XXXVI. FAMILY
°•°•☆°•°•
Enero, 1977
Dos cuartos desordenados con ropa por doquier, una rubia y una castaña estaban haciendo una lista para no olvidar sus cosas. Lexie y Leah se encontraban en casa acomodando sus cosas en los baúles, Violet preparaba una tarta para que sus hijas lo llevaran y compartieran con sus amigos, desde que Leah acepto vivir con las Baker, Violet la trataba como una hija, eso era para ella.
–Hedwing, mi hermosa lechuza, –miró a ese animal blanco con ternura llevando ambas manos a su cadera.– ¿Viste mi peluche? –la lechuza movió de lado su cabeza. –Debo seguir buscando. –Lexie hablaba como si ese animal la entendiera y le respondiera.
Lexie al no encontrar su oso de peluche, ese oso que conserva por años, el primer regalo de James hacia Lexie, decidió ir a la habitación de Leah para corroborar que no esté ahí.
La rubia asomó su cabeza por la puerta. -Leah. -la castaña levantó su mirada y le otorgó el paso.-¿Haz visto mi oso de peluche? El que tiene un listón rosado alrededor de su cuello. -explicó.
Leah se llevó una de sus manos a su mentón y fingió analizar su habitación. -No, Lex.
-Merlín, no puedo perderlo. -se llevó ambas manos a su cabello.
-¿Preguntaste a mamá? -Leah llamaba así a Violet.-O te lo olvidaste en casa de tu padre.
-Lo llamaré y luego iré a casa de James, revisaré en mi habitación de su casa.
-¿Ya hablaste con James sobre Stefan? -Leah se sentó en su cama. La castaña fue la primera en enterarse sobre la reciente relación del Ravenclaw con la Gryffindor.
La rubia negó mordiéndose el labio.
-¿Por qué?
Lexie dió un suspiró largo y se acercó a Leah. -No sé cómo lo tomará. -trago saliva.-A James no le agrada Stefan y no sé el porqué.-elevó sus brazos exageradamente.-Tú eres la única que lo sabe además de mamá y obviamente Heather.
-¿Camille, Marlene y Lily?
-A ellas se lo quiero contar personalmente. Me mantarán por no haberles contado antes.
Leah rió. -No les agradará.
-Para nada. -Lexie rió.
–¿Tu padre lo sabe?
Lexie abrió los ojos como platos. –No... aún. Merlín, matará a Stefan.
Leah rió. –No seas exagerada.
–Stefan es mi primer novio.
–¿Y?
–Es el primer chico que le presentaré a papá. –se mordió las uñas.
–Lexie, deja de hacer eso. –dió una palmada en la mano de Lex.
–Leah. –frotó su mano.
–Tus uñas quedarán arruinadas si sigues mordiendotelas.
Lexie rodó sus ojos. -Ire a seguir buscando mi oso, mañana debemos levantarnos y seguir arreglando nuestras cosas para ir a la estación.
-Te acompaño a casa de James, avísame cuando estés por salir.
-Claro.
Lexie y Leah se sonrieron y siguieron en sus cosas. La rubia se acercó rápidamente a las escaleras.
-¡Mamá! -gritó. -¿Haz visto mi osito de peluche? -dijo acercándose a la cocina.-Eso huele y se ve delicioso. -se relamio el labio como si esa tarta ya estuviera en su boca.
-Gracias, sunshine y respondiendo a tu pregunta, no he visto tu oso de peluche. -Violet lavaba los utensilios que utilizó. -¿Le preguntaste a Leah?
-Sí, y no está en su habitación, no lo ha visto.
-Seguramente te lo olvidaste en casa de tu padre o en casa de James.
-Llamaré a mi padre y si no está allí, iré a casa de James junto a Leah.
-Lex, es tarde para que mis niñas salgan solas.
-James vive a dos casas, no nos pasará nada.
-Lexie... -la miró suplicante. A la Baker mayor no le agradaba la idea de que sus hijas salgan solas por la noche.
