XLV. I'M A BAKER
°•°•☆°•°•
Lexie se levantó, todos estaban expectantes para saber cual iba a ser su siguiente movimiento.
-Iré a caminar. -secó sus lágrimas y acomodó su ropa.
-¿Quieres que te acompañe? -preguntó Stefan.
-No, quiero estar sola. -contestó sin mirarlo.
-Lexie, -James se acercó. -deja que uno de nosotros te acompañemos. No está bien que estés sola.
-Cada uno vive su duelo a su manera. El mío es estando sola. Pueden acompañarse entre ustedes. Sé que mi mamá fue alguien importante para cada uno. -acomodó su manga. -Cuándo este más tranquila regresaré a la Sala Común.
-Lexie, no quiero que estés sola. -James estaba por tomar la mano de Lexie.
-Cariño, escucha a James.
-¡DIJE QUE QUIERO ESTAR SOLA! -Lexie gritó provocando ondas logrando que ambos chicos cayeran de rodillas y se tapen los oídos. El resto miraron asustados a Lexie. Nunca la habían visto de esa manera. -Lo siento. -fueron sus últimas palabras antes de correr.
-Lexie... -murmuraron ambos chicos.
-¿Están bien? -preguntó Sirius.
-Sí, solo fue un golpe en las rodillas pero no es la gran cosa. -contestó James. -Ahora solo me preocupa Lexie y lo que llegue a hacer.
-¿Stefan?
-Estoy bien, Remus. Y James tiene razón.
Todos miraban la dirección por donde Lexie desapareció.
[...]
Lexie tenía un destino fijo, "El despacho de Dumbledore". No sabía con exactitud lo que haría pero estaba llena de ira por no haber actuado antes, por ir a ver al director en el momento que sintió que su mamá iba a morir. Se culpaba por no haber hecho algo más.
Las manos de Lexie se iluminaron, y con su habilidad abrió la gran puerta. Dumbledore estaba sentado frente a su escritorio con algunos papeles.
Levantó su vista. -Señorita Baker, estaba por llamarla.
-¿Para qué? -soltó fría.
El mago se levantó, junto sus manos y se acercó a Lexie con una mirada de compasión.
-Hubo una redada en El Callejón Diagon. Hubo demasiadas bajas. Y...
-Mi madre fue una de las víctimas. -terminó por el mago.
-Sí, lo lamento tanto.
Lexie soltó una risa falsa. -¿Lo lamenta? Si usted tan solo me hubiera permitido regresar a mi casa en el momento que se lo he pedido, ella aún seguiría con vida. -cruzó sus brazos. -Usted sabe que puedo predecir la muerte. ¿Por qué no me autorizó dejar el colegio?
-Señorita Baker, usted está bajo mis cuidados mientras esté en este colegio, si llegaba a autorizar su salida, ¿Quién la protegería durante el trayecto?
-¡YO! Yo podía cuidarme. Lo he demostrado al escapar de Voldemort.
-Sé qué puede cuidarse sola, pero aún así no hubiera llegado a tiempo, el trayecto en tren tarda horas.
-No solo me puedo transportar a través del tren, también podía utilizar la red Flu, el método de aparición o usar un traslador.
Dumbledore quería algo de Lexie. Por esa razón no le permitió dejar el colegio.
-Se supone que usted es el mago más inteligente y poderoso, pero no pensó en cómo poder llegar rápido a un lugar, no tuvo en cuenta de mis habilidades como Banshee o las habilidades de Freya. Usted... -apretó su mandíbula. -es el culpable de la muerte de mi madre. -Lexie levantó a Dumbledore con sus poderes. -Usted sufrirá las consecuencias. -los ojos de Lexie se iluminaban. Dumbledore se quejaba del dolor, Lexie con su otra mano estiraba los brazos del mago como si quisiera separarlos de su cuerpo.
-Lexie, no estás pensado con claridad. -trató de articular Albus.
Lexie soltó una risa sádica. -Estoy pensando con mucha claridad, profesor. -pasó su lengua por el interior de su mejilla.
-¡LEXIE! -alguien gritó.
Lexie miró atrás y estaba James y Stefan mirando con horror al director. En ese momento la rubia reaccionó y bajo bruscamente a Dumbledore. Los ojos de Lexie se apagaron y miraron fijamente a uno de los chicos.
