XV. NEW LIFE
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Agosto, 1974
Se dice que luego de la tormenta llega la calma. Y para las chicas Baker la calma llegó mucho más rápido de lo que se imaginaban.
Violet gracias a su arduo trabajo y con ayuda de la venta de la anterior casa, logró reunir el monto suficiente para comprar una nueva. No era tan grande como la anterior pero era acogedora y lo que más le gustó de esta, en especial a Lex, es que queda a dos casas de los Potter.
Lexie se encontraba en el jardín, estaba haciendo cinco coronas de flores, para sus amigas, su mamá y para Euphemia. Iban a ser un presente por haber asistido a su cumpleaños número 14. La fiesta se daría por la tarde.
-¡Lexie Martin! –gritó Violet desde la cocina.
-¡Soy Lexie Baker! –contestó. Lexie ya no quería seguir teniendo el apellido de Adam. En el colegio seguirá llamándose Martin pero en casa o en otro lugar ella es una Baker. -¡Recuerdalo, ma!
-Por dios, esta niña. –sacudió su cabeza. -¡Lexie Baker, ven a almorzar!
-¡En un momento voy! –Lexie tomó todas las coronas y las guardó en su canasta, sacudió su vestido y entró a la casa.
-¿Qué tienes en esa canasta? –preguntó Violet.
-Es una sorpresa. –sonrió escondiendo su canasta detrás de ella.
-Pero hoy es tu cumpleaños, las sorpresas deberían ser para ti. –la señaló.
-Lo sé pero quiero que se lleven un presente por haber asistido a mi fiesta, además es la primera fiesta que hacemos en nuestra nueva casa.
-Eres demasiado dulce. –agarró los cachetes de la menor.
-Basta, basta. –se quejaba.
Violet rió y soltó a la rubia. –Ve a lavarte esas manos y siéntate.
-Claro, no me tardo. –Lexie corrió hacia arriba, dejó escondida su canasta en su habitación. El cuarto de Lexie era grande, estaba decorado con algunas pegatinas de girasoles y ciervos, posters de Quidditch, algunos adornos de los colores de Gryffindor, un pequeño tocador con espejo en el cual había fotos, una de ellas estaba con Leah y Camille, otra mostraba a Remus jugando con el pelo de Lexie, en otra estaba Sirius siendo regañado por Lexie y Marlene, había una donde Lex hacia caras raras para hacer reír a Peter luego de que unos Slytherin lo molestaran, otra de sus fotografías contenía a Regulus y Lex estudiando en la biblioteca, una de sus favoritas era donde estaba haciendo galletas junto a Euphemia, Violet y James esta fue tomada por Fleamont, y por ultimo había una fotografía, una especial para ella, Lexie tocaba el violin y James estaba junto a ella con una guitarra la persona que captó ese momento fue Violet; todas estas fotografías tenían movimiento. Su cama era grande, siempre estaba acomodada y su osito de peluche estaba sobre la almohada. Junto a esta había una mesita de luz con una lámpara y un portarretrato se mostraba la primera foto de Lexie y James a sus 9 años, ambos estaban durmiendo en la sala, el azabache abrazaba una almohada y Lexie abrazaba el osito de peluche que el ojimiel le regaló.
Lexie bajo y se sentó junto a Violet para almorzar. Estaban comenzando una nueva vida.
[...]
En casa de los Potter, Euphemia estaba en la sala arreglando uno de los sacos de Fleamont. James se encontraba en su habitación preparándose para ir a casa de Lexie. El azabache iba a ir antes de la fiesta ya que debía hacer algo importante con Lex.
-¡James, cariño! –llamó Euphe. –¿Estás listo?
-Ya estoy listo. –bajo las escaleras. -¿Qué haces?
-Estoy arreglando el saco de tu padre, quiere ir bien arreglado. –rió.
James observó algo metálico en uno de los dedos de su madre y decidió acercarse. -¿Qué es eso? –señaló.
-¿Esto? –levanto su dedo y el azabache asintió. –Esto es un dedal. –el chico Potter estaba confundido para él un dedal es otra cosa o eso fue lo que le dijo Lexie. –Me ayuda a empujar la aguja. –se lo sacó y lo extendió para que James lo viera bien.