-Mamá, podemos cuidarnos. -sonrió. -Soy especial, ¿recuerdas? -arqueó una de sus cejas acompañado de una sonrisa pícara.
-Aún así no irán solas, las acompañaré.
-Bien. -bufó. -Llamaré a papá.
-Bien, mientras yo iré a ver a Leah.
Violet sonrió y se dirigió a las escaleras.
Lexie se acercó al teléfono y marcó el número de casa de Logan.
Charlaron por unos minutos, el oso de peluche no se encontraba alli, Lexie estaba afligida. El castaño se ofreció llevar a ambas chicas a la estación, Lexie no aceptó ya que Violet las quería llevar y no iban a caber todos en un solo vehículo, por lo que quedaron en verse directamente allá. Al cortar la llamada Lexie subió las escaleras rápidamente y entró torpemente a la habitación de Leah.
-No está en casa de papá. -balbuceo. -No puedo irme sin mi osito.
-Entonces busquen sus abrigos. -Violet se paró. -Iremos a casa de los Potter. -salió de la habitación.
Las chicas ya estaban listas y se encaminaron a la gran casa de los Potter. Lexie estaba alerta, cada ruidito que escuchaba automáticamente miraba a todas las direcciones, tenía miedo de que algún mortífago u otra persona se acercara para hacerles daño. En el pequeño trayecto no bajo la guardia.
Al llegar tocaron la puerta y una feliz Euphemia las recibió.
-Hola, ¿Qué hacen por aquí a estas horas? -sonrió dándole paso a las tres chicas.
-Lo siento por llegar sin avisar. -se disculpó Violet. -Pero Lexie no encuentra su osito de peluche. -sonrió levemente. -El que le regalo James. -susurró y Euphemia asintió.
-Mia, perdón pero no puedo irme a Hogwarts sin mi osito.
-Tranquila, cariño. -sonrió. -Está es tu casa. -frotó el hombro de la rubia menor. -Los chicos están en sus habitaciones.
-Luego iré a saludarlos. -y sin más corrió a su habitación para buscar el osito.
-Yo iré a hablar con Sirius. -sonrió Leah.
-¿Quieres té? -ofreció Euphemia.
-Por favor. -sonrió.
Ambas mujeres se dirigieron a la cocina donde ya se encontraba Fleamont quien se sorprendió al ver solo a Violet y no ver a Lexie o a Leah, las trataba como sus hijas, pero luego le explicaron donde estaban.
Lexie rápidamente entró a su cuarto y buscó por todos lados. No había rastros de ese pequeño y muy adorado objeto.
-Merlín, moriré si no lo encuentro. -se tiró a la cama cubriéndose su rostro con frustración.
Un golpecito en la puerta alerto a la ojiverde.
-¿Si? -Lexie se levantó y se acercó a la puerta.
Se sorprendió al ver a su osito cubriendo el rostro de James.
-Lexie, ¿me buscabas? -James hizo hablar al osito con un tono chillón moviendo los brazos de este.
Lex rió al ver como James movía al objeto.
-Deer, gracias. -el azabache se lo extendió y la rubia lo tomó para abrazar al peluche. -¿Cómo sabías que lo estaba buscando?
-Leah se equivoco de habitación y me explicó que estabas desesperada buscando ese osito. -metió ambas manos en sus bolsillos. -Lo encontré en uno de mis cajones y pensaba dártelo mañana en el tren.
-¿Cómo llegó hasta allí? -rió Lex. -Eres el mejor. -beso la mejilla del azabache provocando un leve sonrojó en él.
-Navidad. -tartamudeo. -Nos dormimos en la sala y tú no puedes dormir si ese peluche. Mi madre lo debió haber encontrado y lo guardó en uno de mis cajones. Quise llevártelo pero durante esa semana llame a tu casa y Violet me dijo que no te encontrabas. -Lexie trataba de evitar al azabache esos últimos días aún no sabía cómo explicarle su relación con Stefan. -Por cierto, ¿Dónde estabas?
