♡Uno
Al fondo de la habitación en penumbra casi casi tratando de confundirse con la madera del piso donde se encontraba hecho una bolita un rubiecito de mejillas abultadas y labios esponjositos se encontraba tratando de pasar desapercibido. Había sido un niño malo por agarrar comida de la nevera sin permiso y su padre le había dado una paliza que le dejó molido el cuerpo, adolorido y de muchos colores por los hematomas pero nada le dolía más que el estómago por aguantar hambre y es que debía esperar a que su madre llegara de trabajar para poder comer porque el Alfa de la casa no le tenía permitido probar alimento según decía porque un beta retrasado mental con Jimin no merecía nada y eso incluía alimentos.
Su padre se había sentido tan decepcionado cuando Jimin nació porque el quería una niña, pero lo aceptó con algo de esfuerzo aunque a medida que Jimin crecía mostraba signos evidentes de un tipo de retraso... y era que aunque Jimin crecía en tamaño y en edad su mente no crecía. Seguía pareciendo un niño de 10 años.
Su madre lo llevaba con los doctores con el fin de descubrir que era lo que le pasaba a su pequeño Minnie, pero nunca hubo evidencia física de algún daño causado por algún golpe.
—Señora Park lo que su hijo tiene se denomina Infantilismo psicológico es un trastorno mental que le ocurre a 1 de cada 10 niños, llegan a la edad adulta con su cerebro de un niño pequeño. No es algo de lo que deba preocuparse generalmente hay cura pero es progresiva se comienza de cero a 100 poco a poco pero hay que ser pacientes. Ellos son como niños pequeños por lo que se debe tener más cuidado de no dejarlos solos porque buscan el peligro sin medir las consecuencias.
—¿Entonces tiene cura?
—Mire señora Park si hablamos del infantilismo en el contexto de la psique, el asunto es probablemente el más difícil aquí. Es posible desarrollar una forma más madura para que Jimin descargue emociones negativas o prestar atención a la necesidad de tomar control de sus propias decisiones y de la vida en general, aunque el proceso que lleva esto a menudo es muy largo. —Explicó con calma observando como Jimin de 14 años jugaba con sus deditos sin prestar atención. —Los encuentros sistemáticos con un psicólogo pueden ser de gran ayuda para tratar el infantilismo, y la psicoterapia también puede traer resultados beneficiosos.
La mujer volteó a ver a Jimin quien ahora comía una paleta sin dejar de jugar con sus dedos.
—Muchas gracias Doctor. —La mujer suspiró tomando a Jimin de la mano y saliendo del consultorio.
Un psicólogo... ¿Cómo iba a pagar ella un psicólogo para Minnie si a penas le alcanzaba para darle de comer a él y a su esposo?
No vivían de lujos y no les sobraba el dinero además solo ella trabajaba mientras su Alfa "incapacitado" se quedaba en casa.
Asi que nunca pudo pagarle a Minnie un psicólogo que lo ayudase a tratar su rara condición y aunado a eso su pequeño Minnie era un beta, ya con 22 años no se había presentado así que se había hecho a la idea de eso.
Aunque al señor Park que Jimin fuera beta y no un Alfa o por lo menos un omega lo hacía sentir más repelús hacia él.
—Está defectuoso. —Repetía una y otra vez.
Esa noche cuando la mujer llegó a casa y encontró a Minnie hecho una bolita en el suelo con sus ojos hinchados de tanto llorar y sus brazos y piernas moradas de tantos golpes y terriblemente mojado tomó una decisión.
Una madre jamás abandona a un hijo, nunca... pero en casos extremos medidas extremas. Ella no tenía dinero para darle de comer como debía, nunca fue a la escuela así que ella misma trató de enseñarle, sabía leer y escribir tambien decir su nombre y su edad eso era suficiente.
Lo limpió pacientemente mientras derramaba lágrimas silenciosas ante la atenta mirada del omega y le puso ropa limpia aunque ya muy vieja y desgastada.
—¿Mami por qué lloras? —Con un dedito quitó una de las lágrimas de la mujer.
—Es sudor bebé no te alarmes, ahora vamos. —Le tomó de la mano y salió con él a la sala donde el Alfa se había quedado dormido con la lata de cerveza en la mano.
—¿A donde vamos mami? —Preguntó extrañado de que salían de casa.
—A dar un paseo cariño.
—¿Paseo con Minnie? —Saltó feliz caminando al lado de su madre.
La mujer asintió mientras seguía llorando.
—Siempre se fuerte Minnie, mi lindo betita. Fuerte y muy valiente.
Caminando llegaron a una iglesia donde entraron y se sentaron hasta adelante. Ella en ningún momento le Soltó la mano.
—Quédate aquí cariño ya vuelvo iré por dulces. —Habló después de mucho rato.
Jimin asintió mientras observaba a su madre ir por los dulces.
Ella en cambio le dio una última mirada, sabía que estaba haciendo lo correcto, su esposo la mataría de seguro por hacer eso ya que no habría Minnie para hacer los qué haceres y mandados, pero no importaba. Sólo deseaba que Minnie tuviera una vida mejor.
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