||• 𝑪𝒆𝒍𝒐𝒔
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La habitación estaba cargada de un calor sofocante, nuestros cuerpos entrelazados en una danza que solo nosotros entendíamos. Cada toque de su piel contra la mía enviaba ondas de placer que me hacían olvidar el mundo exterior.
Namjoon tenía esa habilidad de hacerme sentir como si todo girara solo en torno a nosotros dos, como si no existiera nada más que este momento, este espacio donde solo él y yo éramos reales.
Sus manos se movían con una familiaridad que me arrancaba suspiros, y no pude evitar sonreír cuando, entre jadeos, una risa suave escapó de sus labios.
Lo miré, mis dedos recorriendo su mandíbula, disfrutando de la mezcla de intensidad y ternura que siempre lograba transmitir.
—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté, mi voz ronca por el esfuerzo, pero llena de curiosidad.
Él negó con la cabeza, con esa sonrisa que parecía un reflejo de la satisfacción que ambos compartíamos.
—Es solo que... no puedo creer lo bien que encajamos, Crystal. Es como si mi pene estuviera hecho solo para tí —solté una carcajada ante tal afirmación.
—Oh por favor Nam, deberías... ¡joder, así! —su mano frotando mi intimidad fue suficiente para interrumpir lo que iba a decir.
Fue entonces que la puerta se abrió de golpe, y mi cuerpo se tensó al instante, el calor de la situación anterior disipándose al ver la silueta de alguien en la entrada.
Mis ojos se abrieron de par en par al reconocer a Jungkook, el maknae de BTS, parado allí con una expresión de puro asombro en su rostro.
Sentí cómo el rubor subía por mis mejillas al darme cuenta de lo comprometedor que era todo esto. Namjoon también se giró rápidamente, su mirada pasando del shock al enfado en cuestión de segundos.
—¡Jungkook! —exclamó Namjoon, la irritación evidente en su tono. Rápidamente se levantó, usando una sábana para cubrirse y otra para mí antes de caminar hacia la puerta, su expresión oscura mientras empujaba a Jungkook fuera de la habitación. —¿Qué demonios estás haciendo aquí?
Jungkook levantó las manos en un gesto de disculpa, claramente incómodo.
—Lo siento, hyung... No sabía que estabas... ocupado. Solo vine a buscar mi chaqueta... —murmuró, sus ojos evitando los míos mientras retrocedía torpemente.
Namjoon suspiró, su tono bajando un poco al darse cuenta de que Jungkook no había tenido malas intenciones.
—Está bien, pero podrías haber tocado, ¿no crees? —dijo, cerrando la puerta después de asegurarse de que Jungkook estaba fuera.
Me quedé en la cama, sintiéndome increíblemente expuesta y avergonzada. Jungkook, el maknae, mi favorito de BTS... nos había visto. No sabía si reír o Ilorar. Pero antes de que pudiera decidirme, Namjoon regresó a la cama, su expresión todavía marcada por la irritación.
—Lo siento por eso. No sabía que venía —dijo, sentándose a mi lado. —Debo hablar con él unos minutos. Si quieres me esperas aquí.
Asentí, pero la sensación de incomodidad no desapareció. Después de unos momentos, me levanté, tomando la camisa de Namjoon del suelo y poniéndomela. Necesitaba un momento para calmarme, para ordenar mis pensamientos.
Ya sé que quizás para algunos esto no es algo relevante. Pero para mí, que un artista de talla mundial estuviera follando conmigo y que otro me hubiera visto en esa situación, simplemente era algo difícil de procesar.
—Voy a tomar un poco de agua —murmuré para mí misma, saliendo de la habitación.
Cuando llegué a la cocina, escuché las voces de Namjoon y Jungkook, aún hablando en la sala. No quería interrumpir, pero no pude evitar sentirme como una intrusa en su conversación. Me quedé a un lado, escuchando mientras Namjoon hablaba sobre algo relacionado con su trabajo.
Tomé aire, intentando serenarme, pero la tensión en el aire era palpable. Me acerqué lentamente, sentándome en las piernas de Nam, sintiendo cómo acariciaba distraídamente mi muslo desnudo mientras continuaba hablando.
