♡Ayuda inesperada♡
No era capaz de asimilarlo del todo aún. Las cosas habían pasado demasiado rápido, ni siquiera me di a la tarea de hablarle a Oscar o alguien más, simplemente comencé a divagar por las engentadas calles de Itaewon, eran casi las siete de la tarde, hacía bastante frío y estaba arrepentida de haber usado un vestido.
Me detuve frente a un establecimiento iluminado con un letrero que decía "Moonligth club", no lo pensé dos veces antes de entrar.
El lugar estaba lleno de luces neón y había una gran ola de personas bailando al ritmo de una canción que conocía a la perfección; Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee.
No pasó mucho tiempo cuando me acerqué a la barra de tragos y pedí unos cuantos, ¿dos, tal vez cinco? no los estaba contando realmente, sólo sabía que ya eran varios. Tal vez más de lo que solía tolerar. Y era consciente de que ya no estaba dentro de mis cabales pues me encontraba bailando junto a un extraño pero atractivo chico, propuesta indecente sonaba de fondo en el lugar.
—Vayamos a un lugar con menos gente, será más cómodo así...—susurró en mi oído y yo sonreí sin entender.
En ese momento pasaba de todo por mi cabeza, pero no eran cosas coherentes. Nada era claro, ya estaba ebria.
—Lo siento amigo, ella no irá a ningún lado contigo. —levanté mi vista unos cuantos metros y volví a sonreír ante la presencia aquel rubio—. Lárgate ya.
El chico cuyo nombre no pregunte, soltó su agarre de mis caderas y se marchó a no sé dónde.
—¡Jimin, que bueno verte otra vez! —traté de acercarme, pero mis piernas flaquearon y perdí el equilibrio.
—¿Qué haces aquí sola Michelle? y además... ¿ebria? —sujeto mi brazo y yo me senté en un banquillo que estaba por ahí.
—Festejando ¿No lo sabías? Taehyung volvió con la tal Sarah esa, ¡Festejo para que sean felices! —estuve a punto de llevar otro trago a mis labios, pero Jimin lo impidió, quitándome el recipiente de la mano.
Su cara parecía confundida y también molesta.
—Quédate unos minutos aquí, ahora vuelvo. —dio media vuelta y antes de salir por la puerta le dijo algo al chico que estaba como bartender y luego salió.
...
Estaba tan llena de energía, no podía parar de bailar y ya tenía a tres chicos a mi alrededor haciéndome compañía. Cuando de pronto alguien los empujó a todos y me jalo del brazo.
No sabía si era por todo alcohol que tenía en mi sistema que me estaba haciendo alucinar o si era real, pero juraría haber visto el rostro de Taehyung.
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Narración de Taehyung
No sabía explicar todas las emociones que tenía en aquel momento, pero me sentía realmente enojado, enojado conmigo mismo, con Jimin por no quedarse con ella y con Michelle por hacer todo un desastre.
—¡Pero tu novia se va a enojar! ¿Qué acaso no lo ves? ¡Estoy brindando para que tu nueva relación sea la mejor! —por cada tres palabras arrastradas que decía un eminente hipo salía de sus labios.
Suspire tratando de ser paciente, no me importaba que la gente comenzará a vernos de manera juzgante, en estos momentos era lo que menos me importaba. Tome a Michelle entre mis brazos y a grandes protestas logre llevarla hasta el auto.
—¿¡Eres consciente de que pudieron verme la ropa interior!? ¡Qué humillación! —cerré la puerta del auto con seguro, no era capaz de saber sí se le ocurriría saltar del auto o algo por el estilo.
—No voy a hablar contigo hasta que lleguemos a casa.
No la llevaría a donde estaban sus demás amigos, la mayoría de los fraccionamientos se cierran a las diez y sin un permiso no la dejarían entrar. No estaba en condiciones para que sus compañeros la observaran. Así que tendría que llevarla a mi casa.
...
—¡Que ya te he dicho que no te conozco! ¡Fuera de mi casa, intruso pervertido!
Sí, esa iba ser una larga noche.
La chica posada en mi cama decía que no me conocía, deduzco que es consecuencia de los efectos del alcohol en su cerebro.
—Sí, sí yo también vivo aquí, te haré compañía sólo por hoy.
—Eres agradable ¿Cómo te llamas, extraño?
—Mi nombre es Taehyung.
—Agh ¿Acaso todos en Corea se llaman Taehyung? ¡Ese maldito nombre ya me tiene hasta las narices!
—¿Conoces a muchos con mi nombre? —sonreí por la expresión de su rostro.
Ambos estábamos recostados en la cama, mirándonos a través de las pequeñas luces que se reflejaban por la ventana.
