LIX. LAST DANCE
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Lexie estaba nerviosa, esa sensación no desaparecía. Cada vez que se acercaba a alguno de sus amigos o sus hermanas el instinto de Banshee era más fuerte. Eso quería decir que todos ellos iban a morir. No sabía cuándo ni dónde y las voces no aparecían. Y luego estaba esa sensación de luz, la tenía desde aquel último partido y sabía muy bien el motivo.
[...]
Leah, Lexie y Camille se arreglaban para el último baile.
El vestido de Lexie era blanco con hermosos girasoles sobre el tul, su cabello ondulado adornado con una diadema de girasoles dorada.
Leah optó por un hermoso traje color champagne, sin una camisa, el perfecto saco elegante cubria todo su busto, su cabello medio atar con algunas ondas. Sin olvidarse de su collar de tulipan.
Camille poseía un hermoso vestido beige con con flores bordadas, una coleta agarraba todo su cabello y sus manos estaban adornadas con algunos anillos de Regulus.
Las tres bajaron y se encontraron con el resto. El azabache no podía apartar la mirada de la reina de Gryffindor. Iba a acercarse pero Stefan dió ese paso.
-Estás preciosa, mi amor. -besó tiernamente los labios de Lexie.
-Al igual que tú, cariño. -acarició el rostro de su novio.
-Hoy será una noche inolvidable.
Lexie soltó una risita.
Todos juntos entraron al Gran Comedor.
Aperitivos por todos lados. Una pequeña orquesta estaba allí que luego será remplazada por una banda.
El director dió un emotivo discurso sobre el fin de curso y deseándoles éxitos a la siguiente etapa que cruzaran los de séptimo año.
El coro del colegio dió inicio al un baile lento.
Un castaño de ojos verdes con su traje azul se acercó a la rubia de vestido blanco.
-¿Quieres bailar? -preguntó amablemente estirando su mano.
-¿Me hablas a mí? -se señaló, él asintió. -No creo que sea una buena idea.
-¿Por qué?
-Mi novio es muy intimidante. -susurró.
-Correré el riesgo, ¿y tú?
Lex sonrió. -Lo correré. -aceptó la mano de ese castaño.
Ambos se dirigieron al centro de la pista. El castaño agarró fuertemente la cintura de Lex para apegarla a él, la rubia lo miraba con un destello, y ella rodeó su cuello para poder juntar un poco sus rostros.
Bailaron lentamente la pieza musical.
-Soy Stefan Miller.
-Lexie Baker.
Estaban recreando la primera vez que se conocieron.
-Eres hermosa, Lexie Baker.
-Muchas gracias, Stefan Miller.
-Quisiera saber si te gustaría acompañarme a una cabaña de campo.
-¿Qué le diré a mi novio?
-Él no se enojara.
Ambos rieron.
-¿Una cabaña?
-Sí, mi amor. Quiero llevarte allí. -beso los labios de Lexie.
-No sé qué decir.
-Debes aceptar.
-Acepto ir contigo a esa cabaña.
-Cuando regresemos, preparará tus cosas e iniciaremos nuestra siguiente aventura.
-Aquí fue donde nos conocimos. -murmuró Lex. -Nuestro primer baile en este colegio.
-Y ahora estamos en nuestro último baile de este colegio. Ya no somos unos desconocidos, ahora eres la mujer de mis ojos, eres mi novia.
Lexie soltó una risita. -Eres el mejor novio que he tenido. Bueno... eres el primero.
-Y el último. No me alejare de ti por mucho tiempo.
-Stef... -la rubia fue interrumpida por el azabache.
-¿Me permite bailar con la reina de Gryffindor? -pidió amablemente James.
-Por supuesto. -beso la mano de Lex y se la entrego a James. Se acercó al oído de Lexie. -Luego me dices lo que querías decirme. -susurró provocando el erizó de la piel de Lex. -Tengo que preguntarte algo importante. -besó la mejilla.
-Nos vemos luego, cariño. -sonrió leve.
-Mi reina. -James hizo una reverencia.
-Mi rey. -Lexie tomó los extremos de su vestido y se inclinó.
Ambos rieron.
-Aún no entiendo en qué momento nos nombraron reyes de Gryffindor. -dijo Lexie tomando una de las manos de James y poniendo su otra mano en el hombro del azabache.
