EXTRA || the rest of my life
Felicity estaba a punto de colapsar de los nervios.
Miró su reflejo una vez más mientras Cath y Maggie terminaban de arreglar su vestido. Felicity bufó.
El vestido le quedaba perfecto, y no podía verse más hermosa a los ojos de sus amigas, pero ella no lo veía de esa manera.
Según ella, se veía como una maldita vaca. Su pequeño vientre de unas semanas a penas era visible y su vestido ni siquiera era completamente ajustado a su cuerpo, pero ella insistía en que parecía a punto de dar a luz de lo gorda que estaba.
— Te ves tan linda, no puedo con esto —chilló Ivy, al borde de las lágrimas de emoción.
Y entonces Felicity la miró incrédula y se echó a llorar, mientras sus amigas la miraban asustadas.
— No, no, no. Vas a arruinar el maquillaje —suplicó Carrie.
Todas la miraron mal.
— Lo siento, son las hormonas —dijo Felicity mientras sorbía su naríz, intentando dejar de llorar.
— ¿Qué sucede? Además de las hormonas, claro —le preguntó la rubia.
— No lo sé, yo... Simplemente no puedo hacer esto, tengo miedo —miró a sus amigas con lágrimas en los ojos—. Dios mío, ¿y si él no aparece? ¿Y si simplemente decide que no está listo? ¿Y si al final no me gusta pasar el resto de mi vida con él? —comenzó a soltar todas las preguntas que rondaban por su cabeza con la voz temblorosa.
— Las hormonas realmente te ponen idiota —Carrie rodó los ojos.
— No pienses en eso, se supone que es el día más felíz de tu vida, no deberías estresarte por estas cosas —Maggie la tomó de los hombros y la guío al sofá que se encontraba detrás de ellas.
Todas se sentaron dejando a Felicity en medio.
— Dude, ustedes se aman, Dylan te ama, sus ojos se iluminan simplemente con mencionar tu nombre.
— Se aman, carajo, todo estará bien.
Carrie -que estaba al lado de la novia-, tomó sus mejillas y secó sus lágrimas, tratando de arreglar el maquillaje algo corrido.
Entonces, la puerta de la habitación fue tocada y se escuchó la voz de Shawn venir del exterior:
— Em, chicas tenemos un problema aquí —habló.
— Nosotras también, ¿qué sucede? —gritó Maggie.
— Él novio está nervioso —habló ahora Tyler.
— Quiero hablar con Licy —dijo la temblorosa voz de Dylan al otro lado de la puerta.
Felicity asintió frenéticamente en cuanto escuchó a su novio decir eso.
Se levantó del sillón y se dispuso a caminar a la puerta, pero sus damas de honor la detuvieron.
— ¡No! ¡De ninguna manera!
Felicity frunció el ceño hacia ellas.
— Él novio no puede ver a la novia antes de la boda.
— Esas son idioteces —la castaña rodó los ojos.
Ante la severa mirada de sus amigas, Felicity se rindió.
Aunque, aún quería hablar con Dylan, así que todas sus amigas salieron de la habitación, llevándose con ellas a los demás chicos para darles privacidad a futuros esposos, con la condición de que hablarían a través de la puerta, sin verse.
— ¿Cómo estás, bebé? —Dylan fue él primero en hablar.
— ¿Honestamente? Estoy malditamente nerviosa —ambos dejaron escapar una risa, la tensión desapareciendo un poco.
— Yo también estoy nervioso.
— Dyl, tú no tienes este enorme vientre de mujer a punto de dar a luz —dramatizó la actriz.
— Tú tampoco —Dylan rodó los ojos, a pesar de que ella no podía verlo—. No estás gorda, Licy. Tu vientre es casi invisible.
— ¿No lo odias? —hizo un pequeño puchero. Odiaba todas esas emociones que sentía, la hacían sentir insegura e irritable, y no era precisamente la mejor manera de sentirse el día de su boda.
Dylan rió secamente—. Por supuesto que no, amor. Amo es pequeño vientre con mi vida.
Licy sonrió, como probablemente no había hecho en toda la mañana.
Y entonces, dejó salir su más grande duda:
— ¿Estás seguro de esto? Es decir, ¿no vas a arrepentirte? —su voz tembló al preguntar.
