❝O6. - 𝘾𝙡𝙖𝙨𝙚𝙨 𝙮 𝙙𝙤𝙧𝙢𝙞𝙩𝙤𝙧𝙞𝙤 ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Clases y dormitorio
╰───⌲Cap. 𝐎𝟔.༣. . ·
Habías despertado hace unas horas, Recovery Girl Te dijo que irías a la clase 3-A, por petición del director Nezu. Le preguntaste la razón, y ella dijo que era porque en caso de que tu quirk se descontrole, Aizawa esté ahí para borrarlo y no causar daños a nadie, como cuando rescataron a Eri.
Te había dado tu uniforme y te lo colocaste. El uniforme era de tu talla exacta, suponías que tu madre les había dicho tu talla. Por una parte, te gustaba el uniforme, pero, por otro lado, te quedaba algo corto, ya que si te llegabas a agachar, aunque sea un poco, se podía ver tu short que tenías por debajo. Aizawa llegó minutos después y te llevó al salón, por los pasillos ya había demasiados alumnos, por lo que no pasaron desapercibidos por ellos.
Varios murmuraban entre ellos, preguntándose quien eras tú. Algunos te lograron reconocer, debido a que una vez te vieron besarte con Izuku, por lo que eras conocida como "La novia del chico vigilante". También notaste a las chicas que la otra vez ayudaron a su amiga a declararse a Izuku. La chica tenía ojos rojos y ojeras, ella te veía con odio, pero no podías hacer nada. No era tu culpa de que Izuku se haya enamorado de ti.
Al llegar al salón, Aizawa entró, haciendo que todos guardarán silencio.
—Tenemos una nueva alumna, adelante, puedes pasar -habló.
Con algo de timidez te adentraste al salón. La sorpresa en el rostro de todos no se hizo esperar. No le habías dicho a nadie en que salón estarías, solamente les comentaste que estarías en el curso de héroes y ya.
—Se unirá debido a que yo estaré a cargo de que pueda manejar su quirk completamente -dijo- Bien, ___, te sentarás delante de Midoriya -dijo.
Te dirigiste a tu asiento.
—Bien, comencemos con la clase
• • •
Había pasado una hora, y la clase había terminado. Izuku, Leo y tú se encontraban platicando por videollamada, hasta que Leo puso una canción, que a pesar de ser algo vulgar, le encantaba a los tres.
—¡Duró dos horas haciéndolo bien rico! ¡Woah! -exclamó Leo.
—¡De las chicas soy su favorito! -continuó Izuku.
—¡Todas dicen que me aman! -exclamas.
—¡Todas me quieren en su cama! -cantaron al unísono.
Los tres rieron, sin percatarse de las miradas curiosas que les daban los demás. Ellos tenían curiosidad de que era lo que decían, pero no querían interrumpirlos en su momento de karaoke.
Por otro lado, Katsuki al escuchar la voz de Leo, se sonrojó demasiado. Desde que había sucedido ese incidente con Leo, no le había dirigido la palabra.
Bien, para entrar en contexto. Unos días después del nacimiento de Natsuki, Katsuki había ido a la cocina a tomar un poco de agua, sin siquiera darse cuenta de que Leo estaba detrás de él; por lo que, al darse la vuelta, Leo y Katsuki quedaron cara a cara, a centímetros suficientes como para sentir la respiración del otro.
Katsuki se apartó de inmediato y, sin siquiera decir nada, salió corriendo de la cocina, con un gran sonrojo en el rostro. Leo trató de decir algo, pero las palabras simplemente no salían de su boca.
Después de eso, Leo había tratado de dirigirle la palabra, pero Katsuki siempre se retiraba del lugar. Leo platicó con ___ acerca de la situación, pero solamente le dijo que le diera tiempo y espacio, que luego se le pasaría.
Luego de un par de días, ___ notaba que Katsuki no le dirigía ni la mirada a Leo, por lo que dedujo, que todavía no habían arreglado ese asunto. Ella misma trató de ayudar a Leo, pero él simplemente le dijo que eso era entre él y Katsuki, por lo que ella no tenía que meterse, aunque le agradeció por su ayuda.
• • •
Habían pasado todas las clases que tocaban, y por fin era la hora del almuerzo.
Izuku y tú iban tomados de la mano, y se dirigían al comedor. Leo había salido minutos antes debido a que Kaminari y Kirishima prácticamente lo arrastraron con ellos.
Al entrar a la cafetería se dirigieron a los puestos.
—¿Qué deseas comer? -pregunta Izuku, viendo el menú de ese día.
—Desde hace mucho quiero comer soba -sonríes, apuntando una parte del menú.
—Soba será entonces -sonríe.
Izuku pide un plato de katsudon de cerdo, y un poco de soba para ti junto con un poco de arroz.
