ATRAPADA EN TU OSCURIDAD

Evelyn se encontraba de pie en el borde de un edificio, todo a su alrededor era oscuridad. El viento helado golpeaba su rostro y movía su cabello con violencia. Ella miró hacia el vacío y luego a su espalda. Observó como una silueta oscura estiraba su mano para alcanzarle, al intentar evitar ser atrapada, se lanzó al vacío.


La sensación de caída la hizo despertar de golpe. Observó qué aún era de noche, habían pasado solo un par de horas. Se sentó en su cama e intentó calmar su miedo. Sintió la boca seca y decidió levantarse por un vaso de agua.

Al salir de su habitación observó a Darcel parado frente a una de las ventanas, con los brazos cruzados y con la mirada fija hacia afuera.

—¿Está todo bien? —Él se giró para verle.

—Parece que tus pesadillas se están volviendo más frecuentes, te ves horrible.

—Creo que a final de cuentas tendré que ir con el psiquiatra, necesito medicamentos para dormir. ¿Qué ocurre Darcel? Desde que volví del hospital te has pasado cuidando las ventanas. No soy estúpida, sé que algo sucede, además tu cara odiosa refleja preocupación. No me mientas, ¿Qué pasa?

—No, si lo eres, y no entenderías. Ve a dormir. —Evelyn rodó los ojos en una mueca de fastidio.

—Podrías explicarme, sé qué tiene que ver conmigo y con lo que pasó ese día.

—En verdad que solo vives para molestarme. Hazme caso y ve a dormir.

Evelyn fue a la cocina, tomó un vaso con agua y lo bebió, salió y caminó hacia él, se paró por un lado, y miró de igual manera a la ventana.

—Sé que algo te preocupa y tarde o temprano lo voy a saber.

Se puso frente a él, alzó la vista hacia él para verle, ya que era muy alto junto a ella. No pudo evitar enfocar su mirada en sus preciosos ojos grises. Era inevitable no perderse en ese brillo tan hermoso. Él también fijó su vista en la de ella, quedándose así por un par de segundos. Puso sus manos a cada lado de su rostro y lo obligó a inclinarse un poco, al tiempo que ella se paró de puntitas y plantó un beso rápido por encima de sus labios.

—No sé qué es lo que pasa Darcel, pero sé que estás preocupado por mí y sé que lo que hiciste ese día también fue por mí. Te lo agradezco. —Él se quedó en silencio y solo le miró, ella se dio la vuelta y caminó a su habitación, antes de entrar lo escuchó decir;

—No lo hice por ti. Lo hice por el juego de los arcángeles. —Evelyn se giró y le sonrió.

—No sé mucho de eso, pero he entendido que consiste en manipular a tu marioneta para que asesine. Recuerdo que tú una vez dijiste que tenías prohibido matar seres humanos, entiendo que eso debe de ser una falta a las reglas, sin embargo, le ocasionaste la muerte a Joshua. Dime, ¿En qué momento mentiste? ¿Ahora?, o ¿aquella vez?

Evelyn observó la mandíbula de Darcel tensarse. Él se giró nuevamente hacia la ventana, fijando su vista afuera con las cejas levemente fruncidas. Ella se quedó un momento mirándolo esperando alguna respuesta, pero él no respondió, fingió ignorar su pregunta. Evelyn regresó a su habitación con una sonrisa de triunfo. Había dado en el clavo. Sus sospechas eran confirmadas. Él verdaderamente se preocupaba por ella.

Se recostó en la cama e intentó dormir. Desde que salió del hospital todos los días tenía pesadillas, le era difícil conciliar el sueño. Cerró los ojos y se quedó profundamente dormida.

🔪

La versión infantil de Evelyn corría por un pasillo oscuro. Miró hacia atrás y vio a un hombre que la seguía con el rostro de un conejo monstruoso. Ella se giró buscando alguna salida y vio una ventana donde otros dos seres la observaban. Sus rostros eran muy similares al del que la seguía, se veían deformes y aterradores.


Evelyn siguió corriendo desesperada a punto del colapso, tropezó y cayó encima de un cuerpo. Lo miró y era ella misma, pero adulta, totalmente ensangrentada. Las cuencas de sus ojos estaban vacías, con la sangre escurriendo como si se los hubieran arrancado. La pequeña comenzó a gritar totalmente aterrada. Se giró y vio a tres de los monstruos, estiraron sus manos para tocarle, del terror sintió perder el propio control de su cuerpo. Un líquido caliente corría de entre sus piernas.

