➹ Cap. 26
Estar casi las veinticuatro horas del día encerrada sin poder salir al ser peligroso para ella, era algo que Elena odiaba, ni siquiera podía caminar con tranquilidad por la residencia ya que habían dos vampiros que la seguían a todas partes.
Lo único que le agradaba a Elena era saber que Elijah con quién mantenía una relación en paz también se había instalado en la mansión después que Klaus lo dejará quedarse al igual que Rebekah una vez que se le pasó el coraje.
Elena no entendía bien cómo funcionaba la mente de Klaus, la confundía demasiado, ella había escuchado la fuerte discusión de Klaus con sus dos hermanos en la otra mansión y ahora estaban como si nada hubiera pasado.
Pelea de hermanos, lo normal. Había pensado Elena en ese entonces poniéndose un poco triste al recordar a Jeremy.
Elena lo extrañaba demasiado, su último familiar con vida estaba muerto como todos los demás. Parecía que tenía una maldición encima de ella.
Ni siquiera podía visitarlo en su tumba al estar lejos de Mystic Falls. Eso era algo que le dolía demasiado ya que no pudo despedirse de él como le hubiera gustado.
En ocasiones, Elena se sentía culpable por no estar para su hermano cuando la necesitó, en parte culpaba a las brujas ya que por causa de ellas fue a parar a Nueva Orleans sin poder irse al estar embarazada.
Pero sin ella, la bebé de Klaus hubiera muerto con Hayley. Elena era consciente de eso, por esa razón las brujas la habían escogido entre un montón de mujeres.
Aunque por un lado sentía culpa por no haber estado para su hermano quién había muerto, por otra parte sentía que salvó otra vida de alguna manera.
─ ¿Estás bien? ─ preguntó Klaus mirándola al verla en silencio.
Él la había estado observando durante varios minutos y se dio cuenta de que algo malo le estaba pasando.
─ Si ─ respondió Elena, era mentira, no estaba bien, se sentía triste al recordar a su hermano Jeremy.
Klaus suspiró rodando sus ojos en el proceso al conocerla bastante bien, podía darse cuenta que Elena le estaba mintiendo.
─ ¿Si estás bien por qué no me insultas? ─ preguntó Klaus.
─ ¿Por qué haría eso? ─ Elena lo miró totalmente confundida.
Al ver que Elena no prestó atención a la conversación anterior, Klaus no dijo nada.
─ ¿Sabes qué? Mejor olvídalo ─ pidió Klaus.
─ Bien ─ Elena asintió, la verdad no quería pelear con Klaus, lo dejaría para otra ocasión cuando se sintiera mejor.
Klaus suspiró con frustración al escucharla, le molestaba ver a Elena triste.
─ ¿En qué piensas? ─ preguntó Klaus con un tono desinteresado.
Elena suspiró bajando su cabeza por un momento antes de levantar su mirada.
─ Pensaba en mí hermano ─ dijo Elena.
Elena sabía cómo era la personalidad de Klaus, por lo cuál, esperaba que él se riera de ella o le dijera que era ridículo que sufriera por alguien que ya estaba muerto, sin embargo él no dijo nada, sino más bien se quedó en silencio mirándola al saber el por qué de la tristeza de Elena.
Él no podía decir que la entendía por completo porque sería mentir, aunque perdió a dos hermanos, no sufría por ellos cada día, en su momento le dolió más la muerte de Kol que la de Finn pero hasta ahí.
─ Comprendo ─ musitó Klaus sin saber qué más decir en ese momento.
─ ¿De verdad? ─ Elena levantó sus cejas mirándolo.
─ Bueno, no sufro como tú pero comprendo el sentimiento, lo sentí cuando tu hermano y tú mataron a Kol ─ dijo Klaus.
Elena quedó en silencio por un momento al escucharlo antes de reírse sin poder evitarlo, qué irónica era la vida con ellos.
─ Míranos ahora ─ murmuró Elena.
Klaus sonrió levantándose del asiento, con lentitud caminó hacía las botellas de bebidas alcohólicas sirviéndose un trago de whisky.
─ ¡Salud por las vueltas que da la vida! ─ brindó Klaus levantando el vaso de whisky en su mano para luego tomarlo de un trago.
─ Te odio ─ dijo Elena, en un momento como ese deseaba tomar algo para olvidarse por un rato de sus problemas pero no podía hacerlo al estar embarazada.
Klaus tomó otro trago de whisky ante la atenta mirada de Elena.
─ Te daría un trago de whisky pero recuerda que debes cuidarte amor, lo que menos quiero es que algo malo le pasé a mí lobita si te descuidas ─ comentó Klaus.