-Bueno... yo... -el nerviosismo la invadió, no le gustaba mentirle a James. -En casa de mi padre. No pude avisarte ya que fue un plan de último momento. -sonrió nerviosamente. -Esos días la pasé fatal, me costaba conciliar el sueño.
James dudo por unos segundos pero termino creyendole.
-¿Te quedarás? -se balanceaba de un lado a otro.
-No, lo siento. -Lexie rogó internamente que James no insista. -Quiero pasar la noche en mi casa con mi madre ya que no la veré por meses.
-Oh bien. -dijo cabizbajo.
-Hey, nos veremos en unas horas. -sonrió leve. -Debo ir a buscar a Leah.
-Te acompaño.
Ambos Gryffindor salieron de una habitación para entrar a otra. Al entrar se encontraron a Sirius, Regulus y Leah riendo.
-¿De qué se ríen? -preguntó Lex.
-¡Mi Lux! -Sirius se levantó torpemente y abrazó a Lexie.
-¿Estuviste bebiendo? -percibió ese olor a alcohol.
-No. -dijo inocente alejándose de Lexie.
-Sirius. -el tono de Lex era firme.
Regulus levantó una botella de Whisky de Fuego.
-Se la robamos a Fleamont.
-Idiotas, mañana deben levantarse temprano para ir a Hogwarts. -Lexie se acercó peligrosamente y golpeó suavemente la nuca de ambos Black.
-Lexie. -dijeron al unísono los Black, esto hizo que rieran a carcajadas.
-Leah, ¿también bebiste? -James miró a la castaña.
-No. -negó con las manos. -Cuando entre ellos ya habían comenzado a beber y me quedé a escuchar las estupideces que decían.
-A la cama. -ordenó Lexie. -Si Euphemia y Fleamont los llegan a ver en ese estado los matarán.
-No debemos decepcionar a nuestros padres, Reggie. -susurró animadamente tratando de callar a Regulus.
-Tienes razón, Sirius. -Regulus rió.
-Merlín. -Lexie golpeó su frente. -Ven, Siri. -la ojiverde levantó de un tirón al pelinegro y lo llevó a la cama, levantó el edredón. –Vamos, a la cama. –lo empujó suavemente.
-No puedes dormir conmigo, rubia. Luego qué le diré a Remus si se entera. -susurró. -Nunca engañaría a mi Moony.
-Lo sé. –Lex sonrió y lo arropó como si fuera un niño de cinco años. -Duérmete. -Lexie paso su mano por el rostro de Sirius para que cerrará los ojos y eso hizo, el pelinegro se durmió rápidamente. -El siguiente.
Lexie se acercó al menor e hizo lo mismo.
Leah y James trataban de ocultar su sonrisa.
-Lexie, eres mi mejor amiga. -balbuceo Reg. Lexie sonrió.-Sabes Camille es mi novia. -soltó una risita. -Me gusta llamarla así y haría cualquier cosa por ella y por ti.
-Yo también haría cualquier cosa por ti, mi estrellita. -Lexie arropó y besó la frente del Black. -Descansa. -acarició la mejilla de Reg.
Regulus cerró sus ojos. -Descansa, hermanita. Te quiero. -balbuceo antes de quedarse profundamente dormido.
Lexie miró sorprendida al menor y una pequeña lagrima de felicidad rodó por sus mejillas pero fue limpiada rápidamente. –Descansa, hermanito. –sonrió con melancolía. –Te quiero. –susurró.
Miró por última vez a los Black y se giró para ver a James y Leah.
-Bien, debemos irnos. -trato que su voz sonará lo más firme posible. -Ellos ya se durmieron y nosotros debemos hacer lo mismo. -paso entre ambos.
La castaña cerró lentamente la puerta.
Los tres Gryffindor se dirigieron a la cocina.
–¡Mis niñas! –Fleamont se levantó alegre al ver a ambas adolescentes.
–Hola, Monty. –saludo Lexie.