-Ocurrencias de nuestra casa. -habló James tomando la cintura de esa rubia.
Iniciaron su baile lento.
James analizó a la rubia. -¿Qué sucede, Lexie?
-Nada.
-Lex, te conozco y algo te está preocupando.
Lexie bufó. -Odio que me conozcas a la perfección.
-He pasado cada día desde que nos conocemos, analizandote. Conozco hasta tus siguientes movimientos.
-James...
-Ahora vas a arrugar tu nariz. -y en el momento que el azabache pronunciara ese hecho, Lexie la arrugó.
-Te odio.
-No lo haces. En tu cuerpo no hay una pizca de odio. Aunque hay excepciones.
Lexie soltó una risita.
-Ahora dime qué te preocupa.
La música clásica dio fin y esa música rítmica y alocada dió inicio.
En ese momento Lexie cayó de rodillas, tapándose los oídos. Las voces aparecieron. Todas susurraban las mismas palabras.
James se agachó y le hablaba pero esas palabras eran lejanas. El azabache buscó con la mirada al castaño, buscando ayuda.
Ese castaño, que haría cualquier cosa por su querida rubia, se acercó empujando a los que lo obstaculizaba.
-¿Qué le sucedió? -preguntó preocupado.
-Estábamos bailando y en el momento que la música cambió cayó de rodillas.
Lexie negaba. Esas voces no paraban. Necesitaba gritar.
-Cariño. -miró a la rubia. -Amor, mírame.
Lexie levantó la mirada en el momento que esa voz tan angelical la llamó. Esas lágrimas estaban en su rostro.
-Mi amor, dime qué sucede.
-Mi bear, estamos aquí. No te dejaremos sola.
-Necesito que saquen sus varitas. -se limpió sus lágrimas. -Debo buscar a Dumbledore.
Ese director había abandonado el Comedor en el momento que la tranquilidad del baile llegó a su fin.
-¿Qué pasará, Lex? -preguntó James.
Stefan ayudó a la rubia a ponerse de pie.
-Habrá...
El estruendo interrumpió. Los ventanales explotaron. Gritos y desesperación inundaba el Gran Comedor. Mortífagos por todos lados rodeando a el alumnado.
-Es tarde. -murmuró Lex.
Sus amigos se acercaron a paso apresurado.
-Dinos, Lex, ¿qué hacemos? -preguntó Sirius con su varita en mano.
Todos miraron a la rubia.
-Camille y Peter, protegerán a los de primero. -habló rápidamente. -Leah, Marlene y Lily, segundo año. -continuó. -Sirius y Remus, les toca tercero. -ellos asintieron. -Regulus, escapa ahora.
-Lex, pued...
-No, Regulus. Si ellos te ven contraatacando, irán directo a ti. No quiero perderte.
-Per...
-Regulus, vete. -ordenó Sirius.
Los hermanos intercambiaron miradas.
-Cuídense. -miró una vez más a su novia, hermano, a esa chica que llama hermana y al resto de los chicos. En un abrir y cerrar de ojos ese pelinegro desapareció.
Regulus se sentía un cobarde por haberlos abandonado pero Lexie y Sirius necesitaban al pequeño Black con vida, a su hermano.
-Paige. -la pelinegra la miró. -asegúrate que Heather y Sarah estén bien.
Los distintos colores de los hechizos reflejaban ese Gran Comedor.
-Stefan y James, se quedarán conmigo. -dió su última orden Lexie. -Vayan.
Los alumnos de años superiores contraatacanban.
-Una cosa más, por favor no mueran. Los necesito a todos.
-Ni tú. -hablaron al unísono.
Todos fueron a su puestos.
Camille y Peter obtuvieron ayuda de otros alumnos de séptimo. Sacaron ilesos a los de primer año. Debieron correr, llegaron a esa sala de Menesteres. Algunos de los de séptimo se quedaron para protegerlos y tranquilizarlos. Los amigos de Lex regresaron al Gran Comedor para seguir enfrentando a los mortífagos.
Una ronda con chicos de segundo año dentro de ella avanzaba lentamente hasta encontrar la salida. Un Avada impacto en uno de sexto año. Había cuerpos sin vida, chicos de quinto, cuarto o tercero. Los profesores ayudaban a proteger al alumnado pero no había rastros de Dumbledore.