-Lo siento, lo siento. Yo no... no quise. -el cuerpo de Lexie temblaba. -Yo no soy así. -estaba asustada en lo que se transformó por unos minutos. -No quiero ser Adam. No quiero lastimar a las personas cuando la ira me consuma.
-Bear... -James se acercaba lentamente. -No eres Adam. -el azabache le hizo señas a Stefan para que ayude al mago mayor. -Eres mi mejor amiga. -extendió sus brazos. -Eres Lexie Baker, la chica dulce, inteligente y valiente que conozco. Eres mi bear.
-No te acerques. -lo paro con la mano. -No quiero hacerte daño.
-Nunca me harías daño. -dió otro paso. -Tú misma me lo dijiste una vez. -los centímetros de distancia iban disminuyendo, un abrazo atrapó a Lexie.
-Ella ya no está. No la volveré a ver. -rompió en llanto, soltó todo lo que estaba conteniendo.
-Tranquila, estoy aquí. -acariciaba una y otra vez la cabellera rubia. -No me alejare de ti.
El Ravenclaw, mientras ayudaba al mago a recomponerse, veía como ese azabache tenía a Lexie entre sus brazos. En ese momento, en ese pequeño momento, tenía la respuesta a su pregunta de hace unos meses atrás. A James le gustaba Lexie, James estaba enamorado de ella. Stefan no quería creerlo pero era cierto. La palabra "inseguridad" llegó. Ahora la interrogativa para el castaño era, ¿Lexie alguna vez tuvo sentimientos hacia James? ¿Los seguirá teniendo? ¿Lo dejará en algún punto para estar con el azabache? Miller tenía la esperanza de que todas esas preguntas tengan sus respuestas negativas.
°•°•☆°•°•
Dumbledore no tomó cartas en el asunto de lo sucedido días atrás. Él pudo analizar la magnitud del poder de Lexie. Eso era lo que quería lograr. Sabía que iba a ser una buena contrincante para Voldemort. La necesitaba de su lado.
Ese día todos los alumnos debían regresar a sus respectivas casas. El vagón estaba en completo silencio. Lexie tenía apoyada su cabeza sobre el empañado vidrio, Stefan estaba junto a ella, mirándola con preocupación luego de verla en esa situación complicada.
Stefan pusó su mano en el muslo de Lexie y lo apretó suavemente para llamar la atención de la rubia. Ella lo miró con una media sonrisa y asintió. Sólo con una mirada sabía lo que quería decir.
Llegaron a la estación. Logan estaba esperando a sus hija y a Leah. Euphemia y Fleamont también se encontraban allí para buscar a los chicos. Euphemia quería hablar con Lexie para explicarle que fue su culpa, sin tan solo no hubiera dejado a Violet sola.
Sin ninguna palabra de por medio Lexie tomó sus cosas, se despidió de Stefan, le prometió visitarla al día siguiente, saludo con la mano a su padre y a los señores Potter.
Euphemia miraba como Lexie se alejaba con sus cosas.
-Mia, en otra ocasión hablaras con ella. -Monty hacia caricias en el brazo de la pelirroja.
-Ella no ha podido dormir durante estos días. -habló Leah.
-Tampoco ha hablado durante el trayecto. -dijo Sirius.
-Ella estará bien. -habló James. -Solo denle su espacio.
James la conocía a la perfección.
[...]
Lexie estaba parada frente a su casa, quería tomar la perilla pero dudaba. Violet no estaba en esa casa.
-¿Quieres que yo lo haga? -Leah puso una mano en el hombro de la rubia.
-Por favor. -contestó mordiéndose el labio.
Al abrir, se encontraron con Evelyn preparando la cena. La pelinegra dejó de lado lo que estaba haciendo y se acercó.
-Linda. -abrazó a Lexie. -Lo siento tanto.
-Está bien. Quiero descansar. -se separó de Evelyn y subió las escaleras con su lechuza.
-Yo iré con ella. -Leah miró a los Thompson. -¿No les molesta?
-Tranquila, ve. -contestó Logan.
-Bajaremos cuando la cena este lista.
Evelyn asintió.
[...]
-¿Puedo pasar? -Leah asomó su cabeza.
-Sí. -Lexie estaba recostada.