–Hola, FP. –Leah unió la primera letra del nombre y apellido del mayor, Fleamont Potter.
Monty se acercó para abrazarlas.
–Ni a mí me saluda con ese entusiasmo. –James estaba ofendido.
–¿Celoso, Potter? –Leah sonrió de lado.
–Para nada. –rodó sus ojos.
Los mayores reían.
–Lex, ¿encontraste lo que buscabas? –preguntó Violet.
–Sip. –movió el pequeño objeto.
–Entonces debemos irnos. Mañana deben levantarse temprano y terminar de arreglar sus cosas.
Las chicas asintieron y se despidieron de los Potter.
–Las acompaño hasta su casa. –ofreció Fleamont. –Y no acepto un "no" por respuesta.
Violet rió. –Está bien.
–James, ¿Te quedas o vienes? –preguntó el Potter mayor.
–Iré. –sonrió. –No quiero que le pase algo a mi Le... a las Baker y Moreau. –se corrigió rápidamente.
Los padres del azabache se miraron, sabían lo que sentía ese ojimiel por su mejor amiga. Lo había admitido tiempo atrás.
–Me quedaré. –habló Euphemia. –Terminaré de arreglar la ropa de estos tres diablillos.
–James, aún dejas que tu mamá te preparé la ropa. –dijo burlona Leah.
Leah y James tenían una relación de amor-odio.
–Por supuesto que no. –se defendió. –Mi hermosa madre solo nos ayuda.
Leah rió, Lexie ocultó su risa.
Los cinco salieron de esa casa y como siempre Lexie estaba alerta.
°•°•☆°•°•
Al día siguiente, las muchachas terminaron de guardar todo. Llevaron sus baúles y lechuzas a la sala para esperar a que sea la hora de partir a la estación.
–¿Listas para el último tramo de su sexto año? –sonrió Violet.
Las chicas asintieron.
–Lexie, ¿guardaste tu oso?
–Fue lo primero que he guardado, mamá.
–Leah, ¿guardaste tu diario?
–Nunca me lo olvidaría, mamá.
–Falta que guarden una cosa más.
Las chicas se miraron confundidas. Violet fue hasta uno de los estantes y tomó dos cajitas que estaban allí.
–Este es para ti. –le extendió la cajita celeste a Lexie. –Y este es para ti. –le extendió la cajita verde a Leah.
–¿Qué es esto, mamá? –Lexie la miró con confusión.
–Si lo abren lo sabrán.
Ambas desataron el hermoso listón que lo envolvía y abrieron esa pequeña caja.
Una sonrisa se dibujo en los rostros de las menores.
–Es hermoso. –Leah sacó el pequeño objeto.
–Mamá, no debiste.
–Es para ustedes. –sonrió.– Para que recuerden a nuestra pequeña familia.
Leah tenía un collar en forma de Tulipán, se podía abrir y ver una pequeña foto en la cual estaba Lexie, Violet y ella.
–Mi familia. –susurró Leah con lágrimas de felicidad rodando por sus mejillas.
–Sí, cariño. –Violet se acercó a la castaña. –Eres parte de esta familia, somos tu familia. –acarició la mejilla de Leah.
La castaña no lo pensó y se abalanzó a Violet, dándole un abrazo.
–Gracias. –susurró Leah.
–No agradezcas. –susurró. –Estoy orgullosa de ti, hija.
Leah abrió los ojos, era la primera vez que escuchaba esas palabras de una figura materna. Nunca escucho a sus padres decir esas simples pero adoradas palabras.
–¿Orgullosa?
–Sí, cariño. Estoy muy orgullosa de ti. –tomó las mejillas de Leah. –Nunca lo dudes.
–Gracias, mamá. –un nudo se formó en la garganta de Leah y volvió a abrazar a Violet.
Lexie se acercó y Violet y Leah abrieron sus brazos para recibirla. Las tres se abrazaron por unos minutos.
Al separarse, las ojiverdes se secaron rápidamente sus lágrimas y rieron.