-Yo creí que... -sacudió su cabeza. Lexie le había mentido lo que paso entre ellos no fue un dedal, fue un beso. Sus mejillas se tornaron en un leve carmesí.
-¿Estas bien, hijo? –preguntó Euphe al ver a su hijo nervioso.
-S-sí, debo ir a casa de Lex. –beso la mejilla de su madre y se encamino a la puerta principal. –Nos vemos en unas horas.
-Ten cuidado, James. Tu padre y yo iremos luego.
James salio de la casa y se encamino a donde Lex. No iba a preguntarle sobre el dedal. Él había dado su primer beso con Lex. Cómo no se había dado cuanta antes si veía a sus padres hacerlo todo este tiempo, para él eso se llamaba dedal pero tenía otro nombre y era un beso. Sin darse cuenta ya estaba en la puerta de la casa Baker. James tocó y Violet lo recibió.
-Hola, James. –saludo.
-Hola, señora Baker. –James sabía que ese era su apellido y luego de lo sucedido comenzó a llamarla de esa manera.
-Dime Violet. Nos conocemos de hace años y sigues llamándome por mi apellido. –rió.
-Es la costumbre, Violet. –rió.
-Pasa. –se hizo a un costado. –Lexie está en su habitación, puedes subir.
-Claro. Gracias. –sin pensarlo subió rápidamente las escaleras.
James hizo dos toques. Lexie sabía que se trataba del azabache.
-Pasa, deer. –grito desde dentro.
-Hola, bear. –se acercó hacia donde estaba Lex.
-Y bien, ¿Cómo me veo? –Lexie dio un pequeño giro. La rubia vestía un hermoso vestido floreado celeste, su cabello a medio recoger atado con un listón celeste y unas ballerinas blancas.
El azabache no podía articular ni una palabra. Se quedó mirando a Lexie.
-¿Deer? –chasqueó los dedos.
James sacudió su cabeza saliendo del trance. -¿Qué sucede? –preguntó nervioso.
Lexie rió. –Te pregunte, ¿Cómo me veo?
James estaba nervioso, sus mejillas se tornaron carmesí y Lexie lo notó. –Estas...estas hermosa. –tartamudeo. –Como siempre lo has estado. –James abrió los ojos, ¿eso había salido de su boca?
-Gr-gracias. –esta vez Lexie estaba nerviosa.
-Feliz cumpleaños, bear. –James se acercó aún más a Lex. –Te traje algo. –de su bolsillo sacó una cajita. –Espero que te guste. –se la extendió y Lex la tomó.
Lexie sonrió y la abrió. Sus ojos tenían un brillo especial al ver lo que contenia la caja. –Es un collar con un...
-Ciervo. –completo la frase. –A ti te gustan.
-Gracias, James. –abrazó al azabache. -¿Me ayudas a ponérmelo? –Lexie sacó el collar de la cajita y se lo entregó al Potter. La rubia hizo su cabello a un costado, podía sentir la respiración del chico golpear su cuello. James pasó sus manos para colocarlo, estaba temblando, pero logró abrocharlo. –Ahora mi atuendo está completo. –sonrió. -¿listo para irnos?
-Siempre estoy listo. –Lexie tomo una libreta que se encontraba en la mesita de luz.
-Vamos antes que los chicos lleguen. –dicho esto ambos salieron de la habitación y fueron a la planta baja. –Mamá, debemos salir un momento no nos tardamos.
-¿A dónde irán? Tu fiesta es dentro de unas horas. –Violet estaba decorando la sala.
-Quiero llevar a Lex a tomar un helado por su cumpleaños. –contestó nervioso. Ambos rogaban internamente que Violet le crea.
La Baker miro a ambos. –Está bien. –dijo dudosa.
-Prometemos regresar antes que lleguen mis amigos. –se llevó arrastras a James.
[...]
Lexie abrió su libreta, tenía escrito por lo menos 5 Logan Thompson con sus direcciones, gracias a una guía telefónica logró conseguirlas . Las cuatro primeras direcciones estaban tachadas. Los chicos ya las habían visitado anteriormente.