Leah cerró la puerta y se acostó junto a ella.
-¿Quieres hablar?
Ella negó.
-Entonces no hablaremos. -abrazó por la cintura a Lexie.
-Espero que no se entere Marlene. -soltó una risita.
-No se lo diremos. Será nuestro secreto.
Ambas chicas quedaron dormidas.
°•°•☆°•°•
Logan, Lexie y Leah tuvieron esa conversación. Debían organizar el funeral de Violet.
Lexie agachó su mirada. -A ella le hubiera gustado que sea en donde mis abuelos están enterrados. -habló apenas.
-Podríamos plantar Lirios al rededor de mamá.-Leah trato de sonreír.
-Sí, eso le encantaría.
-Niñas, no se preocupen por el dinero que gastaran para esto. -Logan aclaro su garganta. -Yo me encargaré de todos los gastos. Tu... Su madre fue una mujer muy especial para mí. Fue el amor de mi vida pero por el destino tomamos caminos separados.
-No puedo dejar que solventes los gastos, papá. -miró al ojiazul. -Tengo unos ahorros.
-Al igual que yo, Señor Thompson.
-Déjenme hacerlo. -hizo una pequeña sonrisa. -Quiero hacerlo. Por Violet.
Leah y Lexie se miraron, como si se estuvieran leyendo la mente. Ambas asintieron.
-Solo prometenos que si necesitas algo, nos lo pedirás.
-Se los prometo. -sonrió Logan. -Ustedes me ayudarán a que sea un hermoso y sencillo funeral.
-Sí, lo haremos.
Logan abrazó por los hombros a ambas Gryffindor.
Unos golpecitos en la puerta, hizo que Lexie se separara del castaño. Ahora ella era la dueña de dicha casa. Al abrir se encontró con la pelirroja mayor.
-Hola, Mia. -sonrió apenas.
-Hola, Lex. -traía una bandeja. -Te he traído esto. -sonrió.
-No debías. -aceptó el regalo. -Pero se ve delicioso. Me ahorre en cocinar. -rió leve. -Pasa. -se hizo a un costado para que la Potter ingrese.
-Espero no haber interrumpido. -se disculpó al ver a Logan y Leah en la sala.
-No, tranquila. -contestó Logan. -Iré a preparar la cena.
-No es necesario, pa. -Lexie levantó la bandeja. -Mia se encargó de hacerlo. -miró a la pelirroja y sonrió.
-Oh, muchas gracias, Mia. No era necesario.
-Quería hacerlo.
-Ven siéntate. -ofreció Lexie. -Iré a dejar esto. No me tardo.
Logan veía la expresión de Euphemia. Sabía de lo que querían hablar.
-Mia, todo estará bien. -le regalo una sonrisa.
Leah no entendía lo que sucedía.
-Iré a mi habitación. -se pusó de pie. -Bajaré dentro de un par de horas. Espero verte luego, Mia.
-Por supuesto que nos veremos luego, cariño. Recuerda que puedes ir a visitarme las veces que quieras.
-Lo sé. -sonrió leve. -F.P me debe unos helados.
-Él estará encantado en llevarte a la heladería.
Lexie entraba nuevamente a la sala.
-Lo he dejado en el horno.
-Estaré en mi habitación. -Leah se despidió y subió.
-Yo estaré en la cocina. -dijo Logan.
-Ellos dos están actuando raro. -miró con confusión.
-Linda, necesito hablar contigo sobre... -las palabras no salían. Euphemia extrañaba a su mejor amiga.
La rubia al ver la expresión de la mayor comenzó a preocuparse.
-Mia, ¿Estás bien? ¿Le sucedió algo a James? ¿A Fleamont? ¿O a los hermanos Black? -Lexie no quería perder a nadie más. Aunque ningún sentimiento de alguna muerte cercana se presentó en esos momentos. Lexie sabía que en ciertas ocasiones pueden fallar.
-Tranquila, querida. Todos estamos bien. -sonrió leve.
Lexie soltó un suspiró de alivio.
-Quiero hablar sobre el día de... -no encontraba las palabras adecuadas. -el día que Violet, tu madre, falleció.
Todo era reciente, escuchar esas palabras salir de la boca de la mayor, su pecho se estremeció. Las últimas palabras de Violet, en es estación llegó sin previo aviso.
