𝐶𝑎𝑝 5 - 𝑅𝑒𝑒𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜
En el capítulo anterior.
Al día siguiente
Una hora después del medio día
Con Kion
—Señores, están listos para infiltrarse dentro de las líneas enemigas —dijo Kion, firme y serio, preguntando a su ejército.
—SI, señor —dijeron los soldados del ejército, en voz alta, firmes y serios.
En eso
—Señor... cuál será el plan —pregunta su guardaespaldas.
—Ya qué preguntas, esto haremos...
Continuará...
🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹🔹
—Ya qué preguntas, esto haremos. —Comenzando a contar el plan— —al llegar nos estableceremos en un campamento. Para eso, enviaré a un grupo de zapadores. Luego, nos dividiremos en grupos, a los cuales se les asignará una tarea ¿Entendieron? —pregunta a sus tropas.
—Si, señor —responden ellos.
Minutos después, Kion envía al grupo de zapadores. Al caer el anochecer, él y su ejército parten hacia las praderas.
Dos días después
En las praderas, en la base de Kion, en pleno anochecer.
—Bueno, es hora de organizarnos —dijo Kion—. Un grupo de cinco hombres estarán vigilando la entrada a la ciudad. Otro grupo de cien, se subdividirán e ingresarán dentro de la ciudad para sabotear los equipos y suministros posibles. El resto se quedará en el campamento. Mañana iniciaremos el ataque —dijo, terminando de dar las instrucciones.
—Y usted señor... con quien irá —pregunta su guardaespaldas.
—Iré solo —levanta la mano para que nadie le interrumpa—. Esa es mi decisión —responde.
—... —nadie dice nada.
—Más tarde nos reuniremos de nuevo en el campamento una vez finalizado todo —dijo Kion.
Media hora después
Con Kion
—Bueno, creo que todo anda bien por aquí —dijo, mientras continuaba caminando por la ciudad.
Cinco minutos después, se larga a llover
—Rayos, espero que la lluvia no arruine nada —dijo, mientras prosigue con lo suyo.
En ese momento
A varios metros, una mujer ve a Kion y se dirige hacia él.
Minutos después
—Oiga joven, ¿usted no es de por aquí, o si? —pregunta la mujer.
—Oiga señora —voltea hacia ella—, yo no... —dijo, mientras se detiene al ver a la mujer, al igual que ella.
En eso
—¿Espera un momento?... ¿Kion?, ¿Eres tú? —dijo la mujer asombrada.
—No sabe qué decir, segundos después— —¿usted cómo sabe mi nombre? —pregunta nervioso el joven, mientras su corazón se acelera, sus vellos se ponen de punta, y comienza poco a poco a retroceder.
—Espera —dijo ella.
—Lo siento, tengo que irme —dijo él, mientras comienza a retroceder lentamente.
—Espera, Kion... —dijo ella, mientras se quedaba unos segundos callada y pensando, para luego comenzar a cantar— Calla mi vida, no hay que llorar. Duerme y sueña feliz. Siempre tú debes mi arrullo llevar, así yo estaré junto a ti. Río, oh, Río, con el se gentil llevas mi felicidad. Si hay donde libre pueda vivir, Río, condúcelo allá —cantando, mientras comienzan a caerle lágrimas de sus ojos.
En eso, Kion no logra soportar el momento, su corazón se encontraba acelerado. Sin pensarlo se retira del lugar, corriendo bajo la lluvia.
Minutos después
—Eso estuvo cerca, creí que...
En ese instante
—Lo siento mucho, fue mi culpa —dijo ella nerviosa.
—No se preocupe —dijo Kion, para luego darse la vuelta—, déjeme ayudarla con eso —dijo, mientras se agacha para ayudarla a levantar el objeto.
Segundos después
—Levantándose del suelo— —muchas gracias, joven... —se detiene unos segundos al ver su rostro, luego— !¿tú no eres de por aquí?¡ —dijo ella, preguntando confundida.
Esperé, yo puedo explicarte —dijo él, algo nervioso.
—Dentro de su cabeza— —No se pero, ¿por qué su cara me parece familiar?, ¿se parece a mi abuelo y padre?... espera un momento, ¿no puede ser? —fuera de su cabeza— —¿Kion? —dijo ella sorprendida.