-Ojala que este sea mi padre. –murmuró.
-Estoy seguro que él lo es. –trató de brindarle apoyo.
-Estamos cerca. –doblaron por una esquina y caminaron unos minutos más. –Es esta. –Lexie estaba nerviosa, rogaba que este Logan Thompson sea su padre, era el último en su lista, si no lo era iba quedar desilusionada ya que o puede ser que haya fallecido o se fue del país. Las manos de la ojiverde temblaban y James se dio cuenta y las tomo para que se tranquilizara.
-¿Juntos? –preguntó el azabache, Lex solo podía asentir. Y sin más ambos tocaron la gran puerta roja.
James tenía una mano libre en su bolsillo, estaba agarrando su varita y la usaría por si algo sale mal.
Una niña castaña, ojos azules de unos 10 años abrió la puerta. –Hola. –saludo amablemente.
-¿S-se encuentra Logan Thompson? –preguntó nerviosa.
-Sí, es mi papá. –sonrió. Lexie tenía un nudo en la garganta, ¿será mi hermana? Se preguntó internamente. Tomó una bocanada grande de aire y exhaló.
-Sarah, ¿Quién es? –una voz masculina se escuchaba. Sarah así se llama la niña.
-Son unos chicos. –sonrió. El hombre se acercó a la puerta al ver a Lexie se quedó inmóvil, abrió los ojos como si dé un fantasma se tratara.
-Violet. –se llevó una mano a su boca.
-No, de hecho me llamo Lexie, Lexie Baker. –apretó la mano del azabache.
-Lo siento, te confundí con alguien más.
-¿Usted es Logan Thompson? –sus ojos ardían.
-Sí, soy yo. –Lexie movió su boca. -¿Qué necesitan?
-Creo que usted es mi padre. –apretó nuevamente la mano de James.
-Sarah, ve con tu mamá. –el castaño le ordenó a la pequeña, estaba sorprendido. Ella sin más corrió a la cocina. –¿Quieren pasar? –se hizo a un costado.
Lexie miró a James, esperaba la aprobación de él. El Potter asintió, tenía una expresión seria quería verse intimidante.
-Claro. –contestó Lex. Los Gryffindor entraron a la casa, no se soltaron la mano en ningún momento.
-Vengan por aquí. –señaló la sala. –Siéntense. –los chicos se sentaron en los sillones y el mayor se sentó frente a ellos. -¿Quieren algo de beber? –ofreció.
-No, gracias. –contestó James.
-No, estoy bien así. –contestó con una sonrisa. Por fuera se la veía tranquila pero por dentro estaba demasiado nerviosa e inquieta. Cuando Lex se pone nerviosa comienza a rascarse la mano, comerse las uñas o se muerde el labio.
-Está bien. Si quieren algo no duden en avisarme. –el adulto también estaba nervioso. -¿Por qué crees que soy tu padre? –soltó sin más.
-Mi madre se llama Violet Baker. –Logan abrió los ojos. –Ella me dijo que mi padre se llama Logan Thompson, y tú eres el último de mi lista.
-¿Él es tu hermano? –señaló a James.
-No, es mi mejor amigo. Se lla...
-Me llamo James Potter. –dijo seriamente.
-Mucho gusto, James. –estrechó su mano pero James solo la miró y tomo nuevamente la mano de Lex. –Al parecer no es muy amable.
-Si lo es solo que esta en modo protector. –miró al azabache. -¿Conoces a mi mamá? –sacó una fotografía de su libreta y se la enseño al ojiazul.
-Sí, la conocí. –sonrió al recordar a Violet. –Fue mi mejor amiga cuando éramos niños y luego se convirtió en mi novia. –contestó. -¿En qué año naciste?
-1960. Nací el 14 de Agosto de 1960 aquí en Londres.
-Hoy es 14 de Agosto.
-Sí, es mi cumpleaños. Cumplo 14. –sonrió.
-Felicidades. –quiso acercarse pero James lo detuvo.
-Venimos a averiguar si usted es el padre de Lex, no venimos a tener una conversación de amigos. –se cruzó de brazos.
-Tienes razón. –volvió a su lugar.
-¿Por qué dejaste a mamá cuando estaba embarazada?