-Yo estuve con tu madre. -tomó ambas manos de la rubia. -Escuché sus últimas palabras. Presencié su último aliento.
El nudo comenzó a formarse. Las lágrimas se asomaban.
-Estábamos caminando por el Callejón Diagon. -comenzó a recordar. -Nos dirigíamos a la Tienda de Mascotas Mágicas.
-Mia, no quiero sonar grosera. Pero no quiero escuchar esta historia. -apartó sus manos. -Amo tus historias pero esta vez no quiero ser oyente de una donde involucra la muerte de mi mamá. -Lexie se levantó. -Iré a buscar dos tazas de té. No quiero ser una mala anfitriona.
Lexie se dio vuelta para dirigirse a la cocina.
-Fue mi culpa. -la voz tomó por sorpresa a la Baker.
Lexie paró en seco. Abrió grande los ojos. Negaba. No era culpa de Euphemia. Lexie sabía quienes eran los culpables, Dumbledore, los carroñeros y ella, por no actuar de inmediato, por pedir ayuda a alguien que creía confiar.
-Mia, no fue tu culpa. -agachó su cabeza. Una gota cayó entre las zapatillas de Lexie. -No te culpes. Si quieren culpar a alguien, culpenme. Presentí la muerte de mi madre y no pude hacer nada al respecto. -mordió su labio.
La mayor miró con una expresión preocupante y sorpresiva a Lexie.
-No, Lexie. Fue mi culpa. No debí dejar que Violet se separara de mí. -avanzó. -La dejé desprotegida. Te hice una promesa y no la he cumplido. -abrazó por la espalda a Lexie.
Ambas, en especial la menor, rompieron en llanto. Necesitaban ese abrazo. Lexie necesitaba ese abrazo maternal. Ese abrazo que Violet ya no podía otorgarle.
Logan lograba escuchar la conversación de ambas mujeres y se acercó.
-No fue culpa de nadie.
-Lo fue, papá. Fue mi culpa.
-Mi linda Lexie, -Euphemia se separó. -no fue tu culpa. Aunque quisieras no podías evitar este suceso. Te encontrabas en el colegio.
-Sí podía evitarlo. Si tan solo me hubiera esforzado en escapar.
-Lex, hay veces que podrás evitar la muerte de alguien cercano y hay veces donde saldrá de tus manos. -Logan estaba frente a la rubia. -No debes culparte cuando no logres hacerlo. Sabremos que hiciste lo que pudiste.
-Papá, la extraño. -su voz era entrecortada. -No he podido dormir pensado en como evitar todo esto. Imaginándome a mi mamá esperándome en la estación. Imaginándome a ella en la cocina, preparando esas tartas que tanto me gustan. Imaginándome las tres sentadas en ese sillón ideando nuestras vacaciones. Pero ella ya no está. Ya no podremos hacer nada de eso. Ya no podré verla sonreír, reír, escuchar sus travesuras cuando era niña. Leah no podrá seguir conociendo a la maravillosa mujer que era mi madre. -su labio temblaba. -No quiero despedirme de ella. No quiero olvidarla.
-Mi linda Lexie, todos esos recuerdos hermosos que tienes con tu madre siempre estarán presentes aquí. -señaló el corazón de Lexie. -Estará aquí. -señaló la cabeza. -Y estará por toda esta casa.
-Lexie, ella había comprado algo para ti. -intervinó Euphemia. Regreso al sillón, tomó su bolso y de allí saco la escoba que Violet había comprado para Lexie. -Ella tenía pensado regalártelo. Sabía que necesitabas una nueva. -Lexie tomó la escoba. -Ella también estará allí. Acompañándote en cada partido. Ella me dijo que querías ser una jugadora profesional.
-Gracias, Mia. -Lexie pasó sus dedos, admirando su nuevo tesoro. Algo que va a apreciar por el resto de su vida. Ella, en ese momento hizo algo inimaginable. Al aferrarse tanto a ese objeto, una luz blanca brillo y proyecto el momento exacto que Violet buscaba esa escoba. Lexie pudo verla una vez más. Los mayores estaban asombrados. Parecía tan real pero a la vez tan inimaginable. Era Violet con esa sonrisa tan cautivadora, con esas expresiones tan propias de ella y de Lexie.
