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Ahora sé: estoy solo. Yo y mi aliberdad que no sé usar. Gran responsabilidad de la soledad.

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Cuando Bella entró, tuve que controlar los temblores que pasaban por mi cuerpo. Había tanta ira, que sentía como si pudiera explotar ahora mismo. Ella se quedó quieta, sabiendo que yo tenía razones para estar enojada y esa fue, de lejos, la decisión más inteligente que ella tuvo desde que vino a Forks.

Respiré hondo, intentando mantener la calma pero era imposible. Cada vez que respiraba, el olor dulce de Cullen se adentraba por mis fosas nasales. Ese hedor pegado a Bella hacía que mi nariz se rascara y el lobo dentro de mí se agitara y gruñera.

— Me pregunto en qué momento de tu vida pensaste que sería una buena idea salir con un vampiro— La frase salió entre dientes, conmigo aún de espaldas a Bella. No conseguía mirarla ahora, la rabia burbujeando dentro de mí. — Te levantaste en un buen día y dijiste: ¡guau, qué belleza, creo que mi meta de hombre es UN MALDITO VAMPIRO!

Aunque intenté controlarme, mi voz se elevó hasta terminar con un grito de rabia. Estreché mis manos, las uñas clavandose en mi palma como si fueran cuchillas, trayéndome al presente y no dejándome ser dominada por la ira.

— Los Cullen son diferentes, Ada. si estuvieras con ellos, verías que...

— Aunque se alimenten animales, Isabella, ellos no son más que vampiros—Me volteo hacia ella, dando un paso en su dirección. Un paso pesado y significativo, con mi pecho subiendo y bajando descontrolado. — Criaturas horrendas, que necesitan chupar la vida de otro ser para continuar existiendo. Cadáveres que solo permanecen medio vivos porque se alimentan de sangre. ¡Cadáveres que podrían alimentarse de TI!

—Tú no los conoces! — Ella finalmente reacciona, pareciendo nerviosa. Su rostro está rojo y sus ojos abiertos.

Me paro a unos pasos de ella y respiro hondo, sintiendo mi cuerpo temblar más y más.

— Eres estúpida. ¡Eres idiota! Completamente desestabilizada emocionalmente, y usaste a un chupasangre como tu muleta emocional. Codependiente, no sabes vivir la droga de su vida sin tenerlo a su lado. ¡Y por eso quieres transformarte! ¡Convertirse en una de ellos! Lo vi en la mente de la manada, Bella! — Rosno. — ¿No piensas en Renee? ¿Y en Charlie, que ha pisado tantos malos momentos contigo? Eres una pésima hija, egoísta y solo piensas en ti misma. Papá casi se fue al infierno cuando huiste a Italia, y por eso estoy aquí!

— ¡No te pedí que vinieras, Ada! No te pedí que hicieras de niñera. ¡Déjame en paz, no eres nadie para decirme con quién debo o no quedarme!

Con eso pierdo la paciencia, cruzando el espacio que hay entre nosotros y agarro el cuello de su blusa, levantándola unos centímetros del suelo.

— No, no fuiste tú quien me llamó aquí. Fue Charlie— Hablo bajo, la voz saliendo a la espera. — Él me llamó porque su hijita es una maldita suicida. Has vivido el infierno en el último año, Isabella, y Charlie ha sufrido contigo. ¡Por supuesto que ha sufrido, es tu padre, carajo! — Aprieto aún más mis manos en los paños, sintiendo que sus propias manos agarran las mías para que yo la soltara. — Tú no entiendes eso. No entiendes por qué eres una egoísta de mierda que sólo piensa en su propio ombligo.

La mirada de Bella estaba en pánico, mientras su respiración parecía atrapada en la garganta.

—Ada, suéltame. tu... estas temblando mucho. te vas a transformar y me vas a lastimar!

— ¿No es eso lo que querías, pequeña mierda? ¿suicidarte? ¿Puedo hacerte este favor— Las palabras salen en un gruñido y, sorprendida, me alejo.

