UN PASADO QUE INTENTO OLVIDAR
Evelyn abrió la puerta de su casa, al ver a Nataly sonrió con dulzura.
—Adelante, ya te estaba esperando.
—Gracias, ¿No ha llegado Sandra?
—Aún no. Ven, ayúdame con la comida. Prenderé la chimenea, está haciendo mucho frío.
Evelyn la encendió y luego puso algo de música en su móvil (Beseech Between the lines) mientras preparaban juntas la comida. Naty miraba en repetidas ocasiones a su amiga, enfocando su atención en una gargantilla de piel que llevaba puesta con tan solo un aro.
—¿Pasa algo Naty? Te siento un poco distante.
Evelyn le dio un tazón para que echara los ingredientes de la ensalada que preparaban.
—Estoy bien, es solo que tengo algunos problemas en el trabajo. —Naty levantó la mirada a Evelyn y le sonrió claramente fingido, pero rápidamente la desvío a lo que rebanaba—. ¿Puedo preguntarte algo?
—Sí, por supuesto.
—¿Por qué usas eso? ¿Sabes el significado?
—¿De qué hablas?
—Del collar, de ese aro.
—Sí, lo sé.
— ¿Entonces te has convertido en su sumisa? ¿Ahora él es tu amo?
—No es como tú piensas, es solo algo con lo que jugamos y nos divertimos. No le veo nada de malo, ni razón para escandalizarse mientras sea un arreglo de pareja y los dos lo disfruten.
—Tú no eres así Evelyn, ¿te has olvidado de Benjamín?
—La verdad es que poco lo recuerdo, y no es muy agradable. Me acuerdo de que peleábamos mucho y por eso vivíamos separados. Trato de recordar el tiempo que estuvimos juntos antes de la tragedia, pero no hay nada. Todo es tan confuso. No me siento culpable, él no está aquí, y si no ha vuelto es porque no quiere. Al menos eso espero.
— Y ¿que tal sí le ocurrió algo?
—Por eso intento averiguar qué pasó, no voy a dejar las cosas así. No me cansaré de buscar a mi hija. Sé que tu y Darcel nunca se han entendido, pero él es bueno, me está apoyando en todo. Él es diferente y siento que me ha hecho bien estar a su lado.
—No estoy tan segura de eso.
—A ¿Qué te refieres? —Evelyn miró a Naty atenta.
—Ya no eres la misma y no sé si eso es bueno o malo. Mírate, hasta tu forma de vestir has cambiado. Usa ropa negra de cuero, tu maquillaje es oscuro, esa música. Entiendo que lo ames, pero su amor no es sano.
—Tú no lo conoces.
—¿Y cómo es?
—Bueno, él es diferente en su forma de amar.
—Él no ama a nadie que no sea el mismo. Es un narcisista y eso que hacen no es amor, eso es lujuria. Un acto retorcido. Disfruta de someterte y lastimarte. Crees que no he visto como te deja toda marcada.
—¿Por qué hablas así de él?
—Sé la clase de hombre que es. O es que ¿te ha dicho que te ama? —Evelyn se quedó un momento en silencio, bajó la mirada a lo que preparaba.
—No necesito que lo diga, solo es una palabra. El amor se demuestra con los hechos, no con palabras. Él no es alguien que sepa expresarse así.
—Debe coger muy bien para que estés tan ciega y no puedas ver. —Evelyn la observó molesta. No esperaba un comentario tan atrevido de su parte.
En ese momento el timbre sonó y fue hacia la puerta. Sandra entró y al instante notó la tensión entre las dos.
—¿pasa algo?
—No, todo está bien.
—Sí.
—Tengo noticias, hubo un incendio en una mansión de un empresario muy importante de este país. Según el informe, dice que se alquilaba para eventos de políticos y de algunos millonarios. ¿Adivinen quienes estaban ahí? Representantes de CASYFAM y CORFEL. Es como si alguien nos llevara la delantera. Mataron a Efraín, a Joshua, y luego a Steven. —Nataly miró en repetidas ocasiones a Evelyn mientras hablaba Sandra, pero ella seguía mezclando la ensalada, aparentemente sin prestar atención a lo que hablaban—. Demasiadas muertes dentro del círculo de los conejos del jardín, no me sorprendería que los demás que murieron ahí, fueran integrantes de esa red de enfermos.