Lexie se sentó en el suelo viendo a su madre en esa tienda.
°•°•☆°•°•
Inicios de Agosto, 1977.
Todos estaban reunidos en la casa Baker. Todos los cercanos a Lexie y Violet estaban en esa casa esperando irse a ese cementerio. Donde le dirán el último adiós a Violet Baker.
Solo faltaba Lexie. Marlene abrazaba a esa castaña ojiverde. James y Stefan esperaban que la rubia bajara. Sirius y Remus estaban preocupados, en especial el pelinegro. Ese animago sabía que Lexie podía escapar, podía huir.
-Iré a buscarla. -James estaba por poner un pie en el primer escalón. Pero una mano en su hombro lo detuvo.
-Déjame hacerlo. -habló Stefan detrás del azabache. -Yo iré a buscarla.
Stefan quería encargarse de Lexie. Tenía miedo, celos por la cercanía que ellos dos tenían. Miedo, a que en algún momento Lexie lo dejará por James. No podía evitarlo.
James asintió. Retrocedió hasta llegar a Sirius. Stefan tomó una bocanada grande de aire y comenzó a subir las escaleras.
-Prongs, él lo hará bien. Sabrá que decir.
-Él no la conoce como yo lo hago. -murmuró.
-Él quiere conocerla, pero siempre estas tú en el medio. -frotó el hombro del azabache. -Tú, la mayoría de las veces, tienes las palabras correctas, conoces sus movimientos antes que los haga, sabes descifrar sus emociones. Lo que estoy tratando de decir es que debes permitir que Stefan también se encargue cuando Lexie este mal. Debes dejarlo ayudar. -chasqueo su lengua. -No digo que te alejes de ella, solo dale un poco de espacio. No seas el tercio de esa relación.
-Creo que tiene razón. -James miró al pelinegro. -Debo alejarme de Lexie. Debo ocultar estos sentimientos, estos sentimientos que nunca se perderán. Ella siempre será dueña de cada uno de mis suspiros. Quiero que sea feliz y si ella es feliz con Stefan, no debo interponerme.
[...]
Stefan dió unos toques suaves. Nadie respondió. Recuerdos de esa noche llegaron. Stefan no lo dudo y entró a la habitación. La ventana estaba abierta. Pensó en lo peor. Se asomó y no había rastros de la rubia.
Recordó algo que la rubia le confesó. El castaño se acercó al armario. Dió unos toques.
-¿Lexie?
-Lexie no se encuentra. -la voz de La Baker hizo sonreír al castaño.
Abrió la puerta y se encontró a Lexie sentada, abrazando sus piernas y escondiendo su rostro entre ellas.
-Creo que he visto un fantasma. -se pusó a la altura de la rubia. -El fantasma de mi hermosa y perfecta novia. -Lexie levantó la cabeza. Stefan podía ver los ojos hinchados y rojos, las lágrimas secas en ese rostro. -Mon amour. -le dolía verla así.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Una noche me confesaste que te escondias en los armarios.
-Siempre recuerdas cada palabra.
-Siempre recuerdo todo, más si se trata sobre ti. -posó ambas manos en el rostro de la rubia.
-Nunca te conté el por qué.
Él negó.
-Lo hago desde niña. Es mi lugar seguro. -mordió su labio. -Cada noche, luego que Adam llegara de su trabajo, mi madre me mandaba a mi habitación. Sabía lo que se avecinaba. Sabía lo que le sucedería mi madre. -Stefan prestaba atención a cada palabra. -Él cambio. A veces creo que es porque me fui de casa para poder asistir al colegio, pero mi madre me dejó en claro que no es mi culpa. Ese problema provenían de mucho tiempo atrás pero yo no era consciente de ello.
-Eras una niña.
-Lo era. Yo debía disfrutar de mi niñez, no debía meterme en sus problemas. Pero hubo una noche, -mordió el interior de sus mejillas. -esa noche en la que todo cambió. Mi mamá le estaba por pedir el divorcio. Él no lo tomó bien. Yo estaba en mi habitación, escuchaba cada grito, cosas romperse. No podía seguir ocultándome en mi armario, debía hacer algo. Estaba lista para hacer lo que cualquier hija haría por defender a su madre. Ella entró a mi antigua habitación, su rostro estaba lleno de sangre, apenas podía caminar. -las lágrimas en ambos rostros rodaban. -Esa noche ella se volvió mi heroína. Era mi Mujer Maravilla. Esa noche ambas salimos heridas pero éramos libres. Libres de un infierno que no merecíamos.