Bella cae de rodillas en el suelo, blanda y pálida, mientras yo miro mis manos. Asustada. La loba había... ella tomó posesión de mi temperamento por unos segundos y yo... el control había desaparecido.

De repente empecé a sentir una urgencia descomunal, mezclada con preocupación y un sentimiento más. No eran mis sentimientos, no eran mis emociones...

Jacob.

Volví a gruñir y a temblar.

Bella ya se había levantado e iba despacio hacia la puerta, intentando no llamar mi atención. Pero el estruendo que vino cuando la madera se abrió fue lo que me asustó.

Jacob irrumpió por la puerta, mirando asustado a Bella y luego corrió hacia mí. Sus manos estaban en mis hombros segundos después, y él me tiraba por la puerta, llevándome hacia el bosque.

Mi cuerpo temblaba compulsivamente mientras los brazos de Jacob me guiaban. Cuando por fin me soltó y vi que no tenía oportunidad de lastimar a nadie, me transformé. Y siguiéndome, Jacob también se transformó. Cuando nuestras mentes se conectaron, la ira empeoró. Ver la forma en que miró a Bella desde su punto de vista, sus ojos y sus sentimientos, me hizo enojar aún más.

No podía pensar con claridad. En un momento, me imaginaba mordiendo a Jacob con toda mi fuerza, y al siguiente lo estaba atacando.

Con mi pata le di un golpe en la cabeza, mi boca yendo hacia su yugular e intentando morder donde yo conseguía.

¡Ada, deja de hacer eso!

Su voz me enfureció más, resonando en mi mente. Gruñí fuerte, mis dientes clavandose entre los pelos de él. Oigo su graznido, y él finalmente reacciona, viniendo hacia mí y parando.

¡Ada, detente! Su voz es urgente y preocupada, jadea, y siento un sabor agrio en mi boca, así como un dolor creciendo dentro de mí. ¡Estás dejando que la ira se apodere de ti! ¡Cálmate!

La loba se retuerce dentro de mí, viéndome tan patética por los ojos de Jacob. El llanto crece en mi garganta, dejando salir un lloriqueo.

Lo siento, Jake... lo siento! hipo por el pensamiento, encogiéndome en forma de lobo. Ya no quiero ser lobo, el sabor de la sangre en mi boca me hacía sentir dolor. La loba dentro de mí lloraba por haber lastimado a su compañero, y su dolor resonaba dentro de mí. Mi cuerpo fue cambiando, transformándome en humana y, cuando me vi en mi piel original, abracé mi cuerpo, temblando por el llanto compulsivo que finalmente pudo ser sacado.

Casi mato a mi hermana... herí a Jacob.

Sentí que los brazos me rodeaban, la piel de Jacob tocaba la mía. Mi cabeza fue puesta en su pecho, mientras él se acostaba en el suelo junto a mí. Me encogí más en sus brazos, las lágrimas cayendo por mi rostro.

Oí ruido de hojas y palos rompiéndose, y la respiración de Bella se acercaba. La rabia estaba presente, pero había sido subyugada por el dolor.

— ¿Cómo está? — El susurro de Bella me ha llegado al oído y me ha estremecido.

Jacob pasó las manos por mis hombros, apretándome más cerca de él.

— Las emociones se salen de control en las primeras semanas— Su voz es baja, pero no puedo ver su expresión. Mis ojos cerrados no querían abrirse a lo que había sucedido.  —Ella va a estar bien.

Bella permaneció en silencio por un tiempo, solo estaba mi llanto rompiendo el silencio del bosque.

— Pensé que iba a atacarme.

— Ella iba a hacerlo. Pero no la culpo. El olor de Cullen debe haberla dejado con los nervios a flor de piel— Él se queda quieto por un momento. — Creo que será mejor que nos dejes solos, Bella. Ada me necesita ahora.

Perdón por la tardanza, pero por fin aquí está el capitulo, gracias por leer, 100+ votos siguiente capitulo!