–El mío es un brazalete con un dije de Girasol y también tiene una foto de nosotras tres en ella.
–Son sus flores favoritas. –Violet explicó. –El mío es un collar con dije de un Lirio. –lo llevaba puesto.
–Gracias, mamá. –dijeron al unísono ambas Gryffindor mientras se colocaban su nuevo accesorio.
Luego de ese emotivo momento, cargaron el vehículo con los baúles y lechuzas y se dirigieron al gran esperado lugar.
°•°•☆°•°•
Una vez que llegaron las Gryffindor acomodaron sus cosas en unos carritos y con Violet atravesaron esa pared mágica para llevarlas a la estación 9 ¾.
Lexie buscaba con la mirada a Logan.
–Allí esta papá. –señaló la Baker menor.
Las tres se dirigieron hasta donde se encontraban la familia Thompson.
–Mi hermosa Lexie. –Logan sonrió al ver a su hija.
–Hola, papá. –sonrió Lex.
–¡Hermanita! –Sarah se acercó emocionada a la rubia.
–Peque. –abrazó a la castaña.
–¿Dónde está James?
–Supongo que esta por llegar.
–Hola, Leah. –Logan y Evelyn saludaron a la castaña.
–Hola, Vi. –el castaño se acercó a la rubia mayor.
–Hola, soldado. –Violet sonrió. Logan rió al escuchar su apodo.
–¿Soldado? –preguntó Evelyn.
Las chicas miraban a los adultos.
–No puedo creer que no le hayas contado. –Violet golpeó suavemente el abdomen de Logan.
–Por supuesto que no se lo he contado, se reiría de mí.
Violet se acercó a Evelyn.
–Te invito a mi casa a cenar, obviamente sin Logan, y te contaré la historia detrás de ese apodo. –le susurró en el oído a Evelyn.
–Acepto la invitación. –rió por lo bajo.
–¿Qué están tramando? –preguntó Logan.
–Nada. –dijeron inocentemente ambas mujeres.
Las menores rieron.
–Solo que hoy estarás solo a la hora de la cena. –dijo Evelyn.
–Eve y yo cenaremos en mi casa.
Un castaño se acercó por detrás de Lex, y la abrazó por la cintura, la rubia iba a reaccionar de forma defensiva pero con solo sentir ese aroma a canela, supo de quien se trataba.
–Hola, mi hermosa Gryffindor. –susurró en el oído de Lex provocando que se le erizara la piel.
–Hola, libritos. –sonrió.
Logan dejo de hablar al ver como un chico desconocido abrazaba por la cintura y besaba la mejilla de su hija mayor.
–Ay no. –murmuró Violet.
–¿Qué sucede? –preguntó Evelyn.
La rubia señaló a Lexie y Stefan y como Logan miraba al chico.
–Logan. –Evelyn habló.
El ojiazul ignoró el llamado de su esposa y se acercó peligrosamente a la pareja.
Carraspeo para llamar la atención de los adolescentes.
–Papá. –Lexie se alejó un poco de Stefan.
–Hija, ¿Quién es él?
Lexie estaba nerviosa y Stefan lo notó.
–Señor Thompson, soy Stefan Miller. –estrechó su mano. –El novio de su hija.
–Merlín, no soy una de tus mejores guerreras, llévame. –pensó la rubia.
–¿Novio? –Logan miró a Lexie.
–Sí, papá. –suspiró.
Sarah y Evelyn miraron sorprendidas y Violet y Leah querían reír por la expresión que reflejaba el rostro de Logan y Lexie.
Stefan tomó la mano de Lexie, la ojiverde estaba tensa. –Tranquila. –susurró. –No pasará nada. –Lexie al escuchar las palabras del Ravenclaw se relajó.
Logan vió como ese chico tranquilizaba a Lexie.
–Entonces, eres el novio de mi hija. –se cruzó de brazos.
–Lo soy, señor.
–Puedo observar que eres educado.