Leah, Marlene y Lily con ayuda de algunos de sexto y séptimo se teletransportaron a la biblioteca. Ahí se ocultaron los de segundo. Las muchachas regresaron luego de asegurarse de la protección de los menores.
Remus y Sirius, tenían a los de tercero y cuarto. No podían salir de allí. Luces verdes, rojas y azules se hacían presente a ellos. Cada uno fue contraatacado. Pero aún así no había escapatoria.
Paige se acercó con Sarah y Heather.
-Escuchen, tómense todos de la mano. -habló lo más fuerte posible. -Piensen en las mazmorras de Slytherin. -uso legeremancia para poder comunicarse y que los mortífagos no oyeran. Todos asintieron.
Todos estaban en las mazmorras.
-Mucho verde. -asqueo Sirius.
-Debemos regresar. -dijo Remus.
El pelinegro y la pelinegra asintieron.
-Ustedes quédense, nadie entrará. -ordenó Remus a los de quinto y sexto. -Cuiden a los de tercero y cuarto.
-Remus, nosotras queremos ir. -dijo Heather.
-No dejaremos a nuestros hermanos solos. -habló Sarah. -Lexie me enseñó hechizos de defensa.
-Y aprendimos más leyendo los libros avanzados de D.C.A.O. -agregó Heather.
-Niñas, no es buena idea. -habló Sirius.
-Se trata de mi hermana. -sentenció Sarah.
-Ella estará más tranquila si te quedas aquí. -habló Remus.
-Al igual que tú, Heather. -la pelinegra miró a la castaña.
Ellas de mala gana aceptaron.
[...]
-¡TRIXIE! -gritó Lexie. Un mortífago estaba por atacar a esa castaña. La rubia fue más rápida y con sus poderes lo atacó.
-¡GRACIAS, LEXIE! -agradeció la castaña y continuó su defensa.
Algunos de los enemigos estaban en ese suelo sin vida.
Se protegían entre todos.
James y Stefan luchaban codo a codo junto a Lexie. Cumplían con su promesa al igual que el resto.
-¡Esto me trae recuerdos de esa mansión y del Callejón! -habló James.
Lexie sonrió. -Esto es mucho mejor. Si logramos derrotar a todos, Riddle se quedará sin tropas.
-Debo admitir que es divertido. -habló Stefan.
-¡Lexie Baker! -llamaban a la rubia con una risa tenebrosa.
Lexie buscaba en todas las direcciones posibles. Pero no había rastros de esa persona.
-Lexie Baker. -la risa no desaparecía.
No había rastros de esa persona. Pero vió a Snape apuntó de ser asesinado por un mortífago.
La rubia se acercó rápidamente, con un movimiento de mano logró que ese enmascarado impacte su cuerpo con uno de los pilares.
-Snape, ¿estás bien? -estiró su mano para ayudarlo a ponerse de pie.
-Sí. -sacudió su ropa. -Gracias, Baker.
Lexie asintió y le entregó su varita. -Ayuda a Lily.
El pelinegro asintió y se acercó a su ex mejor amiga.
-Lexie Baker. -susurraba.
-¿Quién eres? -gritó bajando la guardia para poder buscar la persona detrás de esa voz.
Bellatrix apareció unos centímetros alejada de Lexie.
-¡SECTUMSEMPRA! -un destello blanco brilloso estaba por impactar en la espalda de Lexie pero alguien se interpuso.
Esa rubia sintió como si su alma abandonará su cuerpo, se giró y vio a su novio en el suelo.
-¡STEFAN! -gritó la Banshee. Gritó el nombre de su novio.
Bellatrix desapareció pero Lexie logró verla.
Los mortífagos que quedaban escaparon. Cuerpos de alumnos y mortífagos estaban en el suelo. Algunos de ellos eran menores, pero ningun cuerpo era de sus amigos a excepción de ese castaño.
La camisa blanca tenia líneas de sangre. La rubia se agachó.
-Cariño, todo estará bien. -las lágrimas rodaban en el rostro de Lexie, temblaba mientras desaprochaba esa camisa. -Todo estará bien. -repetía, agarró la varita de su novio. Recitaba cada hechizo de curación pero ninguna daba resultados. -No puedo curarte. No sé qué sucede. -sollozaba.
Paige al ver a su mejor amigo en el suelo corrió torpemente hasta llegar junto a él.
-Águila. -las lágrimas se asomaban.
