❝O7. - 𝙈𝙖𝙨 𝙥𝙧𝙤𝙗𝙡𝙚𝙢𝙖𝙨 ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Más problemas
╰───⌲Cap. 𝐎𝟕. ༣. . ·
La semana había pasado, y tus padres habían regresado, por lo que regresaste a casa. Tus padres le agradecieron a Izuku por cuidarte, a lo cual él dijo que no había problema, que se la habían pasado demasiado bien.
Eran la una de la tarde, y estaban en clase de Metodología de la investigación, una materia demasiado aburrida, ya que no le veías sentido alguno para el futuro, pero debías de estudiarla para poder pasar la materia.
Estaba a punto de terminar la clase, cuando Leonardo entró corriendo a tu habitación. Te sorprendiste al verlo llorar, debido a que él no era de ese tipo de personas que demostraban sus sentimientos a los demás, solamente los demostraba cuando se sentía en confianza.
—¡___! -exclamó.
—Órales, ¿qué pasó? -dijiste, quitándote tus audífonos.
—Alma fue atropellada -esas palabras cayeron como balde de agua. Lágrimas comenzaron a salir de tus ojos y escribiste por el chat de la plataforma que te retirarías debido a problemas personales, por lo que el profe te dio permiso y saliste de la clase, para después, salir corriendo de la casa, y con Leo, dirigirte al hospital.
Todo tu cuerpo temblaba, tu vista se nublaba, no escuchabas nada a tu alrededor. Tenías miedo de lo que le podía pasar a Alma, tenías demasiado miedo. Querías que ella se recuperara y siguiera adelante. Todavía tenía una niña a quien buscar, una niña a quien cuidar y a quien amar. Ella tenía que levantarse y recuperarse, para poder encontrarse con su hija.
Tu mano fue sujetada suavemente, volteaste a ver a Leonardo, quien no despegaba la vista del camino mientras manejaba, notando como tenía los ojos llorosos y rojos por la noticia. Si así la estaban pasando ustedes, no querías imaginarte como se la pasaría Abi cuando se enterara de la noticia.
• • •
Al llegar, te encontraste con tus padres, los padres de Leo e Izuku. Todos estaban llorando, se veían demasiado tristes y nerviosos. Todos estaban temiendo lo peor. Esperaban que las noticias fueran buenas, que les dijeran que ella se iba a recuperar, que ella estaría bien para recibir en brazos a su hija.
Izuku salió corriendo hacia ti al notar la presencia de ambos, para abrazarte debido a que vio el mal estado en el que estabas, por lo que no dudaste en corresponder el abrazo. Te aferraste a su camiseta, querías liberar todo lo que sentías.
—___-san -susurró. Él también la estaba pasando mal, le tenía demasiado cariño a Alma, la veía como una madre. Esa figura materna que tanto Camila como Alma le daban. El ver que una de las personas importantes en tu vida estaba sufriendo le dolía el corazón, no quería admitirlo, pero tenía demasiado miedo.
Sollozaste en su pecho. Izuku dejaba besos en tu cabeza en forma de consuelo, siendo vistos por tus padres, por Leonardo y sus padres. Ellos dejaron que demostraran su apoyo el uno al otro por unos minutos más.
—Todo estará bien -sonríe- Te lo prometo -él sabía que esa promesa posiblemente sería una completa mentira, pero lo hacía para convencerse a sí mismo y a ti de que todo iba a estar bien.
Ambos se acercaron a los adultos, sin embargo, el doctor que había atendido a Alma había llegado, con una cara que preocupó a todos.
—¿Familiares o amigos de la señora Alma? -preguntó.
—Aquí doctor -dijo el padre de Leo- ¿Cómo está ella? -preocupado.
—Graves torceduras, ambas costillas rotas, varios huesos rotos, ambas piernas con inmovilidad, además de que su cráneo fue quebrado -suspiró- Es un milagro que quede viva después de ser atropellada a ese grado. La señora está despierta, es un milagro que eso suceda, pueden pasar a verla, pueden pasar primero los adultos y después los niños si desean verla. Eso sí, no hagan que se esfuerce demasiado
—Pasaremos nosotros, queremos que los niños se preparen mentalmente para verla -dijo la madre de Leo.
—Bien, entonces síganme -dijo.
Los cuatro adultos siguieron al doctor, y los tres adolescentes se quedaron en ese mismo lugar en un silencio sepulcral.
—Iré por algo de comer ¿Desean algo? -Leo preguntó. No tenía ánimos para ir y comprar algo, pero lo hacía para mantener su mente distraída, aunque sea por un momento.
—Así está bien Leo, gracias -dijo Izuku. Ambos voltearon a verte, pero simplemente negaste con la cabeza, sin ánimos de siquiera responder adecuadamente.
—De acuerdo, los dejo solos -Leo se fue y ustedes se quedaron solos en el lugar.
—¿Y si ella no se recupera?
—Claro que lo hará, todavía debe de ver a su hija ¿No es así? -sonríe.
—Es cierto -voltea a verlo- No hay que perder las esperanzas
Minutos después llegó Leo, con algo para comer y botellas de agua para cada uno. Leonardo literalmente los obligó a cada uno a comer, aunque sea un poco, no podían estar con el estómago vació, ya que podrían enfermarse.
• • •
Al cabo de media hora los adultos regresaron, y dieron el permiso a los adolescentes en visitar a Alma.
El primero en pasar fue Leonardo, y después entraron Izuku y ___.
