intentando ser lo más tolerante posible, no pidan más.

—Y bueno, ¿a ti te gusta alguien, Yuzu-chan? —Intento no quejarme cuando escucho el maldito apodo que me puso; ¿Yuzu-chan? ¿En serio? ¿Qué le cuesta llamarme a secas por mi nombre?

—Nop.

—¿Te ha gustado alguien?

—Nop.

—¿Nunca te has enamorado?

—¿La comida cuenta? —Pregunto mientras desenvuelvo un paquete de chocolate, mirándola.

Oigan, no me culpen, yo vine exclusivamente a este mundo para comer, ese es mi propósito de vida, mi misión.

—¿Qué? ¡Claro que no!

—Entonces no —respondo sin más, dándole un mordisco a mi dulce.

—Inoue, vinieron por ti —una tercera persona interviene; es una chica de cabellos y ojos cafés con la que he llegado a hacer trabajos en pareja. Me cae bien, es inteligente y me guió en el maldito y desgraciado trabajo de Química y eso no lo hace cualquiera; no soportan mi hermoso humor ni mi hermosa presencia.

Volteo a ver a la puerta y allí está el nerd, digo, Gohan. Agh, este chico no entiende, ¡le dije claramente que me mandara un mensaje cuando quisiera que almorzáramos juntos, joder! ¿Y según es de los más inteligentes en segundo año? ¡Arañas! Digo, ¡patrañas!

—¿Y él? ¿No están saliendo acaso? —Cuestiona al tanto que recojo mis cosas. Intento no reírme al oírla.

¿Yo y Gohan? Pfft, por favor, eso no sucederá ni en un mundo paralelo; somos muy diferentes como para congeniar. ¡Somos como el agua y el aceite, así es! Solo lo soporto por cortesía y él..., eh, bueno, no sé, ¡pero el punto es que no congeniamos! ¡Él no es mi tipo!

—Ni Dios lo quiera —inquiero y me doy la vuelta para acercarme al Son, dispuesta a empezar a quejarme cuando ya estemos más lejos.

—Hey —me saluda con su típica sonrisa amable. Mi vista queda clavada en su boca ya que tiene el labio herido justo donde yo golpeé a...—, perdón por no mandarte mensaje, sé que me dijiste que no viniera. Es que se me descargó el celular y yo...

No me jodas.

¿Estoy viendo bien? ¿Realmente estoy viendo bien? Es que no, imposible, es que es simplemente imposible. ¡No, no, no! ¡Me niego a creerlo! ¡Gohan no puede ser...! ¡Es que no! ¡Debe ser una coincidencia! Sí, eso: ¡es una coincidencia! ¡Una jodida y maldita coincidencia!

»¿Inoue? —Pregunta confuso, pero palidece al percatarse que no lo estoy viendo directamente, o bueno, sí lo estoy viendo, pero..., ¡agh! ¡Ustedes me entienden!

—Vámonos —me limito a decir de manera cortante, dándome la vuelta, aún sin lograr salir de la impresión por la situación.

¡Esto no venía en el contrato! ¡Yo no firmé para enfrentar una situación así! ¡Gohan no puede ser el Gran Saiyaman, me niego a creerlo!

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-Lindassj1