♡La visita♡
Las últimas de 48 horas de ese fin de semana, fueron un infierno para mí, a excepción de algunas ocasiones en las que disfrute de un ambiente ameno.
Taehyung estuvo de sol a sol esos días junto a mí, me llevaba comida y me ayudaba en lo que pudiese.
¿Entonces por qué fue un infierno?
La situación no era para nada fácil, Taehyung me hacía sentir confundida, ilusa y torpe. No paraba de pensar en porqué de su atención a mí, no era su obligación ni su responsabilidad. Me era muy difícil poder aguantar los fuertes latidos de mi corazón cada vez que el chico tenía un gesto lindo hacía mi persona.
Mis sentimientos no eran correspondidos de la manera en la que deseaba.
O por lo menos eso es lo que pensaba.
Ese día, mi lesión ya estaba más que bien, el dolor ya se sentía muy a penas y ya podía caminar con más precisión. Lo cual agradecía bastante ya que era mi primer día de clases después de vacaciones.
Estaba más que lista para comenzar mi último semestre en la universidad, esos 4 años habían sido los mejores de mi vida pese a que hubo muchos altos y bajos, la voluntad que tengo fue mucho más grande que todo lo que tuvo que pasar.
Mi vida no fue nada fácil, tuve que independizarme de mis padres el primer semestre de universidad debido a problemas legales que tuve al ser inmigrante en el país, mis padres adoptivos hicieron su mayor esfuerzo por ayudarme a salir de aquella difícil circunstancia.
Pero esa es una historia que ya luego entenderán.
...
Estaba lista para ir a la universidad, ese día llevaba una bonita falda negra con rosas bordadas en la parte de los bolsillos, una blusa blanca de cuello de tortuga y mis confiables Nike.
Salí treinta minutos antes, la universidad no me quedaba muy lejos de donde alquilaba, antes de salir puse un plato de comida para mi pequeña gatita como era siempre. Salí del edificio y comencé a caminar hasta mi lugar de estudio.
Al llegar por fin, frente al enorme edifico de diseño de moda, tome un largo suspiro y entre. Para mi sorpresa ahí estaba mi buena amiga René.
—¡Michelle por aquí! —la pelirroja señaló el asiento junto a ella y yo me acerque hasta el lugar.
—Es bueno saber que no fui la única que llegó temprano.
Ambas nos reímos y luego nos abrazamos.
—Mírate, el verano te ha favorecido bastante, estas más delgada ¡y tus caderas están estupendas!
—Estarás ciega, pase todo el verano ingiriendo papas fritas y muchos dulces. No sé de dónde sacas eso. —René sonrió y levantó su dedo índice.
—Olvídalo, estas estupenda. Cambiando de tema ¿Escuchaste lo que se ha estado rumoreado? —hice un gesto negativo—. La profesora Isabel hará un proyecto donde nos den el permiso de salir del país a otro lugar para hacer algún tipo de práctica profesional o algo así ¡Es genial!
—No te hagas ilusiones tan pronto, tú lo has dicho "rumor", dejemos que la profesora nos lo diga.
...
Ya la gran mayoría de los compañeros estaban en sus lugares mientras que otros estaban en un cierto lugar con su grupo de amistades.
Dos toques a la puerta llamaron la atención de todos y por esta entró una mujer de tez blanca con cabello rubio. La profesora Isabel.
—Buenos días, chicos, es agradable volver a verlos por aquí. Tomen todos sus lugares y bienvenidos sean a su último semestre en esta fabulosa carrera.
Todos tomaron sus asientos y la profesora comenzó a escribir algo en el tablero.
—Como ya han de haber escuchado por ahí, si bien, es cierto que tenemos un proyecto para finales del semestre y no es para menos, necesito que formen equipos de 6 integrantes, en total quedarían 4 equipos, su grandiosa profesora ha conseguido convencer a 4 agencias de moda de diferentes lados para que puedan hacer una práctica profesional y aprovechen su máximo potencial aquellos que desean entrar en una empresa o hacer una propia. Al final del proyecto el equipo que reciba mayor puntaje por los supervisores, se llevará un premio sorpresa.
Todos estábamos muy emocionados. Una oportunidad como la que nos ofrecía la profesora Parker era invaluable.
La clase comenzó y todo iba demasiado bien, unos cuantos pinchazos de aguja en los dedos de René y muchas burlas por parte mía. Mi amiga era muy graciosa, y el hecho de que aún olvidará ponerse un dedal para evitar los pinchazos era definitivamente divertido.
—Deberíamos hacer equipo con Oscar, en su equipo aún faltan dos ¿vamos a preguntarle?
René movió su cabeza como afirmación y nos acercamos a la mesa del chico antes mencionado.
—Hola chicas, estaba por preguntarles si querían ser parte de nuestro equipo, sólo estamos Tadeo, Renata, Uriel y Yo.
—Nos encantaría, muchas gracias. —respondió René con una gran sonrisa.
—Con Michelle y Oscar aquí el premio será nuestro, ya puedo saborear la victoria. —Renata frotaba sus manos de forma efusiva llevándose una carcajada por parte de todos.
—Rena tiene razón, tenemos a los dos mejores en nuestro equipo, nada puede salir mal ahora. —apoyó Tadeo ante la declaración de nuestra compañera.