Al tener ya su comida se dirigieron a una mesa, donde se encontraban Todoroki, Uraraka, Iida y Tsuyu.
—Hola ___-chan -Uraraka sonríe.
—Hola Ochako, hola chicos -saludó.
Cierto, desde la mañana, ambas arreglaron todo lo que había sucedido entre ustedes, por lo que ahora ambas son amigas que se llaman por sus nombres, algo que le agradó demasiado a Izuku.
Todos se pusieron a comer un poco, pero pudiste darte cuenta de que Todoroki no dejaba de tener su mirada puesta en ti.
—¿Sucede algo Todoroki? -preguntaste.
—Está muy caliente la soba ¿No es así?
Asentiste, por lo que esté coloca su mano cubierta de hielo cerca de la soba, enfriando la soba al instante.
—Muchas gracias -sonríes.
Llevaste un poco de la soba a tu boca, y podías notar la clara diferencia de cuando estaba caliente y cuando estaba frío.
—Me gusta más frío -ríes.
—Me alegro -neutral.
Todo esto bajo la atenta mirada de todos los de la mesa. Izuku sintió celos, pero se esfumaron de inmediato al ver a Present Mic entrar a la cafetería con Natsuki en brazos.
Los murmullos no se hicieron esperar, preguntándose de quién era la bebé en brazos.
Mic se acerca a tu mesa y tú volteas a verlo.
—Una princesa quiso venir a ver a sus padres -sonríe, y te la entrega en brazos.
—Gracias Mic-sensei -agradeces con una sonrisa. Acariciaste la mejilla de tu hija, quien inmediatamente comenzó a reír.
—No hay de que little girl, cuentas con mi ayuda en cualquier momento -revuelve tu cabello- Los dejo, debo de ir a almorzar
—Que disfrute su almuerzo sensei -sonríes.
—Gracias, pequeña -se retira de la mesa.
Ninguno de ustedes se percató de todas las miradas de sorpresa de todos los alumnos.
• • •
Las clases habían terminado, y antes de irse, el director mandó a hablarte, te dijo que tenías una habitación en las residencias.
El director te entregó una tarjeta negra, te dijo que la ocuparas sin problema en todo lo que necesitaras para decorar la habitación.
Al principio te negaste, pero el director insistió en qué la usaras. Al final aceptaste.
Hace un par de horas habían regresado de comprar todas las cosas, por suerte todo lo que habían comprado, era fácil de armar.
Con ayuda de Izuku, comenzaron a pintar cada una de las paredes de la habitación a tu color favorito.
Natsuki se encontraba con tu madre, debido a qué le pidieron de favor que se la llevara, ya que estarían arreglando las habitaciones, y no podrían estar cuidándola.
—Me gusta este color -sonríes.
—Es bonito -dijo Izuku.
Siguieron pintando un par de horas más, y mientras esperaban a qué secara, se pusieron a sacar cada uno de los muebles y decoraciones que necesitarían.
Al ya estar todo seco, acomodaron primero los muebles, colocaron una cama algo grande para dos personas pegada a la pared de la derecha de la entrada.
Frente a la cama estaba tu librero, donde tenías todos tus libros favoritos, que además usabas como inspiración para poder escribir los tuyos. A la derecha del librero estaba tu escritorio color blanco, decorado con un par de plantas. Además de que había una silla bastante cómoda para poder trabajar. A la derecha de la cama, estaba una cuna para Natsuki, frente a esta estaba una alfombra afelpada color blanco y encima de esta, había una pequeña mesa. Las esquinas de la habitación tenían luces led. Al lado izquierdo de tu cama, pegado al armario, estaba un espejo de cuerpo completo con luces alrededor. Al lado de la ventana, cerca de la cuna, había un tocador, lugar donde podías colocar todo tu maquillaje que utilizabas. En el balcón, había una mesa y dos sillas. Había luces colgando en la pared y en la barandilla.
Finalizaron de decorar, el cuarto, notando que era bastante cómodo como para poder sobrevivir ahí lo que queda del ciclo escolar.
Izuku se acerca a ti y rodea tu cintura con sus musculosos brazos. Te pusiste nerviosa, ya que comenzó a acariciar tu cintura delicadamente con sus dedos.
—¿Qué haces? -nerviosa.
Izuku te dio la vuelta, para que pudieran verse a la cara. Toma tu rostro entre sus manos y te da un beso apasionado.
Te carga en brazos, haciendo que rodearas su cintura con tus piernas. Sin romper el beso, se dirigieron a tu silla del escritorio.
Se separaron por falta de aire, y sonreíste pícaramente.
—Parece que alguien está entusiasmado -dices.
Izuku apretó un poco más tu cintura, mostrando sus nudillos blancos, resistiéndose a lo que se aproxima. Bajó la mirada al suelo, evitando tu mirada.
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