—Es como si alguien que sabe de esto los estuviera matando o tomando venganza.
Nataly volvió a observar a Evelyn esperando su reacción, ella solo levantó la vista cruzándola, sonrió y dijo—: Si es así, espero que los maten a todos. —Caminó hacia la alacena y tomó algunos platos mientras su amiga no le despegaba la vista.
—¿Dónde está Darcel?
—¿Por qué quieres saber si lo detestas? —Las dos mujeres se observaron como si supieran lo que pensaba una y otra.
—Aquí estoy Natyta. ¿Me extrañaste? Acéptalo más de una semana sin venir a joder, es bastante —habló Darcel mientras caminaba hacia la mesa sin camisa. Tomó un trozo de pan tostado y le puso ensalada, las mujeres se mantenían en silencio—. Hasta yo te extrañé un poco. Na, miento. La verdad es que te odio. ¿Qué pasa? Siento un aura algo pesada.
Ninguna dijo nada, Nataly dirigió sus ojos a Darcel y luego a su amiga. Él tenía su clásica sonrisa arrogante y Evelyn la observaba fija y sombría, una mirada que nunca había visto en ella.
—Les contaba que hubo un incendio donde murieron los representantes de... —dijo Sandra intentando romper ese momento tenso.
—Sí, sí, ya lo sé, no me digas. —La interrumpió Darcel y enseguida mordió el pan.
—¿Cómo lo sabes?
—Conoce a quién trabaja para el dueño de esa mansión —comentó con rapidez Evelyn y él asintió mientras volvió a morder su pan. Naty seguía atenta a cada movimiento de los dos—. Vamos, ve, ponte algo, no seas mal educado. —Lo empujó suavemente hacia la habitación.
—No soporto ver lo que él hace contigo. —habló naty y Darcel se giró.
—Deja de meterte perra, o ¿es que tu problema es que quieres que lo haga también contigo? —Evelyn y Sandra voltearon a ver a Naty confundidas.
—Basta, Darcel por favor déjala en paz. —Él regresó la mirada a ella, la tomó del cabello violentamente y obligándola a levantar el rostro. Acción que le hizo soltar un jadeo que fue callado con un beso agresivo e invasivo. Intentó empujarlo, pero le fue inútil, la soltó y le dirigió una mirada a Naty y regresó a la habitación. Evelyn se quedó por un momento sin entender su actitud miró a sus amigas y se fue tras él.
—¿Qué pasa contigo?
—Esa perra lo sabe, mantenla a raya o la mataré. No dejaré que lo arruine.
—No puedes hacer eso, ella es mi amiga.—Darcel tomó con sus dos manos el rostro de ella dedicando toda su atención en el.
—Mi más hermoso y tierno ángel de la muerte, tu pequeño y frágil corazón será herido nuevamente por no querer ver la realidad.
—Sus intenciones son buenas, ella solo se preocupa por mí. —Él soltó un suspiro y la envolvió en sus brazos, la pegó en su pecho desnudo y besó la coronilla de su cabeza.
—Anda ve con tus brujas amigas después hablamos.
Después de un rato las tres comieron y hablaron de otros temas, la tensión aún seguía presente. Las dos amigas intentaron ignorar lo sucedido, pero no tardó tiempo para que Nataly decidiera irse, Evelyn no quiso preguntar y mucho menos oponerse. Una vez que se fueron, fue hacia la habitación y observó a Darcel que dormía tranquilamente. Volvió a cerrar la puerta y regresó a la sala, tomó su bolso y las llaves del coche. Salió de la casa y cuando estaba a punto de subir al auto, un hombre se acercó llamándola por su nombre.
—Evelyn por fin te encuentro. —Su corazón saltó de golpe al ver de quién se trataba. —Has logrado esconderte bien.
—Saúl —murmuró.
—Fuiste una maldita malagradecida, le robaste para poder irte con ese hijo de perra. —Evelyn comenzó a temblar y sus lágrimas brotaban descontroladamente.
—Estaba enfermo. ¿Has olvidado lo que nos hacía? Quería llevarme nuevamente con Joshua.