—Espera... ¿Cómo sabes mi nombre? —pregunta el, algo nervioso.
—¿Kion, eres tú? —pregunta ella, mientras sus ojos comienzan a reaccionar a las lágrimas.
—Perdón, tengo que irme —dijo él, mientras iniciaba a retroceder.
—Espera, no te vayas por favor —dijo ella, mientras sus lágrimas comienzan a caer, para luego tomar su brazo izquierdo con el suyo para que no se fuera.
—¿Qué quieres de mí? —pregunta él, nervioso.
—No me recuerdas Kion, ¡soy tu hermana, Kiara! —responde, con lágrimas en sus ojos.
—¿Kiara? —dijo él, algo confundido.
—¿No me recuerdas hermanito?, ¡soy tu hermana! —dijo ella, mientras sus lágrimas caían más y más.
—¿Kiara? —vuelve a repetir confundido, mientras sus ojos comienzan a reaccionar también a las lágrimas.
—¿Puedes recordar esto? —pregunta ella, mientras luego comienza a cantar—, Ya estás a salvo y libre serás. Yo ruego que muestres virtud. Crece hermanito, regresarás. ¡Vuelve, libéranos, Tú! —terminando de cantar, con lágrimas en sus ojos.
En eso Kion se queda quieto y atónito, mientras su corazón acelera su palpitar, hasta el punto de no poder contener sus lágrimas e ir a abrazar a su hermana.
—¡Kiara! —dijo él, mientras abraza a su hermana, comenzando a llorar.
—¡Kion! —dijo ella, mientras se une al abrazo y llora también—. Dónde estuviste todo este tiempo —pregunta a su hermano, mientras llora de felicidad, para luego despegarse del abrazo.
—Es una larga historia... Ahora que nos volvemos a ver y que estamos hablando, ¿Dónde están mamá y papá? —pregunta, con lágrimas en sus ojos.
—Ellos están bien, no están muy lejos —Responde. Mamá, papá y... —se detiene y baja la cabeza, con lágrimas en sus ojos.
—¿Sucede algo? —pregunta a su hermana tras ver su cara desanimada.
—¿Te acuerdas de Kopa?, nuestro hermano —pregunta, con cara de tristeza y lágrimas en sus ojos.
—¿Kopa?... no me acuerdo de él... ¿Teníamos otro hermano? —responde y luego pregunta también.
—El... el... él fue asesinado por varias puñaladas mientras me defendía de un soldado qué intentó golpearme. Fue horrible... nadie estuvo ahí para ayudarle. Como desearía qué estuviera con vida. Él te amaba mucho... siempre estaba a tu lado... él era con quien más tiempo pasabas —responde, cambiando sus lágrimas de felicidad a tristeza.
—Sin pensarlo, se dirige hacia ella para abrazarla nuevamente, con el fin de consolar su dolor, mientras la acompaña con sus lágrimas, ya que las palabras de ella llegaron a su corazón— —lamento mucho por todo lo que tuviste que pasar, hermana —dijo él, mientras la abraza, con lágrimas en sus ojos.
—Gracias, hermanito —dijo ella, agradeciendo su apoyo.
—No hay de qué, Kiara —responde al agradecimiento de ella.
—Ven conmigo, te llevaré con mamá y papá —dijo ella, señalando el lugar.
En ese instante, un soldado aparece, obligando a Kion y Kiara a esconderse
—¿Qué es todo ese ruido?... ¿Dónde estás, esclava? —dijo un soldado, en voz alta.
—Tengo que salir —dijo ella.
—Es peligroso —dijo él, preocupado, tratando de parar a su hermana.
—Ya he pasado por esto, estoy acostumbrada, confía en mí —dijo ella, tratando de convencer y calmar a su hermano, mientras limpia sus lágrimas.
—Está bien —asiente con la cabeza.
En ese momento Kiara sale de su escondite, respondiendo a su llamado, se acerca hacia el soldado, siguiendo de largo como siempre, para que este luego la empuje por la espalda, apurándola, causando qué ella casi caiga al suelo, lo cual disgustó a Kion, quien estaba observando todo.
