°•°•☆°•°•

20 de Febrero 1978

El Calderón Chorreante el mejor lugar para poder hablar con más intimidad o dormir, en este caso Leah lo utilizaría para tener más intimidad con alguien especial.

La castaña caminaba de un lado a otro nerviosa. Por primera vez se mordía las uñas.

-Hey, cariño. -habló Marlene. -Ven, siéntate. -palmeo el lugar junto a ella. Leah se acercó.

Marlene le quitó delicadamente la mano de su boca. -Todo saldrá bien.

Leah se acomodó para poder tener una mejor visión de su novia. -¿Y si no se presenta?

Marlene le frotó el hombro. -Él vendrá. Estoy segura de ello. -sonrió dulcemente.

Dos toques en la puerta alarmó a las muchachas. Sacaron sus varitas y se acercaron lentamente.

-¿Sí? -gritó Leah.

-Ardillita.

Leah bajo su varita y la guardo, Marlene al ver la acción de su novia hizo lo mismo. La castaña abrió rápidamente la puerta y no pudo evitar llorar a ver de quien se trataba.

-Trev. -sollozó.

-Hola, ardillita.

Los hermanos volvieron a reencontrarse luego de años de estar separados.

El castaño vestía una capa negra para poder pasar desapercibido y que nadie lo reconociera.

Ingresó a la habitación y rodeó con sus brazos a su hermana. Estuvieron así por unos largos minutos.

Al separarse Leah tocó el rostro de su hermano para asegurarse una vez más que no se trate de una ilusión.

-Soy yo, Leah.

-Solo quería asegurame que eres real.

-Soy muy real. -rió. -Feliz cumpleaños, Ardillita. -sacó un pequeño regalo de su capa.

Leah lo recibió y abrió rápidamente. Era un anillo con sus iniciales "L.B".

-Ya no eres una Moreau, Leah Baker. -sonrió.

-Tú también eres mi familia. Mi única familia que puedo rescatar de los Moreau. Quiero presentarte a alguien. -Leah retrocedió hasta llegara junto a Marlene. -Ella es Marlene Mckinnon.

-Hola. -saludó Lene.

-Es mi novia. -entrelazaron sus manos.

Trevor quedó sin palabras.

-¿Trev?

El castaño parpadeo y sonrió. -Estoy tan contento que hayas encontrado tu felicidad.

-¿En serio?

-Sí, hermanita. -el castaño se acercó. -Trevor Moreau.

-Marlene Mckinnon.

-Es un gusto Marlene. Ella es mi ardillita y estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, así que no la lastimes, ella posee un corazón tan puro y sincero.

-Nunca lo haría. -contestó Marlene mirando a Leah con una sonrisa. -Pasaré el resto de mi vida junto a ella.

Leah se limpió rápidamente las lágrimas que brotaban.

Pasaron un par de horas encerrados en esa habitación charlando sobre todo lo que sucedió desde que Leah escapó de aquella casa.

Lamentablemente Trevor no tuvo unos buenos años. Le confesó a la castaña que formaba parte de las tropas de Voldemort. La única luz fue su matrimonio con Cristina, la madre del bebé que está en camino. La castaña será tía en cualquier momento. Estaba tan feliz por él.

Leah por su parte le pidió que se cuide y trate de proteger a su familia y al pequeño Black. Trevor se entristeció al enterarse de la muerte de Violet. Apesar que solo cruzaban palabras a través de cartas, la manera que Violet hablaba de Leah hizo que se encariñe con la rubia. Lexie también fue un tema de conversación tanto buena como mala.

°•°•☆°•°•

Abril 1978.

Lexie jamás volvió a cruzar mirada, palabra o caminar por el mismo pasillo que Dumbledore. Ya no confiaba en él.

La tarde estaba perfecta pero aburrida.

Lexie tarareaba una canción mientras le hacia mimos en el cabello castaño de su novio. James recostado bajo un gran árbol con sus ojos cerrados. Remus y Sirius compartían un chocolate y se susurraban palabras inaudible para el resto. Lily tenía una divertida conversación con Paige, quien cada tanto observaba de reojo a la rubia y al castaño. Marlene y Leah tenían una especie de lucha con sus dedos. Peter y Camille admiraban a las pequeñas mariposas que revoloteaban alrededor de ellos. Regulus se encontraba en su Sala Común, no podía ser visto con ellos.

-James.

El nombrado abrió los ojos y se apoyó sobre sus codos. -¿Qué sucede, bear?

Lexie le sonrió y guiñó.

James entendió. -¿Cómo en los viejos tiempos?

Lexie asintió. -Como en los viejos tiempos.

Todos miraron confundidos a los Gryffindor.

-Déjense de misterios y hablen. -bufó Sirius.

Lexie y James se lanzaron una última mirada. -¡Salón de Música! -enfatizaron al unísono.

-¿Qué dicen?