-Lexie, no tenía idea.
-Bueno... no es algo que se cuente en la primera cita. -soltó una pagada risa. -Ese es una de mis pesadillas. Es por eso que...
-Siempre tratas de proteger a todos.
-Así es. Quiero ser como ella. Quiero proteger a los que amo.
Stefan no lo pensó y se abalanzó para otorgarle un abrazo, un sincero y reconfortante abrazo.
-Mientras yo esté aquí, nadie te hará daño. -susurró en el oído de la rubia. -Estaré para protegerte. Sin importar las consecuencias. -se separó y tomó el rostro de la rubia. -Es una promesa.
Unió sus labios con los de la Gryffindor.
En ese momento un recuerdo llegó a Lexie. Una promesa que fue sellada con un beso, al igual que esta promesa. Un dedal para ser exactos.
-Debemos bajar. -susurró Lexie. -Debo despedirme de mi madre.
-No será un adiós. Será un hasta pronto ya que la verás en cada uno de tus sueños, en cada cómic de la Mujer Maravilla, en cada recuerdo que tengas de ella.
-Lo sé.
-Bajemos. Estoy ansioso de escucharte cantar y tocar el violín. -se paró y ayudó a Lexie a levantarse.
-Stefan. -el castaño miró fijamente a la Gryffindor. -Gracias por no alejarte de mí.
-Nunca me alejaría de ti. Me atrapaste desde ese baile. Nuestro primer baile.
[...]
Todos estaban allí. Viendo un ataúd cerrado. Se escuchaban sollozos. Murmullos sobre Violet. Lexie, concentrada, escuchaba cada uno de ellos y sonreía porque eran recuerdos que tenían con Violet.
Tomaron silencio por unos minutos. Un silencio para poder despedir a Violet Baker.
Lexie se puso frente a todos los presentes. Abrió su estuche y sacó su Violín celeste.
Aclaró su garganta. -Me gustaría cantar a mi madre por última vez. -le dolía decir cada palabra. -Quiero despedirla de esta forma.
La ojiverde apoyó su mentón sobre la barbada del violín. Tomó el arco y lo apoyo sobre las cuerdas. La melodía era lenta y hermosa.
》Go in peace, go in kindness
Go in love, go in faith
Leave the day, the day behind us
Day is done, go in grace
El azabache y el castaño miraban con admiración a la rubia. Stefan sabía que estuvo practicando esa canción, se quedaba a acompañarla las últimas noches. Jamás se iba a cansar de escucharla cantar y tocar ese delicado instrumento.
James sacó algo debajo de su asiento, era el estuche de su guitarra. Se acercó a Lexie. Ella le sonrió. Ese azabache había practicado la misma canción. Quería acompañar a Lexie. Estaba junto a ella y en el momento exacto se unió. Una guitarra y un violín eran la combinación perfecta para los oídos de cada persona que estaba presente. Sus voces combinadas con la letra de la canción parecía una sola.
》Let us go into the dark
Not afraid, not alone
Let us hope by some good pleasure
Safely to arrive at home
》Let us hope by some good pleasure
Safely to arrive at home
Al terminar, había lágrimas. Lágrimas por la hermosa presentación que otorgaron los menores. Lágrimas por la mejor despedida que Lexie pudo darle a Violet.
La ojiverde dejó a un costado su violín.
-Gracias. -murmuró abrazando al azabache.
-Nunca te dejaría sola. Siempre te acompañaré. -murmuró cerrando sus ojos.
El ataúd bajo. Todos se acercaban a tirar flores sobre el antes de ser tapado por tierra.
Los minutos pasaban y las personas se iban dejando a los más cercanos viendo como terminaban de colocar la lápida.
Violet Baker
Madre. Amiga. Hermana. Heroína.
1938 - 1977
Los mayores se aseguraron que no haya ningún no mago cerca y sacaron sus varitas. Apuntaron al cielo. Un pequeño destello se formó en la punta de cada varita. Lexie iluminó sus manos y la levantó. No podía hacer magia con su varita, no aún, pero si con su mano.