Elena blanqueó sus ojos al escucharlo.
─ Claro, suficiente tiene con una familia tan encantadora como está ─ dijo Elena.
Klaus sonrió a pesar de que se dio cuenta del sarcasmo de Elena.
Ninguno dijo nada por unos segundos, al sentir la presencia de alguien entrando a la residencia Mikaelson vieron a Elijah, al verlo, Klaus le pasó un vaso de whisky.
─ ¿Cómo te fue? ─ le preguntó Klaus.
─ Bien ─ contestó Elijah.
─ ¿Cómo te fue? ─ Klaus repitió la pregunta al saber que no le estaba diciendo la verdad.
─ Mal ─ admitió Elijah suspirando ─ las brujas del Barrio Francés son un verdadero dolor de cabeza ─ murmuró.
Elena los miró confundida al no tener la menor idea de lo que estaban hablando.
─ Te lo dije, ellas son matables ─ dijo Klaus.
─ ¿De qué hablan? ─ preguntó Elena entrando en la conversación.
─ Problemas con las brujas, nada grave pero debemos solucionarlo ─ aclaró Elijah.
Elena asintió entendiendo, no le sorprendía eso, casi todos en Nueva Orleans odiaban a los originales e intentaban hacerles la vida imposible cuando podían.
[...]
Para evitar estar en su habitación como casi siempre lo estaba, Elena se sentó en una reposera cerca de la piscina mirando el cielo estrellado de esa noche.
─ Hola ─ Elijah se acercó a Elena con sus manos en los bolsillos de su traje.
─ Hola… ─ saludó Elena ─ ¿Y Klaus?
─ Con Marcel, fue a traer a Davina ─ dijo Elijah sentándose al lado de Elena.
Klaus le había comentado que el arma secreta de Marcel, Davina Claire, viviría en la residencia con ellos. Al principio Elena se sorprendió cuando Klaus le dijo ésto ya que según sabía, Davina odiaba a los Mikaelson, sobre todo a Klaus.
─ Me sorprende que Davina aceptará vivir aquí, creí que odiaba a Klaus con todas sus fuerzas ─ comentó Elena.
─ Lo odia, pero no tuvo opción, Niklaus sabe convencer a su manera ─ aclaró Elijah.
Elena formó una sonrisa sabiendo perfectamente bien la manera en la que Klaus llegaba a convencer a las personas.
─ Ya me imagino la manera tan amable en la que Klaus la convenció ─ dijo Elena.
Elijah sonrió con gracia al escuchar el tono sarcástico de Elena.
─ No podemos negar que tiene su encanto ─ murmuró Elijah con diversión.
─ Eso sí ─ Elena asintió con su cabeza, aunque él no le cayera bien por causa de todo lo que le hizo en el pasado, Elena no negaría que Klaus tenía su encanto.
Elijah suspiró mirándola detenidamente por un momento antes de hablar.
─ Niklaus me comentó que te sentías triste al recordar a Jeremy ─ dijo Elijah.
─ Ya me siento un poco mejor ─ murmuró Elena mirando sus manos.
─ Me alegro ─ sonrió Elijah.
Elena lo miró por unos segundos antes de sentarse inclinándose hacía Elijah.
─ ¿Me acompañas al Barrio Francés? Klaus se molestaría conmigo si voy sola pero contigo no me pasará nada ─ dijo Elena.
─ No sé si sea una buena idea ─ murmuró Elijah dudoso al escucharla.
─ Por favor, estoy todo el día encerrada aquí, quiero salir afuera ─ insistió Elena.
Elijah la miró sin saber qué hacer, al verlo dudoso, Elena tomó la mano de Elijah mirándolo con súplica intentando darle aunque fuera lastima.
─ Está bien ─ Elijah asintió tragando saliva.
Elena sonrió al escucharlo.
─ ¡Genial! ─ con rapidez, Elena se levantó de la reposera para no perder más tiempo ─ vamos antes de que venga Klaus y haga un drama para no dejarme ir ─ le dijo.
Elijah asintió levantándose también, ambos salieron de la residencia en silencio y mientras caminaban por el Barrio Francés, el original se dió cuenta de que Elena aún lo sostenía de la mano pero no le dijo nada.
¡CAPÍTULO 26!
Hola, nuevo capítulo de ENTRELAZADOS, espero que les agrade. No sé olviden de votar y comentar.
Elena y Klaus tuvieron una pequeña conversación sin peleas de por medio.
Elijah aceptó llevar a Elena a un paseo por el Barrio Francés.
¿Qué tal el capítulo?
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