Jungkook, por su parte, parecía incapaz de mantener la mirada en cualquier otro lugar que no fuera en mí, lo que solo incrementó mi incomodidad.
Finalmente, cuando la conversación parecía estar llegando a su fin, decidí intervenir, aunque no estaba segura de cómo hacerlo sin parecer una idiota.
—Jungkook... —empecé, mi voz sonando mucho más insegura de lo que había planeado. —¿Podrías... um, firmarme un autógrafo?
Namjoon me miró de inmediato, una ceja levantada en clara señal de molestia. Su mano en mi muslo se tensó ligeramente, y pude sentir la presión de sus dedos en mi piel, como si advirtiera que me estaba pasando.
Jungkook, por su parte, parecía sorprendido, pero asintió con una pequeña sonrisa nerviosa, tomando el bolígrafo que le ofrecí.
—Claro, no hay problema —dijo, escribiendo su firma en la parte delantera de la camisa de Namjoon que llevaba puesta.
El ambiente se volvió aún más tenso cuando el líder de BTS se levantó, su postura rígida mientras me miraba con una mezcla de incredulidad y celos.
Jungkook, notando la tensión, se disculpó una vez más antes de dirigirse a la puerta, lanzándome una última mirada antes de irse.
Cuando la puerta se cerró, supe que una tormenta se avecinaba.
—¿En serio, Haesoo? ¿Un autógrafo? —la voz de Namjoon estaba cargada de reproche mientras me miraba, sus ojos oscuros con una emoción que no podía descifrar del todo.
Me crucé de brazos, tratando de mantener la calma.
—¿Y qué si lo hice? Es una oportunidad única. Millones de fanáticos quisieran tener un autógrafo de ustedes. Yo no soy la excepción —le dije con algo de molestia en mi voz.
—Si lo que querías era una firma yo te la hubiera traído mañana, Hae. No entiendo cómo pudiste salir así con esa camisa —pasó sus manos por el pelo, claramente frustrado.
—¿Esto es por eso? ¿Por la camisa? —solté una sarcástica risa. —Namjoon, bailo frente a hombres casi desnuda todas las noches, ¿y te pones celoso por Jungkook? Yo si que no te entiendo nada —bufé. Era increíble que me estuviera celando.
—Esto es diferente Haesoo.
—No tienes derecho a celarme, Namjoon. No somos... —me detuve, buscando las palabras correctas. —No somos nada más que... esto.
La expresión de Namjoon cambió, pasando de la ira a la decepción en cuestión de segundos.
—¿Eso es lo que piensas? —preguntó, su tono bajo, pero cargado de algo más profundo que enojo.
—No es que lo piense, es que es la realidad. Tú mismo lo dijiste desde el principio. No hay sentimientos involucrados. Solo... sexo —respondí, sintiendo una punzada en el corazón al decirlo en voz alta.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Nos miramos, cada uno luchando con nuestras propias emociones, hasta que finalmente, la tensión entre nosotros explotó de la única manera en que sabíamos hacerlo.
Nos lanzamos el uno hacia el otro, dejando que la furia y la pasión se mezclaran en una tormenta de emociones que ninguno de los dos podía controlar.
Fue una descarga de todo lo que no podíamos decir en palabras, una forma de olvidar, al menos por un momento, el conflicto que había surgido entre nosotros.
Pero incluso en medio de esa intensidad, no pude dejar de pensar en Jungkook, en cómo me había sentido al verlo allí, en la puerta, mirándonos.
Y lo más extraño de todo, era que me había sentido bien.
Había algo en esa sensación de ser vista por él que me había dejado una huella profunda, y supe, en lo más profundo de mi ser, que esta historia no había hecho más que comenzar.
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Omg, ya se nos apareció el Jungkook!!!!!
*scream in fangirl*
Jajaja, a partir de aquí comienza lo bueno, así que, anticípenlo 😏
Besitos en la cola y Jungkook mi varón! Ahre! 👺
P.D.: Pasen por el perfil de mi chinchulin CrystalMoon522 escribe arte gente, arteeee 😉
Lea<3
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