❝O1. - ¿𝙅𝙤𝙫𝙚𝙣 𝙙𝙚 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙤? ❞
𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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¿Joven de nuevo?
╰───⌲Cap. 𝐎𝟏. ༣. . ·
¿Cómo habían llegado a esto? ¿Cómo por qué tu madre era joven de nuevo? Sin duda fue algo que te sorprendió, pero que sin duda te agradó. No recordabas como era tu madre de joven.
Ustedes se preguntarán, ¿qué fue lo que pasó? ¿De qué hablas querida escritora? ¿Cómo es eso de que nuestra madre, Camila, es joven de nuevo?
Bueno, veremos qué fue lo que pasó unas horas atrás, para que entren bien en contexto.
Toda la clase estaba en sus propias cosas, ya que tenían tiempo libre, algunos estaban jugando e incluso platicando acerca de cualquier cosa, sin embargo, todos estos momentos se vieron interrumpidos debido a que Aizawa llegó corriendo al aula, desconcertado a todos los alumnos.
—Señorita ___, necesitamos que venga con nosotros. Es necesario que vea lo que está sucediendo -dijo. Se notaba nervioso, ¿acaso era algo malo? Porque si era así, no querías saber que era lo que te necesitaban decir.
Asentiste desconcertada, y saliste del aula, para seguir a Aizawa por detrás.
—¿Sucede algo sensei? -preguntas algo nerviosa. Aunque no querías saber, tenías curiosidad de lo que te iba a decir.
—Para ser sincero, sí, le sucedió algo a tu madre, no te preocupes, no está para nada herida -dijo, entrando a la sala de maestros.
Al entrar, te encontraste a Eri siendo consolada por Mic, y a una mujer de joven apariencia, cabello negro largo y ojos azules brillantes como el diamante; mujer la cual identificaste de inmediato.
—¡¿Mamá?! -sorprendida. ¿Cómo mierda tu madre se había hecho joven? ¿Acaso fue por Eri?
—Hola -saludó de manera nerviosa.
—¿Qué te sucedió? -te acercas a ella preocupada.
—Hubo un problema con el quirk de Eri -Aizawa explica.
—Hoy me tocó cuidarla, ya que Abi había decidido jugar con ella el día de hoy, por lo que me ofrecí a cuidarlas, pero Eri tuvo un problema con su quirk y me rebobinó a mis treinta y tres años -explica. Para ser sinceros, se veía demasiado joven y hermosa. Volteaste disimuladamente hacia Aizawa, y pudiste notar sus mejillas algo sonrojadas mientras veía a tu madre. ¿Por qué la veía de esa manera? ¿Acaso estaba enamorado de tu madre? ¿Por qué? Rodaste disimuladamente los ojos y viste a tu madre nuevamente.
—Wow -susurraste sorprendida. Su cabello era demasiado suave, sus mejillas estaban más rosadas, e incluso, sus pestañas estaban más largas y gruesas.
—Lamentablemente, no se puede revertir el efecto -dijo- Pero no te preocupes, estoy bien, me gusta estar así, así que tranquila -sonríe, en un intento de calmarte.
—D-De acuerdo -nerviosa.
Y eso fue lo que pasó. Sin embargo, eso no era lo que más te preocupaba, lo que te preocupaba era algo que habías notado desde varios días atrás. Tu madre te dijo ese día que no te preocuparas y que estuvieras tranquila, ¿cómo quería que estuvieras tranquila? Tu maestro estaba viendo a tu madre con una pequeña sonrisa de enamorado. Ella acaba de perder a su esposo hace menos de un año, ella todavía no podía tener pareja.
Además, algo que habías notado desde hace un par de días era que Aizawa y tu madre tenían una conexión algo rara, se preocupaban el uno por el otro, se daban una que otra miradita, y además salían ambos a pasear a cualquier lugar; sin mencionar de que Aizawa se arreglaba decentemente para salir con tu madre. ¿Desde cuándo Aizawa se arreglaba para salir? Nunca, ¿desde cuándo le importaba a Aizawa como se veía? Nunca
Sabías lo que estaba pasando, pero no querías aceptarlo. Sí, a Aizawa lo veías como un padre también, pero verlo con tu madre de esa manera te parecía algo raro, y hasta a veces incómodo, ya que no hace mucho tiempo que tu padre falleció, y el ver a tu madre así te hacía sentir triste o incómoda.
Dejaste de lado esos pensamientos para que no te crearas ideas peores, y entraste a tu habitación. Al entrar a la habitación, te encontraste a Izuku, jugando con Abi. Estos, al percatarse de tu presencia, se acercaron a ti.
—¿Y Natsuki? -preguntaste, después de darle un beso fugaz en los labios a Izuku y uno en la frente a Abi.