Lexie estaba parada frente a esa lápida. Repasando cada palabra que estaba sobre ella.
-Hola, mi hermoso girasol.
Lexie levantó su mirada, su respiración se volvió pesada. Reconocía esa voz. Reconocía la persona detrás. Sólo una persona la llamaba así. Ella se giró y quedó congelada.
No podía hablar. Se quedó sin palabras. Era como si hubiera visto un fantasma.
-Lexie. -esa persona se acercó.
Lexie negaba. Quería llamar a Stefan, a su papá, a James o a Sirius. Pero las palabras no salían.
-A-adam Ma-martin. -tartamudeo.
Tres chicos se giraron, dos de ellos reconocieron a ese hombre.
-Adam Martin. -James apretó su mandíbula.
Stefan miró al azabache.
Los tres chicos se acercaron a paso apresurado.
Sirius se posicionó delante de Lexie. James y Stefan estaban a cada lado. Una barrera de protección se formó alrededor de la rubia. El castaño la tomó de la mano y ella la apretaba.
-Al parecer tienes guardaespaldas. No los necesitas. Soy tu padre, Lex.
-No se atreva a dar un paso más. -advirtió Sirius. Cada uno tenía su varita en mano.
Esas palabras, "Soy tu padre, Lex.", retumbó en toda su mente. Él no es su padre. Eso la enfureció.
-Estoy aquí para cuidarte ya que tu madre falleció. -dió un paso.
-Creo que no ha escuchado bien, Sirius. -James miró al pelinegro. -Mi amigo dijo que no se atreva a dar un paso más. -intensificó el agarre de su varita.
-James, soy yo. Soy Adam.
-A usted no lo conozco. Nadie lo conoce.
-Lexie, escucha. Sé que hice mal, pero ahora soy un hombre diferente.
¿Diferente? Nadie puede escapar de su naturaleza. Nadie puede cambiar el daño provocado a Lexie y Violet.
Lexie rió falsamente. Soltó a Stefan.
-¿Mi padre?
-Sí. Eres Lexie Martin. Llevas mi apellido.
La ojiverde pasó su lengua por el interior de su mejilla.
-Mi padre se llama Logan Thompson. Mi madre es Violet Baker. -esquivó al pelinegro delante de ella. -Y yo soy Lexie Emma Baker. -los ojos de Lexie se iluminaron, al igual que sus manos. -¡Soy una maldita Baker!
Logan y Fleamont escucharon a Lexie. Vieron a Adam cerca de Lexie y se acercaron furiosos.
-¡¿Oíste bien?! O debo repetirlo para tu lento y estúpido cerebro.
James frenó a Fleamont y Stefan a Logan.
-Ella se encargará. -dijo Stefan.
-Sabe lo que hace. -sonrió James.
-Está teniendo un poco de diversión luego de días. -Sirius se cruzó de brazos con una gran sonrisa.
Adam tragó saliva. -Está no es mi Lexie.
-Nunca he sido tu hija. He cambiado en estos últimos años. -levantó su mano y él retrocedió. -Sabes puedo matarte en cuestión de segundos. Esa noche no pude hacerlo, no controlaba mi Banshee y tenías tanta suerte que mi Freya no haya despertado. No hubiera quedado nada de ti.
-No sabes lo arrepentido que estoy.
-¿Arrepentido? ¿Diferente? Palabras que no tienen valor en ti. Desde aquí puedo sentir el alcohol. -miró la sortija. -Pobre de la familia que estás arruinando. Les puedo hacer un favor matándote. -sonrió. -Pero no lo haré. Hay una palabra, "piedad", algo que no conoces luego de escuchar a mi madre que pararas cada noche. No tuviste piedad con ella. Yo no la tendría contigo pero prefiero contenerme no quiero ensuciar mis manos con alguien como tú. Alguien sin valor.
-Siempre serás una Martin. -desafío a la rubia.
-¡Soy una Baker! -con sus manos hizo que Adam se arrodillara. -Soy una Baker. -susurró cerca del rostro palido de Adam con una sonrisa.
Giró para encontrarse con las miradas de todos. Había orgullo en los ojos de cada uno. Uno de sus miedos fue vencido.