Minutos después de lo sucedido, Kion se dirige hacia el lugar donde su hermana le había señalado anteriormente, antes de irse con el soldado.
En el lugar señalado por Kiara
—Bueno, aquí estoy... —Suspira—, ¿ahora que hago? —se pregunta a sí mismo, mientras se dirige hacia una silla para poder descansar.
Un minuto después
—Ingresando a la sala— —hola señor, ¿necesita algo? —pregunta al ver a Kion.
—Voltea para ver al individuo— —Eh, no, gracias —responde al individuo.
En eso
—Oiga, usted no es de por... —se desmaya al ver su rostro.
En ese instante, al oír el ruido, una mujer ingresa a la sala y ve al hombre tirado en el piso. Sin pensarlo dos veces se dirige hacia él para ayudarle. Al ver todo, Kion, sin pensarlo decide ayudar a la mujer.
—Espere señora, déjeme ayudar... —se detiene al ver su rostro. Usted —se pone algo nervioso.
—Al escuchar su reacción, levanta su mirada— —Kion —dijo ella, al verlo nuevamente.
En eso, una joven ingresa a la sala.
—Ingresando a la sala— —Hola mamá, hola, ¿Kion?... veo que decidiste venir al lugar que te había señalado —dijo ella, saludando al ingresar a la sala.
—Voltea a ver a su hermana— —Hola Kiara... ¿dijiste mamá? —pregunta asombrado.
—Si Kion, ella es nuestra madre, y él... oh, creo que se desmayó al verte —responde ella.
Al oír las palabras de su hermana, Kion, quien anhelaba volver a ver a su familia, con un nudo en la garganta y unas ganas intensas de llorar, sin pensarlo dos veces, se da la vuelta y se dirige rápidamente hacia esa mujer que resultaba ser su mismísima madre.
—Mamá —dijo Kion, con una inmensa alegría en su corazón, sin poder contener las lágrimas, quebrándose y rompiendo el llanto, se dirigió para abrazar a su madre.
—Mientras ve que su hijo se aproxima hacia ella— ¡Ven aquí mi bebé, ven aquí con mamí! —dijo ella muy alegre, rompiendo también en llanto.
—Mamá, mamá, te extrañe mucho —dijo él, mientras abraza con fuerza a su madre y llora junto a ella.
—Yo también te extrañe mi bebé, yo también —dijo ella muy feliz, abrazando a su hijo y llorando también.
En ese instante, el señor quien estaba en el suelo, despierta y pregunta qué está sucediendo.
—Despertando algo mareado— ¿Qué está sucediendo aquí? —pregunta el señor, algo mareado.
En eso
—Papá, es Kion, él ha vuelto con nosotros —dijo Kiara, avisando a su padre de la vuelta de su hermano, para luego ir a donde se estaban abrazando y unirse también.
—Simba, Kion ha regresado con nosotros —dijo Nala, con lágrimas de felicidad en sus ojos mientras sigue abrazando a su hijo.
—Esperen, no me dejen afuera —dijo Simba.
En ese momento, Simba, avisando a su paso, hace que Kiara y Nala se separen de Kion y él, tomándolo, lo abraza con todas sus fuerzas.
—Mientras lo abraza— —mi hijo, mi pequeño hijo ha vuelto —dijo Simba, sin poder contener sus lágrimas de felicidad—. Te he echado mucho de menos —dijo él, con lágrimas en sus ojos.
—Yo también te he echado mucho de menos, papá —dijo Kion, devolviéndole las palabras a su padre, para luego separarse del abrazo.
—¿Cómo ha sido tu vida sin nosotros, hijo? —pregunta Nala.
—Tuve momentos buenos y malos. Fui adoptado por dos personas, ellos me criaron. Cuando fallecieron, eso fue un duro golpe para mi, el cual pude superar, gracias a los reyes, quienes me apoyaron en todo desde que me conocieron cuando llegué a su reino. Además de ellos, también tuve una amistad con su hija, la cual también me apoyó y con quien ahora, pues... —se sonroja— bueno, ella ahora es mi esposa —dijo, algo sonrojado.
—Así que llegaste al Reino del Árbol de la Vida —dijeron Simba y Nala.
—Oh, tengo cuñada —dijo Kiara, bromeando.