—Hola Alma -sonríe, limpiándose las lágrimas- Espero te recuperes pronto
—Muchas... gracias... mi niña... -sonríe débilmente
—Debes de estar bien para cuando llegue tu hija -Izuku tomó la mano de Alma- Y podrán ser felices de nuevo
—No quiero que cuando Abi regrese, le tenga que decir que ya no estás en este mundo con nosotros -sollozó.
—Debes de estar bien, por tu hija y por los demás -Izuku deja encima del pecho de Alma, la mano que sostenía.
—Mis... niños... no... lloren... -débilmente, levanta la mano y la coloca en la mejilla de la joven- Mi niña... -suspiró- Sé que... no... me queda... mucho tiempo... -sonríe- Es... por eso... que quiero... que ustedes... se hagan cargo... de mi niña... en caso de que... ella aparezca... y yo ya no esté... en este mundo -ríe.
—No digas eso alma -sollozó el castaño- Debes de estar bien, vas a estar bien -te niegas a aceptarlo. Dolía, dolía demasiado.
—Mi niña... -voltea a ver a Izuku- Izuku... -sonríe- Quiero... que me prometan... que ustedes... cuidarán a Abi... cuando... yo ya no... este aquí...
Ambos sollozaron un poco más fuerte, pero asintieron sin siquiera dudarlo.
—Muchas... gracias... Los quiero... a todos... -sonríe feliz, y con eso, su corazón dio su último latido, dejando ese mundo donde vivió hermosas experiencias.
• • •
Dolía, dolía demasiado el ver partir a una persona importante en su vida. A una persona que te vio crecer desde pequeña, a una persona a quien veías como un integrante de la familia. A quien veías como una madre.
Una caricia en tu cabeza llamó tu atención. Al parecer estabas temblando demasiado. Estabas teniendo un ataque de ansiedad y no te habías dado cuenta. Te abrazaron y te sentaron en el regazo de alguien, para sentir unos brazos rodeando tu cintura y leves caricias en la espalda.
—Tranquila -besa tu cabeza.
—¿Cómo quieres que esté tranquila? -sollozaste, aferrándote a la camiseta del pecoso. ¿Cómo podía pedirte algo así, sabiendo las cosas que acababan de suceder?
—Lo sé, lo sé, sé cómo te sientes -sobó tu espalda- Pero piensa en que ella no querría verte así, así que mantente feliz, no nada más por ella, también por Abi -acaricia tu mejilla.
—Abi... -susurraste- Tienes razón... -sonríes- Todavía debo de ver por la niña -limpias tus lágrimas.
Tu padre entró a tu habitación, frunciendo un poco el ceño al ver la extraña posición en la que Izuku y tú estaban.
—Niños, los esperan abajo, es importante -salió de la habitación.
Ambos bajaron a la sala de estar, y se encontraron con Fernando, el ex-abogado de Alma y a tus padres.
—Buenas tardes -dijo.
—Buenas tardes -contestaron al unísono.
—Si no es mucha molestia, vengo a platicar acerca de la custodia de la menor, Abigaíl, hija de la señora Alma
—¿De acuerdo?
—Para empezar, sabemos que la menor está desaparecida -abrió su mini maleta- Pero eso no impide que la custodia pase a alguien una vez aparezca ¿De acuerdo?
Ambos asintieron, estando de acuerdo a lo que dijo el abogado.
—Bien, debido a que ningún familiar de la difunta señora alma quiere hacerse cargo de la menor una vez aparezca, se ha estado investigando y hemos llegado a los resultados, de que usted, señorita Gutiérrez, ha estado cuidando de la menor desde que era pequeña -dijo- Y usted, joven Midoriya, al ser la pareja de la joven, ha estado ayudando a la señorita a cuidar a la menor, ¿o me equivoco? -ambos negaron- Bien, en este documento aparecen las personas que tendrán la custodia de la menor una vez aparezca -entregó un folder con el documento dentro.
Tomaste el folder y lo abriste, comenzaste a leer, y más era la sorpresa al darte cuenta de quienes eran los nuevos tutores legales. Al parecer Alma no estaba jugando.
Los nuevos tutores legales eran nada más y nada menos que Izuku y tú. Sorprendida, le diste el documento a Izuku, y este, al leerlo, volteó a verte sorprendido, como si no se lo creyera.
—Sé que ambos están sorprendidos, pero así suceden las cosas -confesó- Investigamos bastante bien, y nos dimos cuenta de que tienen buena posición económica, por lo que la señora Alma decidió que ustedes serían unos buenos padres adoptivos para Abigaíl -dijo.
Ambos voltearon a verse, todavía sin creerse la información que les estaban dando.
—Obviamente, si ustedes aceptan, y si lo hacen, firmen, por favor, de lo contrario, la menor será enviada a un orfanato -dijo, entregándoles un bolígrafo.
___ sin dudarlo, tomó el bolígrafo y firmó. Izuku seguía dudando, ya que a pesar de querer hacerlo, no sabía cuándo volvería a su dimensión, por lo que no podría cuidar a Abi si es que ella regresaba a esta dimensión.
Quedó pensativo unos minutos, tratando de pensar cuál era la mejor opción, pero tomó el bolígrafo y firmó, dando así a entender, que él también se haría cargo de ella una vez Abi regrese a casa.
Entregó el folder, bajo la atenta mirada de los tres adultos, el abogado lo tomó y sonrió.
—Bien, con eso finaliza todo, sé que serán unos buenos padres para la menor una vez que ella regrese. Me tengo que retirar, debo de entregar el reporte, con permiso -tomó su mini maleta y salió de la casa.
Sin duda algo de lo que no se arrepentirían en el futuro.
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