— Por supuesto que no —la castaña dejó salir un suspiró—. ¿Y tú? ¿Estás segura de esto?
— Nunca he estado tan segura en mi vida —contestó, está vez sin titubear.
— Te amo, Licy. No puedo esperar un minuto más para pasar el resto de mi vida contigo.
Felicity volvió a sonreír. Dylan también lo hizo.
Dios, estaban a sólo media hora de ser marido y mujer.
— ¿Dyl?
— ¿Uhum?
— Tengo muchas ganas de besarte —susurró.
— Pero las chicas dijeron que no podemos vernos —él realmente quería, pero tenía que admitir que Carrie lo asustaba un poco.
— Al Diablo con lo que digan las chicas —masculló ella, haciendo al chico reír.
Licy abrió la puerta, sonriendo al ver como Dylan se quedaba sin aliento.
Se veía tan hermosa y perfecta. Radiante.
— Deja de mirarme y bésame de una vez, pendejo —y ahí estaba su Licy. Tan adorable y ruda al mismo tiempo. Ni siquiera viéndose tan perfecta y delicada dejaba de ser ella misma.
La actriz tiró de las solapas del traje de Dylan y estampó sus labios contra los suyos, sintiéndose tan llena de felicidad.
Algunos minutos después, las chicas regresaron y por supuesto no estuvieron muy contentas, pero a ellos no les importó para nada.
— Ya está todo listo, cariño. Cuando quieran empezamos —habló la voz de la madre de la novia detrás de la puerta, unos minutos después de que los chicos arrastraran a Dylan de vuelta a la habitación donde se encontraban.
Felicity dejó salir un enorme suspiro.
— ¿Estás lista? —le preguntó Ivy, a lo que ella asintió.
Se miró una vez más en el espejo y esta vez sonrió cuando su vista cayó en su vientre.
➳
Dylan miró de reojo a Tyler y este le sonrió para darle tranquilidad.
El corazón del castaño comenzó a latir desbocado cuando las chicas comenzaron a desfilar por el pasillo hasta su lugar y pudo ver la silueta de Felicity y el señor Ackerman.
Cuando pudo ver claramente a su novia, su sonrisa se hizo tan grande que sus mejillas comenzaron a doler.
Todo el mundo presenció como su rostro se iluminaba cuando y parecía él hombre más felíz de la Tierra cuando la vio.
Hasta que Felicity le sacó la lengua y su sonrisa se convirtió en una mueca de indignación seguida de una risa.
Por fin, la castaña y su padre se detuvieron frente al altar, el señor Ackerman dejó un beso en la frente de su hija antes de entregarle su mano a Dylan.
Ambos se sonrieron cuando entrelazaron sus manos.
— Te amo —artículo Licy.
La ceremonia comenzó pero honestamente Dylan ni presto atención a nada, sus ojos y su mente estaban enfocados en la chica a su lado, en lo hermosa que se veía -más de lo normal- y en lo que a partir de ese día comenzaría.
Nueva casa, nuevo vecindario, nuevas obligaciones, un bebé en camino y tal vez otro después... Una vida juntos.
Y ese simple pensamiento la hacía sonreír a más no poder.
Su atención volvió a la ceremonia cuando fue el momento de pronunciar los votos.
Dylan prometió que las cosas no serían perfectas, pero siempre la haría reír más de lo que la hacía llorar.
Y Felicity prometió que no importa que tan mal las cosas estén, siempre le daría otra oportunidad a su amor.
Se prometieron estar en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta siempre.
Y por supuesto, su sonrisa era más grande que nada cuando ambos dijeron acepto.
— Ya puede besar a la novia.
Ambos se sonrieron y Dylan la tomó de la cintura para atraerla a él y fundirse en un beso que para los dos pareció eterno.
Cuando se separaron, juntaron sus frentes y se quedaron así algunos segundos, mientras los demás los veían con ternura y aplaudían a los recién casados.
— Cumplimos la promesa, ¿no?
— Sip, ahora sólo falta pasar el resto de nuestras vidas juntos.
➳
Falta otro extra bc no puedo vivir sin delicity.
All the love, Soph.
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