Evelyn despertó totalmente en pánico. Sus gritos eran desgarradores, manoteaba y pataleaba desesperada aún con los ojos cerrados. Los brazos de Darcel la envolvieron tratando de calmarla. La pegó a su pecho y ella comenzó a llorar desconsolada.

Una vez que se tranquilizó se mantuvo por unos minutos recostada en el pecho de Darcel. Sintió el frío entre sus piernas y cayó en cuenta de lo que pasó, levantó su sábana y vio como no solo en el sueño había perdido el control de su cuerpo, sino que en la realidad también.

Soltó un jadeo y cubrió su rostro con ambas manos, sintiéndose totalmente avergonzada. Se sacó de los brazos de Darcel y corrió hacia el baño y se encerró. Sentía tanta vergüenza por lo ocurrido que no tenía el valor para mirarlo a la cara.

Darcel fue tras ella, fácilmente hizo votar el seguro de la puerta y entró, la observó sentada en el suelo abrazando sus rodillas, al verlo ella ocultó su rostro.

—Vete por favor. Quiero estar sola. Necesito asearme.

—Levántate, no tienes que sentirte avergonzada conmigo, soy el único que sabe perfectamente lo que has vivido y entiende tu dolor.

—Por favor, solo déjame un momento a solas —dijo sin dejar de ocultar su cara.

Darcel se puso en cuclillas y la tomó del mentón para obligarla a levantar el rostro. Observó cómo sus lágrimas caían por sus mejillas.

—No te voy a dejar Evelyn, jamás lo haré.

Él se puso de pie al tiempo que la obligó a levantarse, para evitar mirarle, ella lo abrazó ocultando el rostro en su pecho, quedándose así por un rato.

—Te amo —susurró.

Lo sintió tensarse. Se separó de él y dio unos pasos atrás, buscó la llave de la regadera y la abrió. El agua comenzó a mojar su cuerpo, el pequeño y delgado vestido blanco que llevaba, quedó adherido a su piel, volviéndose casi transparente, dejando ver su hermosa figura. Darcel la miró de arriba abajo y después se dio la vuelta para salir. Evelyn lo tomó del brazo impidiéndole irse.

—No, no te vayas.

Él la volvió a mirar con un semblante serio difícil de interpretar. Evelyn soltó su brazo y se quitó aquel vestido mojado, quedando totalmente desnuda frente a él.

—¿Qué quieres? Evelyn, ¿intentas provocarme?

—No, sé que tú no sientes deseo, bueno, ni siquiera sé si puedes hacer lo que un hombre de verdad haría —comentó al tiempo que bajó y subió los hombros para luego darle la espalda y lavarse el cuerpo. Él arqueó las cejas como si le hubiese molestado lo que dijo—. La verdad es que solo quiero que te quedes conmigo.

Él la tomó de la mano y la jaló, sacándola del agua que caía y pegándola de espaldas a la puerta del baño, quedando muy cerca de su rostro, tanto que ella podía sentir su aliento suave y dulce.

—No te imaginas lo que puedo hacerte.

—Yo solo sé y he visto que le tienes terror a la palabra amor. —Él soltó una risa sin cortar la cercanía y ella seguía manteniendo la mirada en el gris de sus ojos.

—No tienes idea del significado real de esa palabra, solo eres una estúpida lujuriosa que lo único que quiere es fornicar.

La respiración de Evelyn se aceleró. Abrió ligeramente la boca como si fuera a refutar algo, pero en vez de eso lo tomó del cuello de su camisa y lo jaló aún más hacia ella para besarlo. Él, sin poner resistencia alguna, correspondió su beso, volviéndose en uno lleno de deseo. Él se pegó más y con una mano apretó uno de sus senos haciendo que ella soltara un leve jadeo. Metió las manos por debajo de su camisa para acariciar su espalda, al sentir su tacto él rompió el beso pegando su frente a la de ella.

—No quiero lastimarte Evelyn.

—Sé que no lo harías —respondió con la respiración agitada.

—No, Evelyn, sí lo haría.

—Sé que no, si yo no lo deseo.