-¡Esa es mi Lexie! -gritó Sirius.
Lexie sonrió de orgullo. Se había controlado. La ira no la consumió. Ella no era Adam Martin. No era una Martin.
-Mi hija no quiere ensuciarse sus hermosas manos pero yo si. -Logan se quito su saco. -Qué suerte tienes Adam estamos en un cementerio.
El Martin no podía creer que Logan estaba frente a él. Si previo aviso un golpe resonó. Adam estaba en el suelo.
Un golpe tras otro fue dejando ese ojiazul en el rostro de Adam. -¿Qué se siente ser golpeado? -lo tomó de la solapa de la camisa. -Esto sentía Violet cada noche. No es nada lindo, ¿Verdad? No es lindo no poder defenderte.
-Papá. -Lexie se acercó nuevamente. -Es suficiente.
Logan miró nuevamente a Adam. -Tienes suerte que mi princesa tiene un lindo corazón. -Logan lo soltó bruscamente. Abrazó a Lexie por los hombros y se alejaron. El resto los siguió.
Dejaron a Adam en el suelo con su rostro lleno de sangre.
Un cierre para Lexie.
[...]
La casa silenciosa. Solo dos chicas. Un mayor.
Logan se quedaba en el sillón desde que Lexie y Leah regresaron de Hogwarts. No podía dejar a un par de menores solas. Una de ellas se trataba era su hija.
Lexie estaba en la habitación de Violet. La primera vez que entra luego de aquel día. Todo estaba tal cual Violet lo había dejado. Ordenado y limpio.
Una carta sobre el escritorio llamó la atención de la rubia.
-Para Violet Baker. -leyó Lexie. La curiosidad la invadió. Y abrió esa carta. Lágrimas de felicidad rodaron. Una hermosa, inesperada y necesitada noticia.
La sonrisa de Lexie no desaparecía. Salió de esa habitación. No quiso tocar más nada.
Dio unos pasos. Tocó la puerta de Leah.
-Pasa, Lex.
Lexie miró confundida. -¿Qué haces?
-Acomodo mis cosas. Ahora que mamá no está, no quiero ser una carga para Logan ni mucho menos para los Potter. -tomó asiento en la orilla de su cama.
-¿Dónde irás?
-Tendré que hacer las pases con mis padres y ver si me reciben nuevamente.
-Sabes que no serás una carga para mi papá.
-Lexie, él debe encargarse de sus hijas. Yo no soy su hija.
-Eres hija de mi mamá.
-No lo soy. Solo era algo simbólico.
-¿Estás segura? -tomó asiento junto a ella. -Está carta dice todo lo contrario. -dejó la carta sobre la falda de la castaña.
-¿Qué es esto? -la tomó confundida. -Es para tu madre.
-Pero te interesará. Ábrela.
Leah dudosa abrió esa carta. Suspiró y comenzó a leerla. Las lágrimas rodaban.
-Ella... ella... -miró a Lexie con sus ojos llorosos.
-Sí. -asintió. -Solo debes firmar.
-No entiendo. ¿Cómo consiguió mi acta?
-Hay algo más en ese sobre.
Leah reconoció la letra al instante. -Mi hermano, Trevor. Él... él... la ayudó.
-Tienes un gran hermano y ahora tienes una hermana. Solo firma.
Leah se levantó, buscó con desesperación una pluma. Temblaba. Firmo donde reflejaba su nombre, Leah Moreau.
-Ahora soy una Baker. -miró a Lexie. -Lexie, ella me adoptó.
-Es oficial. Somos hermanas.
-Leah Baker. -sonrió. -Soy una Baker.
-Lo eres. -sonrió al ver la felicidad de la castaña. -Somos una Baker. Leah Baker y Lexie Baker. Hermanas.
-Amo como suena.
-Ella nos estará cuidando desde donde este.
Ambas se unieron en un largo abrazo.
°•°•☆°•°•
Hola, hola!!!
Un cap con una mezcla de emociones.
Ame y sufrí al escribir esto. Son casi 5000 palabras, espero que lo disfruten. <3
Logan y Lexie >>>>>>
Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme, la historia tiene su propio hashtag #enchantedwattpad.
Opiniones y teorías...
With love, Sofy. ❤️
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