–Le aseguro que he tenido la mejor educación en casa y nunca lastimaria o le faltaría el respeto a Lexie. –la ojiverde sonrió.–Ella es mi hermosa Gryffindor.
–Papá, no lo mates. Es mi primer novio.
–No lo haré si él no me da motivos.
–Y nunca se lo daré. –Stefan parecía tranquilo.
–En ese caso, bienvenido a la familia.
Evelyn y Violet relajaron su cuerpo al escuchar esa palabras.
–Aunque te estaré vigilando. –entrecerró sus ojos. –Leah y Sarah serán mis informantes.
Ambas castañas miraron sorprendidas a Logan.
–¡¿Nostras qué?! –dijeron al unísono.
–Serán mis informantes.
–¿Informantes? ¿Para qué? –una voz detrás de Lexie se hizo presente. La reconoció al instante y rápidamente soltó la mano de Stefan, este la miró confundido.
–Para... –Logan fue interrumpido.
–Ellas le informaran a papá si me meto en problemas. –Lexie estaba nerviosa.
–Pero si siempre nos metemos en problemas, bear.
Logan y Stefan entendieron el cambio repentino de la Gryffindor.
–Lo sé, James.
–Es hora de subir al tren. –Fleamont se acercaba junto a Euphemia.
–¿Y los chicos? –preguntó Leah.
–Sirius se encontró con Remus y Regulus con Camille, ellos ya están en el tren. –contestó Euphemia. –Hola, Vi. –se acercó a su mejor amiga, Violet.
–Hola, Mia. –sonrió.
Los mayores se saludaron. Leah fue la primera en despedirse de todos. La siguiente fue Sarah luego de ver a Heather detrás de Stefan.
–Iré a despedirme de mis padres. –dijo Stefan. –Fue un placer por fin conocerlo señor Thompson, y señores Potter. Adiós, Violet.
–Adiós, cariño. Espero que tengas un lindo último tramo de sexto. –contestó Violet.
–Nos vemos arriba, Lex. –beso la mejilla de la rubia y luego le susurró algo indescifrable para el resto.
A James le molestaba que siempre se despida de esa manera de Lexie.
–Adiós, papá. –abrazó al castaño. –James aún no lo sabe. –susurró. –Por favor no digas nada hasta que nos vayamos.
–No diré nada. –susurró. –Ese chico me agrado pero si te llega a hacer algo lo mataré.
–Tranquilo, papá.
–Adiós, mi linda Lexie.
Padre e hija se separaron. Luego se acercó a Evelyn y se despidió de ella.
La siguiente fue Euphemia y Fleamont, luego de darle un abrazo, tomó las manos de Euphemia. –Mia, te pido que cuides a mi mamá en mi ausencia, sé que están empezando a atacar las casas de muggles. –miró fijamente a la Potter. –Prométeme que la cuidarás, ella es mi otra mitad, es muy importante para mí.
–Prometo cuidarla. No le sucederá nada. –sonrió Euphemia.
Con esas palabras Lexie asintió y se acercó a Violet.
–Mamá, por favor cuídate. No sé qué haré si algo te sucede.
–No te preocupes por mí, mi sunshine. –sonrió. –Estaré bien. Estaré aquí esperando tu regreso. –acarició la mejilla de la menor. –Además las llevo conmigo. –tomo su collar.
–Te amo, mamá. –Lexie la abrazó.
–Te amo, mi sunshine.
–Los veo dentro de unos meses. –habló James. –¿Lista, bear? –estiró su mano.
Esa costumbre nunca se perdió.
–Lista, deer. –tomó la mano del azabache y se dirigieron al tren.
Lexie se giró para ver por última vez a su mamá, despidiéndose con su mano. Ella sabía que Euphemia la cuidaría, nada malo le iba a suceder.
°•°•☆°•°•
Hola, hola!!!
Leah y su nueva familia <3
Este Cap lo divido en dos, así que esperen a la siguiente actualización que será dentro de unos días.
Opiniones y teorías...
With love, Sofy.
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