Él dio un paso hacia atrás y la observó hiperventilando, se dio la vuelta como si dudara, regresó y la volvió a mirar. Entrecerró los ojos, se quitó la camisa y comenzó a desabrochar su cinturón.

—¡Arrodíllate! —ordenó y ella sin dudarlo obedeció.

Puso el cinturón en su cuello y lo apretó fuertemente, ella soltó un jadeo sin despegarle la vista. Él se inclinó y lo jaló aun más.

—Yo no soy cuidadoso y mucho menos romántico, lastimaré tu cuerpo y lo dejaré marcado reclamándolo como mío.

—No espero que lo seas y hace mucho que te pertenece.

La tomó del cabello y se inclinó para darle un beso agresivo, mordió su labio inferior haciendo que sangrara. Se enderezó y relamió sus labios. Comenzó a desabrochar su pantalón exponiendo su miembro con una fuerte erección. La tomó del cabello e introdujo su pene a su boca con agresividad, empujándolo casi hasta su garganta. Evelyn no pudo evitar la sensación de ahogo provocándole algunas arcadas. Volvió a repetirlo en varias ocasiones dándole pequeños espacios para que pudiera respirar. Tomó de nuevo el cinturón de su cuello y lo jaló para que se pusiera de pie. Pasó sus manos por en medio de sus piernas y la levantó hasta sus hombros.

La llevó hacia la regadera y la recargó en la pared mientras el agua caía sobre los dos. Pasó los pies de Evelyn a cada lado de sus hombros mientras ella seguía apoyada en la pared, quedando su parte íntima a la altura de su rostro. Él mordió una de sus piernas muy cerca de su entrepierna, Evelyn soltó un quejido de dolor y él comenzó a lamer y a succionar la parte más profunda de su intimidad, ella se aferró a su cabello al tiempo que gemía y jadeaba de placer.

🖤

Al día siguiente el timbre de la casa sonó despertando a Evelyn, ella se giró en la cama buscando a Darcel, pero él no estaba. Se levantó, se colocó una bata y salió a abrir la puerta

—Naty.

—¿Cómo estás, Evelyn?

—Bien, pasa.

—¿Te acabas de levantar?, ya es algo tarde.

—Sí, no podía dormir, después de un rato, por fin lo logré y se me ha hecho un poco tarde. ¿Quieres desayunar algo?

—Ya he comido, pero si gustas te acompaño.

—Está bien, solo déjame cambiarme de ropa.

Evelyn caminó a su habitación y Naty la siguió. Al abrir la puerta vio el desastre que había, la cama parecía haber sido arrastrada medio metro de su lugar, la lámpara de su buró junto con la silla y otras cosas más de su tocador estaban tirados. Nataly la miró extrañada.

—Parece que hubo una pelea.

Evelyn se giró y sonrió. En ese momento Nataly notó algunos morados de su cuello.

—¿Qué te pasó?, ¿estás bien?, ¿te lastimó Darcel?

—No, No, tranquila, yo y él estamos perfectamente. Mejor que nunca.

Evelyn se puso de espaldas y comenzó a vestirse. Se quitó la bata y su amiga se sorprendió al ver la cantidad de marcas y más morados que tenía en su cuerpo, pero ella prefirió no preguntar. Terminó de cambiarse y salieron a la cocina. Evelyn comenzó a preparar el desayuno y Nataly la observaba extrañada. Parecía estar de muy buen humor, cosa que hacía mucho tiempo que no la veía así.

—Te ves muy bien.

—¿Lo crees?, bueno es que he podido dormir mucho mejor hoy.

—Entiendo, me da gusto que por fin logres descansar. ¿Cuál es la información que te dio Darcel?

—Oh, sí. Encontró una supuesta casa hogar para madres solteras y embarazadas con peligro de calle donde Joshua y su hijo tenían negocios. Esperamos encontrar alguna pista de mi hija. Al parecer no solo pertenecen a una red de pedófilos, sino también trafican con infantes. Darcel dice que iremos a ese lugar fingiendo ser una pareja que desea adoptar un bebé. Pienso que será muy divertido.

Evelyn sonrió con un ligero sonrojo en sus mejillas, Nataly la miró con confusión. No sabía si preocuparse por ella o alegrarse de su repentino cambio.

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Familia bonita, Gracias por seguir leyendo, espero que les haya gustado el capítulo, no olviden votar y dejar sus comentarios. los amo

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