♡Una sonrisa que conquista♡

Domingo por la mañana.

Narración especial de Kim Taehyung.

El incidente del día en el ascensor, me hizo sentir un poco avergonzado al igual que un tanto idiota por haber dicho su nombre.

Sarah, la pesadilla de mis sueños. Mi mayor pecado y mi más grande pesar...

Han pasado poco más de seis años. Y yo aún no lograba sacarla por completo.

Acaricie la barriga de Yeontan en tanto terminaba de enviar mi trabajo. Escuché el timbre de la puerta sonar, así que fui para ver quién era.

La vecina del apartamento de en frente.

Parecía nerviosa, y llevaba algo en sus manos.

—¿Necesitas algo? —abrí la puerta y la chica fuera de ella se sobresaltó.

—Oh... perdona, creí que aún estabas en el hospital.

—¿Como sabes que voy al hospital? —la chica frente a mí se sonrojo y después sonrió nerviosa.

—Bueno, este... yo sólo quería hacerte un par de preguntas... es para una tarea de la universidad, pero si te molesta puedo-

La interrumpí antes de que siguiera.

—Con gusto te ayudo, pasa... —rasque mi nuca expectante por su comportamiento.

Así no se portó cuando estábamos en el elevador.

Cerré la puerta al estar dentro, me senté en el sofá y ella hizo lo mismo que yo.

—¿Tienes alguna prenda que sea de Corea originalmente?

—Eso creo.

—¿Podrías mostrármela?

Asentí e hice un gesto para que me siguiera, ella dejo sus cosas en la mesita del sofá y me siguió.

— ¡Dios mío! —voltee para mirar que pasaba—. Eres tan adorable, ¿Cuál es tu nombre?

—Yeontan, Su nombre es Kim Yeontan.

Michelle bajo a Tan y fue hasta donde estaba yo. Estire un par de jerseys y una gabardina, ella las tomo y comenzó a tocar la tela.

—¿Cuánto tiempo tiene que no usas estas cosas?

—Desde el invierno pasado. No suelo usar ropa abrigada, pero en Corea mucha gente lo hace ya que el clima ahí es muy frío.

—Debo decir que usan muy buenos materiales para elaborar la ropa.

Los ojos de Michelle estaban tan iluminados que parecían tener destellos. Ella notó que la estaba observando y volteo a mirarme apenada.

—Oh... Lo siento, tal vez estos temas no sean interesantes para ti. —la chica sonrió apenada y yo negué.

—De ninguna manera es sólo que, es curioso saber que eres tan apasionada por tu carrera.

—Sí, amo muchísimo la buena calidad de las telas. En realidad, me apasiona todo lo que tiene que ver con el diseño de moda.

Asentía y la miraba atento.

—Hoy saldré con unos colegas ¿Quieres venir?

No sé el motivo, pero tenía deseos de que dijera que sí.

—No creo que a tus amigos les agrade que lleves una desconocida con ellos

—Vamos, no eres una desconocida. Eres mi vecina y también te considero mi amiga.

—Tu... ¿Amiga? —Michelle sonrió levemente y luego me miro expectante.

¿En qué momento pasamos de ser sólo vecinos a ser amigos?

Supongo que al igual que yo, ella también se hacía la misma pregunta.

Siempre fui muy selectivo con mis amistades, pero por alguna extraña razón Michelle me transmitía tranquilidad y sentía curiosidad por ella.

Tal vez si llegásemos a ser una verdadera y genuina amistad después de todo.

—Entonces... ¿Sí quieres ir?

—Por supuesto, ¿A dónde iremos exactamente?

—Sólo iremos a cenar, ¿Te parece bien si paso por ti?

—Sí, sí. Entonces nos vemos.

—Espera... ¿Me podrías pasar tu número telefónico?

—Sí claro.

...

—Kim Taehyung, has de saber que a Clarisa le gustas mucho, ¿Crees que está bien llegar con otra chica?

—Ben, tú también has de saber que Clarisa es como una hermana para mí. Además, es una buena chica, confió en que les caerá bien a ambos.

—Si lo dices de esa manera, confió en que así sea.

—Entonces nos vemos en el lugar de siempre.

—Bueno.

Colgué el teléfono y lo dejé en la cama, tomaría una ducha para luego pasar por Michelle e ir a con Ben y Clarisa. Son compañeros de trabajo y también consideró son buenos amigos.

...

Estaba frente a la puerta de Michelle, toque el timbre y un minuto después salió la chica.

Debía admitir que mi vecina no era nada fea, tenía una bonita sonrisa y un gran sentido de la moda.

—¿Nos vamos?

—Por supuesto. —cerró la puerta de su departamento y ambos nos dirigimos al ascensor

—¿Estás seguro de que quieres usarlo? Podemos...

—Quiero acostumbrarme, fue la primera vez que lo usaba, estaba muy cansado. Pero no contaba con lo que pasaría luego. —rasque mi cabeza mirando a otro lado.

No quise dar más explicaciones, fuera de que la consideraba de fiar, mis asuntos personales eran sólo míos, y ella no tenía por qué saberlos.

El camino al lugar fue silencioso, habíamos tomado un taxi, jamás he llevado a una mujer en mi auto. Michelle miraba por la ventanilla el lugar, ya estaba oscureciendo y el atardecer lo hacía más notorio. Todo había pasado tan de repente que parecía que todo era nuevo para ella, o por lo menos eso fue lo que observé. A pesar de que no era nada fea, nunca había salido con nadie; bueno, nunca la había visto salir con alguien.

Y yo, por lo contrario, a ella. Ya había experimentado el ser amado y amar a alguien a quien, en lo profundo de mi corazón, aún anhelaba volver a ver.

Aunque el resultado fuera terrible.

—Hemos llegado. —Michelle miro de nuevo el lugar frente a nosotros, era un pequeño restaurante de comida coreana.

Me siguió hasta una mesa donde se encontraba un chico de cabello castaño con grandes ojos verdes, mi fiel compañero de trabajo Ben, y a su lado se encontraba Clarisa.

— ¡Tae ha llegado! —exclamó Clarisa mientras le daba un leve codazo a Ben.

—Hola, quiero presentarles a Michelle. —la mencionada volteo rápidamente a donde estaba yo, y se acercó hasta donde me encontraba—. Michelle, ellos son Ben y Clarisa.

—Es un gusto. —Michelle saludo a Clarisa y Ben con una sonrisa.

En sus mejillas se formaban unos adorables hoyuelos.

—El gusto es nuestro. —Clarisa la miro sonriente y le tomo la mano—. Vamos tomen asientos chicos.

...

La noche transcurrió de manera tranquila, mientras Michelle reía de algo que Clarisa le decía, Ben y yo charlamos sobre cosas triviales.

—Tenías completamente la razón, Michelle es muy agradable. Y también muy bonita para ser sinceros. —me dio un leve golpe con el codo y comenzó a mover sus cejas con inercia. Entendí a lo que se refería.

Sin embargo, no lo aceptaría.

—Supongo, es... muy amigable. —hice una mueca divertida mientras la observaba sonrojarse.

Tal vez si yo no estuviera superando aún una relación del pasado, definitivamente me hubiese fijado en Michelle.

Tenía una sonrisa demasiado bonita, y los pequeños hoyuelos la hacían ver aún más linda.

Negué sonriendo también.

Por qué no te conocí antes...

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