—Shhh te voy a contar algo, pero no le vayas a decir a nadie ¿Estamos?
—Te escucho.
—Estoy profundamente enamorada de un chico llamado Kim Taehyung, pero creo que él está enamorado de otra persona...
—No creo que el chico sea tan ciego.
—Ese idiota... incluso le di mi primer beso ¿Y qué es lo que hizo él? Correr a los brazos de su ex novia. —Su confesión hizo que mi corazón se acelerara, pero al mismo tiempo... me oprimió cuando la escuché sollozar.
—No llores por favor, estoy seguro de que ese tonto tiene una explicación.
—No lo justifiques, lo vi con mis propios ojos mientras se sonreían y abrazaban —suspiro profundo y continuó—. Lo gracioso de todo esto es que creo que estoy tan enamorada de él que ni siquiera puedo odiarlo... ¡Kim Taehyung eres un sexy y encantador idiota!
No dijo nada más, se quedó dormida.
Tome una manta del armario y la coloque justo por encima de ella, no sin antes quitar sus zapatos. Me acomode en la cama y la mire fijamente, varios mechones de su cabello se filtraban por su cara e inconscientemente mi mano aparto algunos de ellos.
Mañana tendría tiempo de explicarle lo que había visto, entendía que por mi culpa había hecho lo que hizo, pero sus acciones habían sido demasiado inmaduras.
Sonreí y cerré los ojos.
—Y este idiota está enamorado de ti, chica tonta.
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Estaba adolorida, mi clavícula estaba entumecida y mis pies ni se diga. Sentía que la cabeza me explotaría en cualquier momento.
Gire mi cabeza al escuchar el sonido de la puerta al abrirse
—Al fin despiertas, toma, te he preparado un kit para la resaca —abrí los ojos a más no poder y por consecuencia causando un terrible dolor.
—¿Qué es lo que hago aquí, donde estoy? ¿Y por qué estas tú aquí? —no recordaba mucho de lo que había pasado anoche.
Y para nada recordaba que Taehyung apareciera anoche.
—Primero que nada, come esto. Luego te explicaré que es lo que pasó ayer, absolutamente todo.
Comí en silencio el platillo que él había preparado para mí.
—Supongo que no recuerdas nada de lo que pasó... así que por ahora sólo te voy a explicar lo que importa.
—Creo que no tienes nada que explicar, lo que vi fue tan claro como el hecho de que ahora estoy aquí. —murmuré, mi pecho se oprimió al recordar lo que vi un día antes y las ganas de salir corriendo de ahí me invadieron.
—Tienes que saber que lo que viste ayer fue un malentendido. Y me importa mucho que lo sepas. —me quedé callada unos momentos hasta que él decidió hablar—. Su padre, que era un buen amigo de la familia, falleció. No sabía a quién acudir, su madre murió cuando ella era pequeña y su padre siempre fue su única familia, se ha quedado sola. Lo único que hice fue tratar de animarla, y tal vez no sea mi deber decírtelo, pero... antes de que la encontrará, trato de suicidarse. Lo que hice lo haría por cualquier otra persona que pasará por una situación así. Y me disculpo contigo por hacerte creer que sólo te estaba ilusionando, Honestamente no quería herir tus sentimientos. Ni siquiera creí que podrías ver eso.
—Si yo no lo hubiera visto... tal vez jamás me habrías dicho nada. —bajé la mirada y pasé uno de mis locos mechones de cabello por detrás de mi oreja
—Te lo hubiera dicho de todas formas, mereces saberlo y tener la tranquilidad de que no soy capaz de hacer algo para lastimarte... Michelle, no sólo es porque me gustes, desde que te conocí, y no hablo desde hace poco que comenzamos a hablar, siempre captaste mi atención, quizas no tan claramente como ahora, pero siempre trataba de coincidir contigo... esas tardes que salía a tender la ropa los domingos porqué sabía que estarías afuera de tu balcón, ese día en el que Baek trato de hacerte daño, no fue una coincidencia que estuviera ahí. Te estuve siguiendo desde que saliste del apartamento. Siempre fuiste tú Michelle. Aquella vez que tuve una crisis en el elevador tú me ayudaste y lo superé, y pese a que antes no pude darme cuenta de lo que sentía por ti, ahora tengo la certeza de decirte que no sólo me gustas, estoy completamente loco, loco y enamorado de ti, Michelle Russo.
Dicen que las personas sí pueden llegar a morir de amor, yo en ese momento había muerto y resucitado en menos de diez segundos
Él, él estaba enamorado de mí...
Acababa de confesar que estaba enamorado de mí.
No podía ser más feliz.
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