-Lexie y James, tuvieron la mejor idea del día. -elogió Sirius.

Todos estuvieron de acuerdo.

-¿Nos repartimos las tareas? -preguntó Camille.

-Lexie, tú ordenas. -dijeron Sirius y James.

Lexie soltó una risita. -Sirius y Remus buscarán los aperitivos y las bebidas. Camille, con ayuda de la capa de invisibilidad y de Paige, si estas de acuerdo, -a la pelinegra no le agradaba la idea de seguir órdenes de Lexie. -busquen a Reg.

La pelinegra se limitó a asentir con una sonrisa falsa.

-Lily y Peter buscarán la llave del salón, iríamos James y yo pero no tengo una buena relación con Dumbledore. -confesó Lex. -Marls, ¿aún tienes tus óleos y lienzos?

Ella asintió. -Nunca salgo de casa sin ellos.

Lex sonrió. -Entonces con ayuda de Leah lo buscarán, solo si quieres retratar el momento como aquella vez.

-Por supuesto que sí. -sonrió Lene.

-Cariño, tú iras por mi peque y por tu hormiguita.

-Lo que órdenes, mi hermosa Gryffindor. -besó la mejilla de su novia provocando un sonrojó en ella.

-James. -miró al azabache.

-Sí, capitán.

Lexie soltó una risita. -Iremos a buscar nuestros instrumentos.

-Entendido. -saludó como un soldado a su superior.

-Nos encontramos en quince minutos en la entrada del Salón de Música.

[...]

Solo faltaban Lily y Peter. Reg estaba ocultó bajo la capa.

El tintineo de las llaves llamaron la atención de los chicos.

-Merlín, se tardaron demasiado. -habló dramático Sirius.

-Hubieras ido tú a convencer a McGonagall y a Dumbledore. -Lily se cruzó de brazos.

Sirius levantó sus manos. -Mejor me calló.

-Sí es lo mejor, cariño. -Remus soltó una risita y lo abrazó por la cintura.

Lily abrió el cerrojo de la puerta.

Regulus pudo sacarse es capa. Se cerró nuevamente la puerta con llave y Lexie y Lily lanzaron unos hechizos a esa entrada para asegurarse que nadie los escuche o entre al lugar.

Camille y Leah arreglaron los aperitivos y las bebidas en un rincón.

-Siri. -Lexie miró al pelinegro y él asintió. -Deer. -James guiñó.

Sirius se acercó al enorme piano, Lexie abrió el estuche de su violín celeste para tenerlo en sus manos. Y James sacó su guitarra roja de su estuche.

El primero fue Sirius, la melodía era tranquila y atrapante la unión con el violín de Lexie fue mucho más cautivador y relajante. El siguiente fue James uniéndose con una melodía dulce y poética. Todos juntos formaron una perfecta y emotiva sinfonía.

Lene preparó su lienzo y óleos para que en cualquier momento comience su obra de arte.

-I came across a fallen tree -recitó melódicamente Lexie. -I felt the branches of it looking at me -Stefan se sentó frente a Lex admirando su talento. -Is this the place we used to love? -la ojiverde tenia los ojos cerrados disfrutando de la dulce melodía que lograron armar los tres. -Is this the place that I've been dreaming of? -Stefan cantó ese último verso con Lexie. Ella le sonrió.

-Oh, simple thing, where have you gone? -continuó cantando Sirius. -I'm gettin' old, and I need something to rely on -Remus se sentó junto al pelinegro y lo ayudó a tocar el piano.

-So, tell me when you're gonna let me in -cantaron Remus y Sirius en conjunto. -I'm gettin' tired, and I need somewhere to begin

Camille y Regulus bailaban lentamente al compás de la canción. Luego se unieron Paige y Lily. Marlene comenzó a interpretar su obra en su lienzo y Leah la ayudaba en ello. Peter encontró una pandereta y se unió con ella a sus amigo. Sarah encontró un violonchelo y Heather se unió con un arpa.

-And if you have a minute, why don't we go -recitó James mirando a Lexie. -Talk about it somewhere only we know? -recordó el parque donde se conocieron, su habitación donde compartían cada hecho que les sucedía, el campo de girasoles y ese armario donde Lex se escondía con James.

-This could be the end of everything -Lexie se unió a James. -So, why don't we go

-Somewhere only we know? -cantaron todos juntos.

-Somewhere only we know -terminó Lexie.

Ya no eran esos niños de doce años en un Salón de Música, algunos tenían dieciséis, diecisiete o dieciocho e incluso se integraron nuevos miembros a ese pequeño grupo que desde un principio fue unido.

°•°•☆°•°•

Hola, hola!!!

Es cortito pero, en mi opinión, hermoso. 💕🦋

Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme, la historia tiene su propio hashtag #enchantedwattpad.

Opiniones y teorías...

With love, Sofy. ❤️