—Kiara, deja a tu hermano tranquilo —dijo Nala, regañando a su hija.
—Así que te casaste con la princesa del Árbol de la vida, eh, ese es mi hijo —dijo Simba, feliz por su hijo.
—Te felicito mucho, hermanito —dijo Kiara, muy feliz por su hermano.
—Te felicito mucho, hijo mío —dijo Nala, muy feliz porque su hijo tiene compañera.
—Muchas gracias, mamá, muchas gracias a todos por su apoyo —dijo Kion, agradeciendo a su familia por todo el apoyo que le brindan.
—Ya quiero que todo esto acabe y así podremos disfrutar de este momento todos juntos —dijo Nala.
Pasan los minutos, la familia reunida festeja el regreso de un hijo y recuerdan con respeto la pérdida de otro. Luego, de tanta felicidad en el ambiente, Kion recuerda el porqué había viajado hasta aquí y decide volver al campamento, sin antes avisar de esto a su familia, quienes se detienen a escucharle para que el comience a contarles todo, diciendo:
—Bueno, toda esta idea comenzó cuando encontré una carta escrita por ti, mamá, explicando el motivo del por que llegué a mi destino. Así que fui con los reyes para ver si ellos podrían responder mis preguntas sobre aquella carta. En ese momento me di cuenta de muchas cosas, quienes eran mis verdaderos padres, mi hogar de origen y mucho más. Luego al anochecer, tuve una pesadilla en la qué recordaba el momento en que fui enviado dentro de una canasta... Esa pesadilla se repitió varias veces en mi vida... me estuvieron atormentando por mucho tiempo. Al día siguiente volví con los reyes para hablar un poco sobre las praderas. Después de esa conversación, les pedí permiso para ver si me permitían realizar un ataque a las praderas. Al principio ellos no estaban seguros, ya que habían intentado liberar el reino anteriormente. Al final los convencí y ahora estoy aquí.
—Te estaremos apoyando —dijeron los tres.
En eso, Kion se acerca para abrazar a su familia por última vez, para agradecerles su apoyo, antes de volver a su campamento. Después del abrazo de despedida, Kion parte y vuelve con su ejército.
Minutos después
En el campamento del ejército de Kion.
—¿Cómo les fue? —preguntó Kion.
—Todo bien señor. Saboteamos todos los equipos y suministros posibles. La mayoría de los alimentos se los entregamos al pueblo y destruimos una gran cantidad de lanzas, armaduras arcos y asientos de la caballería —respondió un soldado, realizando un reporte de los resultados de la misión.
—Por nuestra parte la misión fue un éxito también. Todo salió bien. Además, también neutralizamos a alguien que se acercaba al campamento, nadie se dio cuenta —dijo uno de los cinco encargados de vigilar la entrada de la ciudad, realizando un reporte también.
—Excelente. Ahora vengan conmigo, es hora de realizar un plan para la batalla de mañana —dijo Kion, mientras se dirigía hacia la tienda principal.
Al día siguiente
En campo abierto
Una hora después del mediodía
—Bueno, algún voluntario para atraer al enemigo —dijo Kion, preguntando a su ejército por un voluntario para atraer al enemigo.
—Iré yo señor —dijo un soldado, levantando su mano.
En ese momento, Kion acepta y envía a aquel soldado para que atraiga al ejército enemigo mientras él organiza a su ejército. Ubicando una gruesa línea de infantería de lanzas al frente, otros dos grupos para proteger los flacos, la mayoría de los arqueros detrás de ellos. Luego ubico a un grupo de caballería a los flancos de los arquero, y al resto les indico esconderse por todas las direcciones juntos a otros grupos de arqueros, sin alejarse demasiado.
Media hora después
El soldado qué se había ofrecido para atraer al enemigo, vuelve e informa a Kion qué se aproximan. Luego, Kion ubica al mismo soldado a los flancos de la primera línea para luego decir:
—Prepárense... aquí se aproximan muchachos —dijo Kion, gritando.
Continuará...
Hola a todos mis lectores. Nuevamente llegamos hasta aquí, espero que os haya gustado el capitulo. Nos vemos en un rato con el próximo capitulo. Saludos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top