❝O7. - 𝙀𝙨𝙩𝙧𝙚𝙣𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙘𝙪𝙖𝙧𝙩𝙤 ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Estrenando el cuarto
╰───⌲Cap. 𝐎𝟕. ༣. . ·
___ sonrió y levantó su mentón con uno de sus dedos. Las pupilas del muchacho estaban totalmente dilatadas, sus mejillas rojas y sus nudillos blancos por la resistencia de sus manos. La pelicafe hizo su cabello hacia atrás y se sentó correctamente en el regazo del peliverde. Acarició sus mejillas, su frente, su cabello, hasta llegar a su pecho, que comenzó a subir y a bajar.
—Mírame -exigió tomando su mentón.
La mirada esmeralda de Izuku cruzó con la suya. La joven acercó sus labios a su boca y comenzó un beso posando sus manos en los anchos hombros de su pareja.
Izuku accedió gustoso y enterró sus dedos en la cintura de su compañera. Comenzó a mover sus labios con fiereza a la par de comenzar a levantarse para poder cargarla. Dicho esto, ___ enredó sus piernas en la cintura del muchacho sin separarse del beso fogoso que se había desatado.
El calor inundó la habitación y los pasos del muchacho se dirigieron hacia su cama. Con mucho cuidado y sin separarse, la depósito sobre el colchón y admiro su belleza; sus largas pestañas cerradas, sus mejillas rojas, su cuerpo caliente, le parecía totalmente hermosa.
Detuvo el beso y cruzó su mirada con los orbes azules de la joven, dando a entender que si quería seguir. Ella giró la cabeza hacia un lado, exponiendo su blanco cuello que no dudó en atacar. Lamió y chupó con cuidado aquella zona tan sensible para ella, su lengua recorría cada parte de su cuello y dejaba ligeras marcas que se mantendrían hasta el día siguiente.
Bajó de su cuello a la clavícula, dejando un rastro mojado a su pasó. Ella gimió ante el contacto y se estremeció de placer debajo del cuerpo de midoriya. Izuku aprovechó para separarse y desabrochó cada uno de los botones de la blanca camisa que llevaba. Los ojos de ___ se abrieron de par en par y dirige una de sus manos al torso de muchacho. Delineó con la punta de su dedo, cada uno de sus abdominales y sonrío embobada.
Arqueó la espalda y permitió que se deshiciera de su camisa blanca, además de sus pantalones negros, dejándola totalmente expuesta para él. Aquella ropa interior de color oscuro cautivo a los ojos de midoriya, y acarició su vientre con la punta del dedo índice, causando espasmos en el cuerpo de la joven.
Ella devoró sus labios una vez más y permitió desabrochar el sostén que cayó de la cama al lado de la ropa que ya estaba en el suelo. El joven admiró los senos de aquella joven, pero no siguió con ellos. Volvió a besarla y la levanto junto a él, tomando sus mejillas entre sus manos. ___ acarició su pecho y juntó sus cuerpos, recostándose de nuevo en la cama con él encima de ella. Una de las manos del muchacho se dirigió el seno derecho y la apretó con sumo cuidado.
Acarició la superficie para poder apretar aquel botoncito que encendió a la joven. Bajó de nuevo hacia ella y bajo desde la clavícula hasta su seno, lamiendo el pezón y mordisqueando con mucho cuidado. ___ gemía y se retorcía de placer bajo el cuerpo de Izuku, una de las manos del muchacho bajó hacia las bragas de la joven y con uno de los dedos la acarició por encima de la tela.
La joven ya estaba mojada, y escondía su rostro rojo en el pecho del muchacho. Izuku sonrío ante su timidez y lamió el arco de su oreja y mordisqueo su lóbulo para después soplar. Los ojos azules de ___ se cerraron con aún más fuerza y decidió cobrar venganza.
Sin que Izuku se diera cuenta, bajó una de sus manos con cautela y acarició el bulto del pantalón de izuku. El joven gruñó y detuvo sus movimientos. La joven sonrío victoriosa y liberó la creciente erección del muchacho y lo masturbó con cuidado, subiendo de arriba a abajo.
Un gemido salió de los labios del muchacho y echó la cabeza hacia atrás. ___ aprovechó para empujarlo hacia atrás y quedar sobre él a ahorcadas. Izuku tapaba su rostro con las manos y la joven recorrió con besos húmedos su abdomen, luego la pelvis, hasta terminar frente al falo erecto del muchacho. Acarició con sus manos la punta rojiza del glande y atrajo sus labios hacia él, besó la cabeza y abrió su boca para introducirlo en ella.
La sensación de la lengua caliente de la joven volvió loco a izuku, que apretaba la sabana, mientras que la otra tapaba sus ojos. Los sonidos lascivos y obscenos no tardaron en llegar a los oídos de la muchacha, sin embargo, ella no se detuvo. Seguía recorriendo su miembro de arriba a abajo y con sus manos lo sostenía.
Izuku separó uno de sus ojos para poder observarla y soltó un jadeo audible para ella al sentir el nudo crecer en su vientre. La joven seguía realizando su felación, retorciendo de placer al joven, que poco a poco se acercaba a dicho orgasmo. Faltaba poco, y de manera orgullosa, separó la boca de la joven de su pene y jadeó para luego besarla.