-Yo no deje a tu madre, ella me dejo a mí. –Lexie abrió los ojos. –No tenía idea de que estaba embarazada de saberlo no la hubiera abandonado. Éramos felices juntos, yo la amaba hasta tenía planeado casarme con ella. ¿Ella te dijo que yo la abandone?
-No, solo me dijo tu nombre. –Lex quería llorar pero se contuvo.
-¿Ella se encuentra bien? –preguntó. -¿Está enferma?
-Ella se encuentra bien, está en casa preparando mi fiesta de cumpleaños. –se rascó la mano. –Nosotros debemos regresar antes que lleguen los invitados. –James miró un reloj. –¿Podrías contarme lo que sucedió?
-El día que me dejó estaba sumamente nerviosa. –soltó. –Al parecer ese día quería decirme que estaba embarazada pero no lo hizo. En ese entonces ambos estábamos en nuestro mejor momento pero ella cambio de un día para el otro. Y fue luego de estar a solas con mi madre. –ahora todo le cobraba sentido. -La noche anterior teníamos una cena familiar, yo tuve que salir por una emergencia y deje a Violet con mi madre. Mi madre nunca aprobó nuestra relación ni mucho menos cuando éramos mejores amigos.
-¿Crees que ella tuvo algo que ver? –preguntó Lex.
-Eso parece. –frotó su mentón.
-¿Ella aún vive?
-No, falleció hace unos años.
-Lo lamento, no debí preguntar.
-Está bien, fue hace años.
James analizaba cada movimiento de Logan.
-Tienes los ojos de Violet. –sonrió. –Al igual que su cabello. –Lexie sonrió. –Y tienes mi sonrisa. Eres hermosa. –de Lex brotaban lágrimas de felicidad había encontrado a su padre.
-Gracias. –arrugó su nariz.
-Tienes el mismo gesto que yo. –arrugó su nariz. –Siempre lo hago. –rió. -¿Puedo abrazarte?
Lex asintió y se levantó de su asiento, Logan hizo lo mismo y se unieron en un largo y tierno abrazo. Lexie sollozaba al igual que Logan. Al separase Logan limpió las lágrimas de Lexie y le sonrió.
-Me gustaría pasar tiempo contigo. –propuso.- Solo si tú estás de acuerdo.
-Por supuesto que lo estoy. –sobo su nariz. –Lo siento, no tengo con que limpiarme.
-Lex, ten. –James sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo entregó.
-Gracias, deer.
-¿Deer? –preguntó. –Creí que se llamaba James.
-Asi le digo de cariño y él me dice bear. –se limpió la nariz. –Es algo de nosotros.
-Son unidos.
-Lo somos, nos conocemos desde los 7. –contestó James.
-A esa misma edad conocí a Violet. –sonrió.
-¿Puedo preguntarte algo? –habló Lex.
-Pregúntame lo que quieras.
-¿Conoces la magia?
-¡Lexie! –James la regañó. –No debemos hablar sobre eso con no magos. –susurró.
-Solo quiero saber. –susurró. –Seguramente de él heredé la magia. -murmuró.
-Estoy familiarizado. Mi esposa es bruja y mi madre fue un ser sobrenatural. –contestó. –Pero yo no tengo magia. Soy un Muggle como ustedes nos llaman.
-¿Un ser sobrenatural? –preguntó Lexie.
-Era una Banshee. –contestó.
-¿Una Banshee? –murmuró Lex, ella había leído algo al respecto en su segundo año.
-Las Banshee, la mujer que lamenta, tienen una conexión con la muerte. –explicó. –Ellas poseen un grito muy poderoso, ellas gritan cuando alguien va a morir y su grito puede ser utilizado como una defensa. Las Banshee tienen la capacidad de escuchar voces de almas en pena, predicen la muerte, no el peligro y lo hacen con anticipación, hasta incluso puede sacar a un hombre lobo de su transformación. –Lexie y James abrieron los ojos y se miraron, Logan notó la acción de los menores. -¿Conocen a alguna Banshee?