—¡Porque le pertenecías! ¡Había pagado mucho dinero por ti! —Él le dio una fuerte bofetada que la hizo golpear en el coche.
En ese momento Darcel abrió los ojos, se levantó de la cama y la buscó por la casa. Podía sentir su dolor y eso le provocaba una horrible ansiedad. Miró por la ventana y vio a Evelyn con aquel hombre.
—Por favor Saúl no hagas esto.
—Te llevaré con él, te ha estado buscando durante años. —La tomó del brazo y la jaló con agresividad.
Al girarse un fuerte golpe en la cara lo hizo caer. Sin permitirle levantarse y reaccionar, Darcel siguió golpeando con el puño, uno tras otro.
—No debiste tocarla. —Su rostro se llenó de sangre, su nariz estaba rota y sus labios también. Evelyn abrazó a Darcel de la cintura intentando detenerlo.
—Alto, por favor. Lo vas a matar.
—¡Ese es el objetivo! —dijo mientras empujaba a Evelyn para seguir golpeándolo, pero ella se aferró a él
—¡Basta por favor! ¡¡para, para!!
Darcel se detuvo y la miró fijando sus ojos en los de ella llenos de lágrimas. Su atención se fue siguiendo el camino que estás recorrían por su mejilla, hasta pasar cercas de sus labios, llegando a su clavícula y de ahí caer. Soltó un gruñido y volvió a golpearlo, pero ella tomó su brazo para intentar detenerlo.
—No, no lo hagas, ¡¡es suficiente!!
—¡¡Quiero matarlo!! ¡¡te ha lastimado!! —gritó con rabia.
En ese momento una bala perforó su mejilla haciéndolo dar un paso atrás y tambalearse, casi al instante otra pegó en su pecho. Evelyn soltó un grito de terror al ver la fuerte cantidad de sangre que salió de las heridas de Darcel. Él sin prestar atención a estás, lo agarró del brazo que sostenía el arma y se la arrancó. La lanzó al suelo, lo tomó del pie apretándolo tan fuerte que se escuchó como los huesos se rompieron, haciendo que pegara unos alaridos de dolor. Lo arrastró hacia dentro de la casa, mientras Evelyn no paraba de gritar que se detuvieran.
—¡¡Por favor, ya basta!!
Darcel lo arrastró hasta la chimenea, tomó el badil y lo puso en las brasas, al darse cuenta de lo que iba a hacer Evelyn se arrojó a sus pies quedando de rodillas, los abrazó mientras lloraba sin parar.
—No lo mates, te lo ruego. —Él, confundido, la observó desde arriba, sacó el artefacto de hierro y lo regresó a su lugar.
—Levántate. —Se puso en cuclillas para estar a su altura—. No hagas eso por él, ni por nadie.
—No lo mates, es mi hermano —habló despacio entre sollozos. Él asintió con la cabeza y la envolvió en sus brazos. Miró al hombre y este parecía inconsciente.
Ella soltó el llanto desconsolada, el dolor que sentía era tan profundo que no podía parar. Las lágrimas venían de aquellos recuerdos horribles que su propia familia le causó. Darcel pasó su mano por debajo de sus rodillas y la levantó mientras ella se aferraba a su pecho. La llevó a la cama y la recostó, pero seguía agarrada a su ropa, no quería soltarlo. Él se acomodó a su lado, volvió a rodearla con sus brazos y acarició su espalda en repetidas ocasiones. Se mantuvo un rato así, hasta que se calmó. Tomó su mentón y la hizo levantar su rostro, pero ella desviaba su vista para otro lado, no podía mantener la mirada, él observó sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar.
—Evelyn, mírame. ¿Qué es lo que deseas que haga?
—No lo sé, no quiero que lo mates. —Él asintió, besó su frente y se levantó de la cama. Ella tomó la almohada que dejó libre y la abrazó fuertemente quedando en posición fetal.
Darcel abrió un cajón del tocador, sacó una cuerda y cinta, salió de la habitación y observó a Saúl intentando ponerse de pie y le mostró la cuerda con una sonrisa perversa.
—Me alegra por fin conocer a mi familia. Creo que es momento de una charla entre cuñados.
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Espero que les haya gustado el capítulo dejen sus comentarios y votos. Los estaré leyendo. Besos los amo.
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