—Está con las niñas en el cuarto de Uraraka-san -Izuku dijo, sabiendo que ya no tenías problema el que ambas estuvieran con su exnovia.
Asentiste, con una sonrisa triste, sonrisa que no pasó desapercibida por tu pareja, quien ya se estaba haciendo una idea de lo que estaba pasando en estos momentos por tu mente.
—Abi ¿Puedes ir un momento con las chicas? Necesito hacer algo con mamá -sonríe, dirigiendo su mirada hacia su hija mayor.
Abi asintió, y se retiró de la habitación.
Izuku se acercó a ti y te abrazó por la cintura, escondiendo su rostro en tu cuello, inhalando el dulce olor que emanaba de tu cuerpo, olor el cual le encantaba cada vez que dormía, y que cada vez que lo necesitaba, lo calmaba.
—¿Qué sucede? -preguntaste en un susurro, acariciando sus suaves y rizados cabellos.
—Simplemente, quería pasar el tiempo contigo -suspiró- Casi no hemos tenido tiempo para nosotros, ya que terminamos cansados por los entrenamientos, entre otras cosas -susurró.
Sabías que tenía razón. Estos días eran bastante pesados para ambos, y más para ti, porque Aizawa te ha estado entrenando bastante duro y eso implicaba que te cansaras demasiado rápido, sin dejar de lado que ambos también debían de cuidar de Natsuki, debido a que tu madre a veces no podía debido al trabajo.
Además, de que un par de veces habías salido junto con tu madre y Aizawa a recorrer la ciudad, dejando a Abi y a Natsuki con Izuku. Varias veces visitaron el cine, restaurantes, cafés, y muchos lugares más. Aizawa siempre te consentía, te compraba dulces, comida, joyas, ropa, y mucho más. ¿Por qué? ¿Acaso quería ganarse tu cariño? ¿Acaso quería tomar el lugar de tu padre?
Saliste de tus pensamientos, abrazaste a tu pareja por los hombros y acariciaste su rizado cabello que tanto amabas, notando el largo de este, y como este cerraba los ojos, disfrutando de sus caricias.
—Deja de pensar en eso -dio un beso en tu cuello, tratando de sacar esos pensamientos de tu mente, además de querer relajante. ¿Cómo él era capaz de saber lo que pensabas? ¿Cómo era capaz de saber tus sentimientos?
—¿Olvidar qué? -dijiste nerviosa, aunque no tenía caso, ya que Izuku sabía que algo te estaba atormentando.
—Sé que te has dado cuenta acerca de la relación que tiene tu madre con Aizawa-sensei -explicó- Sabes que tu madre en algún momento tendrá que seguir con su vida -dijo, acariciando un poco tu espalda.
Apretaste más el agarre en el abrazo. ¿En serio? ¿Él también te dirá eso? ¿Cómo quería que lo olvidaras? Era imposible.
—Eso lo sé, pero me es imposible no pensar en eso -susurras- Hace menos de tres meses que mi padre no está aquí, y me pone triste que mi madre lo olvide así de fácil -sollozas. Las lágrimas no tardaron en salir.
—Ey, mírame -dijo, sosteniendo tu rostro entre sus manos- Sé que no te es fácil dejarlo ir, pero mira el lado bueno -sonríe- Aizawa-sensei la ha hecho feliz de nuevo, la ha hecho reír, entre otras cosas que hace mucho no veíamos en ella -te sostiene por los hombros- Él la ha hecho feliz -dijo sonriente.
Pensaste en lo que había dicho, y pudiste darte cuenta de que tenía razón. Tu madre desde hace mucho no sonreía como lo hacía con Aizawa, reía incluso como cuando estaba con tu padre, e incluso tiene ese brillo en sus ojos que no tenía desde la muerte de tu padre. ¿Cuándo comenzaste a ser egoísta? ¿Desde cuándo no veías por la felicidad de tu madre? Él tenía razón, tu madre era más feliz desde que ha salido con Aizawa, y ahora que lo piensas, solamente has visto por tu felicidad y bienestar, y no por el de tu madre.
Quizás era verdad, y era el momento de dejarlo ir, y dejarlo descansar en paz, ya que algo que él siempre te dijo era: "Si yo llego a morir, y tu madre llega a tener una nueva pareja, no me importa, con tal de que sea feliz con esa persona, yo seré feliz. Pero eso sí, si le hace daño, le jalaré las patas por la noche."
Reíste por el recuerdo, y le diste un beso a Izuku en la mejilla. Limpiaste tus lágrimas con un pañuelo que Izuku te extendió.
—Tienes razón, es hora de que mi madre vuelva a encontrar esa felicidad que tanto necesita -dijiste sonriente.
—Esa es la actitud -te da un beso en los labios.
Sin duda sería algo que llevará tiempo, pero preferías que tu madre fuera feliz con alguien, y volviera a hacer su vida.
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