-Yo...yo creo que soy una Banshee. –tartamudeo. –He escuchado voces y he tenido pesadillas en el colegio. –agachó su cabeza. –Y he gritado para defender a mi mamá de su ex esposo, él,-tragó saliva.-cuando grite, fue empujado bruscamente.
–¿Defender a tu madre? –preguntó confundido. –¿Él les hacía daño?
–Si. –sus ojos se cristalizaron al recordar esa noche. –Se llama Adam Martin. –Logan apretó su puño, lo conocía. –Al nacer me pusieron ese apellido pero ahora tengo el apellido de mi madre. –sonrió orgullosa.
–Adam Martin, ese bastardo. –apretó su mandíbula. –Siempre quiso estar con Violet.
–¿Lo conoces?
–Fue amigo de tu madre en la universidad. Cuando Violet me dejó perdí todo contacto con él.
–Se casaron meses antes que yo naciera. Era un buen padre pero cambió desde que asistí a Hogwarts. Él... –tragó saliva. –no importa, ese señor ya no tiene relevancia en nuestras vidas. –sacudió su cabeza. –Estábamos hablando sobre las Banshee, en un libro del colegio he leído que ellas poseen cabello rojizo, o marrón y mi cabello es rubio.
-Los genes, Lexie. Los genes de tu madre fueron los dominantes en este caso. Mi madre poseía el cabello rojizo. Pero creó que tú, Lexie, eres diferente. –Logan tenía mucho conocimiento sobre ello. Él vio un destello en los ojos de la rubia, no era tipico de una Banshee era algo más. –Hay algo en ti que te hace diferente, pero no lo logro descifrar. Eres una Banshee lo heredaste de mi familia, eres una bruja pero eres algo más. –quedó pensativo.
-Lexie, la hora. –James señalo el reloj que estaba en uno de los estantes.
-¡Por Godric! Debemos irnos, es tarde. –se levantó. –Una última pregunta. –Logan asintió. –Esa niña, Sarah, ¿es mi media hermana?
–Si, lo es. –Lex sonrió mostrando sus dientes. –Tiene 10 el próximo año irá a Hogwarts o eso espero.
Lexie se giró y miró al azabache. –¡James, tengo una hermana! –saltó de la emoción. –¡Siempre quise tener una!
James estaba feliz por Lex, le encantaba verla sonreír.
–Puedo llamarla para que la conozcas, al igual que a mi esposa se llama Evelyn Piven.
–Me encantaría conocerlas pero cuando abro la boca no me puede callar más.
–Eso es cierto. -asintió el azabache.
–Oye. –Lex golpeó su brazo. Logan reía.
–Puedo llevarlos hasta su casa, mi auto se encuentra estacionado afuera. –James y Lex se miraron.
–Amm... no, gracias. -mordió su labio. -Mi madre y la de él no saben que vinimos hasta aquí. –hizo una pequeña sonrisa. –Mi madre no sabe que te he buscado. –murmuró.
–Eres muy curiosa, Lexie. Y me alegra demasiado a que lo seas.
–Todos me dicen lo mismo. –rió. –Debemos irnos. –tomó su libreta. Logan los acompañó hasta la puerta.
–Espero verte pronto, Lexie Baker.
–Lo harás, quiero conocer a mi hermanita. –sonrió. –Adiós, papá. –Logan sonrió al escuchar esas palabras salir de la boca de su hija perdida. –Vamos, James.
–Adiós, señor Thompson. –giró su cuerpo para regresar a casa.
–¡Cuida de ella, señor Potter! –gritó, se quedó mirando a los dos mejores amigos, le recordaban a Violet y a él.
–James, encontré a mi padre y me enteré que tengo una hermanita. Este es el mejor cumpleaños que he tenido. Además he descubierto que soy una Banshee y podré ayudar a Remus en su luna llena.
–Eso es muy peligroso. -sacudió su cabeza. –Aún no te controlas además tu padre dijo que eres diferente, no solo eres una Banshee, eres una bruja y algo más. No quiero que te pongas en peligro.
–Voy a aprender. –tomó el brazo de James. –Aprenderé a controlarlo, sé que puedo hacerlo.
–De eso no tengo dudas, Lex. –Lexie apoyo su cabeza en el brazo de James. –Ahora que le diremos a tu mamá, nos tardamos demasiado.