Lexie desconocía el hechizo que impacto en ese castaño.
El castaño miró a su novia y a su mejore amiga.
-Todo estará bien, libritos. -seguía recitando hechizos de curación. -No puedo... no puedo
-Esta bien. -se quejó Stefan. -Todo esta bien.
Las cortadas seguían apareciendo.
Stefan sabía que no había una curación. Su piel pálida por la pérdida de sangre, su respiración pesada y pausada, no le quedaba mucho tiempo a ese Ravenclaw.
-Por favor no me dejes. -sollozó Lexie. -No nos abandones. -Lexie tocó su vientre.
-¿Es-estas?
Ella asintió con una sonrisa. -Lo estoy. Nuestro planes se están realizando. Así que por favor lucha. El bebé necesitará a su padre.
Stefan tanteo su bolsillo y saco lentamente y tembloroso una cajita. Trataba de abrirla, la rubia le ayudó. Una hermosa argolla de matrimonio se lograba ver.
Los amigos de Lexie estaban un poco alejados observando a la pareja.
-Stef. -Lex sorbo su nariz.
-¿Te... te casarías conmigo? -las palabras eran arrastradas.
-Sí, sí, sí. -contestó Lex con voz temblorosa.
Stefan con ayuda de Paige sacaron el anillo para poder ponerlo donde pertenece, en el dedo anular de esa rubia.
Lexie unió sus labios en los de Stefan, se lograba saborear las lágrimas saladas en ese tierno beso.
-De-debes buscar mi diario, hay una hermosa historia en ella. Cuida de nuestro hijo y leele.
-Stefan, abre los ojos. No te despidas. -Lexie negaba. -¡AYUDA! ¡AYUDA, POR FAVOR! -gritaba esa rubia.
No se podía hacer nada. Snape no lograba ver las consecuencias del hechizo que impactó en ese castaño. Él conocía el contrahechizo.
-Está bien. -acarició débilmente la mejilla de Lexie. -Está bien.
-Stefan, lucha. -la sangre del castaño estaba sobre el vestido blanco de la rubia. -No cierres los ojos. Es una orden.
-No hay nada que hacer, he perdido demasiada sangre.
-No nos dejes.
-Eres la primera chica de la que me enamoré. La primera a la que le entregué todo de mí. Eres mi primer amor, Lexie. El único y verdadero amor que he tenido.
-Stef...
-Te... te amo, Lexie... Lexie Baker. -los ojos de Stefan estaban cerrándose. -Será... serás...
En ese momento los ojos de Stefan Miller se cerraron completamente, su mano cayó en seco al suelo.
Stefan Miller murió protegiendo al amor de su vida.
Ese gritó se hizo presente una vez más. El gritó que tanto necesitaban. La Banshee presenció la muerte de su amor.
Todo ser sobrenatural la escuchó. ¿A quién le serán fiel? ¿A la Banshee, a Dumbledore o Voldemort?
Lexie abrazó a su novio. No pudo decirle que lo amaba.
-Stef, despierta. Necesito que despiertes. -lo sacudía. -No me dejes. -susurró entre sollozos.
James fue el primero en acercarse a esa rubia que no quería dejar el cuerpo sin vida de ese castaño.
El azabache la abrazó por los hombros brindándole apoyó. Le dolía ver en ese estado a Lexie.
Los siguientes fueron sus amigos.
Paige estaba destrozada. Lily se hizo muy unida a esa pelinegra luego de lo sucedido con James. Esas dos chicas se abrazaron, la pelirroja consolaba a la pelinegra.
El azabache consolaba a esa rubia.
Lexie vio morir al hombre que eligió como acompañante. Al hombre que solo la vió a ella. Al padre de su futuro bebé. A su prometido.
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Hola, hola!!!
No tengo nada que comentar. Solo que Dumbledore se estaba rascando a dos manos en su despacho dejando que unos niños se encarguen de todo con ayuda de algunos profesores.
Stefan /*
Con este capítulo damos fin al tercer acto. El cuarto será corto y el último de esta historia.
Espero que les haya gustado y no olviden si quieren hacer edits sobre esta historia, háganlo me encantaría verlos, me haría mucha ilusión, pueden etiquetarme, la historia tiene su propio hashtag #enchantedwattpad.
Opiniones y teorías...
With love, Sofy. ❤️
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