Recostó a ___ de nuevo y bajó directo hacia esa entrada prohibida para él. Lamió la parte inferior de sus muslos y retiró sus bragas para luego arrojarlas al suelo. La joven intentó cerrar las piernas, pero él no lo permitió. Conectó sus miradas una vez que se encontraba frente a esa húmeda entrada y prosiguió a lamer el interior.
Ella gimió, mordiendo su mano y soltó un jadeo con cada movimiento que el muchacho hacía. Una oleada de calor fusionada con placer recorrió su cuerpo entero al sentir la lengua del muchacho al estimular aquel botón repleto de nervios. Jadeó con fuerza, y de manera inconsciente, llevó una de sus manos a los cabellos verdes de Izuku.
Izuku seguía con sus movimientos enloqueciendo a la joven, y decidió subir la intensidad, al mordisquear su clítoris con la punta de sus dientes. Una sensación de presión se situó en su vientre, y quería liberarse. Jaló un poco más los cabellos de su pareja y después del último mordisco en su clítoris, se vino por completo con un sonoro gemido.
Hiperventilando, acarició las mejillas del muchacho y le dedicó una débil sonrisa.
—Si quieres que pare, dímelo -besa la punta de tu nariz.
La joven asintió y echó la cabeza hacia atrás cuando Izuku insertó un dedo dentro de ella. Las paredes de la joven se contrajeron, apretando del dedo del muchacho, y la fricción que este hacía, le fascinaba, la volvía completamente loca.
—¡N-No... Pares! -gimió cuando el segundo dedo fue insertado.
Izuku siguió moviendo sus dedos con bastante agilidad, y decidió juntar sus labios para distraerla. ___ empezó a jadear con más fuerza y con otro sonoro gemido cuando llegó a su segundo orgasmo.
Midoriya dejó que la joven se relajara un poco y se acomodó entre sus piernas. Del cajón sacó un condón, lo abrió con los dientes, y con cuidado se lo colocó.
—Ya lo sabes, si duele, dímelo y pararé -___ asintió ocultando su rostro en el cuello del muchacho.
El joven tomó su pene entre sus manos y lo insertó dentro de la cavidad de la joven. Avanzó con suma lentitud en su interior y besó sus labios con fervor y dulzura. Un dolor muy leve, como el de un pinchazo, hizo que la joven se estremeciera, e Izuku se detuvo.
—Espera... Un poco -pidió en un hilo de voz. El peliverde obedeció y beso y chupó su cuello, su mano se dirigió hacia su clítoris y con sus dedos comenzó a estimularlo en círculos, para hacer que ella se acostumbrara a su tamaño.
Después de unos escasos minutos de estar inhalando y exhalando, asintió. Izuku retomó su camino y jadeó al sentir como su miembro era apresado por las paredes vaginales de ___, soltando suspiros, siguió adentrándose hasta su mayor límite, y empezó a moverse de adentro hacia afuera con suma lentitud.
Las estocadas de Izuku eran lentas, suaves y a la vez firmes, dando una sensación de placer que necesitaba ser saciado. La joven gemía débilmente debajo del muchacho, pero tan avergonzada estaba que no sabía si pedir que fuera más rápido.
Izuku comenzó a impacientarse y apretó su agarre de la cintura de su pareja. La velocidad y fuerza de sus estocadas aumentó y comenzó a moverse con vehemencia e impaciencia. La joven puso los ojos en blanco y aferró una mano en el cabezal de la cama y la otra en la espalda del peliverde.
—¡M-Maldición! -gimió la joven.
Ambos estaban perlados en sudor, y podía notarse lo excitados que ambos estaban. El joven gruñó y alzó las caderas de la muchacha. Había estimulado el punto dulce y enfocó toda su fuerza en aquella zona. Los jadeos se volvían más profundos, el vapor de sus bocas por el frío aumentó, el sonido del choque entre sus pieles acompañado de los gemidos eran lo único que se escuchaba en la habitación, dando a entender que el tan anhelado clímax se estaba acercando.
___ cada vez se sentía más cerca del tan añorado orgasmo. Sus paredes se contraían y estimulaban el miembro de Izuku, que poco a poco fue irregulando su respiración junto con las embestidas que realizaba. Cada vez más cerca, una... Dos... Tres... Cuatro... Y cinco.
La pelicafe arqueó su espalda, chocando sus pechos con el torso de su pareja. Sus paredes se contrajeron lo suficiente como para que Izuku llegará al clímax junto a ella, esparciendo su semilla dentro del condón. Izuku cayó rendido sobre ella, y tuvo cuidado de no aplastarla, su respiración era entrecortada e hiperventilaba, al igual que la joven, que se había acostado a su lado.
Ambos estaban agotados, hace mucho que no lo hacían, todo ese deseo había sido saciado en ese pequeño momento.
Izuku se quitó el condón y lo botó. Ambos voltearon a verse, y sonrientes se dieron un corto beso. Izuku tomó en brazos a ___ y se dirigieron a la ducha de la habitación. Ambos se ducharon con bastante calma y tranquilidad, con caricias de por medio.
Al salir se pusieron sus pijamas, cambiaron las sábanas por unas nuevas para no tener que dormir entre los fluidos de ambos. Abrieron un poco las ventanas, para que el olor no quedará atrapado en la habitación.
Una hora después, ambos ya se encontraban descansando en la cama, abrazados el uno al otro. Definitivamente, necesitarían demasiadas horas para dormir, después de mucha acción.
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