—Ambos están exagerado, todos aquí somos buenos en lo que hacemos, y todos podemos aportarnos ideas ya que cada uno tiene su propio estilo, dejen de alagar algo que aún no es digno de aplaudir. —menciono Oscar apoyando su brazo en mi hombro.
Las próximas dos horas de clases pasaron con rapidez entre peleas por quien encontró la tela primero, varias pérdidas de tijeras y más pinchazos de René.
El primer día de clases fue bastante bien, a decir verdad, pero para mí no había hora en la que no pensará unos momentos en el joven coreano que había robado mi corazón.
Así que después de clases salí a toda prisa buscando cualquier excusa para poder verlo otra vez.
...
Eran las cuatro de la tarde, faltaban al menos dos horas para que el chico del apartamento 512 saliera de su turno.
Al llegar al apartamento, busqué por cielo, mar y tierra (En el sentido metafórico) cualquier cosa que me impulsará para tocar la puerta de mi vecino.
Detrás del sofá, había un pequeño táper con una cuchara.
Bingo.
Pensé, para después tomar el objeto e ir a lavarlo antes de entregarlo.
Era demasiado pronto así que esperé pacientemente dos horas exactas para poder salir y tocar la puerta de mi vecino.
Di dos toques a la puerta, pero la persona que vi no era aquel chico que me robaba suspiros.
Una chica, una chica coreana de aspecto precioso, su tez era casi transparente y era más alta que yo por muchos centímetros.
¿A caso ella era la chica de la que Taehyung habló?
¿Era su novia?
Mi pobre corazón se estrujo mientras pensaba en que decirle a aquella chica.
Más antes de que dijera nada, la chica ya había hablado
—¡Hola! ¿Buscabas a mi hermano? —la chica me sonrió con amabilidad.
Yo me volví en seguida hasta ella, ahora todo tenía más sentido.
—Sí, este... venía a entregarle esto. —asomé el táper que llevaba entre mis manos—. Me lo presto ayer debido a un incidente y venía a devolverlo.
—Pues mi hermano aún no ha llegado del trabajo, pero si gustas pasar y esperarlo no tengo ningún inconveniente.
—No lo creo necesario, no quisiera incomodar. —agache mi cabeza apenada.
—Nada de eso, al contrario, me sería muy grata tu compañía, acabo de llegar a la ciudad y Taehyung me dejo sola, no es nada bonito estar sola.
Algo nerviosa acepté la petición de la hermana menor del chico de mis sueños.
...
Ambas entramos rápido en confianza y mantuvimos una conversación muy agradable, fue todo lo contrario a incómodo, como yo pensé que sería.
EonJin era una chica muy risueña y también muy carismática. A decir verdad, tenía muchas facciones similares a su hermano, cosa que no pude ver desde un principio.
—Me encanta tu cabello, ¡Es hermoso! Además, tienes muy buen sentido de la moda.
—Gracias EonJin, cuando quieras podría hacer algo personalizado para ti. —sonreí mientras me agradecía internamente por haberme puesto las prendas que yo misma había confeccionado.
—¡No!, ¿En serio tú las hiciste? —la chica me miraba con sorpresa y emoción.
Me dediqué a asentir.
—Sería un gran honor que tú me hicieras una prenda sólo para mí, ¡Me encantaría!
En ese momento, antes de que pudiera responder, la puerta principal se abrió, dejado ver la silueta del dueño de aquel apartamento.
—Oh, hola, Michelle, no esperaba verte por aquí.
—Hermano, esta chica es genial, me agrada muchísimo ¿Sabías que ella hace sus propias prendas?
—EonJin no la molestes, la asustaras si la sigues hostigando, por cierto, Michelle ¿Cómo está tu lesión?
—Mucho mejor, muchas gracias por todo, Taehyung.
—Ah... hermano iré a dar una vuelta por el parque un rato, no quiero molestarte mientras hablas con tu novia.
Aquellas palabras habían hecho que Taehyung se avergonzarse.
Yo no comprendía nada, puesto que aquello lo había dicho en coreano.
—Compórtate, no quiero ser tía tan joven.
—¡Basta EonJin! —la mencionada salió del apartamento prácticamente corriendo mientras se despedía con la mano de mí.
Ambos no quedamos solos, Y yo me sentí nerviosa, pese a que ya nos teníamos un poco más de confianza que al principio, mi corazón aún saltaba de emoción de tan sólo verlo.
—Creo que debería irme, vine a entregar un táper que olvidaste en mi apartamento. Fue un placer conocer a tu hermana, y nuevamente gracias por ayudarme.
Me levante del sofá de piel color marrón, estaba por dirigirme a la salida. Pero la voz del chico me detuvo.
—En realidad... No lo he olvidado, lo dejé al propósito.
—¿Qué?... No comprendo.
Volví a girar para poder mirar hacia él, Taehyung se acercó hasta mi pobre cuerpo que yacía sobre el pavimento tembloroso y con manos inquietas.
—Fue sólo una excusa, quería volver a verte antes de irme.
¿Irse? ¿A dónde?
Estaba en shock y mi corazón no podía estar más dolido que en ese momento
El chico del apartamento 512 me había hecho sufrir por dentro, destrozando cualquier tipo de esperanza.
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