–Se me ocurrirá algo.
Al llegar a casa, la sala estaba decorada con globos, guirnaldas y un cartel de feliz cumpleaños. Violet estaba conversando con Euphe y Fleamont.
–Hola. -salido con la mano Lex.
–Hemos regresado. –sonrió James.
–¿Dónde estaban? –Violet se levantó. –Se tardaron demasiado y solo iban a la heladería. –se cruzó de brazos.
–James. –Euphe miró al azabache.
–Nosotros... –tocaron la puerta. –Yo voy. –James fue a abrir. –Sirius, Regulus, pasen. –los pelinegros ingresaron a la casa.
–Siri, Reg. –Lexie corrió a abrazar a los Black. –Gracias por venir. –le susurró a ambos. –Espero que no se metan en problemas por esto. –se separaron.
–Tranquila, no nos pasará nada. –susurró Sirius. –Feliz cumpleaños, rubia. Esto es parte de Reg y mío. –extendió una una caja decorada. Lex la abrió.
–Feliz cumpleaños, Lex. –sonrió Regulus.
–Chicos, no puedo aceptar esto. –la rubia saco un violin celeste de la caja. –Esto es demasiado.
–Es tuyo, Lexie. –sonrió Sirius.
–Podrás llevarlo a Hogwarts y tocarlo en tu tiempo libre. –sugirió Regulus.
–No sé que decir. –los ojos de Lex se cristalizaron.
–¿Otro abrazo? –dijo Sirius. –Y qué somos los mejores en dar regalos. –se ganó un golpe del Black menor.
–Gracias, en serio. –abrazo nuevamente a los Black.
–Hola, Euphe, Fleamont y Violet. –Sirius tenía demasiada confianza con los mayores.
–Hola, señores Potter y señora Baker. –saludó educadamente Regulus.
–Hola, niños. –los adultos sonrieron. –Están en su casa. –dijo Violet.
A los pocos minutos llegaron Leah, Camille y Marlene. Las dos Gryffindor se estaban quedando en casa de Camille. Cada una le dio un presente, Camille le regalo un brazalete, este combinaba con el de Leah y Camille. La castaña le regalo una bufanda y un par de aretes. Y Marlene le regalo el cuadro que pinto en segundo año en el salón de música. Por último llegaron Peter y Remus. El ojiazul le regalo un par de anillos con piedritas carmesí y doradas y Remus le regalo un libro, Romeo y Julieta el único libro que no tenía Lex, aunque ella ya lo había leído gracias al castaño la rubia le agradeció se había convertido en su libro favorito aunque tenga un final trágico.
Camille y Regulus se la pasaban coqueteando toda la tarde, Leah peleaba con Sirius ya que la castaña había perdido en un juego pero el Black hacia trampa y no lo quería admitir. Remus se la pasaba charlando con Lex y Peter, ella en algún momento le dirá que puede ayudar en sus transformaciones, Marlene y James peleaban por quien es el mejor jugador de Quidditch ya que ambos estaban en el equipo.
Por un momento los 4 chicos desaparecieron al parecer James los reunió para hablarles sobre algo que descubrió, en esa conversación Remus estaba en total desacuerdo pero Sirius estaba emocionado y Peter solo le seguía la corriente a James y Sirius. Este secreto sólo quedó entre los cuatro pero Sirius quería contarle a la rubia, James se lo prohibió.
Antes de que se acabe la fiesta, Lex corrió a su habitación y busco la canasta, al bajar le dió a todas las presentes la corona de flores que ella estaba haciendo por la mañana y a los chicos les dió unos corbatines, que ella misma hizo.
Fue un día lleno de emociones, Lex encontró a su verdadero padre, en algún momento le dirá la verdad a Violet y le preguntara qué fue lo que sucedió con la madre de Logan.
°•°•☆°•°•
Hola, hola!!!
Este cap fue el más largo que he escrito hasta ahora.
Si Violet no hubiera dejado a Logan, él hubiera sido mejor padre que Adam.
Lex tiene una hermana, su deseo se hizo realidad.
¿Una Banshee?
Dudas y teorías...
With love, Sofy.
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